domingo, 18 de junio de 2017

Cuadros del Manierismo


Alegoría de la Prudencia es un cuadro de Tiziano pintado al óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 76,2 x 68,6 cm. Está datado entre los años 1565 - 1570 y se conserva en la National Gallery de Londres.

En el cuadro están representadas tres cabezas humanas mirando cada una en una dirección diferente y debajo de ellas tres cabezas de animales (de izquierda a derecha) un lobo, un león y un perro. La pintura es normalmente interpretada como la representación de "las tres edades del hombre": juventud, madurez y vejez. Así mismo, la dirección en la que miran cada uno de los personajes, reflejaría su relación con el Tiempo; pasado, presente y futuro. La luz que baña el cuadro refuerza también este paso del tiempo, con una luz clara que ilumina el rostro del joven que empieza a desvanecerse en la persona madura hasta acabar casi en penumbra el rostro de la persona anciana. Bajo las cabezas humanas, los animales siguen insistiendo en la visión del tiempo pues en diversidad de culturas la representación de estos animales se asocian a esas etapas concretas de la vida.1 2
Es posible también que la simbología de los animales se refiera a las diferentes actitudes del hombre en su vida. Así el perro simboliza el aprendizaje de la juventud, el león la fuerza y poder de la madurez y el lobo la soledad de la vejez.
Finalmente, sobre el triple retrato, Tiziano explica el sentido de la alegoría en una inscripción.
EX PRAETERITO/PRAESENS PRUDENTER AGIT/NE FUTURA ACTIONẼ DETURPET
Desde la experiencia del pasado/prudencia en los actos del presente/para no echar a perder los actos del futuro.
Por otra parte, los rostros representados se cree pertenecen a Marco Vecellio, un joven primo de Tiziano que representa a la juventud. El hijo de Tiziano, Orazio, en la edad madura y el propio Tiziano en la representación de la vejez.3 Tanto su hijo Orazio como el joven primo trabajaban y vivían en el estudio de Tiziano y se baraja la posibilidad de que el cuadro esté asociado directamente con las negociaciones del traspaso de las propiedades de Tiziano, quien sentía próxima su hora, a las futuras generaciones. Por lo que el cuadro serviría como consejo visual para las siguientes generaciones de actuar con prudencia en la administración de su legado.

Sin embargo, más recientemente, la pintura ha sido explicada de formas diferentes. En vez de una alegoría a la prudencia, se trataría de una alegoría sobre el pecado y la penitencia. Esta versión implicaría el reconocimiento por parte de Tiziano de que sus imprudencias de juventud y madurez lo condenaron a una vejez de remordimientos.4
En el otro extremo, el cuadro ha sido explicado como una declaración a favor de la prudencia la cual se consigue con la experiencia y el paso del tiempo siendo un aspecto esencial para el buen juicio y discernimiento artístico. En esta interpretación, el cuadro refutaría la opinión de que la vejez es enemigo de los logros artísticos.
A un nivel más general, el cuadro mostrando a Tiziano con sus ayudantes, Orazio y Marco, se podría entender como una defensa a la prudencia en la continuidad de la tradición del trabajo de la Escuela Veneciana.








Alegoría de la Virtud y el Vicio, también conocida como «La elección de Hércules», puesto que es el tema que ilustra. Se trata de una obra del pintor italiano Paolo Veronese. Es un óleo sobre lienzo, pintado hacia 1580. Mide 2,19 metros de alto y 1,69 m de ancho. Se exhibe actualmente en la Colección Frick de Nueva YorkEstados Unidos.
Aunque no es seguro, se cree que este cuadro, incluido en la serie «Alegorías del amor», realizadas por Veronés por encargo, fue un encargo del emperador Rodolfo II, pues aparece en su colección en el año 1621. Trata el tema de Hércules en la encrucijada, relato en el que el héroe tiene que elegir o bien el difícil camino de la Virtud o el más cómodo del Vicio. Aquí Hércules se dirige hacia la Virtud, mientras que el Vicio ha pretendido sujetarlo hasta por la fuerza, como evidencia la media rota.









Alocución del Marqués del Vasto es una pintura realizada al óleo sobre lienzo por el pintor italiano Tiziano, actualmente conservada en el Museo del Prado de Madrid. Alfonso de Ávalos, II marqués del Vasto, era un noble napolitano, descendiente de una familia de origen castellano. Participó en la Batalla de Pavía y en la conquista de Túnez de 1535. En 1538 fue nombrado gobernador de Milán. Fracasos posteriores hicieron que cayera en desgracia ante el emperador Carlos V.

Esta obra es a la vez un retrato del marqués del Vasto y un cuadro de historia, ya que narra un suceso que ocurrió en 1537. Las tropas españolas acuarteladas en Milán iniciaron un conato de rebelión reclamando su sueldo, y el conflicto fue sofocado por el propio marqués gracias a su elocuencia: convenció a sus soldados dejándoles como garantía a su propio hijo.
El marqués encargó la obra a Tiziano, pretendiendo consagrar a un tiempo la fidelidad de sus hombres y el sacrificio realizado por él mismo al dejar como rehén a su hijo, que en el cuadro es el personaje infantil con un yelmo en las manos. La composición se basa en modelos clásicos, como los relieves del Arco de Constantino o numerosas obras numismáticas. Tiziano dispone así al general en una posición elevada, dirigiéndose a sus hombres, y enfatizando sus palabras, tal y como aconsejaban los manuales clásicos de oratoria, con la elevación del brazo derecho.
La obra fue encargada en 1539 por el propio marqués, con ocasión de un viaje a Venecia. Su primera exhibición pública fue en Milán, en 1541, aprovechando la visita del emperador Carlos. Posteriormente fue adquirida a la familia Gonzaga, duques de Mantua, por Carlos I de Inglaterra. Cuando este rey fue ajusticiado sus bienes se subastaron, y el cuadro (al igual que otros del mismo rey) fue adquirido por Felipe IV de España. En 1828Fernando VII lo cedió a la colección del Museo del Prado.
Del marqués del Vasto, se conoce otro retrato igualmente realizado por Tiziano, si bien muy diferente, conservado actualmente en el Getty Center de Los Ángeles.

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