DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA .-
En el caso de las aves ratites, Orden Strutioniformes, con las que empezamos este artículo, su distribución causa algo de ruido debido a lo aislados que se encuentran las especies: los avestruces en África, los ñandúes en América del Sur, los causarios de Nueva Guinea, los emúes de Australia y Nueva Zelanda, y los kiwis, de Nueva Zelanda, sin especies en América del Norte, Asia o Europa. Todas estas aves se distribuyen en continentes gondwánicos que alguna vez estuvieron unidos, haciendo que sea más fácil comprender el origen de esta distribución austral. Al entender cómo es que pudieron haber divergido las especies, es decir, quiénes comparten ancestros comunes más cercanos, es necesario empatar dicha hipótesis con las hipótesis de divergencia geológicas. Es decir, ahora se busca que los patrones de especiación de un grupo, en este caso las ratites, coincidan con los patrones de especiación de otros grupos. A este nuevo modelo de reconstruir las historias biogeográficas se le conoce como vicarianza, dando peso a la especiación por barreras geográficas. Cuando no es posible que toda la hipótesis biológica encaje con la geológica, se opta por la explicación dispersionista para algunas especies (ya sean puentes de tierra o saltos de islas), pues siempre existe la posibilidad de que hayan sucedido migraciones. Sin embargo, la vicarianza postula siempre que la historia de la vida y la historia de la Tierra sucedieron juntas.
Casuarius Casuarius, Brian Gratwicke
Se ha encontrado que el ave ratite más antigua es Diogenornis, datada para el Paleoceno, hace alrededor de 56 millones de años y sus fósiles se encontraron en Brasil, sin embargo, se ha considerado que probablemente el grupo surgió de aves no voladoras durante el periodo Cretácico. En aquel entonces, Sudamérica y África estaban aún unidos. De este modo pudieron originarse dos linajes, uno del lado de América del Sur y otro del lado de África. Conforme los continentes divergían en el Cretácico, América del Sur, Antártida y Australia formaban un continente austral. De este modo, el linaje sudamericano pudo haberse expandido hacia la Antártida y llegar a Australia y los subcontinentes que ahora forman islas. Para el Eoceno, Sudamérica y Australia se separaban de la Antártida, mientras que estos dos continentes se dirigieron hacia el norte, la Antártida se comenzó a situar más y más en el polo, aislando a las ratites sudamericanas de las australianas.
Emu, Flinder’s Range National Park, en el sur de Australia, Ron Knight
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