lunes, 9 de junio de 2014

MAPAS CONCEPTUALES DE LOS VACCEOS


LOS VACCEOS .-

La arqueología enseña, por otro lado, que la economía tuvo una base mixta, en la que la ganadería jugó un papel importante; así, nos consta la importancia de la cabaña vacuna, seguida de la ovina. En uno y otro caso se sacrificaron animales adultos, lo que indica la optimización de los recursos; con la lana de las ovejas se fabricaron los saga o mantos de lana de que se hacen eco las fuentes, pues sirvieron en ocasiones para hacer frente a los tributos impuestos por Roma —10.000 de estas capas recibió Lúculo tras su asalto a Intercatia— y, por otro lado, la presencia de individuos castrados o con deformaciones entre los bóvidos indica su empleo como bestias de carga y tiro. A considerable distancia se sitúan las evidencia de cerdo y caballo, y todos los yacimientos excavados han proporcionado restos de perro, constatándose incluso su consumo en algunos. A ello hay que sumar las actividades cinegéticas; la captura de ciervos adultos proporcionó no sólo carne sino pieles y astas, en tanto que los porcentajes de conejos, liebres u otras especies no parecen haber significado aportes proteínicos importantes.
En otro orden de cosas ya, señalaremos cómo en la necrópolis pintiana de Las Ruedas ha podido seguirse el discurrir del tiempo, entre finales del siglo V a.C. y el I d.C, tras la excavación de una secuencia estratigrafía horizontal. Los ajuares y ofrendas que comparecen en las tumbas de este importante cementerio de incineración —sobre el que el lector interesado puede encontrar mayor información en el artículo precedente— constituyen una extraordinaria referencia para acercarse a la cultura material de estas gentes y comprender el alto grado de desarrollo tecnológico alcanzado.



01 Puñal de tipo Monte Bernorio hallado en la tumba 28 de la necrópolis de Las Ruedas. Sus ricos damasquinados de hilos de plata y cobre evidencian el alto estatus de su propietario.
02 Copa y crátera de la tumba 75 de la necrópolis de Las Ruedas de Pintia. Pertenece igualmente a una tumba de un eques, y en los interiores de ambos recipientes pudo determinarse la presencia de vino.
03 Horno alfarero núm. 2, de cocción cerámica, del barrio artesanal de Carralaceña, en Pintia.
04 Tesoro núm. 2, procedente del poblado de Las Quintanas, de Pintia.


Así, sabemos del armamento, compuesto por puntas de lanza, cortos puñales con su correspondiente tahalí — bellamente decorados en ocasiones con damasquinados en plata— y pequeño escudo redondo o caetra, ambos del "tipo Monte Bernorio", y muy raramente espadas de "tipo Miraveche", de hierro todos ellos. De una rica y variada producción cerámica que incluye, desde las especies a mano decoradas con barrocas impresiones "a peine" a las más finas a torno de pastas grises, que imitan los vasos metálicos, o anaranjadas con motivos pintados en negro; y ello sin olvidar aquellas otras que calificamos de singulares y que incluyen cajitas, canicas o sonajeros, se decoran habitualmente con temas excisos y acompañan con frecuencia a los niños en su viaje al Más Allá. También se recuperan preferentemente en las sepulturas los objetos de adorno, caso de los collares rígidos de bronce o hierro, que conocemos con el nombre de torques y debían portar los hombres, o de los broches de cinturón de "tipo Bureba", las fíbulas o imperdibles de los tipos más diversos y las pulseras que generalmente atribuimos a las mujeres. Por las tumbas conocemos igualmente del banquete funerario, en el que se consumían viandas y se bebía vino, para lo cual se disponía, además de fuentes, de un completo servicio de bebida integrado por grandes copas, que actuaban como cráteras, jarras y copas; una práctica, la del banquete, atestiguada por idénticos vestigios en una vivienda del poblado padillense de Las Quintanas.

La tipología de algunos de esos objetos habla de unas claras relaciones comerciales con los pueblos vecinos, relaciones
a las que cabe atribuir igualmente el aprovisionamientos de metales con los que elaborar, amén de las armas y adornos mencionados, esa personal orfebrería que integran torques, pulseras y brazaletes, arracadas o anillos y que conocemos a partir de tesorillos como los recuperados en ambientes domésticos de Pallantia, Rauda y, muy particularmente, Pintia.

Si como veíamos al inicio de estas páginas los vacceos son mencionados por vez primera en los textos clásicos a finales del siglo III a.C, con posterioridad lo serán de forma reiterada en relación con las guerras con Roma hasta su definitiva conquista el 25 a.C. Es posible que ello supusiera su acceso a un mundo más civilizado, pero nada nos impide imaginar qué hubiera podido ocurrirle a este pueblo culto, creativo y dinámico de seguir otros derroteros el curso de la Historia.

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