Las castañuelas o palillos,1 son un instrumento musical de percusión, de madera, conocido por los fenicios hace tres mil años.2 Otros pueblos, como los egipcios, utilizaron los crótalos, que son un instrumento de percusión similar. Gracias al comercio, se expandieron por los países del Mediterráneo, como la actual Croacia, o la Italia meridional; aunque España es el país que mejor ha conservado las castañuelas, desarrollando su uso, siendo uno de los instrumentos nacionales, al igual que la guitarra española, clásica o flamenca.
Castañuelas en la música clásica[editar]
El guitarrista y compositor español Santiago de Murcia, de la época barroca, compuso variaciones para castañuelas en sus jácaras, que eran entreactos satíricos. Las variaciones son una técnica compositiva en que un tema se repite con cambios a lo largo de una pieza. Además compuso fandangos para guitarra y castañuelas,3 hacia 1730.4
Hacia 1798, Luigi Boccherini, compositor y violonchelista italiano establecido en España, creó una obra en la que se incluyen las castañuelas, tal como suenan nítidamente en uno de los movimientos del quinteto para ballestas interpretado originalmente por el autor ante su mecenas el infante Luis de Borbón y Farnesio, hijo de Felipe V de España.
En el siglo XX, el maestro Joaquín Rodrigo compuso dos piezas para castañuelas, para Lucero Tena. Dos Danzas Españolas, para castañuelas y orquesta, se estrenó en 1966 en el Teatro Pérez Galdós, de Las Palmas de Gran Canaria.
Bailarinas boleras del siglo XIX[editar]
La escuela bolera de baile se ha distinguido por el empleo de castañuelas y el movimiento de brazos. A mediados del siglo XIX, las mejores bailarinas boleras triunfaban en los teatros españoles y viajaban a París.5Según José Blas Vega, investigador del arte flamenco, una de estas bailarinas fue retratada al daguerrotipo hacia el año 1850. Parece tratarse de la bailarina francesa Marie Guy-Stéphan,6 que actuó en el Teatro del Circo, en Madrid, entre los años 1843 y 1851. En España aprendió el baile bolero, y competía con las mejores bailarinas españolas.
Castañuelas en el cine[editar]
Tras la etapa inicial del cine mudo (1895-1929), el sonido de las castañuelas pudo escucharse en los años 30, del siglo XX. Carmen Amaya, la bailaora flamenca más universal, apareció tocando las castañuelas en una memorable secuencia de la película La hija de Juan Simón,7 del año 1935. Bailando durante tres minutos, sobre una mesa de madera, en un extraño local con arcos góticos, Carmen Amaya interpretaba el papel de una malévola bailarina,8 que se cruza en el camino del protagonista Angelillo.
En 1936, Carmen Amaya fue la protagonista del largometraje español María de la O;9 bailando con castañuelas en una de las secuencias destacadas,10 inmediatamente antes de escuchar la famosa copla: María de la O, que desgraciadita gitana tu eres teniéndolo todo. Te quieres reír y hasta los ojitos los tienes morados de tanto sufrir. Maldito parné...
En el cortometraje cubano El embrujo del fandango,11 del año 1939, Carmen Amaya bailó con gran energía. Con un traje de estilo torero, se puso a zapatear briosamente y tocar las castañuelas. Al final un rótulo indicaba que era una película española rodada en Cuba. En 1945, repitió su actuación del embrujo del fandango, con otro traje de luces, en la película Los amores de un torero,12 en México. En un momento del baile, Carmen Amaya se acerca a la cámara con los brazos en alto, al estilo de un banderillero, pero con castañuelas.13
En la actualidad[editar]
Las castañuelas se utilizan tanto para flamenco como para bailes tradicionales del folclore español. En muchos países de Iberoamérica, y en Portugal, también son utilizadas en su folclore.
Existen variantes locales de las castañuelas en Asturias, Galicia, Cantabria (Tarrañuilas), Aragón, Ibiza (Baleares) y en La Gomera y El Hierro (Canarias), recibiendo en estos dos últimos casos el nombre de chácaras. En la Región de Murcia las castañuelas se denominan "postizas" y son utilizadas para el baile folclórico de la zona: la jota.
José de Udaeta (1919-2009) fue un concertista barcelonés conocido internacionalmente, así como su discípulo José Luis Landry.14 Otros nombres destacables son Lucero Tena, Emma Maleras, Carmen de Vicente, Inma González, Consol Grau Melet, Montserrat Carles, Belén Cabanes, Teresa Laiz, Mar Bezana, Amparo de Triana, Gaby Herzog y Nina Corti.
Técnica de aprendizaje[editar]
En la actualidad hay muchos concertistas profesionales de castañuelas. Pueden ser necesarios seis cursos para conseguir el dominio de este instrumento15 y practicar diariamente un promedio de 7 a 8 horas la rítmica y el tacto sensible.
Las pollopas son castañuelas económicas de plástico, pensadas para principiantes o niños. Las castañuelas de mejor calidad para conciertos se fabrican en exclusiva para cada cliente. Un dato importante es que existen diferentes tallas, adecuadas al tamaño de las manos de cada intérprete. Por ejemplo, un adulto de manos muy grandes necesitará mayores castañuelas.
Lo primero que hay que comprobar es que, de las dos castañuelas, cada una tiene un sonido diferente (una más agudo y la otra más grave).
La castañuela aguda se coloca en la mano derecha y la grave en la mano izquierda (si no sabe diferenciar el sonido, se puede distinguir porque la castañuela derecha tiene una línea incorporada en la parte superior, donde se separan las castañuelas). Deben colocarse en los dedos pulgares de cada mano, primero el extremo que tiene el nudo y luego el otro. Es imprescindible que las castañuelas queden bien ajustadas a los dedos pulgares, pero sin apretar excesivamente la concha ya que si no las resonancias no se producirían.
Para poder manejar bien las castañuelas es muy importante colocar los dedos correctamente. La posición adecuada es con las puntas de los dedos enfrentados y las palmas vueltas hacia el cuerpo.
La castañuela de la mano derecha se toca con los dedos: meñique y anular, corazón e índice. La castañuela de la mano izquierda hay que presionarla con los dedos corazón, anular y meñique al mismo tiempo.
El ritmo debe iniciarse con la mano derecha, cortando la última nota con el sonido de la castañuela izquierda. Para conseguir un buen ritmo es conveniente saber que el tañido de castañuelas se basa en las diversas combinaciones de cinco elementos independientes:
- CA-RRE-TI-LLA: Este elemento se emplea solo en la mano derecha. Intentando mover la muñeca lo menos posible, se empieza a tañer la CA-RRE-TI-LLA, que se compone de cuatro golpes: CA, con el dedo meñique; RRE, con el dedo anular; TI, con el dedo corazón; LLA, con el dedo índice.
- TAN: Se le llama así al golpe que debe dar la mano izquierda a continuación de CA-RRE-TI-LLA. Se da con los dedos anular y corazón simultáneos, sin que se note espacio de tiempo distinto entre los cuatro golpes de la CA-RRE-TI-LLA, y el golpe de TAN, aunque este último se da un poco más fuerte.
- TIN: Este sonido debe sonar después de la CA-RRE-TI-LLA-TAN. Se produce con los dedos anular y corazón de la mano derecha, simultáneamente.
- TIAN: Se le llama cuando el sonido TIN y el sonido TAN suenan juntos.
- POSTICEO: Este sonido consiste en el choque de las dos castañuelas. Para ello hay que llevar la mano derecha hacia la izquierda y entrechocar las dos castañuelas.
Las castañuelas son un instrumento de percusión representativo de la música española flamenca, el cual presenta un sonido distintivo de cualquier otro instrumento y que junto con la guitarra española clásica o flamenca forman parte del folklore y la cultura de este país.
Las castañuelas tienen más de tres mil años de creación, su invención se acuña a los fenicios quienes elaboraron las primera castañuelas o palillos, usando madera común y gracias al comercio se expandieron a lo largo del Mediterráneo, acentuándose en países como la actual Croacia o Italia. Sin embargo, fue España quien acogió a las castañuelas en el seno de su cultura, dándole el lugar y la importancia que tienen hoy en día, sobre todo en la música flamenca.
Pero mucho antes de ser utilizadas en el flamenco, las castañuelas ya tenían su lugar en la música clásica. Santiago de Murcia, uno de los guitarristas y compositores españoles más importantes del barroco, componía entreactos satíricos denominados “jácaras” donde las castañuelas tenían un papel fundamental. La variación era la técnica compositiva de este autor, donde un tema se repetía a lo largo de toda la obra presentando diversos cambios. Así pues, logró crear interesantes fandangos en 1730 donde destacaba la guitarra clásicas y por supuesto, las castañuelas.
Bocherini, compositor y violonchelista de origen italiano, compuso en 1798 una obra para el infante Luis Borbón y Farnesio donde las castañuelas tenían un papel protagónico. Por su parte Richard Wagner, compositor alemán, produjo hacia 1845 una ópera llamada Tannhauser, donde se puede apreciar el sonido de las castañuelas en Venusberg.
Entrando al siglo XX, el compositor y maestro Joaquín Rodrigo compuso su obra denominada Dos Danzas Españolas para Lucero Tena. Piezas fundamentalmente creadas para castañuelas y orquestas, la cual se estrenó en el teatro Pérez Galdós, en 1966. Ahora bien ¿cómo fue que las castañuelas pasaron de ser solo un instrumento musical a ser el instrumento que acompaña a una bailarina de flamenco?
A mediados del siglo XIX se creó la Escuela de Bolera de Baile, donde eran preparadas las mejores bailarinas para ser presentadas en teatros españoles y recorrer parte de Europa, especialmente París, Francia. El
mayor atractivo de esta escuela sin duda era, el uso de las castañuelas como acompañamiento del baile centrado en el movimiento de los brazos. Esta técnica no es única de la Escuela Bolera, sino que también pertenece al flamenco y forma parte de las similitudes que comparten ambas expresiones escénicas.
De esta manera, las castañuelas aunque son un hito dentro del flamenco, también suelen ser usadas en otras expresiones folclóricas españolas. De hecho, las castañuelas forman parte también de la expresión del folclore en Portugal y otros países de Iberoamérica. Finalmente, las castañuelas constituyen un acompañamiento clave en la danza y en la estructura rítmica de diversas composiciones musicales, siendo uno de los instrumentos de percusión más interesantes y antiguos que han sobrevivido con el pasar del tiempo hasta convertirse en el símbolo de toda una cultura y principalmente del Flamenco en España.
http://www.barcelonayflamenco.com/historia-las-castanuelas/
La caña rociera es un instrumento tradicional de Andalucía.1 Su nombre viene de que su uso es muy común en la romería de El Rocío.
Uso[editar]
Suele usarse como instrumento secundario de acompañamiento, también en el flamenco, para grupos; a veces puede llevar cascabeles.
Picacanyes
Una de las características que definen a la etnología es la comparación. Entre diferentes culturas y entre los diversos objetos que forman parte de la vida de los seres humanos de dichas culturas. Esta es una de las tareas que se desarrollan en un museo etnológico.
Por otro lado, existe un cierto desconocimiento acerca de lo que se puede encontrar en un museo etnológico. Para terminar de adobarlo, no todos los museos que tienen como disciplina la etnología tienen los mismos parámetros de trabajo. Los hay que conservan y gestionan el patrimonio relacionado con la vida doméstica, privada, comunitaria, laboral o religiosa en un ámbito local o más cercano a su territorio; otros tienen una perspectiva más artística de los objetos; los hay también centrados en una temática concreta —el campesinado, los cántaros o el corcho, por ejemplo—, y otros con una vocación más amplia que recogen objetos muy diversos y de muy diversas procedencias y conservan objetos que traspasan las fronteras, el país o el continente donde está el museo. Y a menudo, cómo no, hay hallazgos que nos pueden sorprender.
Este es el caso del Museo Etnológico de Barcelona, con objetos que provenienen de los cinco continentes. De entre miles de objetos he escogido uno que sorprende por su sencillez: es un modesto instrumento musical de los clasificados como idiófonos, que a menudo hemos definido como «instrumento popular catalán». De hecho, los que tenemos en el Museo son fabricados y adquiridos en Cataluña. Concretamente en el Pallars. Más catalanes imposible. Pero cuando uno se adentra en la comparación e investigación de información van apareciendo las sorpresas.
El instrumento está elaborado con un trozo de caña de las que hay en las rieras —Arundo donax, de nombre científico—, de unos 40 centímetros y que debe tener un mínimo de tres nudos. Para hacer uno hay que cortar la caña verticalmente por la mitad con una navaja, salvo el último trozo. En la última parte cortada, hay que hacer, con cuidado, una muesca. Por último, hay que suavizar los bordes cortados con un papel de vidrio. Habrá que practicar entonces para conseguir los ritmos que deseamos. Esta caña parece ser originaria de Asia, y ha colonizado desde tiempos antiguos los ríos y acequias del área mediterránea, del norte de África y de América. Está incluida en la lista de las 100 especies exóticas invasoras más nocivas del mundo. Este instrumento popular y tradicional «catalán» se utilizaba y se utiliza para acompañar canciones navideñas, a las caramelles y también en carnavales. Era costumbre muy arraigada en el mes de mayo que los solteros compusiesen serenatas a las muchachas, que después cantaban al pie de la ventana. Y a menudo se acompañaban con instrumentos sencillos —como el picacanyes, de una sonoridad sorprendente—. En ciertos lugares, también se usaba para espantar pájaros.
Pero fijémonos un poco en la catalanidad del instrumento:
En Cataluña lo llamaban «picacanyes», «picacanya» o «castanyoles de canya».
En las islas Canarias lo denominaban «caña rajada» ,que en otros tiempos era muy utilizada en el folclore canario, en el que también es conocida como «caña rociera» o «caña gitana» —en los colegios de Fuerteventura se imparten desde hace años talleres de confección y toque—.
En las Islas Baleares lo llaman «castanyeta de canya».
En Valencia, el mismo instrumento tradicional recibe el nombre de «canya badá» o «xitxarra».
En Euskadi, donde lo tienen también como instrumento tradicional, se denomina «kainabera».
En Murcia, a este instrumento tradicional del huerto murciano lo llaman «castañeta».
En Andalucía, es la conocida «caña rociera», que con frecuencia lleva añadidos unos cascabeles.
En Aragón lo llaman «cañoto», «cañera» o «caña tronzada», y no podía ser menos, ya que tienen una ciudad que lleva el nombre de la materia prima principal: Alcañiz. Su nombre viene del árabe Al-Qannis, que significa «las cañas» o «los cañizos», muy abundantes en la ribera del río Guadalupe, que rodea con un meandro la ciudad.
Los brujos de diferentes pueblos africanos tratan de provocar la lluvia imitándola y reproduciendo artificialmente las nubes y la tempestad, con el sonido de las cañas rotas que, según creen, atraen a las nubes. ¡Bien podría ser que originariamente tuviese que ver con aquellas prácticas mágicas para hacer llover! Y eso solo es un grano de arena de entre todas las cosas que tenemos en común.
http://ajuntament.barcelona.cat/museuetnologic/es/picacanyes
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