Las chácaras son un instrumento musical de percusión canario, de hueso o madera, similar a las castañuelas, pero de mayor tamaño. Es un instrumento idiófono y entrechocado, con un hueco en su interior. La chácara "macho", con un sonido más grave, marca el rítmo, y la chácara "hembra" es la que repiquetea o repica.
Son provenientes de .... Las chácaras son utilizadas en el folclore de las islas de El Hierro y La Gomera, siendo en estas últimas de gran tamaño, superando la de las manos de quien las ejecuta. En otras islas existen castañuelas de menor tamaño, pero reciben la denominación de castañuelas o castañetas.1
Pese a que no aparezca recogida en las fuentes, ni hayan aparecido restos en el registro arqueológico, el análisis etimológico parece señalar un origen anterior a la conquista castellana a dicho instrumento, emparentándose con las voces amazighes continentales šakar y aškaran, que vienen a significar pezuña, casco animal o uña.
Las claves son un instrumento de pequeña percusión formado por un par de bastones cilíndricos de madera maciza. Su diámetro es de aproximadamente 2 centímetros por una longitud de 25 cm. También se llama clave al instrumentista que lo ejecuta.
El sonido se produce al percutir uno sobre el otro. El ejecutante debe procurar sujetar el instrumento utilizando la menor superficie posible, para no ahogar el sonido. El timbre de este instrumento es agudo y dependiente del material o corte y tipo de madera, así también como de su acabado.Es un instrumento de altura determinada.
Su origen es afro-cubano. Desde Cuba, las claves pasaron a la música latinoamericana, donde se usan para marcar el ritmo, y de la música de baile pasaron a las orquestas de concierto.
Las claves son un instrumento de percusión de madera agitada formado por un par de bastones cilíndricos de madera maciza. Es el elemento fundamental y creador de toda la música latinoamericana.
Dicha percusión no entraña ni el más mínimo secreto o dificultad, puesto que cualquier persona que se encuentre oyendo música cubana, es capaz de seguir el distinguido ritmo con sus palmas de forma fácil, sencilla y grácil. El ejemplo lo encontramos en cualquier local de música latina del mundo, sean de cultura Occidental, Oriental, Islámica, o cualquier otra.
Aún careciendo de toda posibilidad melódica y/o armónica, estos dos palitos (y su patrón rítmico, sea 2/3 o 3/2) se han crecido tanto en las orquestaciones de música latina, que cualquier discusión acerca de la importancia de cada variable (sea instrumental o de composición) queda relegada a la infamia con sólo nombrar "las claves", puesto que en estas (y no en otras consideraciones) es donde realmente se encuentra el secreto de la música latinoamericana en general, y de toda la salsa hecha en cualquier país del mundo en particular.
La clave montuna se toca en patrones rítmicos de 4 tiempos (compasillo) o dos tiempos, según la notación musical, la velocidad y la intención del compositor.
En un primer momento, se utilizaron para marcar el ritmo de trabajo entre los astilleros cubanos.
Instrumento musical de origen cubano que se clasifica como idiófono de percusión directa. Se compone por dos palos independientes de madera, de forma cilíndrica. Para su ejecución se percute con uno de ellos sobre el otro.
La fuente de información más fidedigna sobre el nacimiento de las claves la aporta Fernando Ortiz en su ensayo “La clave xilofónica de la música cubana”, donde ubica dicho origen en los arsenales para la reparación y construcción de barcos que existía en La Habana durante los siglos XVI y XVII. Las claves o clavijas de madera dura se construían aquí para ensamblar tableros, también de madera, durante la reparación y construcción de buques de distintos tipos. Las mismas tenían forma cilíndrica o ligeramente cónicas y servían como clavos de unión entre las planchas de madera utilizadas en la construcción de la superficie de los barcos. También fueron utilizadas en construcciones civiles y militares de la época.
La primera utilización de estas clavijas como instrumentos de música ocurrió en los arsenales mencionados anteriormente, cuando fueron utilizadas para acompañar los cantos de trabajadores hispanos o africanos dedicados a esas labores. Desde sus inicios en la música, las claves funcionaron como guías rítmicas del canto. Comenzaron así a organizar rítmicamente la música que acompañaban, que por supuesto carecía del ordenamiento métrico que ya en aquel entonces proponía la música escrita.
Las claves ejecutaban patrones o esquemas rítmicos de gran precisión, que servían para organizar y estabilizar no solo el ritmo, sino toda la música en si. Por esta razón, al incrementarse con el tiempo la cantidad de interpretes participantes y hacerse más y más complejas las interpretaciones, las claves incrementaron su importancia en la música cubana, sobre todo en aquella que se trasmitía de forma oral o espontánea.
Los esquemas rítmicos propuestos por estos instrumentos se convirtieron así en equivalentes al empleo de la barra de compás en la música escrita. Ellos lograban impregnar a la transmisión oral exactamente la misma precisión rítmica y por tanto la misma capacidad de organización de la música que se lograba en esa época sólo con su escritura. Con el tiempo lo más importante no fue el instrumento musical en si, sino los patrones rítmicos que con él se proponían. Apareció de esta forma otro elemento característico de la música cubana que ayudó sustancialmente a enriquecerla: el esquema o patrón rítmico conocido también como clave cubana.
Este esquema puede ser representado con cinco notas en un compás de dos por cuatro. Estas serían : corchea con puntillo, semicorchea ligada a otra corchea con puntillo, semicorchea ligada a corchea que da inicio a otro compás, corchea y otra corchea, se completa el segundo compás por un silencio de corchea.
Como se puede deducir de esta descripción, se trata de un esquema lineal de gran elaboración y complejidad, pero funciona con un increíblemente fuerte poder de estabilización rítmica. Quizás es esta la razón por la cual se expandió hacia formas y géneros muy diversos dentro de la música cubana.
Durante el siglo XIX este esquema aparece en géneros antiguos pertenecientes al complejo de la rumba y también hacia finales de ese siglo aparece como ordenador del canto en el complejo genérico del punto cubano. Solo después de la segunda década del siglo XX, es que las claves comienzan a ser utilizadas en diferentes géneros musicales del complejo del son cubano, sobre todo en sus versiones urbanas.
El empleo de este esquema, sobre todo al aplicarlo a músicas, cubanas o no, que han encontrado ya su forma escrita en partituras, ha creado frecuentemente grandes confusiones entre los músicos, pues su capacidad intrínseca de organización, no siempre se deja regir por la utilización del compás en la notación musical. Este hecho, que se verifica con cada vez mayor frecuencia, se ha dado a conocer como “el terror de la clave”.Los músicos llaman a este fenómeno como estar “montado” y el mismo indica que el intérprete está tocando el esquema de la clave invirtiendo los dos compases que lo representan en su forma escrita. Todo esto se complica por la existencia de dos esquemas de claves que resultan precisamente de invertir o dejar al derecho los dos compases que contienen dicho esquema. Hoy día se conocen estos esquemas como clave de rumba o de guaguancó y clave de son. El primero comienza con las dos corcheas seguidas y el segundo por la corchea con puntillo. Es frecuente en la música salsa que en la interpretación de sones se utilice la clave de la rumba. Este comportamiento ha sido criticado por los músicos legítimamente soneros, sin embargo, con el mismo se demuestran las posibilidades que aún tiene la clave para enriquecer la música cubana.
Los crótalos o chinchines son unos placófonos de pequeña percusiónconformados por unos diminutos platillos de bronce, que se anudan mediante tiras de cuero a los dedos pulgar y medio. Para hacerlos sonar, se los entrechoca entre sí, rozando sus bordes.
Aunque en la actualidad los crótalos son los platillos de metal, en su origen eran de madera, muy parecidos a las castañuelas. No debe confundirse esta clase de crótalos, de altura indeterminada, con los crótalos afinados, de altura determinada. Los crótalos (Krotalo en griego) son uno de los instrumentos de percusión más pequeños y más antiguos, de los que se tiene constancia a través de las representaciones en bajo relieve de egipcios y asirios. De hecho, la mitología suele representar a las musas danzando mientras hacen sonar los crótalos entre sus dedos. Al igual que las especies y la seda, los crótalos también viajaron por el resto del continente asiático.
Los platillos pueden ser lisos o decorados. Algunos crótalos tienen apenas cuatro centímetros de diámetro. Los crótalos con relieve suelen estar decorados con mantras y símbolos budistas. A mayor tamaño, mayor resonancia tendrá el sonido. Cuanto más pequeño, más potente será el agudo.
Desde Oriente Medio hasta nuestros días, desde Egipto, a la India (Kártalas) y a Turquía, como parte del folclore turco y en las danzas orientales, los crótalos son un pequeño instrumento que ha viajado por medio mundo.
Los címbalos, que están compuestos por dos platillos de bronce, se diferencian de los crótalos en que cada uno de ellos se sujeta con una mano. En los monasterios budistas tibetanos se utilizan para las denominadas pujas o rituales. El lama que dirige el ritual, el de más alto rango, es el que hace sonar los címbalos.
En España[editar]
Se utilizan en los Verdiales o Fiesta de Verdiales, manifestación festiva de origen antiquísimo y campesino, y de naturaleza socio-musical, privativa de determinados puntos geográficos en la provincia de Málaga (comarca de la Axarquía, Valle del Guadalhorce y Montes de Málaga). El baile es un particular fandango cantado y bailado con el acompañamiento de una orquestina compuesta por un violín, dos a cuatro guitarras, un pandero, dos o más pares de platillos o crótalos, varios palillos (castañuelas) y, en algunos de sus estilos, un laúd o bandurria.1
En Egipto[editar]
En la civilización egipcia la danza era acompañada con las palmas o bien con chasquidos de los dedos de las bailarinas. Posteriormente se impusieron los crótalos.
Según Heródoto, los devotos de la diosa egipcia Bastet tocaban los crótalos como acompañamiento de la flautacuando procesionaban al templo de Bubastis.2
Kártals, en la India[editar]
Desde la antigüedad, en la India se utilizan crótalos más grandes, llamados Kártalas (del sánscrito kará: ‘mano’, y tāla: ‘ritmo, compás’). Se utilizan principalmente en los cantos dedicados a las Deidades (ídolos de piedra), ya sea en forma de
- kīrtan (canto fuerte, de pie)
- bhajan (canto suave, sentado).
Los kártalos se atan con cintas de tela al dedo medio de cada mano y se entrechocan. Generalmente, al tocar durante demasiado tiempo o con demasiada fuerza, se lastima la segunda falange de estos dedos.
En Turquía[editar]
Los crótalos son instrumentos típicos del folclore turco, de hecho, son muy utilizados por las bailarinas de las danzas orientales, danza del vientre, etc.
En la orquesta moderna[editar]
Dentro de la orquesta, los crótalos se agrupan en el subgrupo de pequeña percusión.
Instrumentos en la danza del vientre[editar]
En las danzas árabes los crótalos los toca la bailarina para acompañar su danza. También llamados zils, palabra que deriva de la turca "zilya", que significa platillos, o zagat, en el idioma árabe. Estos fueron instrumentos sagrados alrededor del 1000 a. C. Usados en Turquía y desde Arabia hasta Marruecos.
TAMBIÉN PERTENECEN AL GRUPO DE LOS IDIÓFONOS. SE LES CONOCE CON EL NOMBRE DE CHINCHINES.SON UNOS PEQUEÑOS PLATOS, APROXIMADAMENTE DE UNOS CINCO CMS DE DIÁMETRO, QUE POSEEN DOS PEQUEÑOS ORIFICIOS EN EL CENTRO POR DONDE ENTRA UN ELÁSTICO QUE SE INTRODUCE POSTERIORMENTE EN LOS DEDOS ÍNDICE Y PULGAR. SE LES HACE SONAR PERCUTIÉNDOLOS UNO CONTRA OTRO SUAVEMENTE. TAMBIÉN SE LES PUEDE HACER SONAR, PERCUTIÉNDOLOS UNO CONTRA OTRO EN SUS BORDES DE ARRIBA HACIA ABAJO. |
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