El carnaval de Isla Cristina, en la provincia de Huelva, es uno de los más antiguos y famosos de España1 y está declarado como Fiesta de Interés Turístico de Andalucía,2además de ser el que más interés suscita tras los de Cádiz y Santa Cruz de Tenerife.3Celebrado 40 días antes de la Semana Santa, coincidiendo el "entierro de la Sardina" con el miércoles de Ceniza, tanto el pueblo isleño como los foráneos participan activamente en comparsas, cabalgata de carrozas, bailes y concursos de disfraces. El gusto de los isleños por esta fiesta es tal que hizo que se celebrara incluso durante los años de la represión durante la dictadura, cuando se denominaba, debido a la prohibición, Fiestas Típicas de Invierno (del mismo modo que en Cádiz eran denominadas Fiestas Típicas Gaditanas).4Es igualmente la fiesta con mayor presupuesto del ayuntamiento con motivo de la gran afluencia de público y al masivo seguimiento local. Es, finalmente, uno de los que poseen más relevancia y seguimiento, con varias retrasmisiones por RTVE y numerosas citas en prensa.
...uno de los carnavales más importantes de España.Ideal1
El Carnaval de Isla Cristina, casi tan popular como el de Cádiz, es sin embargo el más transgresor y adulto de toda Andalucía.
Carnaval de Isla Cristina | ||
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Telón del Teatro del Carnaval | ||
Otros nombres | Fiestas Típicas de Invierno (durante la prohibición de 1968-1975) | |
Ubicación | Isla Cristina (Huelva) España | |
Comienzo | aproximadamente, 16 días antes del inicio de la Cuaresma | |
Término | aproximadamente, 4 días después del miércoles de Ceniza | |
Fecha | entre febrero y marzo (fiesta móvil) | |
Motivo | fin del rigor de la temporada de pesca | |
Significado | el fin a la temporada de pesca simbolizada con el entierro de la sardina, es la excusa para el desenfreno ante la necesidad de austeridad hasta la llegada de la siguiente temporada | |
Costumbres | confección de los disfraces propios, representación de agrupaciones dentro y fuera del teatro, celebración del Baile de Carnaval y rotura de piñatas al final de la fiesta. |
Fecha de celebración[editar]
El carnaval se prolonga durante al menos 21 días, desde el día siguiente al Pregón del Carnaval, hasta el domingo de Piñata de tres semanas más tarde. Si el número de agrupaciones a actuar es muy elevado, las dos semanas de teatro pueden convertirse en tres, adelantándose el carnaval una semana. Los días de celebración del carnaval no son estables, es lo que se conoce como una fecha móvil en el calendario. Depende de la Semana Santa, y ésta a su vez de un más o menos complicado cálculo lunar respecto a la entrada del equinoccio de primavera. Teniendo esta fecha, podemos contar 43 días antes del domingo de resurrección para obtener el sábado de la final del concurso de teatro de Carnaval, es decir, el sábado de 6 semanas antes. Las fechas desde 2011 hasta 2030 de los sábados de la final del concurso, esto es, día de inicio del carnaval de calle, siendo la cabalgata al día siguiente, el domingo, serían las indicadas en la tabla:6
5 de marzo de 2011 | 18 de febrerode 2012 | 9 de febrero de 2013 | 1 de marzo de 2014 | 14 de febrerode 2015 |
6 de febrero de 2016 | 25 de febrerode 2017 | 10 de febrerode 2018 | 2 de marzo de 2019 | 22 de febrerode 2020 |
13 de febrerode 2021 | 26 de febrerode 2022 | 18 de febrero de 2023 | 10 de febrerode 2024 | 1 de marzo de 2025 |
14 de febrero de 2026 | 6 de febrero de 2027 | 26 de febrero de 2028 | 10 de febrero de 2029 | 2 de marzo de 2030 |
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Inicios
Las primeras noticias acerca del carnaval de Isla Cristina las encontramos en una serie de "prevenciones" o normas que en 1832 dicta Lorenzo Elías como presidente (alcalde) del Ayuntamiento de la Real Isla de la Higuerita (primitivo nombre de Isla Cristina) con el fin de salvaguardar la inmoralidad general de sus gobernadores. De éstas, se colige que el carnaval es algo ya arraigado tal y como se indica por "la costumbre" de su celebración, traídas muy probablemente por los marineros levantinos que fundaron el puerto en el siglo XVIII. De un total de 18 prevenciones, dos de ellas estaban dedicadas al Carnaval, que por elocuentes se transcriben:7
- 33ª - No se prohíben las máscaras y diversiones racionales en los tres días de carnestolendas autorizadas por el tiempo y la costumbre.
- 34ª - No se consideran comprendidas en la prevención 33ª a la multitud de prácticas abusivas que ni tienden al placer y desahogo público ni guarden conformidad con la seguridad personal, el decoro popular, la decencia ni las buenas costumbres.
El siguiente documento que en orden cronológico se trae a colación data de 1858 y se trata de un bando de la Alcaldía en el cual se recogen explícitamente las prácticas prohibidas durante el carnaval; éstas eran:
* Vestir trajes de ministros de la religión, militares o institucionales, llevar armas y verter aguas fecales sobre los enmascarados.
Por otra parte, se permitía la apertura de los establecimientos de bebidas y juegos únicamente hasta el toque de ánimas.
Siglo XIX, consolidación[editar]
En 1866 y años anteriores la fiesta había tornado mayores magnitudes, ampliándose al fin de semana anterior a los días propios del Carnaval, lunes, martes y miércoles de Ceniza, dilatándose hasta altas horas de la noche. La autoridad local, a la vista de los abusos observados en años anteriores vuelve a emitir un bando en 1867 acotando las carnestolendas a los tres días propios "respetando la antigua costumbre que los autoriza".
Pocos años más tarde, en 1876, se elaboraron las primeras Ordenanzas Municipales de Isla Cristina hasta ahora conocidas. El Carnaval, como no podía ser de otro modo, queda recogido en dichas normas en el capítulo "Festividades Populares", exclusivamente destinado a regularlo, como más adelante veremos. Lo verdaderamente interesante de este capítulo es la articulación de las normas y comportamiento en el Teatro. Ello nos permite deducir que por esa época ya se realizaban actividades carnavalescas en el marco del teatro, lo cual supuso un importantísimo ingrediente a la fiesta.
Todos los bandos municipales de los años posteriores a las Ordenanzas de 1876 (se conservan los de 1881, 1885, 1891, 1892, 1893, 1895, 1898 y 1899) consistirían, básicamente, en recordar a éstas, sin portar ninguna novedad; habría que hacer una excepción, puesto que 1898, se menciona por primera vez al hoy popular Domingo de Piñata. Por el interés que pudiera tener, transcribimos a continuación el capítulo 4º de las referidas ordenanzas:
Art. 15 - Durante el Carnaval se permitía andar por las calles con disfraz y con careta pero solo hasta el anochecer; prohibiéndose el uso de trajes de ministros de la Religión y altos funcionarios de la Milicia y del Estado.Art. 16 - Se prohíbe a los enmascarados llevar armas o espuelas por las calles y a los bailes, aún cuando lo requiera el traje que lleven.Art. 17 - Solo la autoridad y sus dependientes podrán obligar a quitarse la careta a la persona que hubiese cometido alguna falta, no guardándose el decoro correspondiente o causase cualquier disgusto en el público.Art. 18 - Nadie podrá dar bailes públicos ni celebrar espectáculos alguno por retribución o sin ella sin permiso de la autoridad competente.Art. 19 - Todas las funciones que tengan lugar en al teatro serán presididas por la autoridad, la cual cuidará por el orden público.Art. 26 - Los que contravinieren a estas disposiciones serán castigados con la multa de cinco a diez pesetas.Festividades Populares. Isla Cristina a 5 de junio de 1876. Firmado: el alcalde, José Ferrera Martín-Hidalgo.nota 1
Es en esta época cuando la actividad pesquera inicia su época de mayor esplendor en Isla Cristina, creándose colonias conserveras en la bahía de Cádiz y su litoral anexo. Es por este motivo por el que empieza a adquirir un estilo muy gaditano el carnaval de Isla Cristina: estilo de letras, tipos de agrupaciones, etc. No es casualidad, por tanto, que los mejores momentos del Carnaval suelen coincidir con las mejores épocas de pesca en Isla Cristina.
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Los Carnavales de Isla Cristina del siglo XIX, que tan extraños pueden resultar y que tan distintos a los de hoy nos pudieran parecer no se han perdido. El espíritu y la esencia del primitivo Carnaval se manifiesta en las calles isleñas cada Miércoles de Ceniza en toda su libertad. Los rostros cubiertos durante la noche (siempre estuvo prohibido), las alusiones eróticas y la desconsideración al decoro y la moralidad han perdurado con el paso del tiempo por encima de todo intento de poner coto, sobre todo durante buena parte del siglo XX.
Entrando en la época de oro del Carnaval isleño, los años 1920 y 1930, tenemos comparsistas y letristas históricos, incluyendo además la banda del maestro Piris, que aún en el siglo XXI es recordada. De esta época son algunas de las mejores letras históricas del carnaval.8
Interrupción durante la guerra civil[editar]
Hasta 1936 se celebró ininterrumpidamente el carnaval, año éste en que las letras y motivos de las agrupaciones se tiñeron del aire bélico que reinaba en España. Llega a partir de entonces un momento de letargo en el que deja de existir el Carnaval de Teatro debido a la censura del Carnaval en toda España. Sin embargo, y debido al carácter de sus habitantes, en 1950 y a pesar de la prohibición, se comienzan a ver de nuevo disfraces por la vía pública. Ese primer año del "renacer" del Carnaval son sólo algunos los que se atreven, siempre a cara descubierta, a salir disfrazados aunque sin maquillaje. La experiencia es satisfactoria y las autoridades locales hacen la vista gorda, por lo cual, en los sucesivos años se empiezan a recuperar algunas costumbres carnavalescas, incluyendo máscaras, maquillaje y hasta grupos que confeccionaban su disfraz a juego. Así, y dado que cada vez había más trasgresión de la norma, a mediados de la década de 1950 las autoridades corrían a detener a aquellos que atentaban contra el decoro o no eran fácilmente reconocibles, por lo que la mayor diversión del momento consistía en correr de esquina en esquina para evitar a la policía y darles, nunca mejor dicho, "esquinazo". En cualquier caso, pocos fueron los que no resultaban apresados, pero siempre bajo la misma forma de proceder: una vez en comisaría, entraban por una puerta del calabozo y salían por otra, o bien eran puestos en libertad al anochecer siempre con el oportuno cambio de vestimenta.8
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Hacia 1968, toda vez que resultaba imposible detener las ansias isleñas de carnaval, se vuelve a permitir la celebración del Carnaval de Teatro, iniciándose en este año el nuevo ciclo de creación de agrupaciones carnavaleras que se representarían en el nuevo Teatro Gran Vía, o "del Carnaval". La única salvedad estribaba en que, dado que oficialmente el Carnaval estaba prohibido, el nombre de la fiesta quedaría como Fiestas Típicas de Invierno de Isla Cristina, nombre que mantuvo hasta el fin de la prohibición total en 1976.
Organización[editar]
La cuna del Carnaval es el Teatro Gran Vía, que constituye un símbolo más del Carnaval isleño; en él tuvieron lugar las actuaciones teatrales hasta la inauguración del nuevo teatro Horacio Noguera. Tras la semana de teatro (que puede alargarse hasta los 14 días o incluso más) se da paso a la Gran Cabalgata del Carnaval, que tiene lugar habitualmente el domingo, al día siguiente de la clausura del concurso de teatro. La entrega de premios teatrales suele celebrarse en la noche del sábado. El Carnaval prosigue con la semana de Calle, en la que la actividad se traslada a toda la ciudad y el Pueblo en su conjunto sale a la calle. Durante esa semana de Calle, el "entierro de la Sardina" es el día grande, que concluye con una salva de fuegos artificiales seguida del Baile de las Viudas. Finalmente, el siguiente domingo, conocido como "domingo de Piñatas", tiene lugar la rotura de piñatas por los niños.
El carnaval se celebra durante las dos semanas anteriores al miércoles de ceniza hasta el domingo siguiente, si bien la duración puede variar en función del número de agrupaciones que concursen. Debido a que este miércoles, inicio de la cuaresma, es una fecha que se rige por el calendario lunar, el carnaval es cambiante en la fecha. Suele coincidir con los últimos días de febrero. Se estructura en la semana de teatro, inicio del carnaval, y semana de calle. Al teatro concurren agrupaciones desde onubenses y gaditanas, hasta Portugal, portuguesas, según el año, o de otras provincias cercanas.
Semana de Teatro[editar]
La semana de teatro comienza con la interpretación de las murgas, cuartetos, comparsas y otras agrupaciones en el teatro para competir por los primeros premios en sus categorías. A medida que la semana va avanzando las agrupaciones menos preparadas van siendo retiradas, solo pasan a las siguientes fases las mejores. Los últimos días de la semana, jueves y viernes, son la semifinal (en años anteriores, con menos número de agrupaciones eran la semifinal y la final) siendo el sábado la final y la entrega de premios. La entrega de premios normalmente es retransmitida por televisiones autonómicas y, por supuesto, locales. La salida de la gente del teatro el sábado en la noche pone fin a la semana de Teatro y da comienzo a la semana de Calle.
Semana de Calle[editar]
Tras el fin de las actuaciones teatrales y la entrega de premios del Carnaval, la gente sale a la calle masivamente, la cabalgata, normalmente el domingo, con los disfraces y carrozas unos con motivos de las agrupaciones y otros con mecenazgo independiente o municipal, inicia con gran estruendo la semana de Calle, en la que la gente se disfraza, teniendo en cuenta que, según el día, más de la mitad de la población que pasea lo hace disfrazada y por la noche es raro ver gente sin disfrazar. El día más importante de esta semana es dicho de Cabalgata. No se queda atrás en animación y fiesta el miércoles siguiente, que es tan festejado o incluso más que el propio sábado de carnaval, día del entierro de la sardina en el que se hace una nueva cabalgata-procesión de viudas y una o varias carrozas cuyo motivo principal de al menos una es el funeral de la sardina que finalmente será quemada a modo de falla carnavalera con juego pirotécnico en el final de su recorrido, que suele ser la barriada de la Punta. Otros días clave del carnaval de calle son el baile Rosa, que cada año tiene una temática diferente, y el último día del carnaval, el domingo de piñata (aunque a veces el domingo de piñata se celebre un sábado).
El carnaval no siempre ha gozado de la fama actual, durante muchos años estuvo prohibido, sobre todo durante la dictadura, aunque gracias al espíritu isleño se siguió celebrando a pesar de tener que pasar por calabozo todo aquel que era visto disfrazado. La técnica consistía en ser apresado por la autoridad local, tomar los datos, entrar por la puerta delantera del calabozo y salir por la trasera, de forma que el festejo continuaba y la autoridad cumplía con su cometido, "aunque no fuera muy cuidadosa con el cumplimiento íntegro de la pena".
Premio Pito de Caña[editar]
Año | Galardonados |
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2004 | Manuel Casado Carrillo "Manolo el Pintao" |
2005 | Miguel Gómez Martínez "Miguelín" |
2005 | Horacio Noguera (a título póstumo) |
2006 | Wenceslao Ríos Mora "W. Ríos" |
2007 | Jose María Rivero Lagarejo |
2008 | Juan Carlos Casado Carrillo "El Pintao" |
2009 | Juan Columé Millán |
2009 | Manuel Beas Conde (a título póstumo) |
2010 | Manuel Rodríguez Mascareña |
2011 | Enrique Jabares Barrera |
2012 | José Biedma Viso |
2013 | Antonio Cárdenas Cárdenas |
2014 | Francisco Bueno Chale |
2015 | Manuel Carrasco Galloso |
2016 | Rafael Rodríguez Redondo |
2017 | Juan Cárdenas Gómez |
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Estas referencias al antiguo carnaval, aunque no aporten datos relevantes, sí adquieren importancia debido a la escasez de crónicas de aquella etapa. El primer relato lo deja en 1923 un isleño entrado en años que describía en la prensa local unos acontecimientos que le habían sucedido en su niñez:
"Corría el año 1863, apenas se podía llamar aldea a lo que hoy se llama Isla Cristina. José y Ana vivían luchando continuamente por su existencia. Él era Patrón, ella tenía bastante lucha con los seis hijos que tenían. La época era mala y la vida difícil, los ingresos no llegaban a cubrir las más perentorias necesidades. Era carnaval y Ana, tomando el único real que encontrara en sus bolsillos, llamó al mayor de sus hijos, un diablillo de ocho años llamado Manuel. Toma, le dijo, corre a la tienda y cómprame una libra de arroz; no tardes que va a venir tu padre y quiero tener la comida lista. Manolillo Flores corrió por las calles arenosas de la Isla y... llevado del entusiasmo que le ocasionaba el paso y los gritos de las máscaras, ni corto ni perezoso, se acercó al primer tienducho que vio a mano y compró una careta con el real que le había dado su madre. Loco de contento se la colocó y legre, saltó, gritó y brincó en medio de la multitud hasta quedar rendido. El tiempo corría, corría insensiblemente cuando en un momento de reposo, vio acercarse a su madre con el rostro de preocupación por la tardanza de Manolillo. Ana, al verle con la careta, intuyendo que se había gastado el dinero de la comida en la máscara, descargó toda su rabia contra el chiquillo, propinándole tan excelente paliza que Manuel Flores recordaría durante toda su vida cada vez que llegaba el Carnaval".
Años más tarde de la narración de Flores, un autor anónimo aporta otro apreciable testimonio de los Carnavales del último tercio del siglo XIX:
"Se celebraban las fiestas del Carnaval. Como siempre, el paseo de los Reyes era casi insuficiente para la riada de máscaras que durante los tres días y Domingo de Piñata concurrían a dicho paseo, donde las serpentinas y confeti formaban una tupida alfombra de mil colores. El suelo terrizo no levantaba polvo y en los poyetes de mampostería descansaban los mirones y alguna que otra díscola Colombina con su inseparable pierrot. Por los dos, obstruyendo la libre circulación, infinidad de puestos con caretas, antifaces, paquetes de serpentinas, trompetas y otros artículos indicados para la broma y el disfraz. No recuerdo que este paseo tuviera antiguamente otro cometido más trascendental fuera de las carnestolendas".
Por último se rescata el testimonio de Francisca Faneca, isleña nacida en 1868 que emigró a Sanlúcar de Barrameda en 1881. En una entrevista recogida por Sosa Rodríguez9 cuando Francisca contaba con 102 años de edad, ésta manifestaba que su mejor recuerdo de Isla Cristina era el Carnaval vivido en su infancia; tanto era así que todavía recordaba la letra de una murga de la época:
no hay mujeres en el mundo
como la esposa de don Ruperto
que toíto su cuerpo
es contrahecho
tiene un ojo de cristal
y oreja de cera
el brazo izquierdo de goma
y la pierna de madera
tiene la frente adornada
con preciosos rizos negros
pero ¡chiquillo! Está hecho
del bigote de su suegro.Sosa
Estamos, si los datos de Sosa son correctos, ante la letra de Carnaval más antigua que se conserva, muy probablemente de 1881.
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La profunda transformación económica, social y cultural que experimentó Isla Cristina desde los primeros años del siglo XX también tendría gran repercusión sobre el Carnaval, lográndose niveles artísticos y musicales insospechados. Las altas cotas de calidad alcanzadas en las manifestaciones carnavalescas de este siglo dejaron en la sombra a las ancestrales celebraciones; sin embargo, no son pocos, como se ha visto, los testimonios documentales y personales que nos recuerdan una época en la que los Carnavales isleños también tuvieron importancia.
Desde finales del siglo XX, las organizaciones carnavaleras de Isla Cristina no son las únicas que compiten durante la semana de teatro, muchas agrupaciones de fuera vienen a Isla Cristina para competir. Además, las agrupaciones de Isla Cristina no lo son únicamente durante el carnaval. Durante todo el año estas agrupaciones tienen sus actividades como peñas culturales y en los últimos meses ensayan y preparan sus interpretaciones de gran calidad teatral.
Desde principios del siglo XX, el carnaval ha tenido para el público sus propios locales de disfrute, la Sociedad "La Unión", con tradición desde 1922, ha dispuesto de un local donde de típicametne se han interpretado, tras el teatro, las agrupaciones que participaron en cada edición. Esta es una costumbre del carnaval isleño, al igual que en el de Cádiz: al concluir cada agrupación sus interpretaciones en el teatro, pasan a los bares y casinos a deleitar a sus clientes, aunque durante algunos años en los que el carnaval fue trasladado a la zona de la avenida Parque y al no existir bares acondicionados para ello, se pasó por alto esta costumbre.
El teatro en el que más años se celebró el concurso de murgas y comparsas fue el Gran Vía, derribado en 2007. Desde que se inauguró el nuevo teatro Horacio Noguera el anterior le cedió el puesto como teatro del carnaval. Desde 2004 se viene celebrando en este nuevo teatro el concurso anual, mejor acondicionado y perfectamente equipado con las modernas técnicas auiovisuales de todo teatro moderno.
La Asociación Carnavalera Isleña (ACI) es la sociedad que agrupa la gran mayoría de peñas y vela por los intereses de las agrupaciones.
En los primeros años del siglo XXI se inauguró el museo del Carnaval, tras la remodelación de uno de los edificios más antiguos de la ciudad, el patio de San Francisco, en la calle del mismo nombre. Alberga una colección de carteles históricos del carnaval así como disfraces que a lo largo de la historia han formado parte del carnaval de Isla.
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Las agrupaciones isleñas suelen actuar en otros carnavales, frecuentemente en Cádiz, desde hace décadas, aunque debido al tema de las letras, más bien locales, cada agrupación es mejor entendida en su ciudad.
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