Evangelio de Judas a un texto utilizado, según testimonios de los Padres de la Iglesia, por la secta gnóstica de los cainitas. Fue compuesto durante el siglo II alrededor de los años 130-150.1 Este evangelio se creía desaparecido, pero durante los años 1970fue hallado en Egipto el códice Tchacos copto del siglo IV (supuestamente traducción de un original griego del cual no se conserva ningún ejemplar) en el que aparece un texto que parece corresponder al Evangelio de Judas mencionado en la literatura cristiana primitiva.2
En 2006 la organización National Geographic Society hizo público su trabajo de restauración y traducción del manuscrito. También en ese mismo año la organización National Geographic Society elaboró un video documental titulado "The Gospel of Judas" (El Evangelio de Judas).3
En el texto se hace una valoración positiva de la figura del apóstol Judas Iscariote, que en los cuatro evangelios canónicos es considerado como traidor a Jesús. Según este evangelio gnóstico, Iscariote fue su discípulo favorito, y si entregó a su maestro a las autoridades romanas fue en cumplimiento de un plan previsto por el propio Jesús.
En el año 2007, tras revisar una transcripción del manuscrito, la biblista April D. DeConick, profesora de la Universidad Rice (Estados Unidos), rechaza esa interpretación argumentando errores de traducción.4 El 21 de marzo de 2008 el experto en copto Marvin Meyer, que formó parte del equipo de traducción de National Geographic, rebate las conclusiones de DeConick defendiendo la traducción original con base en otros textos gnósticos.
La primera referencia moderna conocida a este texto data de 1983, cuando alguien propuso su compra a la Universidad Metodista del Sur y el experto Stephen Emmel pudo examinarlo brevemente, junto con otros manuscritos. Según se cree, lo descubrieron en 1978 unos campesinos egipcios en la localidad de Menia, y fue sacado de Egipto de forma ilegal. El anticuario que intentó venderlo pedía una cifra que los posibles compradores consideraron excesiva (tres millones de dólares por el lote en el que iba incluido), por lo que tuvo que desistir. El texto estuvo depositado desde 1984 en un banco de Nueva York.
En 2002 lo adquirió la Maecenas Foundation for Ancient Art, radicada en Basilea, una fundación privada de Suiza, dirigida por el abogado Mario Roberti. Esta fundación contactó con National Geographic Society para que restaurase, datase y tradujese el manuscrito. Según el vicepresidente de esta institución, Terry García, el códice estaba muy deteriorado, y, si no hubiesen actuado de inmediato, hubiera acabado convirtiéndose en polvo.
Rudolf Kasser hizo pública la existencia del texto en una conferencia que tuvo lugar en París, en julio de 2004. Al año siguiente, un portavoz de la Maecenas Foundation anunció su traducción inminente al inglés, francés y alemán.
National Geographic Society eligió para hacer pública la restauración y traducción del manuscrito la fecha del 6 de abril de 2006, próxima a la Semana Santa, en que se conmemora la muerte de Jesús de Nazaret. El 9 del mismo mes programó el estreno televisivo de un documental sobre el manuscrito.
Contenido[editar]
El texto del Evangelio de Judas es un relato de unas doscientas cincuenta líneas, cuya traducción a un idioma moderno contrasta con los extensos relatos evangélicos porque sólo insume alrededor de siete páginas. Se encuentra en un códice de 66 páginas, más de un tercio del cual es ilegible, y que contiene otras tres obras. Dos de ellas (el Primer Apocalipsis de Santiago, y la Epístola a Felipe, atribuida a San Pedro) son obras gnósticas ya conocidas por los hallazgos de Nag Hammadi. La tercera es un fragmento de un texto desconocido, titulado provisionalmente Libro de Alógenes.6 Todos los textos están escritos en el dialecto sahídico del idioma copto, aunque es una traducción de un original griego. Mediante varios métodos, entre ellos el del carbono-14, el códice ha sido datado entre los años 220 y 340.
El papiro se encuentra muy deteriorado: algunas partes del texto se han perdido y otras se conservan sólo fragmentariamente. Veintiséis de las 66 páginas corresponden al así denominado Evangelio de Judas. La parte que ha podido ser traducida comienza indicando que se trata de las revelaciones que Jesús hizo a Judas Iscariote, en conversación privada, tres días antes de la Pascua. Escrito en tercera persona, el texto es un diálogo entre Jesús y sus discípulos, especialmente Judas, que aparece como el discípulo favorito de Jesús. Según este evangelio, Judas entregó a su maestro a los romanos siguiendo órdenes del propio Jesús, quien profetizó: "Tú serás el decimotercero, y serás maldito por generaciones, y vendrás para reinar sobre ellos" (página 47 del manuscrito).
El Jesús que presenta este evangelio es desenfadado. Mientras en los evangelios canónicos Jesús de Nazareth nunca es presentado riendo y menos con malicia, en el texto gnóstico el personaje llamado Jesús se ríe con frecuencia de los malentendidos de los demás discípulos y de su devoción, a la que pretende superficial. En particular, se ríe de modo sardónico mofándose de la ignorancia ajena. Los apóstoles y discípulos se ponen furiosos al ver que este Jesús se burla de ellos; todos, menos el otro protagonista denominado Judas, que responde al primero, "Yo tengo conocimiento de quién eres tú y de dónde vienes. Tú vienes del inmortal reino de Barbelo." En los antiguos textos gnósticos, Barbelo es la Divina Madre de todo y la prudente previsión o lógos que posee el Uno Infinito.
Debido al "conocimiento" (gnosis, en griego) de Judas, acerca de que Jesús viene desde "el inmortal reino de Barbelo", a Judas se le promete una revelación "referida a secretos que ninguna otra persona ha conocido nunca". La inversión de la relación tradicional entre Jesús y Judas que plantea el texto es que Jesús le está agradecido a Judas y lo elogia: “Tú los superarás a todos ellos. Porque tú sacrificarás el hombre que me reviste (...). La estrella que indica el camino es tu estrella.” (n. 56-57). La última parte de la "revelación" que el "Jesús" gnóstico brinda a Judas es la siguiente. Los paréntesis rectos indican lagunas del texto; es de notar la referencia a "Cristo" y el lugar atribuido al mismo en el universo:
La multitud de aquellos inmortales es denominada cosmos -que significa perdición- por el Padre y las 72 luminarias que están con el Autogenerado y sus 72 eones. En El apareció el primer humano con sus poderes incorruptibles. Y el Eón entonces apareció con su generación, en quien la nube de conocimiento y el ángel es llamado El. [...] eón [...] después de eso [...] dijo, hagamos que doce ángeles adquieran realidad para gobernar sobre el caos y el mundo subterráneo. Y hete aquí, que desde la nube emergió un ángel con destellos de fuego en su faz y sucio de sangre en su apariencia. Su nombre era Nebro, que significa Rebelde; otros le llaman Yaldabaoth. Otro ángel, Saklas, también salió de la nube. En esto, Nebro creó seis ángeles y lo mismo hizo Saklas, para que fuesen sus asistentes, lo cual produjo doce ángeles en los cielos, y cada uno recibió una porción de los cielos. Los doce soberanos hablaron a los doce ángeles [...] el primero es Seth, quien es llamado Cristo. El segundo es Harmathoth. El tercero es Galila. El cuarto es Yobel. El quinto es Adonaios. Estos son los cinco que gobiernan sobre el mundo subterráneo, y ante todo sobre todo caos.
Este tipo de contenido es abiertamente gnóstico. Es lo que impide considerarlo un texto cristiano, por cuanto no tiene prácticamente nada en común con los cuatro evangelios o la fe cristiana excepto el empleo de los nombres "Jesús" y "Judas". Al final, poco después de entrar en una nube luminosa, Judas "recibió algún dinero y se lo entregó a ellos". Jesús se lo agradece, ya que prepara el momento en que Jesús quedará "liberado" del cuerpo, lo que le permite regresar al “reino grande e ilimitado cuya inmensidad no ha visto ninguna generación de ángeles” (n. 47). El texto termina con Judas entregando a Jesús ante los sumos sacerdotes y no incluye ninguna mención de la crucifixión o de la resurrección.
La única otra fuente independiente referida a este texto es Ireneo de Lyon, obispo y mártir fallecido en el año 202, quien escribió una serie de libros titulados Contra las Herejías, refutando a varios maestros gnósticos, en uno de los cuales menciona al Evangelio de Judas. Hacia el año 180, Ireneo escribió sobre la secta gnóstica de los cainitas, que pretendían "rehabilitar" una cantidad de villanos que aparecen en la Biblia, tales como Caín (que asesinó a su hermano Abel), los Sodomitas (habitantes de una ciudad notoria por su inmoralidad sexual), Esau (que despreció y vendió sus derechos de nacimiento por un plato de lentejas), Coré o Korah (que dirigió una sedición para derrocar a Moisés) y Judas, presentándolos como héroes espirituales. A fin de procurar ese objetivo, los cainitas produjeron lo que Ireneo de Lyon denominó "un relato ficticio al estilo de El Evangelio de Judas."
Origen[editar]
Según el Obispo Ireneo de Lyon, dicho evangelio tuvo sus raíces en un mago llamado Simón, a quien dicho personaje se le hace mención en el libro de los Hechos de los Apóstoles donde se afirma que este hechiceroquiso comprar a los Apóstoles el poder de hacer milagros. Simón Pedro lo repelió, diciendo: “Tú estás preso en los lazos de la iniquidad” (Hechos 8, 23). Simón, el Mago, es tenido como el “padre de las herejías”, y de su sacrílego intento le viene el nombre al pecado de simonía. Sus seguidores predicaban la vieja doctrina de la gnosis.
Entre los prosélitos de Simón, el Mago, San Ireneo señala a la secta de los cainitas. Estos decían que Caín fue creado por un poder superior. Además, se juzgaban hermanos espirituales de Esaú, de Coré, de los habitantes de Sodoma y otros semejantes. “Y dicen —añade San Irineo— que Judas, el traidor, fue el único que conoció todas estas cosas exactamente, porque sólo él entre todos conoció la verdad, para realizar el misterio de la traición [...]. Para eso muestran un libro que ellos inventaron, que llaman el Evangelio de Judas”.
Autenticidad del Evangelio[editar]
Los críticos de este evangelio apócrifo señalan que dicho documento nunca perteneció al canon bíblico puesto que no fue aprobado por la iglesia primitiva desde sus comienzos dado que esta era la comunidad que conocía con certeza los libros que tenían la autoría apostólica.
El primer criterio que usaba la iglesia primitiva para aceptar un libro dentro del canon bíblico es que haya sido escrito por los contemporáneos de Jesús y de los apóstoles, siendo ésta la principal normativa, el evangelio de Judas queda automáticamente excluido, ya que este fue escrito más de 100 años después de la muerte de Jesús, de sus apóstoles y contemporáneos. El segundo criterio a considerar es que se haya usado y citado por cristianos de los primeros siglos, de manera que éstos le hayan tenido la reverencia debida como un libro inspirado; es decir, que toda la comunidad lo conociera y por consiguiente avalado como tal; hay que hacer notar que algunos libros contemporáneos no cumplieron estos criterios a pesar de su uso entre los primeros cristianos; por ejemplo, todos los biblistas hablan de un primer Evangelio de Mateo escrito en arameo (todos los demás libros del Nuevo Testamento fueron escritos en griego), al que llaman Proto-Mateo que, incluso, se considera fuente que influyó en la redacción de los tres Evangelios Sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas), y que, sin embargo, no pertenece al Nuevo Testamento. Había también otros escritos llamados “Logias o Logia Jesu ” que encerraban una colección de dichos de Jesús y que eran importantes pero no considerados como inspirados.
El Evangelio de Judas entra en la categoría de los escritos pseudoepígrafos (falsamente atribuidos). Esto significa que realmente no fue escrito por el autor a quien se le atribuyó. El antiguo escritor Ireneo en su obra llamada “Refutación de Todas las Herejías” dice que el evangelio de Judas fue una historia ficticia: “Una vez más, otros declaran que Caín derivó su ser del Poder superior, y reconocen que Esaú, Coré, los Sodomitas, y todas esas personas están relacionadas entre sí. En este registro, ellos agregan, que han sido asediados por el Creador, aún cuando ninguno de ellos ha sufrido lesiones. Sofía tenía el hábito de llevarles a ellos lo que le pertenecía a ella. Ellos declaran que Judas el traidor estaba perfectamente informado de estas cosas, y que él solo, conociendo la verdad como ninguno de los otros la conoció, llevó a cabo el misterio de la traición; por él todas las cosas, tanto terrenales y celestiales, fueron puestas en confusión. Ellos producen una historia ficticia de esta clase, con la cual enfocan el Evangelio de Judas.”
Evangelio de la infancia de Tomás es un evangelio acerca de la infancia de Jesús que data del Siglo II y Siglo III. Es parte de un género popular de trabajo bíblico, escrito para satisfacer el deseo de antiguos cristianos de conocer más historias y anécdotas milagrosas de Jesús, además de las mencionadas en el Evangelio de Lucas. Algunas referencias de Hipólito de Roma y de Orígenes de Alejandría a un Evangelio de Tomásseguramente se refieren a este evangelio y no al Evangelio de Tomás con el que usualmente se confunde.
El Evangelio de la infancia de Tomás es un escrito atribuido a "Tomás, el israelita" (en una versión medieval en latín). Es poco probable que Tomás el Apóstol, que aparece en la Biblia, haya estado relacionado con el escrito, aunque algunos estudiosos creen que fue un gentil. Quien quiera que sea el autor, no demuestra mucho conocimiento de la vida judía aparte de lo que puede aprender del Evangelio de Lucas, al cual aparentemente hace referencia en el capítulo 19.
Fecha[editar]
La primera cita posible del texto es de Ireneo de Lyon, circa 185, lo cual establece una posible fecha de autoría. La fecha más temprana posible es en los 80 d.C., cuando fue escrito el evangelio de Lucas. El autor del Evangelio de la infancia tomó de éste la historia de Jesús en el templo a los 12 años (véase Infancia 19:1-12 y Lucas 2:41-52). Los estudiosos generalmente están de acuerdo en una fecha a mitad o a finales del siglo II d.C., ya que hay dos documentos secundarios, Epistula Apostolorum y Contra las Herejías de Ireneo, que hacen referencia a una historia del tutor de Jesús diciéndole, "Di beta", y el respondiendo, "Primero dime el significado de alfa". Se cree que hubo un período de transmisión oral del texto, ya sea completo o como historias diferentes, antes de que fuera redactado y transcrito, por lo que es enteramente posible que tanto estos textos como el Evangelio de la infancia de Tomás se refieran a las versiones orales de la historia.
Manuscrito[editar]
Los estudiosos no se ponen de acuerdo en el lenguaje original del Evangelio de la infancia de Tomás, que puede ser griego o sirio, basándose en el hallazgo o falta de malas traducciones del vocabulario griego o sirio. Los pocos manuscriptos que han sobrevivido no ofrecen evidencia en ellos, ya que ninguno data de antes del siglo XIII, mientras que el editor y traductor Montague Rhodes James sostiene que las versiones más antiguas usan una versión abreviada del sirio del siglo VI, y un palimpsesto en latín en Viena del siglo V o VI, el cual nunca ha sido descifrado en su totalidad. Hay gran cantidad de manuscritos, traducciones, versiones cortas, alternas y paralelas, sin analizar que James encontró que previenen el determinar cuál texto es cual. Esta cantidad de textos y versiones refleja la gran popularidad del escrito para la Plenitud de la Edad Media.
Contenido[editar]
El texto describe la vida del niño Jesús, usando eventos sobrenaturales. Se dice que trata de enseñarle al maestro, quien sospecha de sus orígenes sobrenaturales. También se relata que Jesús resucita a un amigo que muere al caer de un tejado, y sana a otro cuyo pie había sido cortado con un hacha.
Luego de varias demostraciones de habilidades sobrenaturales, nuevos maestros tratan de enseñar a Jesús, pero él procede a explicarles la Ley. Hay otro grupo de milagros en los que Jesús sana a un niño que había sido mordido por una serpiente, y otros dos que mueren de causas diferentes. Finalmente, el texto recuenta el episodio en Lucas en que Jesús, ya de 12 años, enseña en el templo.
Evangelio de los egipcios es un evangelio apócrifo perdido cuya existencia está atestiguada por citas de autores como Clemente de Alejandría, Hipólito y Epifanio, pero cuyo contenido se desconoce, a excepción de unos pocos fragmentos recogidos por Clemente de Alejandría. Data probablemente de la primera mitad del siglo II.
Menciones del texto[editar]
Además de por Clemente, la existencia de este evangelio está atestiguada por citas de otros autores cristianos, todos los cuales lo relacionan con sectas heréticas. Lo menciona brevemente Hipólito de Roma, fallecido en 235, quien lo atribuye a los naassenos.1 Epifanio de Salamis escribe que se servían de él los sabelianos.1 En los Excerpta ex scriptis Theodoti, de Teodoto de Ancira, que son un apéndice de los Stromata de Clemente de Alejandría, se relaciona con los valentinianos.2
Contenido[editar]
Sólo se puede afirmar con seguridad que pertenece a este evangelio un diálogo de Jesús con Salomé que transmite Clemente de Alejandría en sus Stromata. De acuerdo con la traducción de Aurelio de Santos Otero, son fragmentos de este diálogo los siguientes:
A Salomé, que preguntaba: «¿Durante cuánto tiempo estará en vigor la muerte?», le dijo el Señor: «Mientras vosotras, las mujeres, sigáis engendrando». [...]Strom. III 6, 45)
Y afirman que dijo el Salvador en persona: He venido a destruir las obras de la mujer.[...] Pues habiendo dicho ella: «Bien hice al no engendrar», tomando la generación como cosa no conveniente, replicó el Señor diciendo: «Puedes comer cualquier hierba, pero aquella que es amarga no la comas».Strom. III 9, 66
Por eso dice Casiano: Preguntando Salomé cuándo llegarían a realizarse aquellas cosas de que había hablado, dijo el Señor: «Cuando holléis la vestidura del pudor y cuando los dos vengan a ser una sola cosa, y el varón, juntamente con la hembra, no sea ni varón ni hembra».3Strom. III 13, 92
Se ha especulado también con la idea de que el Papiro de Oxyrhynchus 655 pueda ser parte del mismo evangelio,4 pero la opinión más extendida considera que corresponde al Evangelio de Tomás.
A partir de los escasos fragmentos transmitidos por Clemente de Alejandría, no es posible conocer la extensión ni la estructura de esta obra, pero sí, al menos, ciertas características literarias y teológicas. Desde el punto de vista teológico, muestra claros rasgos gnósticos, como lo es la negación radical de la sexualidad.5 Igualmente característico de los textos gnósticos es el diálogo como procedimiento literario, en la forma denominada erotapokríseis (pregunta y respuesta).5 Para los escritores cristianos de la época que lo citan, se trataba indudablemente de un texto herético.
Contexto[editar]
Fue escrito, probablemente, en Egipto, como indica su nombre, durante la primera mitad del siglo II (algunos autores lo consideran posterior a esta fecha). La comunidad en la que surgió este evangelio era probablemente de cristianos convertidos del paganismo; se discute si fue utilizado únicamente en grupos gnósticos, "heréticos", o también en comunidades de cristianos "ortodoxos".
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