Evangelio de Bernabé es un evangelio apócrifo atribuido a Bernabé apóstol y al que se hace referencia en algunos textos de la iglesia primitiva, del cual durante siglos sólo se conservó el nombre. Un texto español del Evangelio de Bernabé aparece mencionado en un manuscrito morisco compuesto en castellano en Túnez hacia 1634, y en el siglo XVIII son conocidos en Europa un manuscrito en italiano y otro en español (luego perdido). A partir de estos dos manuscritos (los únicos conocidos) hay un cierto acuerdo entre los especialistas en atribuir su redacción - única según algunos, última, según otros - a una pluma islámica, conocedora del cristianismo, que escribiría a finales del siglo XVI o principios del siglo XVII. En el libro se observa un sincretismo entre la versión del cristianismo y la visión islámica en relación a la figura de Jesús.
No debe confundirse aquel texto con otro muy posterior también denominado Evangelio de Bartolomé, de finales del siglo XVI o principios del siglo XVII.
La referencia más temprana a un Evangelio de Bernabé que condice con uno de los dos manuscritos conocidos, es en un manuscrito Morisco BNM MS 9653 de Madrid, escrito alrededor de 1634 por Ibrahim al-Taybili de Túnez1. Describiendo la forma en que la Biblia predice a Mahoma, contiene la frase: "y así mismo en Evangelio de San Bernabé, donde se hallará la luz". La primera mención impresa del Evangelio fue en 1717, cuando aparece una breve referencia al manuscrito español del mismo en De religione Mohamedica de Adriaan Reland2; y luego en 1718, una descripción mucho más detallada del manuscrito italiano por el filósofo deísta irlandés John Toland3. En 1734 George Sale hace referencia a ambos manuscritos en The Preliminary Discourse to the Koran ("Discurso Preliminario del Corán"):
Los Mahometanos tienen también un Evangelio en árabe, atribuido a San Bernabé, en donde la historia de Jesucristo es relatada de modo muy distinto al que hallamos en los Evangelios auténticos, y correspondiente a esas tradiciones que Mahoma siguió en su Corán. De este Evangelio los Moriscos de África tienen una traducción al español; y hay en la Biblioteca del Príncipe Eugenio de Saboya un manuscrito de cierta antigüedad, conteniendo una traducción italiana del mismo Evangelio, compuesto, es de suponer, para el uso de renegados. Este libro al parecer no es ninguna fabricación de los Mahometanos, aunque sin duda lo han interpolado y alterado, para mejor servir a sus fines; y en particular, en vez del Paraclete o Consolador, ellos han, en este evangelio apócrifo, insertado en su lugar la palabra Periclyte, a saber, el famoso o el ilustre, con la cual pretenden decir que su profeta fue predicho por nombre, siendo esa la significancia de Mahoma en árabe; y esto dicen ellos para justificar el pasaje en el Corán que afirma solemnemente que Jesucristo profetizó su venida bajo su otro nombre Ahmed, que es derivado de la misma raíz que Mahoma y del mismo importe4.
La traducción de Sale del Corán se convirtió en la versión estándar en inglés en la época; y gracias a esta difusión, y la del "Discurso Preliminar", el Evangelio de Bernabé se hizo ampliamente conocido en los círculos académicos; generando muchos intentos infructuosos por hallar el original árabe mencionado por Sale. Sin embargo, para su descripción del Evangelio en el "Discurso Preliminar", Sale se había apoyado enteramente en noticias de segunda mano. Por ejemplo, contrariando la afirmación de Sale, las palabras griegas paraclete o periclyte no se hallan explícitamente mencionadas en los textos de las versiones española o italiana; aunque el término periclyte se translitera al árabe en una de los apuntes al margen del manuscrito italiano en el capítulo 44, como glosa de las palabras italianas 'uno splendore', aplicadas efectivamente allí por nombre a Mahoma. Posteriormente a la redacción del "Discurso Preliminar", Sale pudo hacerse personalmente del manuscrito español y lo hizo transcribir.
Ocurrencias tempranas de un Evangelio de Bernabé[editar]
Un "Evangelio según Bernabé" es mencionado en dos listas cristianas tempranas de obras apócrifas (apocrypha): el texto latino de Decretum Gelasianum (siglo VI)5, así como en griego la Lista de los Sesenta Libros. Estas listas son testimonios independientes . En 1698 John Ernest Grabe descubrió un supuesto dicho previamente desconocido de Jesús6, atribuido al apóstol Bernabé, entre los fragmentos de manuscritos griegosde la Colección Barocciana en la Biblioteca Bodleiana de Oxford, que especuló podría tratarse de una cita de este "evangelio perdido".7 John Toland traduce la cita como: El apóstol Bernabé dice, se lleva la peor parte quien vence en contiendas de maldad; porque llega así a tener más pecado; y aduce haber identificado la frase correspondiente al examinar el manuscrito italiano sobreviviente del Evangelio de Bernabé en Ámsterdam antes de 1709. Subsiguientes académicos que examinaron el texto italiano y el español no han logrado, sin embargo, confirmar la observación de Tolann.8
Esta obra no ha de ser confundida con la Epístola de Bernabé, aún existente, que pudo haber sido escrita en el siglo II en Alejandría. No hay relación de estilo, contenido, o historia entre ambos libros, fuera de su común atribución a Bernabé. Sobre el tema de la circuncisión por ejemplo ambos libros sostienen posturas muy divergentes, aquella del rechazo de la práctica judía en la epístola oponiéndose marcadamente a la promoción de la misma en el Evangelio. Ni debe ser confundido también esta obra con los Hechos de Bernabé, también existentes, que narran los viajes, el martirio y el entierro de Bernabé, y que se cree generalmente fueron escritos en Chipre luego del 431
En el año 479 durante el mandato del emperador Zenón (del Imperio Romano de Oriente) el arzobispo Antemio de Chipre anunció que la tumba oculta de Bernabé le había sido revelada en un sueño. Se sostuvo entonces que el cuerpo del santo había sido descubierto en una cueva con una copia del evangelio canónico de Mateo sobre su pecho, según el recuento contemporáneo de Teodoro el Lector, que narra que Antemio obsequió al emperador tanto los huesos como el Evangelio2. Ciertos académicos que sostienen la antigüedad del Evangelio de Bernabé proponen que el texto supuestamente descubierto en 478 debería ser identificado primariamente con aquél; pero esta suposición no condice con un reporte de Severo de Antioquía sobre el libro hallado por Antemio, quien informó haber examinado el manuscrito hacia el año 500, intentando averiguar si apoyaba el relato de Jesús atravesado por la lanza de Mateo 27:49 (no lo hacía). Según el historiador bizantino del siglo XI Jorge Cedreno, un manuscrito uncial del Evangelio de Mateo que se creía ser el descubierto por Antemio, se preservaba aún en la Capilla de San Esteban del palacio imperial en Constantinopla2.
Manuscritos[editar]
Manuscrito italiano[editar]
El manuscrito italiano en posesión del Príncipe Eugenio había sido un presente de John Frederick Cramer (1664-1715)3 quien se lo obsequió en 1713, para ser luego transferido a la Biblioteca Nacional de Austria en Viena en 1738 junto con el resto de la biblioteca del Príncipe. Previamente, en algún momento anterior a 1709, Cramer había prestado el manuscrito a Toland, quien escribe que: "[el Sr. Cramer] lo obtuvo de una biblioteca de una persona de gran renombre y autoridad en dicha ciudad; a quien en vida se había oído frecuentemente ensalzar sobremanera la pieza. Si era como rareza, o como modelo de su religión, lo ignoro9. Michael Fremaux informa haber fracasado en rastrear e identificar dicho propietario previo del manuscrito, o de hallar al texto listado en algún catálogo o inventorio de Ámsterdam. La referencia de Toland no obstante parecería implicar que el anónimo ex-dueño fallecido habría sido en lo religioso un anti-Trinitario o Unitario prominente; y Fremaux conjetura que el manuscrito pudo haber sido traído a Ámsterdam por Christopher Sandius(1644-1680) sea por su propia actividad como coleccionista en Polonia; o más probablemente por su adquisición de los papeles de Giovanni Michele Bruto (1517-1592) quien había recopilado una extensa colección de fuentes manuscritas en Hungría y Transilvania10. Cramer había publicado una edición de los escritos teológicos de Bruto en 169811, y Fremaux especula que Cramer pudo haberse topado con el Evangelio de Bernabé en el transcurso de sus investigaciones en la biblioteca de Sandius en Ámsterdam. Alternativamente, Slomp ha propuesto que Gregorio Leti (1630-1701) cuya biblioteca de Ámsterdam había sido subastada a su muerte, pudo haber sido el anónimo ex-propietario del manuscrito italiano. Leti sin embargo, aunque hostil al Papado (y a Sixto V en particular) era en lo religioso un calvinista ortodoxo.
El manuscrito italiano tiene 506 páginas, de las cuales el Evangelio de Bernabé ocupa las páginas 43 a 500, escritas con marcos rojos en un estilo islámico. Las páginas precedentes de la 5 a a la 42 también tienen marcos rojos; pero están en blanco (fuera de la dedicatoria de Cramer al Príncipe Eugenio), y se infiere que se planeaba escribir algún tipo de prefacio o texto preliminar, aunque el espacio es mucho mayor que el que hubiera sido necesario para el texto del Prefacio correspondiente en el manuscrito en español.12 Hay rúbricas y notas al margen en árabe gramaticalmente incorrecto, uso ocasional de palabras turcas y muchos rasgos sintácticos del turco.1314 La encuadernación es turca, y aparenta ser la original, pero el papel tiene una filigrana italiana, que ha sido fechada entre 1563 y 1620 15 El mismo escriba redactó tanto el texto italiano como las notas al margen en árabe, y era claramente "occidental" al estar acostumbrado a escribir de izquierda a derecha.16
Texto español[editar]
Durante mucho tiempo se ha conocido sólo una versión en italiano del texto, mientras que el manuscrito español se había perdido. Pero en 1976 se descubrió en la Universidad de Sydney (Australia) una copia parcial del texto en español, realizada en el siglo XVIII. En dicha versión hay un prefacio según el cual la edición la habría hecho un monje (Fray Marino) que, aprovechando que el papa Sixto V se había dormido acudió a su biblioteca y habría encontrado el texto, hurtándolo para leerlo. Según esa historia, el monje, al leerlo, habría decidido convertirse al Islam y difundir el texto17.
Contenido[editar]
Numerosos estudiosos coinciden en que la finalidad del texto pareciera ser adaptar la versión del cristianismo a la visión islámica de Jesús18. Así, el propio hijo de María reconoce reiteradamente que él no es el Mesías. En esa versión - también en consonancia con la doctrina musulmana - Jesús no es crucificado, sino que lo es en su lugar Judas, razón por la cual no hay resurrección19. Jesús se aparece a su madre y sus discípulos para corregirlos de esos errores. Numerosos pasajes similares resaltan enseñanzas que coinciden con la interpretación islámica de la figura de Jesús.
Anacronismos[editar]
Algunos lectores han señalado que el Evangelio de Bernabé contiene varios anacronismos e incongruencias históricas, que parecen apuntar a un conocimiento inexacto del contexto histórico y geográfico de la Palestina del siglo I, y la intrusión de elementos de la Edad Media europea:
- En él Jesús navega el Mar de Galilea desembarcando en Nazaret - que realidad se halla a 23 km tierra adentro desde el Mar de Galilea - para luego "subir" a Capernaúm - que en realidad se halla sobre la costa (capítulos 20-21).
- Se afirma que Jesús nace durante el mandato de Poncio Pilato, que recién comenzó en el año 26.
- Se referencia un "Año del Jubileo" en Israel celebrado cada cien años (capítulo 82), en vez de cada cincuenta años, como se describe en Levítico 25. Este error parecería ligar el Evangelio de Bernabé a la proclamación en 1300 del Año Santo por parte del Papa Bonifacio VIII - jubileo que luego decretó habría de repetirse cada cien años (el Papa Clemente VI en 1343 redujo ese intervalo entre años del jubileo a cincuenta años).
- El Evangelio menciona vino almacenado en toneles de madera (capítulo 152). En el siglo V a.C. Heródotomenciona toneles de madera de palmera usados para exportar vino a Mesopotamia20. Toneles de madera de roble eran característicos de la Galia y la Italia del norte, y no se volvieron universales en el imperio romano hasta c. 200[1]; mientras que en la Palestina del siglo I como en el resto del Oriente el vino se almacenaba en odres de cuero y vasijas (amphorae)[2]. El pedunculate o roble inglés (quercus robur) no crece en Palestina; y la madera de otras especias no brinda estanqueidad suficiente para ser usada en toneles.
- En el capítulo 119, Jesús menciona al oro y el azúcar como sustancias de igual rareza y valor. Si bien conocido desde la antigüedad en la India, el azúcar no circulaba en la Israel del siglo I. La equiparación del valor del azúcar con el oro surgió recién en Europa en la Edad Media, cuando el azúcar había comenzado a circular gracias al contacto incrementado con Oriente por las Cruzadas y la presencia árabe en territorio europeo.
- En el capítulo 91, se hace referencia a los "cuarenta días" como un ayuno anual de Israel. Dicho ayuno de cuarenta días no es mencionado en la Biblia ni existía en Israel (ver Mishnah, volumen Ta'anit, "Días de ayuno"21). Se corresponde en cambio con la tradición cristiana del ayuno cristiano de cuarenta días antes de Pascua (Cuaresma), practica de la cual no existen testimonios previos al Concilio de Nicea (325)
- El autor del Evangelio de Bernabé no parece percatarse que 'Cristo' y 'Mesías' son sinónimos en griego y hebreo respectivamente. "Cristo" (xριστός, christós) es la traducción al griego de la palabra hebrea "Mesías" (מָשִׁיחַ, māšîaḥ), ambas con el mismo significado de "Ungido". El Evangelio de Bernabé yerra al describir a Jesús como "Jesucristo" ("Jesús-Cristo"- es decir "Jesús-Mesías" en hebreo) al mismo tiempo sosteniendo que 'Jesús confesó y hablo verdad diciendo: "Yo no soy el Mesías"' (cap. 42).
- En el Evangelio de Bernabé las citas del Antiguo Testamento se corresponden con las de la Vulgata Latinaantes que con las de la traducción griega de la Septuaginta o del Texto Masorético hebreo. La Vulgata Latina fue la versión más circulada de la Biblia en la Edad Media europea, siendo obra de San Jerónimo comenzada en el 382, siglos después de la muerte de Bernabé.
- El Evangelio dice que Adán y Eva comieron una manzana (c. 40). La Biblia no menciona la fruta del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal (Génesis 2:9,17; 3:5). La asociación tradicional con la manzana surgió siglos después en la Cristiandad europea, a partir de la traducción de la Biblia hebrea al latín, donde tanto 'manzana' como 'mal' se traducen como 'malum'.
- En el capítulo 54 dice: "Pues quien desee cambiar una pieza de oro deberá entregar sesenta monedas"(italiano minuti). En épocas del Nuevo Testamento, la única moneda de oro era el aureus, y valía aproximadamente 3200 de las monedas más pequeñas, que eran las de bronce llamadas leptón (traducido al latín como minuti). La moneda estándar de plata, el denarius equivalía a 128 lepta. La equivalencia de una pieza de oro a 60 unidades (relación 1:60) implicada en el Evangelio de Bernabé fue común en la Edad Media tardía para interpretar el pasaje de los Evangelios canónicos (Marcos 12:42) a partir del entendimiento medieval del significado de minuti como 'sexagésima parte'.
- El capítulo 91 nos dice que tres ejércitos judíos de 200 000 hombres cada uno se enfrentaron en Mizpa a causa del debate nacional sobre la naturaleza divina de Jesús, cada bando representando una opinión distinta - siendo pacificados por una delegación encabezada por Pilatos, Herodes y el Sumo Sacerdote (cuyo sugerencia de dirigirse al mismo Jesús para solicitarle aclare su doctrina logró la disuasión sobre las tropas que los discursos previos de Pilatos y Herodes no habían conseguido). A la falta de registro histórico sobre dicha fantástica cumbre política y amague de guerra civil en la Palestina del siglo I, se suma la mención de un ejército judío totalizando 600 000, en una época que todo el ejército romano distribuido de extremo a extremo del imperio sumaba unos 300 000 soldados22.
Evangelio de los ebionitas o Evangelio de los Doce es el nombre convencional dado por los estudiososnota 1 a un evangelio apócrifo existente sólo como siete citas breves en una heresiología conocida como el Panarion, de Epifanio de Salamina;nota 2 se identificó erróneamente como el evangelio «hebreo», creyendo que era una versión truncada y modificada del Evangelio de Mateo.1 Las citas fueron incorporadas en una polémica al señalar las inconsistencias en las creencias y prácticas de una secta cristiana judía conocida como los ebionitas en relación con la ortodoxia nicena.nota 3
Los fragmentos conservados se derivan de una armonía de los evangelios sinópticos, compuesta en griego con varias expansiones y compendios que reflejan la teología del escritor. Las características distintivas incluyen la ausencia del nacimiento virginal y de la genealogía de Jesús; una cristología adopcionista,nota 4 en la que Jesús es elegido para ser el Hijo de Dios en el momento de su bautismo; la abolición de los sacrificios judíos por Jesús; y una advocación al vegetarianismo.nota 5 Se cree que fue compuesto en algún momento durante la mitad del siglo II2 en o alrededor de la región al este del río Jordán.nota 6 Aunque se dice que el evangelio era utilizado por los «ebionitas» durante el tiempo de la iglesia primitiva,nota 7 la identidad del grupo o grupos que lo utilizaron sigue siendo una cuestión de conjeturas.nota 8
El evangelio de los ebionitas es uno de varios evangelios judeocristianos, junto con el evangelio de los hebreos y el evangelio de los nazarenos; todos sobrevivieron solamente como fragmentos en las citas de los Padres de la Iglesia. Debido a su estado fragmentario, las relaciones, en su caso, entre los evangelios judeocristianos y una hipotético Evangelio hebreo original son inciertas y han sido un tema de investigación académica intensiva.nota 9 El evangelio ebionita ha sido reconocido como distinto de los demás,nota 10 y se ha identificado más estrechamente con el perdido Evangelio de los Doce.nota 11 No muestra dependencia del Evangelio de Juan y es de naturaleza similar a las palabras del Evangelio armonizadas sobre la base de los evangelios sinópticos utilizados por Justino Mártir, aunque una relación entre ellos, en su caso, es incierta.3 Hay una similitud entre el evangelio y un documento de origen que figura dentro de los Reconocimientos Clementinos (1,27-71), denominados convencionalmente por los estudiosos como las Ascensiones de Santiago, con respecto a la orden de abolir los sacrificios judíos.
Se cree que Epifanio tuvo en su posesión un evangelio que él atribuyó a los ebionitas cuando era obispo de Salamina, Chipre.4 Él es el único de los Padres de la Iglesia que identifica Chipre como una de las «raíces» de los ebionitas.4 El evangelio sobrevive sólo en siete breves citas por Epifanio en el capítulo 30 de su heresiología, Panarion, o «Botiquín», (c. 377)nota 13 como una polémica contra los ebionitas.5 Sus citas son frecuentemente contradictorias y se piensa que están basadas en parte en sus propias conjeturas.nota 14nota 15 Las diversas, a veces conflictivas, fuentes de información se combinaron para señalar las inconsistencias en las creencias y prácticas ebionitas en relación con la ortodoxia nicena,nota 16 posiblemente para servir, de manera indirecta, como una polémica contra los arrianos de su tiempo.nota 3
El término Evangelio de los ebionitas es una convención moderna; ningún documento que sobrevive de la iglesia primitiva menciona un evangelio con ese nombre.6 Epifanio identifica el evangelio sólo como «en el Evangelio utilizado por ellos, llamado ‹según Mateo›» y «lo llaman ‹el [evangelio] hebreo›».nota 177 Ya en 1689, el sacerdote francés Richard Simon denominó al texto «Evangelio de los ebionitas».8 El nombre es utilizado por los eruditos modernos como una manera conveniente para distinguir un texto del Evangelio que probablemente fue utilizado por los ebionitas de la creencia errónea de Epifanio, quien pensaba que se trataba de una versión hebrea del Evangelio de Mateo.2nota 18 Su lugar de origen es incierto; se especula que fue compuesto en la región este del Jordán, donde se dice que los ebionitas estuvieron presentes, de acuerdo con los registros de los Padres de la Iglesia.nota 6 Se cree que fue compuesto durante la mitad del siglo II, ya varias otras armonías del Evangelio se sabe que son de este período.2
Composición[editar]
Según los estudiosos Oskar Skarsaune y Glenn Alan Koch, Epifanio incorpora extractos del texto del evangelio en una etapa tardía en la composición del Panarion 30, principalmente en los capítulos 13 y 14.nota 19nota 20 Como lo describe Epifanio, «El Evangelio que se encuentra entre ellos (...) no es completo, pero si falsificado y distorsionado» (13.1–2). En particular, carecía de algunos o todos los dos primeros capítulos de Mateo, que contienen el relato de la infancia del nacimiento virginal de Jesús y la genealogía de David a través de Salomón, «Ellos han eliminado las genealogías de Mateo (...)» (14.2–3).7 Hay un acuerdo general sobre las siete citas de Epifanio de la edición crítica de «Evangelios judeocristianos», por Philipp Vielhauer y Georg Strecker, traducido por George Ogg, en New Testament Apocrypha de Schneemelcher.nota 21nota 22 Las traducciones de Bernhard Pick (1908),9 con la secuencia de los cuatro fragmentos dispuestos en el orden de Vielhauer y Strecker desde el principio del evangelio son las siguientes:
Aconteció en los días de Herodes, rey de Judea, bajo el sumo sacerdote Caifás, que Juan vino y bautizó con bautismo de arrepentimiento en el río Jordán; de él se dice que es de la tribu de Aarón y un hijo de Zacarías, el sacerdote y de Isabel y todos fueron a él (13:6).
Y aconteció que cuando Juan bautizó, los fariseos se le acercaron y fueron bautizados, y toda Jerusalén también. Él tenía un vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos. Y su carne era miel silvestre, que sabía a maná, formada como las tortas de aceite (13:4).
Después de que las personas fueron bautizadas, Jesús también vino y fue bautizado por Juan; y cuando Jesús entró al agua los cielos se abrieron y se vio al Espíritu Santo como una paloma que descendía y entraba en él. Y luego una voz del cielo dijo: «Tú eres mi amado Hijo, estoy muy complacido contigo. Este día te he engendrado». E inmediatamente brilló sobre el lugar una gran luz, que cuando Juan la vio se preguntó: «¿Quién es usted, Señor?». Y de nuevo una voz del cielo le respondió: «Éste es mi amado Hijo de quien estoy muy complacido». Y entonces Juan cayó a sus pies y dijo: «Le pido que usted; Señor, me bautice». Pero él lo previno diciendo: «Súfrelo, porque así incumbe todas las cosas que deben ser cumplidas» (13.7).
Había un cierto hombre llamado Jesús, con aproximadamente treinta años de edad, quien nos escogió. Y yendo hacia Cafarnaúm, entró en la casa de Simón, llamado Pedro; y al abrir su boca dijo: «Cuando pasé por el lago de Tiberias, escogí a Juan y a Jacobo (los hijos de Zebedeo), a Simón, Andrés, Felipe, Bartolomé, Jacobo, a Tadeo, Simón el Celote y Judas Iscariote; y a usted Mateo, como indica la costumbre, le he llamado para que me siga. Por consiguiente, contigo serán doce apóstoles para testimonio de Israel» (13.2b–3).
Las tres citas por Epifanio en Panarion 30.13.6, 4 y 7, respectivamente, forman la apertura de la narración evangélica, incluyendo la misión de Juan el Bautista, su apariencia y dieta, y el bautismo de Jesús por Juan.nota 23 El comienzo del evangelio (13.6) tiene paralelismos con el Evangelio de Lucas, pero en forma abreviada. El texto muestra una familiaridad con el relato de la infancia de Lucas 1:5 a pesar de carecer de una narrativa del nacimiento propia. Citando el texto sobre la dieta de Juan (13.4), Epifanio denuncia que los ebionitas han falsificado el texto, sustituyendo la palabra «langosta» (akris, ἀκρίς, en Mateo 3:4) por «pastel» (egkris, ἐγκρίς).1011 La similitud de las palabras en griego ha llevado a los estudiosos a concluir que el griego era la lengua original de la composición.nota 24 En el relato del bautismo de Jesús por Juan (13.7), la voz de Dios habla tres veces, en estrecho paralelismo con los evangelios de Marcos 1:11, Lucas 3:23(tipo textual occidental), y Mateo 3:17, respectivamente. La presencia de múltiples teofanías bautismales ha dado lugar a un consenso entre los estudiosos modernos que el texto citado por Epifanio es una armoníanota 25 de los evangelios sinópticos.nota 26 La aparición de una gran luz en el agua puede ser un eco de la conversión de Pablo o una armonización complementaria del Evangelio de los hebreos a este trabajo.nota 27
Epifanio comienza su descripción del texto evangélico (13.2b-3) con una cita que tiene la narración directamente al lector del apóstol Mateo. Jesús recuerda cómo fueron escogidos los doce apóstoles y aborda a Mateo en la segunda persona como «usted también Mateo». Aunque se mencionan a los doce apóstoles, sólo ocho son nombrados.nota 28 Se dice que fue elegido por Jesús, «para testimonio de Israel». La frase «quien nos escogió» ha sido interpretada como evidencia de que el texto puede ser el perdido Evangelio de los Doce mencionado por Orígenes. Sin embargo, se discute la identificación del texto evangélico citado por Epifanio con este evangelio, por lo demás, desconocido.nota 29 La posición sobre esta cita fue asignada provisionalmente sobre la base de un paralelo con los evangelios sinópticos.nota 30
La quinta y sexta citas (siguiendo el orden de Vielhauer y Strecker) se asocian a una controversia cristológica. Las polémicas de Epifanio, junto con sus citas del texto evangélico (en cursiva) se muestran en paralelo:
Además niegan que él era un hombre, evidente en el terreno de la palabra que el Salvador dijo cuando se informó a él: «He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera», a saber: «¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: Estos son mis hermanos, madre y hermanas, que hacen la voluntad de mi Padre» (14.5).
Dicen que no fue engendrado de Dios Padre, sino creado como uno de los arcángeles [...] que gobierna sobre los ángeles y todas las criaturas de Dios; y que él vino y declaró su Evangelio, que se llama según los hebreos, que informa: «yo he venido para abolir los sacrificios, si así no dejan de sacrificar, la ira no cesará de ti» (16.4–5).
La quinta cita (14.5) parece ser una armonía de Mateo 12:47-48 y sus paralelos sinópticos. Sin embargo, la proclamación final de Jesús indica una relación cercana a 2 Clemente 9:11 que con cualquiera de los sinópticos.nota 31 La unidad de esta cita con el texto del evangelio en el capítulo 13 ha sido cuestionada.nota 32 El mandamiento para abolir los sacrificios en la sexta cita (16.5) no tiene paralelo en los evangelios canónicos, y sugiere una relación con Mateo 5:17 («No he venido a abolir la Ley»)12 que hizo eco en la literatura clementina.nota 33
En referencia a un pasaje paralelo en Lucas 22:15, Epifanio se queja de que los ebionitas han falsificado de nuevo el texto del evangelio:
Destruyeron el orden verdadero y cambiaron el pasaje [...] han expuesto que los discípulos dijeron: «¿Dónde quieres que preparemos para que comas la Pascua?». A lo que respondió: «No tengo ningún deseo de comer la carne de este cordero pascual con vosotros» (22.4).
con lo que Jesús declara que él no comería carne durante la Pascua. El contexto inmediato sugiere la posible atribución de la cita a una fuente clementina;nota 34 sin embargo, un vínculo entre los fragmentos del Evangelio y la literatura de Clemente sigue siendo incierto.13
Cristología[editar]
La escena del bautismo del texto evangélico (13.7) es una armonía de los evangelios sinópticos, pero en la que se dice que el Espíritu Santo desciende a Jesús en forma de paloma, y entra en él. Esta elección divina en el momento de su bautismo se conoce como una cristología adopcionista,nota 4nota 35 y se destaca por la cita del Salmo 2:7, como se encuentra en el «texto occidental» de Lucas 3:22: «Tú eres mi hijo, hoy yo te he engendrado».nota 36nota 37 El Espíritu entra en Jesús y la gran luz en el agua se cree que está basada en las profecías de Isaías 61:1 y 9:1, respectivamente.nota 38 Su filiación adopcionista se caracteriza por la creencia de que Jesús era un mero hombre, que, en virtud de su justicia perfecta, estaba imbuido de la divinidad del Cristo eterno a través de su bautismo, a fin de llevar a cabo la tarea profética para la cual había sido elegido.nota 39nota 40
La ausencia de cualquier referencia a una filiación davídica en el texto evangélico sugiere que Jesús ha sido elegido para ser el profeta de los últimos tiempos: el Escogido, enviado para abolir los sacrificios judíos.nota 5nota 41 La cristología profética del texto evangélico citado por Epifanio coincide más con la literatura clementina que con la cristología de los ebionitas conocidos por Ireneo.nota 42nota 43 Según los estudiosos Richard Bauckham y Petri Luomanen, Jesús es entendido en este evangelio como habiendo venido a abolir los sacrificios en lugar de sustituirlos;14 por lo que es poco probable que contenía la misma institución de la Eucaristía como la practicada por cristianismo ortodoxo niceno.nota 44 Sin embargo, los estudiosos aún no han alcanzado un consenso sobre el significado del sacrificio de la misión de Jesús como se muestra en el Evangelio ebionita.nota 45
Vegetarianismo[editar]
El cambio en la redacción del texto del evangelio de «langosta» (akris) por «torta» (egkris) para la dieta de Juan el Bautista (13.4) se ha interpretado como una evidencia del vegetarianismo judío.nota 46nota 47 Sin embargo, la asociación de la dieta de Juan el Bautista con el vegetarianismo ha sido cuestionada. Epifanio no da ninguna indicación de la preocupación por el vegetarianismo en esta parte del texto del Evangelio,7 y en su lugar puede ser una alusión al maná en el desierto de Éxodo 16:31 y Números 11:8,nota 48 o, según el erudito Glenn Alan Koch, a 1 Reyes 19:6 donde Elías come pasteles en aceite.nota 49
Además se ha encontrado evidencia en la cita basada en Lucas 22:15 (22,4), donde el dicho ha sido modificado por la inserción de la palabra «carne» para proporcionar un fundamento para el vegetarianismo.nota 50 El contexto inmediato de la cita sugiere que puede estar estrechamente relacionado con una fuente clementina, las Jornadas de Pedro. La lectura de la misma fuente, Epifanio afirma que los ebionitas se abstuvieron de «la carne con el alma en el mismo» (15.3), y atribuye esta enseñanza a interpolaciones ebionitas, «corrompiendo los contenidos y dejando algunos elementos genuinos». Debido a la estrecha relación de lo dicho con la literatura Clementina de los siglos III y IV, la práctica anterior del vegetarianismo por los ebionitas del siglo II conocidos por Ireneo ha sido cuestionada.nota 51 El vegetarianismo estricto de los ebionitas conocido por Epifanio puede haber sido una reacción al cese de los sacrificios judíos y una salvaguardia contra el consumo de carne inmunda en un ambiente pagano.nota 5215
Relación con otros textos[editar]
Epifanio se refiere incorrectamente al evangelio en su poder como el Evangelio de Mateo y el evangelio «según los Hebreos», tal vez apoyándose en y confundiendo los escritos de los primeros Padres de la Iglesia, Ireneo y Eusebio, respectivamente.nota 53nota 54 Su colega del siglo IV Jerónimo comenta que tanto los nazarenos y los ebionitas usaron el Evangelio de los Hebreos, que fue considerado como el Mateo original de muchos de ellos. El informe de Jerónimo es consistente con los registros previos de Ireneo y Eusebio.nota 55
La relación entre el Evangelio de los ebionitas, el Evangelio de los hebreos, y el Evangelio de los nazarenos no está clara. Todos los evangelios judeocristianos sobreviven sólo como fragmentos en citas, por lo que es difícil saber si se trata de textos independientes o variaciones de un mismo corpus literario. El académico Albertus Klijn estableció el consenso moderno, concluyendo que la armonía del evangelio compuesta en griego parece ser un texto distintivo conocido solamente por Epifanio.nota 10 El estudioso Marie-Émile Boismard ha afirmado que el evangelio ebionita depende en parte de un evangelio hebreo hipotético como fuente; sin embargo, esta conjetura sigue siendo un punto de vista minoritario.nota 9nota 56 Su supuesta relación con el texto del evangelio conocido por Orígenes como el Evangelio de los Doce sigue siendo un tema de debate académico.nota 11
El evangelio ebionita es un ejemplo de un tipo de armonía del evangelio que utiliza el Evangelio de Mateo como un texto base, pero que no incluye el Evangelio de Juan; se cree que es anterior al Diatessaron de Taciano (c. 170), que incluye los cuatro evangelios canónicos.16 El evangelio tiene un paralelismo con una cita en una homilía de mediados del siglo II, conocida como 2 Clemente, lo que sugiere que ambos pueden ser dependientes de una tradición de armonización de una fuente de principios del siglo II.nota 57nota 58 Las fuentes de los dichos evangélicos armonizados utilizados por Justino Mártir para componer su Primera Apología y el Diálogo con Trifónse basaron igualmente en los evangelios sinópticos.nota 59 Según el erudito George Howard, la armonización era un método de composición ampliamente utilizado en el período patrístico temprano. Muchas de las variantes heterodoxas que se encuentran en el Evangelio de los ebionitas pueden haber sido adoptadas de un mayor número de variantes que se encontraban en circulación; un ejemplo es la aparición de una gran luz que brilló durante el bautismo de Jesús, que también se encuentra en el Diatessaron.17
Los Reconocimientos de Clemente contienen un documento fuente (Rec. 1,27-71), convencionalmente denominado por los estudiosos como las Ascensiones de Jacobo,nota 60 que se cree que son de origen judeocristiano.nota 61 Las Ascensiones comparten una similitud con el Evangelio de los ebionitas con respecto al bautismo de los fariseos por Juan (Pan 30.13.4; Rec. 1.54.6-7),18 y el mandamiento de abolir los sacrificios judíos,nota 12 agregando que son sustituidos por el bautismo con agua cristiano para la remisión de los pecados.nota 6219 Sobre la base de estas similitudes, los académicos Richard Bauckham y F. Stanley Jones han postulado una dependencia directa de las Ascensiones de Jacobo sobre el Evangelio de los ebionitas.20
Inferencias sobre los ebionitas[editar]
El evangelio que Epifanio atribuye a los ebionitas es una valiosa fuente de información que ofrece a los eruditos modernos conocimientos sobre las características distintivas de una ramificación desaparecida del cristianismo judío.nota 63 Sin embargo, los estudiosos no están de acuerdo sobre si la información contenida dentro de los siete fragmentos conservados por Epifanio refleja fielmente las tradiciones de la secta ebionita del siglo II conocida por Ireneo, o si su sistema de creencias cambió, tal vez considerablemente, en un lapso de 200 años, frente a este grupo temprano.nota 6421 Los ebionitasnota 65nota 66 conocidos por Ireneo (primero mencionados en Contra las herejías 1.26.2, escrito alrededor de 185) y otros Padres de la Iglesia antes de Epifanio los describieron como una secta judía que consideraba a Jesús como el Mesías, pero no tan divino. Insistieron en la necesidad de seguir la ley y los ritos judíos y utilizaron sólo el evangelio judeocristiano.22 Los ebionitas rechazaban las epístolas de Pablo de Tarso, a quien consideraban como un apóstata de la Ley.23
En la polémica de Epifanio contra los ebionitas encontrada en Panarion 30, una imagen compleja surge de las creencias y prácticas de los ebionitas del siglo IV que no pueden separarse fácilmente por su método de combinar entre sí fuentes dispares.nota 14 Mientras que estudiosos como Hans-Joachim Schoeps literalmente interpretan el registro de Epifanio como la descripción de un desarrollo sincrético posterior de ebionismo,nota 67nota 68 más estudios recientes han encontrado que es difícil conciliar su informe con los de los Padres de la Iglesia anteriores, dando lugar a una conjetura por el erudito Petri Luomanen de la posible presencia de un segundo grupo de helenístico-samaritano de ebionitas.nota 8nota 69nota 70 El rechazo de los sacrificios judíos y la implicación de una cristología de un profeta del tiempo del fin, debido a la falta de una narrativa del nacimiento, prestan apoyo a la asociación del Evangelio de los ebionitas con un grupo o grupos diferentes de los ebionitas conocidos por Ireneo.nota 71
La erudición en el área de estudios judeocristianos ha tendido a basarse en construcciones artificiales similares a las desarrolladas por los primeros heresiólogos cristianos, con el supuesto de que todas las creencias y prácticas de estos grupos se basaron en la teología.nota 72 Esto ha llevado a la perpetuación de las definiciones ideológicas que no toman en cuenta la pluriformidad de estos grupos,24 lo que refleja las diferencias en la geografía,nota 73nota 74 períodos de tiempo de la historianota 75 y el origen étnico.nota 76 Con respecto a Epifanio y los ebionitas, en particular, se ha prestado suficiente atención a la naturaleza altamente especulativa de sus construcciones teológicasnota 77 y su mezcla conjunta de diferentes fuentes,nota 78 incluyendo el uso de una armonía del evangelio que puede haber tenido nada que ver con la secta ebionita conocida a Ireneo.nota 79 Al final, se presenta un cuadro enigmático de los ebionitas y su lugar en la historia del cristianismo primitivo.nota 80 Estos fragmentos del Evangelio ofrecen uno de los pocos atisbos de su mundo.
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