martes, 29 de mayo de 2018

EVANGELIOS

APÓCRIFOS

Pistis Sophia es un importante texto gnóstico descubierto en 1773,1​ escrito posiblemente en el siglo II. Las cinco copias restantes, que los estudiosos sitúan en los siglos V o VI, relatan las enseñanzas gnósticas de Jesús transfigurado a los discípulos reunidos (incluyendo a su madre MaríaMaría Magdalena y Marta), cuando el Cristo resucitado había cumplido once años hablando con sus discípulos. En él son reveladas las complejas estructuras y las jerarquías del cielo, familiares en las enseñanzas gnósticas.
La divinidad femenina del gnosticismo es Sofía, un ser con muchos aspectos y nombres. Es identificada a veces con el espíritu santo mismo pero, según sus diversas capacidades, es también la Madre Universal, la Madre de la Vida o la Madre Resplandeciente, el Poder de lo Alto, la de la mano izquierda (opuesta a Cristo, entendido como su marido y el de la mano derecha), como la Exuberante, la Matriz, la Virgen, la Esposa del Hombre, la Reveladora de los Misterios Perfectos, la Sagrada Paloma del Espíritu, la Madre Celestial, la Errante, o Elena (es decir, Selene, la Luna). Fue prevista como la Psique del mundo y el aspecto femenino del Logos.
El título de Pistis Sophia es oscuro y se traduce a veces como Sabiduría de FeSabiduría en Fe o Fe en Sabiduría. Una traducción más exacta, teniendo en cuenta su contexto gnóstico, es la fe de SofíaSofía para los gnósticos era una sicigia divina de Cristo, en lugar de simplemente una palabra que significa sabiduría. En una versión más temprana, más simple de Sofía, en el Códice de Berlín y también en un papiro de Nag Hammadi, el Cristo transfigurado explica la Pístis de una manera bastante oscura:
De nuevo, sus discípulos dijeron: Dinos claramente, ¿cómo bajaron de las invisibilidades, desde lo inmortal al mundo que muere?
El perfecto Salvador dijo: El Hijo del Hombre estuvo de acuerdo con Sabiduría, su cónyuge y manifestó una gran luz andrógina. Su nombre masculino es denominado «Salvador, generador de todas las cosas». Su nombre femenino es denominado «Sabiduría totalmente generadora». Algunos la llaman, sin embargo, «Fe».2
El más conocido de los cinco manuscritos de Pistis Sophia está vinculado a otro texto gnóstico titulado sobre la encuadernación "Piste Sophiea Cotice". Este Códice Askew fue comprado por el Museo Británico (en la actualidad Biblioteca Británica) en 1795 procedente del doctor Anthony Askew. Hasta el descubrimiento de la biblioteca de Nag Hammadi en 1945, el Códice Askew fue uno de los tres códices que contenían casi todos los escritos gnósticos que habían sobrevivido a la represión de este tipo de literatura, tanto en Oriente como en Occidente, los otros dos códices son el Códice Bruce y el Códice Berlín. Aparte de estas fuentes primarias, todo lo escrito acerca del gnosticismo que llegó a estar disponible antes de la biblioteca de Nag Hammadi se basaba en citas, caracterizaciones y caricaturas en los escritos de los enemigos del gnosticismo. El propósito de estos escritos heresiológicos era polémico, presentando las enseñanzas gnósticas como absurdas, extrañas y egoístas, y como una herejía aberrante desde un punto de vista cristiano proto-ortodoxo y ortodoxo.
El texto proclama que Jesús permaneció sobre la tierra después de la resurrección durante 11 años, y fue capaz en este tiempo de enseñar a sus discípulos hasta el primer (es decir, iniciación) nivel del misterio. Se inicia con una alegoría paralela a la muerte y resurrección de Jesús, y que describe el descenso y ascenso del alma. Después procede a describir importantes figuras dentro de la cosmología gnóstica, y, finalmente, enumera 32 deseos carnales que superar antes de que la salvación sea posible, la superación de todos ellos constituye la salvación.
Pistis Sophia incluye citas de cinco de las Odas de Salomón, que se encuentran entre los capítulos 58 y 71. Pístis Sophía era la única fuente conocida para la redacción existente de cualquiera de las Odas hasta el descubrimiento de un texto siríaco casi completo de las Odas en 1909. Debido a que la primera parte de este texto está perdida, Pistis Sophia sigue siendo la única fuente de la Oda 1.









Libro Secreto de Santiago o Apócrifo de Santiago (NHC I, 1-16) está ubicado dentro de los Evangelios Apócrifos cristianos de Nag Hammadi, relativos a las enseñanzas de Cristo, descartados mediante la conformación del Canon del Nuevo Testamento. Está conservado en una sola copia copta encontrada en el Códice I de Nag Hammadi. Parece independiente de los textos canónicos, y fue escrito probablemente en la primera mitad del siglo II.1
Este texto es uno de tres de este códice que no tienen título (los otros dos son El Evangelio de la Verdad y El Tratado Tripartito). En casos como éste, en los que el título antiguo no ha sobrevivido, cualquier título moderno debe reflejar las prioridades del texto. Debido a que nuestro texto se presenta en forma de una carta (1,1-2,4) que recoge cierta enseñanza confidencial de Jesús, su título actual es apropiado.
Es el segundo texto de su códice, aunque empieza con la primera página del códice, por cuanto la oración del apóstol Pablo que le precede está escrita sobre la portada del códice. Es seguido por el Evangelio de la Verdad, el Tratado de la Resurrección, y el Tratado Tripartito.

Está escrito en sub-akhmímico, un dialecto del copto, pero según los especialistas la lengua original de composición fue el griego helenístico. La traducción podría haber tenido lugar a principios del siglo IV de nuestra era. Desafortunadamente, el manuscrito está en un mal estado, lleno de las lagunas, especialmente en la parte superior de las hojas, y particularmente en las primeras cuatro páginas.
En relación con su fecha de composición, El Libro Secreto de Santiago puede haberse escrito a mediados del siglo II, por cuanto combina el tono polémico de ciertos fragmentos contra la iglesia ortodoxa institucionalizada y un tono más pacífico en su conjunto. Predomina el aspecto no amenazador del texto, y presupone la tensión pero no la ruptura abierta con la iglesia establecida.
Pudiera haberse escrito en Alejandría o, en todo caso, habría circulado por allí. Las pruebas internas orientan a Egipto como lugar de procedencia. Los orígenes de los dichos de Jesús utilizados podrían ser del siglo I.
Está claro que los destinatarios del tratado se distinguen de la iglesia cristiana oficial. Probablemente rechazan la doctrina de la expiación; hacen caso omiso de la segunda venida de Cristo y de la resurrección general. Esperan ascender, en el alma o el espíritu, al reino del cielo. Esto, junto con la abundante terminología típicamente gnóstica, ha llevado a la mayoría de los investigadores a concluir que el trabajo es cristiano gnóstico, aunque carece del influjo valentiniano o de otras teologías gnósticas conocidas. La especial aparición post-resurrección de Jesús, y el recurso a Santiago como origen de una tradición confidencial auténtica, son medios que los gnósticos usan a menudo para legitimar su mensaje.

Género literario, secciones y contenido[editar]

En relación con el género, como se indicó arriba, el Libro Secreto de Santiago comienza como una carta. La aseveración de que este texto es en realidad una carta enviada por Santiago está muy desarrollada: afirma ser el segundo texto enviado por Santiago, y haber sido escrito originalmente en hebreo. El receptor debe tener cuidado para asegurarse que solamente sea divulgado entre los respetables (1,20-25): este tipo de advertencia es una característica común de los textos esotéricos.
Hay cambios repentinos y contradicciones muy importantes entre secciones. Los dichos, las profecías, las parábolas y las reglas para la comunidad atribuidas a Jesús, están insertados en la descripción de una segunda aparición post-resurrección, a continuación de la carta nombrada. La referencia a la escritura en hebreo y a la carta previa son los detalles más probables aportados por el escritor simplemente para crear la atmósfera. El diálogo entre Jesús y sus discípulos parece ser una técnica literaria secundaria. Otra parte del Libro Secreto de Santiago puede haber sido una adición: el primero y más largo de los discursos, de dos páginas, que es una exhortación al martirio. Su estilo distintivo y el tema indican que podría tratarse de una interpolación posterior.
Tres teorías, todas ellas plausibles, han sido presentadas para explicar estas secciones del libro. La primera plantea la existencia de una carta (1, 1-7) a la que sigue un libro de revelación originalmente distinto. La unión de las dos secciones sería obra de un redactor que, en el proceso de edición, adornó el material resaltando el papel de Santiago. Otra considera los pasajes sobre martirio (4, 1-5, 6) y profecía (6, 1-4) como adiciones secundarias; su omisión deja un documento posiblemente más temprano constatando en él dichos más breves. Una tercera teoría ve el documento como trabajo de un escritor. Para todos, el segmento de carta y el libro de revelación usan una gramática especial infrecuente: la bienaventuranza con el verbo en futuro (1, 4; 7, 3; 8, 3. 9). Sin embargo, esto también podía ser el trabajo de un redactor que intentaba poner en armonía las dos secciones.
El resultado más importante de los estudios es la conclusión de que los dichos que la tradición conservó en este documento son independientes de los evangelios canónicos. El Libro Secreto de Santiago está basado en una colección temprana de dichos, según se puede inferir de algunas pistas: la referencia al recuerdo de los dichos de Jesús destaca cuando la tradición oral todavía era fuerte, la referencia a la «producción del escriba» indica que aún no había un canon establecido de literatura evangélica, el análisis de los dichos individuales indica que son independientes del Nuevo Testamento, y la referencia a Santiago muestra que el documento viene de un tiempo en que los relatos sobre Jesús estaban relacionadas con la competencia autoritativa bajo los nombres de discípulos individuales de Jesús.
Alrededor de 2, 4 (hay un daño considerable en las líneas que preceden a 2, 4 así que uno no puede saber con seguridad exactamente dónde comienza el episodio) el escenario está preparado para el diálogo de revelación que abarca el resto de la carta. Describe una escena pintoresca: los doce discípulos se encuentran juntos después de la crucifixión de Jesús, escribiendo todo lo que pueden recordar de sus enseñanzas. (Notamos de paso que son los 12 discípulos quienes están comprometidos en esta actividad, y que están grabando tanto las enseñanzas públicas como las instrucciones confidenciales: nuestro texto está, por lo tanto, dando autoridad apostólica a la existencia de abundantes evangelios. También es importante anotar que la referencia a 12 discípulos obvia la supuesta desaparición de Judas Iscariote después de la traición).
El texto ratifica eso al aumentar la enseñanza de Cristo a los discípulos: llama a Pedro y Santiago a su lado y les da las enseñanzas confidenciales durante 550 días. Hace hincapié en la importancia de llenarse de espíritu (4,19), y también ratifica la necesidad del sufrimiento. Sufriendo, uno gana el amor del Padre y se hace igual, o incluso mejor que Cristo (6,19-20). En respuesta a una cuestión de Santiago, Cristo declara que la época de la profecía ha terminado (6, 29-30): uno debe tener el conocimiento para recibir el reino de los cielos (8,26-27).
Un tema importante en esta revelación es la necesidad de independencia; que los discípulos simplemente no deben depender de Cristo, sino que deben tomar la iniciativa ellos mismos. En un pasaje conmovedor, Cristo reprende a aquellos que han permanecido callados cuando debían haber hablado, o se han dormido cuando debían haber estado despiertos (9,18-10,6).
Desde el principio hasta el fin, Cristo habla en parábolas, usando imágenes metafóricas evocadoras de los discursos conservados en textos tales como los evangelios canónicos y el evangelio de Tomás. Termina el cuerpo principal de su disertación con tres ideas más fuertes: el reino de los cielos es como un grano de cereal, madura y llena el campo con más granos (12, 22-30), uno debe tener cuidado para que el orgullo no lo convierte en un desierto (13, 17-23), y la actividad de Cristo se compara con la construcción de una casa (13, 2-8).
Cuando termina la disertación, Pedro se queja de la ambigüedad de estas enseñanzas (13, 27-36), y es reprendido enérgicamente (13,36-14,19). Se hace hincapié otra vez en la independencia del fiel creyente: ni el Padre puede echar del reino a alguien que ha recibido la vida y creído (14,15-19).
Después de la insistencia a Santiago y Pedro en que presten atención a lo que lo aguarda, Cristo se va. Santiago y Pedro, arrodillándose, envían sus corazones tras él y perciben guerras y gran agitación (15, 6-13). Sus mentes continúan el ascenso, y perciben coros celestiales y regocijo (15, 14-23). Pero la subida de sus espíritus es interrumpida por la llegada de los otros discípulos (14, 23-34). Cristo (14,41-15,3) bendice a uno que viene después de los discípulos (quizás hace referencia al círculo propio del escritor). Este punto se remarca cuando al final del texto Santiago declara su esperanza en que aquellos a quienes ilustra se pondrán en su camino (16, 8-19).

Estilo y teología[editar]

Este texto, a decir de algunos estudiosos del tema, es fascinante por su estilo y su teología. Por una parte, sus parábolas y su uso frecuente de bendiciones e infortunios hacen que las enseñanzas que contiene parezcan familiares para alguien con conocimiento de los evangelios canónicos. Por otro lado, cuando se revisan más atentamente, esas enseñanzas se revelan como no comunes. Las exhortaciones repetidas no tienen precedentes, son independientes de Cristo, y hay pistas de un desarrollo soteriológico gnóstico subyacente al texto. Por ejemplo, en 8, 36 Cristo dice a Santiago que lo siga, y que ya le ha enseñado qué decir cuando enfrente a los arcontes, una enseñanza con la que el escritor del texto obviamente supone que sus lectores están familiarizados.
La representación de Pedro y Santiago es diferente. Mientras los dos son declarados aptos para recibir las enseñanzas confidenciales, en algún punto Jesús se dirige únicamente a Santiago (por ejemplo, en 8, 36 ya citado). Además, mientras que las exclamaciones de Santiago sirven para avanzar la disertación, las de Pedro solamente muestran su incapacidad de comprender las enseñanzas paradójicas de Cristo. Pedro, como sucede frecuentemente en los textos gnósticos, representa aquí la iglesia ortodoxa, y en su tratamiento de Pedro nuestro escritor participa en una polémica contra esa institución. Esta polémica no es tan agresiva como en otros textos (como El Segundo Tratado del Gran Set); Pedro es segundo solamente en relación a Santiago entre todos los discípulos. No obstante, es segundo: Santiago es el privilegiado, tanto como que es el narrador aparente de todo el escrito.









Protoevangelio de Santiago, también conocido como el Libro de Santiago o el Protoevangelium, es un evangelio apócrifo, escrito probablemente hacia el año 150 y centrado en la infancia de la Virgen María y en el nacimiento de Jesús de Nazaret. Aunque nunca fue incluido entre los evangelios canónicos, recoge leyendas que han sido admitidas como ortodoxas por algunas iglesias cristianas, tales como la natividad milagrosa de María, la localización del nacimiento de Jesús en una cueva o el martirio de Zacarías, padre de Juan el Bautista.
Pese a que en las iglesias orientales alcanzó gran difusión en los primeros siglos del cristianismo, su auge en Occidente se debió al humanista francés Guillermo Postel, quien lo publicó en 1552 traducido al latín.

La denominación más nueva conocida para este evangelio apócrifo es la de Libro de Santiago, utilizada por Clemente de Alejandría y Orígenes. El término protoevangelio fue utilizado por primera vez por Guillermo Postelen 1552 al considerarlo un prólogo del evangelio de Marcos.1

Fecha y autoría[editar]

El texto tiene un epílogo en que se declara su autoría: "Y yo, Santiago, que he escrito esta historia [...]" El personaje mencionado aquí es, según la tradición, Santiago, pariente de Jesús, identificado por algunos con Santiago el Justo.
Los estudiosos actuales, sin embargo, creen que el texto fue escrito mucho más tarde, durante el siglo II, por un cristiano procedente del paganismo (desconoce las costumbres judías) y que ignoraba el hebreo, pues usó como fuente la Biblia griega de los Setenta. Es muy probable que utilizara también como fuentes los evangelios de Mateo y Lucas.
La primera mención de este evangelio se encuentra en las obras de Orígenes (muerto hacia el año 254), quien lo aduce para demostrar que los llamados "hermanos de Jesús" eran en realidad hijos de José con su anterior esposa, lo que significa que el texto era ya en el siglo III lo suficientemente antiguo como para ser tenido por auténtico por Orígenes. Aunque no se han encontrado menciones anteriores, la referencia de Justino Mártir, muerto en 165, al nacimiento de Jesús en una cueva parece revelar que conoció la obra. Por su parte, Clemente de Alejandría, muerto en 215, asegura en uno de sus escritos que la virginidad de María fue constatada por una comadrona, en lo que puede ser una referencia a un episodio narrado en el capítulo XX del protoevangelio.

Transmisión[editar]

Teodoro Bibliander, colaborador en las impresiones del Protoevangelio durante el siglo XVI.
El texto del Protoevangelio de Santiago ha llegado hasta nuestros días en más de 140 manuscritos diferentes en griego. Esta abundancia de manuscritos implica un gran interés por el texto. Además, existen traducciones al siríacoetiópicocoptogeorgianoeslavo antiguoarmenioárabeirlandés y latín. Igual que ocurre con el resto de los evangelios, incluyendo los canónicos, la mayor parte de los manuscritos son del siglo X o posteriores.
El manuscrito más antiguo de este texto es un papiro de finales del siglo III o comienzos del siglo IV encontrado en 1958, conocido como Papiro Bodmer V porque se conserva en la Biblioteca Bodmeriana de ColignyGinebra.
Durante el Renacimiento, este evangelio apócrifo volvió a cobrar importancia gracias a Guillermo Postel, quien lo llevó a Occidente desde Constantinopla. Pese a que el manuscrito original se ha perdido, Postel realizó una traducción al latín que aún se conserva y que fue publicada en Basilea (Suiza) bajo el auspicio del editor Teodoro Bibliander. Posteriormente, en 1564 Michael Neander realizó a través del mismo impresor una nueva edición del texto en griego acompañado de la traducción de Postel. Los volúmenes posteriores del Protoevangelio se basaron en estas publicaciones.2
A mediados del siglo XIX, el texto actual fue definitivamente fijado por Tischendorf, quien utilizó 18 manuscritos diferentes, además de testimonios indirectos.

Género[editar]

El protoevangelio de Santiago es más una leyenda hagiográfica (biografía de un santo), centrada en María, que un evangelio propiamente dicho. Suele contarse entre los llamados «apócrifos de la Natividad», de los cuales es el más antiguo y el modelo principal. Otros evangelios de la Natividad son el Evangelio del Pseudo Mateo, el Libro sobre la Natividad de María o el Liber de infantia Salvatoris.

Contenido[editar]

El texto consta de dos partes distintas:
1) Vida de María hasta el nacimiento de Jesús. Narra la historia de la concepción milagrosa de María (caps. I-V). Sus padres, Ana y Joaquín ya eran ancianos cuando Dios les concedió tener descendencia. Después relata la infancia de María (VI-VII), quien es puesta bajo el cuidado del templo desde los tres años de edad. Se casa con José, quien se compromete a protegerla y a respetar su virginidad. De él se afirma que es viudo y tiene varios hijos.
En realidad en los evangelios canónicos no hay prueba de que José se case con María, antes del nacimiento de Jesús .
2) Nacimiento de Jesús. Se describe luego el episodio de la Anunciación, con algunas variaciones con respecto al Evangelio de Lucas, la Visitación, las dudas de José y la aparición en sueños del ángel. En los capítulos XV y XVI José es acusado por el escriba Anás de haber violado a María, y tanto José como María deben someterse a una prueba para demostrar su inocencia, un pasaje que no figura en los evangelios canónicos. A partir del capítulo XVII se narra el nacimiento de Jesús y los episodios de la llegada y adoración de los Magos. Sigue la matanza de los inocentes y el martirio de Zacarías, padre de Juan el Bautista.
La obra se cierra con un epílogo (capítulo XXV), en el que Santiago se presenta como autor e indica que compuso la obra cuando se retiró al desierto para huir de un motín que se produjo en Jerusalén tras la muerte de Herodes.
El protoevangelio tiene una finalidad apologética. Se trata de defender a María de las acusaciones que contra ella hacían tanto judíos como paganos, y que son registradas por Orígenes en Contra Celso: la madre de Jesús habría sido una mujer pobre e ignorante, adúltera y repudiada por su marido, que habría dado a luz a un hijo ilegítimo de un soldado romano. Para rechazar estas acusaciones, el autor del protoevangelio enfatiza la santidad de María y, sobre todo, su virginidad, incluso después del parto. Salomé -un personaje que aparece también en Marcos, citada entre los asistentes a la crucifixión, comprueba empíricamente tras el parto la virginidad de María (capítulo 20). La redacción de este evangelio tiene sin duda relación con los inicios del culto mariano.
Algunos autores encuentran en este evangelio influencias del docetismo.

Influencia posterior[editar]

Del protoevangelio de Santiago proceden muchas creencias tradicionales acerca de la vida de la Virgen María, empezando por los nombres de sus padres, Joaquín y Ana, o escenas de su vida después ilustradas por el arte cristiano, como su presentación en el templo (cap. VI). La Natividad de Cristo es también situada con frecuencia en una cueva en las representaciones del arte occidental, siguiendo una tradición que procede del protoevangelio de Santiago.








Evangelio de Tomás —también llamado Evangelio copto de Tomás o Evangelio gnóstico de Tomás— es un evangelio apócrifo que contiene 114 dichos atribuidos a Jesús de Nazaret. Se ha conservado en un papiro manuscrito en copto, descubierto en 1945 en la localidad egipciade Nag Hammadi.1​ Existen dudas acerca de su fecha de composición. Algunos de los dichos de este evangelio se asemejan a los de los evangelios canónicos de MarcosMateoLucas y Juan; otros eran desconocidos hasta su descubrimiento.

A diferencia de los evangelios canónicos, el libro de Tomás no adopta la estructura de un relato acerca de la vida de Jesús, sino que contiene sólo dichos (en griego logia) de Jesús enmarcados en las conversaciones que mantiene con varios de sus discípulos. La autoría de la obra es atribuida en un breve prólogo a Dídimo Judas Tomás («dídimo» significa ‘mellizo’): «Estas son las palabras secretas que pronunció Jesús el Viviente y que Dídimo Judas Tomás consignó por escrito». Finaliza con el título «El Evangelio según (gr. kata) Tomás».
Unos 17 de los 114 dichos que componen este evangelio coinciden con otros dichos, redactados en griego, encontrados en los fragmentos de los Papiros de Oxirrinco, descubiertos en Oxyrhynchus, en Egipto, en 1898. Estos fragmentos se han fechado en torno al año 200, en tanto que el manuscrito copto hallado en Nag Hammadi data de alrededor de 340. Se cree que el manuscrito copto es traducción de un texto griego más antiguo, del que dan testimonio los fragmentos de Oxyrhynchus.

Confusión con otras obras[editar]

Debe distinguirse el Evangelio de Tomás de otros apócrifos o pseudoepígrafos atribuidos al mismo personaje, como los Hechos de Tomás o el Evangelio del Pseudo Tomás (acerca de supuestas cosas que hizo Jesús siendo niño), así como del texto gnóstico conocido como Libro de Tomás el Contendiente.
Hipólito de Roma (muerto hacia 235) hace referencia a un Evangelio de Tomás, del que cita un logion («Quien me busca me encontrará entre los niños a partir de los siete años, pues allí me manifiesto oculto en el decimocuarto eón») que no aparece en el texto de Nag Hammadi, y que se ha relacionado más bien con los apócrifos de la infancia.
También Ireneo (en Adversus haereses, Contra los herejes, 1, 22, 1) menciona un Evangelio de Tomás, pero se cree que hace referencia al Evangelio del Seudo Tomás y no al que aquí nos ocupa.
En el siglo IV es mencionado por Cirilo de Jerusalén, quien en su Cathechesis V afirma que no se trata de una obra de ninguno de los apóstoles, sino de uno de «tres malvados discípulos de Mani». Sin embargo, en este evangelio apenas hay trazas de dualismo maniqueo.

Fecha[editar]

Actualmente existe un vivo debate acerca de la fecha de composición de este evangelio. Existen fundamentalmente dos teorías: una serie de estudiosos defienden una datación temprana de este evangelio, en torno al año 50, antes, incluso, que el primero de los evangelios canónicos, el de Marcos; otros abogan por una fecha más tardía, posterior a los canónicos y no anterior, en cualquier caso, a finales del siglo I (la mayor parte de estos autores prefiere la fecha de 150). La datación temprana está más extendida entre los investigadores estadounidenses, en tanto que la tardía es preferida en Europa (especialmente en Alemania y el Reino Unido).

Datación temprana[editar]

Los partidarios de la datación temprana argumentan que —dado que el Evangelio de Tomás se compone sobre todo de material original y no parece basarse en los evangelios canónicos— debe haber sido escrito partiendo de una tradición oral. Dado que sólo en el siglo I fue considerada la tradición oral como fuente de autoridad, el Evangelio de Tomás debió haberse escrito en esta época. Si así fue, se ha pensado que pudo haber cierta relación entre este texto y la hipotética fuente Q, texto escrito u oral, que, según la teoría de las dos fuentes (la más extendida acerca de los sinópticos) es la fuente del material común a los evangelios de Mateo y de Lucas, que no procede de Marcos.
Existe la hipótesis de que Q se formó en tres estratos sucesivos (denominados, respectivamente, Q1, Q2 y Q3), de los cuales el material apocalíptico corresponde a los dos últimos. Estudiosos bíblicos han identificado 37 dichos de Jesús que coinciden en su reconstrucción de Q y en el Evangelio de Tomás, de los cuales todos corresponderían a los estratos primero y segundo de Q (los más antiguos). Según esta hipótesis, el autor de Tomás no conoció (o apenas conoció) Q3, pues no incorporó este material a su escrito. Dado que Q1 y Q2 serían anteriores a los cuatro evangelios canónicos, el Evangelio de Tomás sería más antiguo que ellos y, por tanto, el primero de todos los evangelios conocidos.
Según algunos autores, como Koester, este evangelio se basa en tradiciones anteriores a las fechas en que se escribieron los evangelios canónicos. Otros autores señalan que el Evangelio de Tomás sigue los mismos cambios verbales que Lucas utiliza sobre el texto de Marcos (Logion 5 de Tomás; Lc 8,17; Mc 4,22). Esto sugiere que los evangelios de Lucas y Tomás son tardíos o anteriores respecto a Marcos.

Teoría de Elaine Pagels[editar]

Según la tesis desarrollada por la teóloga Elaine Pagels en su libro Beyond Belief: The Secret Gospel of Thomas(‘Más allá de la fe: el evangelio secreto de Tomás’), muchos de los pasajes del evangelio de Juan pueden entenderse como una refutación de los dichos, ideas, tradiciones y creencias de una comunidad cristiana cuya línea de pensamiento estaría ejemplificada por el Evangelio de Tomás. El ejemplo más destacado es la imagen que en el evangelio de Juan se da del apóstol Tomás, en pasajes como el de la duda de Santo Tomás (Juan 20:24-29).

Contenido[editar]

Imagen de la última página del Evangelio de Tomás.
Consta de 114 sentencias, que comienzan con la fórmula «Jesús dijo» o «Él dijo». Enfatizan en la sencillez, en la sinceridad y en la renuncia al poder mundano:

Jesús dijo: «Haceos transeúntes». [42]
«Si no ayunáis del mundo, no encontraréis el Reino.» [27]
Le preguntaron sus discípulos diciéndole: «¿Quieres que ayunemos? ¿Y de qué forma hemos de orar y dar limosna, y qué hemos de observar respecto a la comida?». Jesús dijo: «No mintáis ni hagáis lo que aborrecéis, pues ante el cielo todo está patente, ya que nada hay oculto que no termine por quedar manifiesto y nada escondido que pueda mantenerse sin ser revelado». [6]
«Quien haya encontrado el mundo y se haya hecho rico, ¡que renuncie al mundo!» [110]
«Si tenéis algún dinero, no lo prestéis con interés, sino dádselo a aquel que no va a devolvéroslo.» [95]
Reclaman el amor al prójimo:
Dijo Jesús: «Ama a tu hermano como a tu alma; cuida de él como a la pupila de tus ojos». [25]
«Si dos personas hacen la paz entre sí en esta misma casa, dirán a la montaña: “¡Desplázate de aquí!”, y ella se desplazará.» [48]
Adicionalmente, dice:
Simón Pedro les dice: «Que María salga de entre nosotros, pues las hembras no son dignas de la vida». Jesús dice: «He aquí que le inspiraré a ella para que se convierta en varón, para que ella misma se haga un espíritu viviente semejante a vosotros varones. Pues cada hembra que se convierte en varón, entrará en el Reino de los Cielos». [114]
Jesús les dijo: «Cuando hagáis de los dos uno, y hagáis el interior como el exterior y el exterior como el interior y lo de arriba como lo de abajo, y cuando establezcáis el varón con la hembra como una sola unidad de tal modo que el hombre no sea masculino ni la mujer femenina, cuando establezcáis un ojo en el lugar de un ojo y una mano en el lugar de una mano y un pie en el lugar de un pie y una imagen en el lugar de una imagen, entonces entraréis en el Reino». [22]
En otros puntos, el conjunto de las sentencias muestra importantes similitudes con la colección de los Logia Jesu(logia), también conocida como Q (del alemán Quelle, ‘fuente’), que se supone fue utilizada para escribir los evangelios de Mateo y Lucas. Se considera que la antigüedad del Evangelio de Tomás es otra prueba de la existencia de esa fuente común.








Evangelio de la Verdad o Evangelio de Valentín es uno de los tratados, afines a la Gnosis del cristianismo primitivo, hallados en la Biblioteca copta de Nag Hamadi.1
Se encuentra en dos de los trece códices descubiertos, en diciembre de 1945, a los pies del macizo de Jabal al Tarif, en las cercanías de la localidad de Nag Hammadi2​ en el Alto Egipto, constituyendo el tratado 3 del códice I o Codex Jung (NHC I,3), abarcando sus páginas 16 a 43 y, en modo muy fragmentado, el tratado 2 del códice XII (NHC XII,2).


El Evangelio de la Verdad está redactado, como el resto de tratados o escritos contenidos en los Códices de Nag Hammadi, en copto. En el caso de su presentación como tercer tratado del Códex Jung, lo es en su variedad dialectal subacmínica, .3​ En cuanto a los fragmentos inutilizables en que se muestra el Evangelio de la Verdad como segundo texto del códice XII, lo son en la variedad dialectal sahídica del copto.1

Fecha y lugar de composición[editar]

La datación paleográfica de los papiros en que se halla transcrito el Evangelio de la Verdad apunta, como en la mayoría de escritos manuscritos de la biblioteca de Nag Hammadi, al s. IV de n.e.1​ El origen de este tratado, en su presentación copta, está íntimamente relacionada con la conformación de la biblioteca de textos gnósticos en que se halla integrada. En este sentido si bien, durante mucho tiempo, se consideró la posibilidad de que ésta hubiera sido redactada por uno o varios monjes de alguno de los monasterios fundados por San Pacomio, cercanos al lugar del descubrimiento de los códices, 1​ recientemente se apunta la hipótesis de que fuera propiedad de "una comunidad ascético gnóstica de varones y mujeres de mediana cantidad de miembros asentada en la zona de Khenoboskion". 4
En todo caso, la mayoría de eruditos considera que el texto copto del Evangelio de la Verdad, es una traducción de un original griego de la primera mitad del s. II (entre el año 140 y 180 e.c.), con algunas voces que sin embargo señalan su origen siríaco, por algunas de las expresiones en él contenidas. 3

Autoría y naturaleza del texto original[editar]

El Evangelio de la Verdad es un texto gnóstico del cristianismo primitivo con afinidades claras con la escuela valentiana5​ Por ello es considerado que, el original griego del que procede el texto copto, fuera redactado por el propio maestro gnóstico Valentín o un discípulo cercano, en la primera mitad del s. II e.c. 6
Como otros textos de la biblioteca copta de Nag Hammadi, este tratado no tiene un título explícito en el manuscrito, siendo conocido por su comienzo: «El Evangelio de la Verdad es alegría para aquellos que han recibido del Padre de la Verdad la gracia de conocerlo...». 15
En todo caso Ireneo de Lyon (130- 202 e.c.), refiere en su obra Adversus Haereses III 11,19, un "Evangelium Veritatis" utilizado por los valentinianos que probablemente sea el mismo descubierto en las cercanías de Nag Hammadi.56
Por su estilo literario se enmarca como una homilía en la que el autor, habiendo experimentado la plenitud que se deriva de conocer la Unidad del Padre expone, ante un público cercano y afín al contenido doctrinario expresado, la naturaleza y sentido de la buena nueva o evangelio que con la venida de Jesús Cristo se ofrece pues, con Él, se abre la posibilidad de salvación o redención en la intimidad de aquel «que se busca», del gnóstico cristiano, por medio del "Cristo pleromático".6

Extractos del Evangelio de la Verdad[editar]

16.31 El Evangelio de la Verdad es alegría para aquellos que han recibido del Padre de la Verdad la gracia de conocerlo, por medio del Poder de la Palabra (del Verbo, del Cristo)) que ha venido desde 5 el Pleroma (desde la Plenitud), la que está en el Pensamiento y en la Inteligencia del Padre, la que es llamada “Salvador”, ya que es el nombre de la Obra que debe llevar a cabo para la Redención (Salvación) de aquellos que eran 17.1 ignorantes del Padre, mientras que el nombre [de] "Evangelio" (Buena Nueva) es la proclamación de la esperanza, siendo descubierta por aquellos que Le buscan.
18 Éste es el Evangelio del que se busca, que se reveló a los que son perfectos por las misericordias 15 del Padre, el Misterio Oculto, Jesús, el Cristo, por cuyo medio iluminó a los que estaban en la oscuridad a causa del olvido. Los ha iluminado y ha mostrado un camino; 20 y el Camino es la Verdad que les ha enseñado.
22 De esta manera el que posee la Gnosis (Conocimiento) es de lo Alto. Si es llamado, 5 escucha, responde y se vuelve hacia quien lo llama, para ascender hacia Él. Y sabe en qué modo es llamado. Poseyendo el Conocimiento hace 10 la voluntad de quien lo ha llamado, quiere complacerle y recibe el reposo. Su nombre adviene a él. El que llegue a poseer el Conocimiento de este modo sabe de dónde viene 15 y a dónde va. Sabe, como una persona que habiendo estado embriagada ha salido de su embriaguez, (y) habiendo vuelto a sí misma, ha corregido lo que le 20 es propio.
Extractos del Evangelio de la Verdad, NHC I, 3.7

Relevancia en la historia del cristianismo primitivo[editar]

El descubrimiento del Evangelio de la Verdad, junto con el resto de textos descubiertos en la biblioteca de Nag Hammadi, ha permitido a los estudiosos del ámbito de la historia de las religiones, y muy particularmente de lo referente al cristianismo de los primeros siglos, disponer de los registros escritos, sin el filtro de sus adversarios o detractores, de una de las corrientes ideológicas predominantes en el ámbito filosófico y religioso de la cuenca mediterránea en los siglos I al IV de nuestra era: El gnosticismo y la Gnosis del Cristianismo Primitivo8
Las exposiciones doctrinarias teologales del Evangelio de la Verdad avalan y confirman, que el gnosticismo cristiano fuera "la primera expresión de una teología cristiana sistemáticamente expuesta".

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