martes, 29 de mayo de 2018

EVANGELIOS

APÓCRIFOS

El Evangelio de Marción, denominado por sus seguidores como el Evangelio del Señor, fue un texto utilizado por el maestro cristiano Marción de Sinope a mediados del siglo II, excluyendo a los otros evangelios. Sus fragmentos reconstruidos aparecen ahora entre los apócrifos del Nuevo Testamento. La enseñanza de Marción fue condenada como herejía en el año 144.
Muchos apologistas cristianos escribieron tratados contra Marción después de su muerte, además de la célebre obra de Tertuliano, por medio de la cual se ha podido reconstruir casi todo el Evangelio del Señor de Marción a partir de sus citas. Así pues, Marción solo es conocido por medio de sus críticos, quienes consideraban a sus doctrinas como una desviación del cristianismo proto-ortodoxo.

Hay dos relaciones posibles entre el Evangelio de Marción y el Evangelio de Lucas: o bien Marción editó el Evangelio de Lucas que existía anteriormente para que se ajustara a su propia agenda; o bien su Evangelio del Señor es anterior al Evangelio de Lucas como lo tenemos hoy y fue, de hecho, su base.

El Evangelio de Marción como edición de Lucas[editar]

Los Padres de la Iglesia escribieron, y la mayoría de los eruditos modernos están de acuerdo,23​ que Marción editó a Lucas para ajustarse a su propia teología, el marcionismo. Tertuliano, apologista cristiano de finales del siglo II, señaló que Marción «expurgó [del Evangelio de Lucas] todas las cosas que se oponían a su visión [...] pero conservó aquellas cosas que estaban de acuerdo con su opinión».4
De acuerdo con este punto de vista, Marción eliminó los dos primeros capítulos de Lucas acerca de la Natividad, y comenzó su evangelio en Cafarnaúm haciendo modificaciones al resto adecuado al marcionismo. Las diferencias en los textos a continuación destacan la visión marcionita de que, primero, Jesús no siguió a los Profetas y, segundo, que la tierra es mala.
LucasMarción
¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! (Lucas 24:25)¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que les he dicho!
Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte a la nación [...] (Lucas 23:2)Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte a la nación [...] y destruir la ley y los profetas.
Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra [...] (Lucas 10:21)Yo te alabo, Padre celestial [...]

Justificación[editar]

El teólogo Adolf von Harnack (1851–1930), de acuerdo con el relato tradicional de Marcion como revisionista, discutió las razones de sus alteraciones a Lucas. Según Harnack, Marción creía que solamente podía haber un evangelio verdadero, todos los demás eran invenciones de elementos pro-judíos, decididos a sostener la adoración de YHWH. Además, él creía que el verdadero evangelio fue dado directamente al apóstol Pablo por el mismo Cristo, pero posteriormente fue corrompido por aquellos mismos elementos que también corrompieron las epístolas paulinas. Marción vio la atribución de este evangelio a Lucas el Evangelista como otra invención. Por lo tanto, comenzó lo que él consideró como la restauración del evangelio original como fue dado a Pablo.5​ En palabras de Harnack: «Para esta tarea no apeló a una revelación divina, ni a instrucción especial alguna, ni a una ayuda neumática [...] De esto se deduce inmediatamente que para sus purificaciones del texto -y esto generalmente se pasa por alto- no podía reclamar ni reclamó una certeza absoluta».










Evangelio de Bernabé es un libro que narra la vida de Jesus, y que sostiene haber sido escrito por Bernabé, presentado en la obra como uno de los doce apóstoles (en los libros canónicos del Nuevo Testamento, Bernabé aparece como compañero del apóstol Pablo). Se conoce la existencia de dos manuscritos, ambos fechados a finales del siglo XVI o principios del XVII, uno escrito en italiano y el otro en español. El manuscrito español se ha perdido, y su texto sobrevive sólo en una transcripción parcial del siglo XVIII.1​ El libro tiene aproximadamente la misma longitud que los cuatro evangelios canónicos, y en pasajes claves busca conformarse a la interpretación islámica de los orígenes cristianos, buscando corregir las enseñanzas neotestamentarias del cristianismo.
El texto de este Evangelio es considerado por la mayoría de los académicos, incluyendo cristianos y algunos musulmanes (p. ej. Abbās al-Aqqād) como tardío y pseudepigráfico.23​ Algunos estudiosos sugieren que tal vez pueda contener restos de obras apócrifas más tempranas (quizás gnósticasebionitas4​ o diatesarónicas5​), editadas para alinearlas con la doctrina islámica.6​ Muchos musulmanes lo citan en apoyo a la visión islámica de Jesus.

La referencia más temprana a un Evangelio de Bernabé que se condice con los dos manuscritos conocidos, es en un manuscrito Morisco BNM MS 9653 en Madrid, escrito alrededor de 1634 por Ibrahim al-Taybili en Túnez.7​ Describiendo cómo la Biblia profetiza a Mahoma, contiene la frase: "... y así mismo en Evangelio de San Bernabé, donde se hallará la luz". La primera mención impresa del Evangelio fue en 1717, cuando aparece una breve referencia al manuscrito español en De religione Mohamedica de Adriaan Reland; y luego en 1718, una descripción mucho más detallada del texto italiano por el filósofo deista irlandés John Toland.89​ En 1734 George Sale hace referencia a ambos manuscritos en The Preliminary Discourse to the Koran ("Discurso Preliminario del Corán"):
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La traducción de Sale del Corán se convirtió en la versión estándar en inglés en la época; y gracias a esta difusión, y la del "Discurso Preliminar", el Evangelio de Bernabé se hizo ampliamente conocido en los círculos académicos; generando muchos intentos infructuosos por hallar el original árabe mencionado por Sale. Sin embargo, para su descripción del Evangelio en el "Discurso Preliminar", Sale se había apoyado enteramente en noticias de segunda mano. Por ejemplo, contrariando la afirmación de Sale, las palabras griegas paraclete o periclyte no se hallan explícitamente mencionadas en los textos de las versiones española o italiana; aunque el término periclyte se translitera al árabe en uno de los apuntes al margen del manuscrito italiano en el capítulo 44, como glosa de las palabras italianas 'uno splendore', aplicadas efectivamente allí a Mahoma por nombre. Posteriormente a la redacción del "Discurso Preliminar", Sale pudo hacerse personalmente del manuscrito español y lo hizo transcribir.

Ocurrencias tempranas de un Evangelio de Bernabé[editar]

Un "Evangelio según Barnabas" es mencionado en dos listas cristianas tempranas de obras apócrifas (apocrypha): el texto latino de Decretum Gelasianum (siglo VI),  así como en griego la Lista de los Sesenta Libros. Estas listas son testimonios independientes . En 1698 John Ernest Grabe descubrió un supuesto dicho previamente desconocido de Jesus, atribuido al apóstol Bernabé, entre los fragmentos de manuscritos griegos de la Colección Barocciana en la Biblioteca Bodleiana de Oxford, que especuló podría tratarse de una cita de este "evangelio perdido".10​ John Toland traduce la cita como: El apóstol Bernabé dice, se lleva la peor parte quien vence en contiendas de maldad; porque llega así a tener más pecado; y aduce haber identificado la frase correspondiente al examinar el manuscrito italiano sobreviviente del Evangelio de Bernabé en Ámsterdam antes de 1709. Subsiguientes académicos que examinaron el texto italiano y el español no han logrado, sin embargo, confirmar la observación de Tolann.11
Esta obra no ha de ser confundida con la Epístola de Bernabé, aún existente, que pudo haber sido escrita en el siglo II en Alejandría. No hay relación de estilo, contenido, o historia entre ambos libros, fuera de su común atribución a Bernabé. Sobre el tema de la circuncisión por ejemplo ambos libros sostienen posturas muy divergentes, aquella del rechazo de la práctica judía en la epístola oponiéndose marcadamente a la promoción de la misma en el Evangelio. Ni debe ser confundido también esta obra con los "Hechos de Bernabé", también existentes, que narran los viajes, el martirio y el entierro de Bernabé, y que se cree generalmente fueron escritos en Chipre luego del 431
En el año 479 durante el mandato del Emperador Zeno (del Imperio Romano de Oriente) el arzobispo Antemio de Chipre anunció que la tumba oculta de Bernabé le había sido revelada en un sueño. Se sostuvo entonces que el cuerpo del santo había sido descubierto en una cueva con una copia del evangelio canónico de Mateo sobre su pecho, según el recuento contemporáneo de Theodoro Lector, que narra que tanto los huesos, como el Evangelio, fueron obsequiados al emperador por Antemio. Ciertos académicos que sostienen la antigüedad del Evangelio de Bernabé proponen que el texto supuestamente descubierto en 478 debería ser identificado primariamente con el Evangelio de Bernabé; pero esta suposición no condice con un reporte de Severo de Antioquía sobre el libro hallado por Antemio, quien informó haber examinado el manuscrito hacia el año 500, intentando averiguar si apoyaba el relato de Jesús atravesado por la lanza de Mateo 27:49 (no lo hacía). Según el historiador bizantino del siglo XI Georgios Kedrenos, un manuscrito uncial del Evangelio de Mateo que se creía ser el descubierto por Antemio, se preservaba aún en la Capilla de San Esteban del palacio imperial en Constantinopla

Manuscritos[editar]

Manuscrito italiano[editar]

Vista de la Biblioteca Imperial austriaca, donde se guardaba el manuscrito italiano.
El manuscrito italiano en posesión del Príncipe Eugenio había sido un presente de John Frederick Cramer (1664-1715) quien se lo obsequió en 1713, para ser luego transferido a la Biblioteca Nacional de Austria en Viena en 1738 junto con el resto de la biblioteca del Príncipe. Previamente, en algún momento anterior a 1709, Cramer había prestado el manuscrito a Toland, quien escribe que: (el Sr. Cramer) lo obtuvo de una biblioteca de una persona de gran renombre y autoridad en dicha ciudad; a quien en vida se había oído frecuentemente ensalzar sobremanera la pieza. Si era como rareza, o como modelo de su religión, lo ignoro. Michael Fremaux informa haber fracasado en rastrear e identificar dicho propietario previo del manuscrito, o de hallar al texto listado en algún catálogo o inventorio de Ámsterdam. La referencia de Toland no obstante parecería implicar que el anónimo ex-dueño fallecido habría sido en lo religioso un anti-Trinitario o Unitario prominente; y Fremaux conjetura que el manuscrito pudo haber sido traído a Ámsterdam por Christopher Sandius (1644-1680) sea por su propia actividad como coleccionista en Polonia; o más probablemente por su adquisición de los papeles de Giovanni Michele Bruto (1517-1592) quien había recopilado una extensa colección de fuentes manuscritas en Hungría y Transilvania. Cramer había publicado una edición de los escritos teológicos de Bruto en 1698, y Fremaux especula que Cramer pudo haberse topado con el Evangelio de Bernabé en el transcurso de sus investigaciones en la biblioteca de Sandius en Ámsterdam. Alternativamente, Slomp ha propuesto que Gregorio Leti (1630-1701) cuya biblioteca de Ámsterdam había sido subastada a su muerte, pudo haber sido el anónimo ex-propietario del manuscrito italiano. Leti sin embargo, aunque hostil al Papado (y a Sexto V en particular) era en lo religioso un calvinista ortodoxo.
El manuscrito italiano tiene 506 páginas, de las cuales el Evangelio de Bernabé ocupa las páginas 43 a 500, escritas con marcos rojos en un estilo islámico. Las páginas precedentes de la 5 a a la 42 también tienen marcos rojos; pero están en blanco (fuera de la dedicatoria de Cramer al Príncipe Eugenio), y se infiere que se planeaba escribir algún tipo de prefacio o texto preliminar, aunque el espacio es mucho mayor que el que hubiera sido necesario para el texto del Prefacio correspondiente en el manuscrito en español.12​ Hay rúbricas y notas al margen en árabe gramaticalmente incorrecto, y muchos rasgos sintácticos del turco.1314​ La encuadernación es turca, y aparenta ser la original, pero el papel tiene una marca de agua italiana, que ha sido fechada entre 1563 y 1620 15​ El mismo escriba redactó tanto el texto italiano como las notas al margen en árabe, y era claramente "occidental" estando acostumbrado a escribir de izquierda a derecha.16​ 

Anacronismos[editar]

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Algunos lectores han señalado que el Evangelio de Barnabas contiene varios anacronismos e incongruencias históricas:17
  • En él Jesús navega el Mar de Galilea desembarcando en Nazaret - que realidad se halla a 23 km tierra adentro desde el Mar de Galilea - para luego "subir" a Capernaúm - que en realidad se halla sobre la costa (capítulos 20-21). 
  • Se afirma que Jesús nace durante el mandato de Poncio Pilato, que comenzó en el año 26.
  • El autor del Evangelio de Bernabé no parece percatarse que 'Cristo' y 'Mesías' son sinónimos en griego y hebreo respectivamente. "Cristo" (xριστός, christós) es la traducción al griego de la palabra hebrea "Mesías" (מָשִׁיחַ, māšîaḥ), ambas con el mismo significado de "Ungido". El Evangelio de Bernabé yerra al describir a Jesús como "Jesucristo" ("Jesús-Cristo"- es decir "Jesús-Mesías" en hebreo) al mismo tiempo sosteniendo que 'Jesús confesó y hablo verdad diciendo: "Yo no soy el Mesías"' (cap. 42).
  • Se referencia un "Año del Jubileo" en Israel celebrado cada cien años (capítulo 82), en vez de cada cincuenta años, como se describe en Levítico 25. Este error parecería ligar el Evangelio de Bernabé a la proclamación en 1300 del Año Santo por parte del Papa Bonifacio VIII - jubileo que luego decretó habría de repetirse cada cien años (en 1343 el Papa Clemente VI redujo ese intervalo entre años del jubileo a cincuenta años).
  • El Evangelio menciona vino almacenado en toneles de madera (capítulo 152). En el siglo V a.C. Heródoto menciona toneles de madera de palmera usados para exportar vino a Mesopotamia10​. Toneles de madera de roble eran característicos de la Galia y la Italia del norte, y no se volvieron universales en el imperio romano hasta el 200 [1]; mientras que en la Palestina del siglo I como en el resto del Oriente el vino se almacenaba en odres de cuero y vasijas (amphorae)[2]. El pedunculate o roble inglés (quercus robur) no crece en Palestina; y la madera de otras especias no brinda estanqueidad suficiente para ser usada en toneles.
  • En el capítulo 119 Jesús menciona al oro y el azúcar como sustancias de igual rareza y valor. Si bien conocido desde la antigüedad en la India, la equiparación del valor del azúcar con el oro surgió recién en Europa en la Edad Media, cuando el azúcar comenzara a circular gracias al contacto incrementado con Oriente por las Cruzadas y la presencia árabe en territorio europeo.
  • En el Capítulo 91, se hace referencia a los "cuarenta días" como un ayuno anual de Israel. Dicho ayuno de cuarenta días no es mencionado en la Biblia ni existía en Israel (ver Mishnah, volumen Ta'anit, "Días de ayuno"11​). Se corresponde en cambio con la tradición cristiana del ayuno católico para Cuaresma, practica de la cual no existen testimonios previos al Concilio de Nicea (325 )
  • En el Evangelio de Bernabé las citas del Antiguo Testamento se corresponden con las de la Vulgata Latina antes que con las de la traducción griega de la Septuaginta o del Texto Masorético hebreo. La Vulgata Latina fue la versión más circulada de la Biblia en la Edad Media europea, siendo obra de San Jerónimo comenzada en el 382, siglos después de la muerte de Bernabé.
  • El Evangelio dice que Adan y Eva comieron una manzana (c.40). La Biblia no menciona la fruta del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal (Génesis 2:9,17; 3:5). La asociación tradicional con la manzana surgió en la Cristiandad europea, a partir de la traducción de la Biblia hebrea al latín, donde tanto 'manzana' como 'mal' se traducen como 'malum'.
  • En el capítulo 54 dice: "Pues quien desee cambiar una pieza de oro deberá entregar sesenta monedillas" (italiano minuti). En épocas del Nuevo Testamento, la única moneda de oro era el aureus, y valía aproximadamente 3.200 de las monedas más pequeñas, que eran las de bronce llamadas leptón (traducido al latín como minuti). La moneda estándar de plata, el denarius equivalía a 128 lepta. La equivalencia de una pieza de oro a 60 unidades (relación 1:60) implicada en el Evangelio de Bernabé fue común en la Edad Media tardía para interpretar el pasaje de los Evangelios canónicos (Marcos 12:42) a partir del entendimiento medieval del significado de minuti como 'sexagésima parte'.
  • El capítulo 91 nos dice que tres ejércitos judíos de 200 000 hombres cada uno se enfrentaron en Mizpa a causa del debate nacional sobre la naturaleza divina de Jesús, cada bando representando una opinión distinta - siendo pacificados por una delegación encabezada por Pilatos, Herodes y el Sumo Sacerdote (cuyo sugerencia de dirigirse al mismo Jesús para solicitarle aclare su doctrina logró la disuasión sobre las tropas que los discursos previos de Pilatos y Herodes no habían conseguido). A la falta de registro histórico sobre dicha fantástica cumbre política y amague de guerra civil en la Palestina del siglo I, se suma la mención de un ejército judío totalizando 600 000, en una época que todo el ejército romano distribuido de extremo a extremo del imperio sumaba unos 300.000 soldados.

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