El Parque Arqueológico Nacional de Tierradentro es una reserva arqueológica de Colombia, declarada en 1995 por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad por ser un importante reservorio de la cultura precolombina. Está localizado en el Departamento del Cauca, en inmediaciones de los municipios de Belalcázar e Inzá.
Los vestigios se concentran especialmente en los alrededores de la población de San Andrés de Pisimbalá. Las tumbas se localizan en varios sitios, el más representativo es Segovia, que queda a 20 minutos a pie de los museos. El Duende, localizado a 600 m al nororiente de Segovia, San Andrés, situado 1500 m al norte de la sede administrativa, El Aguacate, sobre un filo de difícil acceso y El Tablón, localizado a 750 m al nororiente de San Andrés de Pisimbalá. La topografía del área es abrupta, conserva vegetación primaria en pequeña proporción y algunos animales silvestres. Los vestigios arqueológicos incluyen tumbas subterráneas o hipogeos, y estatuas de piedra, que dentro del parque se agrupan en cinco zonas: Alto del Aguacate, Alto de San Andrés, Loma de Segovia, Alto del Duende y el Tablón. Las instalaciones del parque cuentan con un museo arqueológico y uno etnográfico.
Tierradentro comprende una extensa área poblada de hipogeosy estatuas. Los sitios arqueológicos más importantes de este parque son Alto del Aguacate, Alto de San Andrés y Alto del Duende.
En un entierro primario de Santa Rosa (Cauca), se halló una muestra de carbón que se fechó en 630 d. C. Otro trozo de carbón contenido en una urna funeraria de un hipogeo se fechó de 850 d. C.
Sin embargo, el reconocimiento técnico de la zona arqueológica de Tierradentro y el conocimiento público de las importantes reliquias prehispánicas que allí se encuentran, puede decirse que se inicia sólo a partir del año de 1936, época en la cual el Gobernador del Departamento del Cauca, doctor Alfredo Navia, después de haber tenido ocasión de visitar la región, envió al doctor Georg Burg, geólogo profesor de la Universidad del Cauca, para que hiciera un estudio detenido en la zona.
Una de las tareas iniciales del investigador Burg, fue el reconocimiento de los principales sitios arqueológicos conocidos por los campesinos e indígenas de la comarca, especialmente los sepulcros situados en las lomas de Segovia y San Andrés y las estatuas de piedra del lugar denominado El Tablón.
Posteriormente hizo varios viajes a través del territorio, en el que logró localizar gran número de sepulcros y conoció objetos de cerámica y de industria lítica procedentes de varios sitios. Igualmente levantó el mapa geológico de Tierradentro. Recorrió el curso del río Ullucos, los lugares de Suin y Chinas, Vitoncó, Loma Alta y los ríos Malvasá y Negro de Narvaéz.
A partir de sus recorridos descubrió algunas estatuas, reconoció muchos sepulcros y excavó varios, al tiempo que recogió valiosas colecciones de cerámica y de industria lítica. El centro principal de sus excavaciones estuvo localizado en San Andrés de Pisimbalá, en donde inició trabajos en el mes de mayo del año de 1936, patrocinado por la Universidad del Cauca.
Al lado de sus estudios geológicos y sus excavaciones arqueológicas, el doctor Burg construyó cobertizos para proteger los sepulcros excavados e hizo limpiar aquellos que fueron explorados en épocas anteriores por los buscadores de tesoros. También inició la construcción de trochas y otras vías de acceso a los sitios donde están situados los monumentos que reconoció. De todos estos trabajos rindió informe a la Universidad del Cauca y a la Gobernación Departamental.
En el mes de junio del mismo año, el Ministerio de Educación Nacional comisionó al arqueólogo don Gregorio Hernández de Alba para que hiciera una revisión de los trabajos adelantados por el doctor Burg y para que continuara las excavaciones en esta zona arqueológica. Después de varios viajes de reconocimiento, Hernández de Alba inició exploraciones en varios sitios de Tierradentro, con las cuales se dio comienzo, por así decirlo, al estudio sistemático de los monumentos prehispánicos.
Los sitios visitados y estudiados por este investigador fueron los siguientes: San Andrés de Pisimbalá, Alto del Grillo, El Aguacate, El Tablón, Vivorá, El Rodeo, Pedregal, Las Tapias, Topa, La Plata, Ricaurte, Cohetando, Belalcázar, Calderas, Avirama Viejo, Togoima, Santa Rosa, El Hato, El Marne y otros.
Monumentos arqueológicos[editar]
Después de San Agustín, el Parque Arqueológico de Tierradentro ocupa un lugar muy señalado en la arqueología colombina en lo que se relaciona con el carácter monumental de las reliquias que allí se conservan.
Los monumentos arqueológicos se encuentran en un nudo montañoso de forma triangular, de terreno en extremo accidentado, y que tiene como vértice el Nevado del Huila, al lado de los páramos de Las Casitas, Moras, El Brujo, Las Delicias y Guanacas.
El territorio tiene buena parte de su extensión en el piso térmico templado (18 a 20 o C) y está atravesado de norte a sur por el río Páez, el cual constituye, con el Ullucos y con la quebrada San Andrés, la principal vía de acceso a la comarca.
La constitución geológica de los terrenos de esta zona y el carácter torrentoso de las corrientes de agua que la avenan, han determinado una acción erosiva muy notable en el territorio, ocasionando la formación de profundos cañones y estrechos valles sobre los cuales caen en forma abrupta las faldas de las colinas que los circundan.
Las terrazas de origen aluvial, parece que han sido, a través de todos los tiempos, los lugares escogidos para la habitación humana, en tanto que las necrópolis se localizan en la cima de colinas, en lugares de difícil acceso y generalmente eminentes.
Las reliquias arqueológicas de Tierradentro están constituidas por estatuas de piedra, suntuosos templos subterráneos, labrados en la roca viva y decorados profusamente con pintura de varios colores de motivos generalmente geométricos, cerámica y otros objetos hallados en las tumbas, al lado de los cadáveres. Los sitios principales en donde están emplazados los monumentos, son los siguientes: San Andrés, El Hato, El Marne, El Rodeo, El Tablón, Segovia, Loma Alta, Belalcázar, Alto del Grillo y otros.
El municipio de Inzá y particularmente su corregimiento San Andrés, constituyen la región donde se localizan las reliquias más notables y donde han tenido su asiento las comisiones de técnicos que se han ocupado del estudio de esta cultura arqueológica.
Los hipogeos o tumbas colectivas monumentales con cámaras subterráneas reproducen el interior de viviendas, donde se practicaban entierros secundarios de huesos exhumados, en urnas. Sus paredes están decoradas con diseños antropomorfos, geométricos y zoomorfos de lagartijas, serpientes y ciempiés en colores rojo, negro y blanco.
También se conoce que los constructores de estos hipogeos realizaban entierros primarios, para lo que excavaban tumbas de pozo poco profundas con una pequeña cámara lateral, donde colocaban objetos como metales, manos de moler, collares y vasijas de cerámica. Las tumbas e hipogeos se agrupan en cementerios, ubicados en cimas de colinas aplanadas para tal fin o en los filos de las montañas, cerca de los lugares de vivienda.
Otros reconocimientos[editar]
En 2007 fue elegida como una de las 7 Maravillas de Colombia, quedando en el 6º lugar.1 En el año 2008 la publicación Revista Viajes & Aventura y sus lectores eligieron este parque arqueológico como la 4ª Maravilla Arqueológica de Colombia. En 1º lugar fue elegida Ciudad Perdida de la Sierra Nevada de Santa Marta como la Maravilla Arqueológica de Colombia por excelencia.
Parque Nacional Natural de Los Katíos es un área natural que se encuentra en el noroeste de Colombia, que cubre 720 km², entre los 2 y los 600 msnm. Es parte de la región del Darién, la cual cubre Panamá y Colombia. Fue creado en 1973sobre 520 km² y ampliado en 1979 a su área actual de 720 km². Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994. Está junto al parque nacional Darién, en Panamá.
Se halla en jurisdicción de los municipios de Riosucio (Chocó)63%, Turbo (Antioquia) 35% y Unguía (Chocó) 3%. Limita por el noroeste con Panamá por el nordeste con el río Peye, por el oeste y norte con la margen derecha del río Atrato y por el sur con el caño Gumercindo y los ríos Perancho y Cacarica.
La Serranía del Darién forma colinas y montañas al norte y centro del parque, donde hay varios saltos o caídas de agua imponentes. La planicie del río Atrato es inundable. En las partes que no se inundan en verano, crecen bosques que toleran la inundación durante los meses de lluvia.
Debido a la necesidad de una movilización internacional para luchar contra la deforestación, el Comité de la Unesco mantuvo inscrito el parque en la lista de Patrimonio de la Humanidad en peligro entre los años 20091 y 2015.
Puerto, fortalezas y conjunto monumental de Cartagena
Puerto, fuertes y conjunto monumental de Cartagena de Indias | ||
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Patrimonio de la Humanidad de la Unesco | ||
Garita en las murallas.
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País | Colombia | |
Tipo | Cultural | |
Criterios | iv, vi | |
N.° identificación | 285 | |
Región | América Latina y el Caribe | |
Año de inscripción | 1984 (VIII sesión) | |
Extensiones | 192 ha | |
En 1984, la Unesco incluyó el centro histórico de Cartagena de Indias, el conjunto de sus fortificaciones y el puerto en la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Sitios de interés[editar]
Plazas[editar]
- Plaza de los Coches. Ubicada dentro de la ciudad amurallada, se encuentra rodeada de casonas coloniales y presidida por la estatua de Pedro de Heredia, fundador de Cartagena.
- Plaza de Santo Domingo.
- Plaza de la Aduana. Presidida por la estatua de Cristóbal Colón.
- Plaza de Bolívar.
- Plaza de Armas o del Parque.
- Plaza de la Proclamación.
- Plaza de San Francisco.
- Plaza de San Pedro Claver.
- Plaza de Santa Teresa.
- Plaza del Tejadillo.
- Plazuela de la Merced.
- Plazuela del Estudiante.
Edificios civiles[editar]
- Barrio Getsemaní y el muelle de los Pegasos.
- Casa del Marqués del Premio Real.
- Casa del Marqués de Valdehoyos
- Casa de la Aduana.
- Teatro Adolfo Mejía (antes, Heredia).
- Palacio de Gobierno.
- Palacio de Justicia.
- Casa de la Moneda.
- Torre del Reloj.
Arquitectura religiosa[editar]
- Catedral Santa Catalina de Alejandría.
- Iglesia y convento de San Pedro Claver, construida en el siglo XVII por los jesuitas y donde reposan los restos de San Pedro Claver, uno de los defensores de la causa de la población negra.
- Palacio de la Inquisición.
- Convento de San Agustín.
- Iglesia de Santo Domingo.
- Convento de San Francisco.
- Edificio de la Alcaldía Mayor.
Museos[editar]
- Museo del Oro Zenú.
- Museo de Arte Moderno, donde se presentan exposiciones de artistas colombianos.
- Museo Naval.
Arquitectura militar[editar]
- Castillo de San Felipe de Barajas, fortaleza española construida para proteger la ciudad del asedio de los piratas.
- Las murallas.
- Las bóvedas.
- Fuerte de San Sebastián del Pastelillo.
- Fuerte de San Fernando de Bocachica.
- Fuerte batería de San José.
- Batería del Arcángel San Rafael.
La Red caminera del Tahuantinsuyo (en quechua, Qhapaq Ñan o Inka naani) fue un sistema de caminos de enormes distancias en la civilización incaica que vinculaba las ciudades importantes de la costa y de la sierra. Se estructuró con base en dos ejes longitudinales: del sector cordillerano y del llano costero. Este sistema de los incas no fue sino un bimilenario legado preincaico, potenciado durante el Estado incaico. En idioma quechua, Qhapaq Ñan significa: camino del rey o del poderoso1 o camino del Inca, tanto para la totalidad de esa organización de rutas, que superaban los 30 000 kilómetros,2 como para el camino principal (de aproximadamente 5200 km de longitud). Todos estos caminos se encontraban conectados al Cuzco, la capital del Tahuantinsuyo o Imperio incaico, facilitaban su comunicación con los distintos pueblos anexados en el marco del proceso expansivo inca y, al mismo tiempo, constituían un efectivo medio de integración político–administrativa, socioeconómica y cultural. Dado que el Capac Ñam interconectaba localidades tan distantes como Quito, Cuzco y Tucumán, los conquistadores españoles lo emplearon durante el siglo XVI para invadir Perú, Bolivia, Chile y las pampas cordilleranas argentinas.
El famoso «Camino del Inca», que une la ciudad de Cuzco con el sitio arqueológico de Machu Picchu, es solo una parte mínima e intrarregional de la gigantesca red de caminos incas.
Red en América del Sur[editar]
Partiendo desde el (Cusco), el Quapaq Ñan permitía recorrer los cuatro «Suyos del Imperio incaico suyos» quechua suyu: 'región' o 'territorio') que constituían el Tahuantinsuyo:
- al norte el Chinchaysuyo, ocupado por grupos como los chincha, chimúes o yungas y pastos;
- al sureste el Collasuyo, ocupado por aimaras, collas y puquinas;
- al suroeste el Contisuyo, ocupado por grupos como los conti o conde, collaguas y colonos de origen puquina; y
- al oriente el Antisuyo, ocupado por los antis (las actuales poblaciones nativas de la Amazonia).
El Quapaq Ñan permitió el control económico y político de estos pueblos, al mismo tiempo que su integración, el intercambio y movilización estatal de diversos productos, la transmisión de valores culturales, el acceso a los diferentes santuarios incaicos y el desarrollo de prácticas comunes; fue además un símbolo del poder imperial cuzqueño y de su expansión a lo largo de la geografía sudamericana, que incluyó seis países andinos actuales: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.
Con un total de 60 000 kilómetros de longitud,3 esta columna vertebral hábilmente construida por manos de especialistas puede ser comparada, por sus dimensiones, con la Ruta de la Seda o la Gran Muralla China.
Historia[editar]
Los caminos antes del Tahuantinsuyo[editar]
Varios de los caminos que actualmente se observan en el área andina ocupada por el Tahuantinsuyo tuvieron un origen preinca, siendo construidos por entidades políticas de alta complejidad como Tiahuanaco o Huari; otros caminos menores, en cambio, fueron construidos por pequeños grupos étnicos que trataron de unir centros de culto o templos regionales. Tal es el caso del camino construido entre el templo de Pachacamac (frente al mar) y el «apu» Pariacaca, nevado localizado a más de 5700 msnm.4
La cantidad y la longitud de los caminos en la época preincaica se vio limitada por las constantes tensiones y el ambiente de guerra que vivían los señoríos y Estados; la construcción de caminos era peligrosa y solo se ejecutaban algunos tramos durante períodos de tregua. Antes de la llegada de los incas, los caminos eran exclusivamente locales, es sólo con su llegada y poder centralizador que la red vial se amplió a grandes magnitudes.4
Los caminos durante el Tahuantinsuyo[editar]
Cuando los incas empezaron a conquistar el resto de pueblos de Sudamérica, el dominio del espacio para la construcción de caminos quedó enteramente a disposición de la etnia cuzqueña; a partir de este momento las redes viales se incrementaron exponencialmente hasta cubrir una extensión que posiblemente alcanzó los 60 000 kilómetros.3
El inicio de las grandes obras viales fue llevado a cabo por orden expresa del Inca Pachacútec. Este soberano vio la necesidad de construir caminos con el objetivo de mantener el control sobre los territorios anexados, de esa manera se podían trasladar más rápidamente los funcionarios y las tropas.4
Según lo señala Juan de Betanzos, antes de que Pachecútec iniciase su gobierno se lo observaba pintando y dibujando caminos y puentes, especificando a los orejones cuzqueños la manera en que debían ser construidos. La obra de Pachacútec fue continuada por sus sucesores. La red vial incaica la componían tres elementos básicos: las calzadas y bordes de los caminos, los puentes y los depósitos.
La red vial era indispensable para la organización incaica, no solo para trasladar ejércitos y funcionarios sino también para la movilización de los «mitimaes», el transporte de productos cosechados en los territorios conquistados por los incas (en cada territorio existían tierras específicamente destinadas para que su producción fuera trasladada al Cuzco; estas cosechas eran almacenadas en los «tambos») y el desplazamiento de los «chasquis».4
El Qhapaq Ñan y los otros caminos[editar]
Siendo el troncal principal de toda la red vial incaica, el Quapaq Ñan destacaba por recorrer longitudinalmente todo el Tahuantinsuyo (Imperio incaico) a lo largo de la cordillera de los Andes, desde el actual occidente de Argentina hasta el sur de la actual Colombia.4 El camino del inca se encuentra empedrado en gran parte y tiene varios metros de ancho. Paralelo al camino del inca, existió un camino que unía las localidades costeras, que en aquellos tiempos eran denominadas «yungas».4
Este camino costero estaba unido al Quapaq Ñan por varios caminos transversales que incluso llegaban hasta las selvas y el Gran Chaco (Argentina, Bolivia y Paraguay). En el caso del camino costero, no estaba empedrado pero sus bordes se encontraban delimitados.4
Los cronistas españoles describieron con elogios el Quapaq Ñan, algunos exaltaban su «excelente» funcionamiento mientras que otros destacaban su rectitud en algunos tramos y su limpieza, añadiendo que podían cubrir grandes distancias en corto tiempo y con un esfuerzo mínimo.4 Según Bernabé Cobo los caminos incaicos se estrechaban al pasar por los valles y quebradas, además el cronista describió que los caminos tenían altos muros que en algunos casos tenían pintados animales y seres monstruosos, estos muros servían para que los ejércitos pasaran sin dañar los cultivos.4
Se sabe que los «curacas» estaban obligados a ordenar el mantenimiento de las vías cercanas a sus dominios, limpiando la acumulación de tierra en los caminos, el reparado del empedrado y la limpieza de las acequias que protegían los caminos. La apariencia de los caminos al salir de los valles era distinta, puesto que las vías se hacían más anchas y era muy común ver unos apilamientos de piedras que marcaban los puntos escarpados entre los cerros, estos cúmulos eran denominados «apachetas». Como fuera señalado por George Squier entre 1863 y 1865, aquella vieja costumbre de dejar piedras en las cuestas difíciles de los caminos incaicos las convertía con el paso del tiempo en marcas, a manera de hitos, que demarcaban estos caminos.4
Para lidiar con las zonas fangosas era necesaria la construcción de una base hecha de piedra tosca unida con argamasa de barro que, finalmente, era recubierta con césped, formando un terraplén. Debajo de este terraplén se hacían canaletas que permitieran eliminar el exceso de agua. Para las cuestas empinadas construían escalinatas o la surcaban con caminos en zigzag.4
En general no existió un único patrón de diseño de los caminos incaicos, estos más bien se adaptaban a la topografía que atravesaban. El trazo dependía en gran medida de factores como la densidad poblacional de las zonas que se iban a conectar o la importancia económica del sitio al que se dirigía el camino. Y, si bien es cierto los incas preferían trazar sus caminos en línea recta, el terreno accidentado los obligaba a delinear sus caminos sorteando los obstáculos.4
Los puentes[editar]
Alberto Regal en sus investigaciones cataloga a los puentes incaicos sobre la base de las técnicas de elaboración de la siguiente manera: colgantes, flotantes, de madera, de piedra y oroyas.4
La construcción de puentes se hacía indispensable debido a la realidad geográfica andina. Los puentes más comunes fueron los hechos con troncos de árboles y los elaborados con trenzas de diversas fibras. En el caso de los puentes con troncos se utilizaron solo en los lugares en donde la geografía se lo permitía, y para esto era necesaria una base de piedra (dos peñones contrapuestos) que eran labrados para que los maderos encajen. En tiempos coloniales tempranos, Miguel de Estete afirmó que a la salida de Huánuco Pampa existía un puente hecho con gruesos maderos, en tanto que cerca a Cajamarca existía un puente hecho con bases de piedra y maderos muy gruesos.4
Los puentes colgantes fueron los más comunes en la zona andina. Eran construidos con fibras vegetales que estaban fijadas a unas sólidas bases de piedra a cada lado, estas fibras eran trenzadas hasta formar cables de 50 o 60 centímetros de diámetro, y para pasar la cuerda de un lugar a otro se utilizaba otra cuerda más fina hecha de cáñamo que se denominaba «chahuar». La fibra para los puentes era variable según la región, podían ser de mimbre, tasca (Escallonia patens), lloque (Kageneckia lanceolata), ichu (Stipa ichu) o chachacomo (Escallonia resinosa); en algunas zonas se utilizó el denominado «arbusto de Chilca» (Baccharis latifolia). En las zonas en donde no había arbustos también se utilizó el maguey (Furcraea andina), fibra que también fue conocida como «pita» o «cabuya». En algunos casos los puentes tuvieron troncos tendidos para facilitar el tránsito en la mayor de las veces tenían fibras tejidas o entrelazadas.4
Hay que acotar que la mayoría de los puentes incaicos fueron quemados durante las guerras civiles entre los conquistadores españoles y la sublevación de Manco Inca. En la Relación francesa de la Conquista (escrito en 1534) se describe que en las Indias existían poderosos ríos de los cuales colgaban puentes de gruesas cuerdas y que existían puentes por donde pasaban los grandes señores y otros donde pasaba el común popular.4
Los ríos también podían ser cruzados por medio de oroyas (denominadas también tarabitas o huaros, dependiendo de la región). Bernabé Cobo describe que estas "tarabitas" se hacían con cuerdas de ichu o lianas tan gruesas como una pierna. Estas cuerdas eran amarradas a peñas de una orilla a otra y de esta colgaba una canasta, sobre la que se sentaba una persona y por medio de la soga se jalaba de una orilla hacia la otra.4
En el caso del río Desaguadero existía un puente flotante hecho por una hilera de balsas de totora cubierta por diversas plantas acuáticas secas (entre las cuales también había totora). Según testimonios recogidos por los cronistas, este puente sobre el Desaguadero fue colocado por orden del Inca Huayna Cápac, quien consideraba indecoroso que su ejército cruzara el río en balsas.4
Cuzco[editar]
Durante el incanato, todos los caminos de Sudamérica conducían al Cuzco, una de las metrópolis más importantes de América, heredera de una tradición cultural milenaria.
Principales caminos[editar]
Los incas hicieron caminos que integraban todo el imperio, a lo largo y a lo ancho. Se crearon cuatro caminos principales:
A. Caminos de la Costa Norte[editar]
Salía del Cuzco, une los pueblos de Palpa (Ica), Nazca (en el centro de Perú), Lima, Huarmey, Reino Chimú, Los Tallanes (Piura), Ayabaca, Tumbes (en la frontera Perú-Ecuador), Quito (Ecuador), y hasta el río Ancasmayo o Pasto (Colombia).
B. Caminos de la sierra norte[editar]
Sale del Cuzco, une los pueblos de Vilcashuaman, Jauja, Tarma, Huánuco, Maraycalle, Tambo Real de Huancabamba, Cajamarca, Chachapoyas, Tumibamba, Loja, Quito (Ecuador), y hasta el río Anacasmayo o Pasto (Colombia).
C. Caminos de la costa sur[editar]
Sale del Cuzco, une los pueblos de Pisco, Nazca, Palpa, Ica, Tambo Colorado, Catarpe; Arica y Copiapó (Chile), pampas de Tucumán (Argentina) y el río Maule (Chile).
D.Caminos de la sierra sur[editar]
Sale del Cuzco, une los pueblos de Juliaca, Chucuito, Chuquiago, La Paz (Bolivia), pampas de Tucumán (Argentina) y Santiago (Chile).
Camino Real[editar]
El camino más importante era el Capac Ñam, con una longitud de 5200 kilómetros, que se iniciaba en Quito(Ecuador), pasaba por Cuzco y terminaba en lo que hoy es Tucumán, Argentina; atravesaba montañas y sierras, con alturas máximas de más de 5000 metros. El Camino de la Costa (o Camino de los Llanos), tenía una extensión de 4200 kilómetros, iba paralelo al mar y se unía con el Capac Ñam por muchas conexiones. Tanto en el Capac Ñam como en el Camino de la Costa existían cada cierto tramo tambos en donde se almacenaban granos y otros alimentos que eran usados por el ejército incaico cuando salía en campaña de conquista o para abastecer a los mitimaes trasladados por orden del Inca. El ancho máximo de ambos caminos era de unos cuatro metros.
Comunicaciones[editar]
Las comunicaciones entre una y otra punta del imperio estaban a cargo de mensajeros llamados chasquis. Por un sistema de postas, transmitían los encargos de uno a otro relevo con suma velocidad; una noticia originada en Quito (Ecuador) podía llegar a Cuzco (a 2000 kilómetros de distancia) en menos de 10 días.
El Inca, que estaba en la sagrada Machu Picchu o en la capital Cuzco, podía comer pescado fresco que le traían en menos de 24 horas desde la costa, a 200 kilómetros de distancia. Cabe destacar que los caminos del inca se hallan ubicados en todo el Tahuantinsuyo y en casi todos los países andinos y que con el paso del tiempo, el avance de la civilización y la tecnología, han ido deteriorándose poco a poco.
Singular atractivo turístico[editar]
Durante todo el año, miles de viajeros de todas partes del planeta emprenden el recorrido de los Caminos del Inca desde el Cuzco para acceder a la selvática sierra peruana, y a los misterios que aún encierran las piedras de Machu Picchu.
A lo largo del camino se encuentran varias ruinas de distintas fortificaciones en relativo buen estado, que dominan visualmente todos los valles.
El recorrido se inicia en la localidad de Cori-huayra-china (en quechua: Quri Wayrachina, ‘venteadero de oro’)?, a la altura del kilómetro 88 de la vía férrea Cuzco-Quillabamba, y se tarda entre tres y cuatro días de caminata llegar a Machu Picchu. En la travesía, que atraviesa una impresionante pendiente altitudinal, con climas y ecosistemas tan variados como la altiplanicie alto andina y los bosques de neblina, se deben superar dos pasos a gran altura (el mayor de ellos, Huarmihuañusca, de 4200 metros de altitud, también conocido como "Paso de la Mujer Muerta") y termina con el ingreso a Machu Picchu a través del Inti Puncu o ‘puerta del Sol’.
En la ruta el caminante se encontrará con una red de asentamientos de granito labrado que se encuentran a lo largo del camino (Huiñay Huayna, Puyupatamarca), inmersos en escenarios naturales.
Como complemento ideal, el turista igualmente se encontrará con una exuberante naturaleza, con singulares paisajes, centenares de especies de orquídeas y aves multicolores.
Clima en el Camino[editar]
El clima en la zona del camino del inca es, por lo general, templado durante todo el año. La mejor época para realizar el trekking es durante la estación seca (entre abril y octubre). Junio es el mes más frío y agosto ofrece un clima más templado y estable. De noviembre a marzo, las lluvias son frecuentes y el camino puede convertirse en un peligroso y resbaladizo lodazal.
Durante la caminata, es seco en los dos primeros días y húmedo en el tercero y cuarto. Y durante la noche los dos primeros campamentos suelen ser fríos, pero el tercer campamento es templado.
Culturas preincaicas[editar]
Los incas aprovecharon la red viaria existente de culturas anteriores, mejorándolas y expandiéndolas; especialmente de la cultura Huari (800-1200 d. C.) el cual dominó gran parte del Perú precolombino.
Normas establecidas para el Camino Inca[editar]
El estado peruano ha limitado estrictamente el número de personas permitidas en el Camino Inca durante el año 2010 a expediciones de 200 personas y 300 porteadores, con el fin de conservar la flora y fauna del lugar. Se recomienda hacer reservas de viaje con varios meses de anticipación.
Proyectos de preservación del Patrimonio[editar]
En una iniciativa conjunta, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú han venido realizando gestiones para lograr que este gran sistema caminero inca fuese considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad.6 Finalmente, en 2014, la Unesco proclamó el Qhapaq Ñam como Patrimonio de la Humanidad.7
Diferentes organizaciones, como la Unesco, IUCN y Conservación Internacional han empezado a trabajar en el camino, promoviendo acciones de emergencia para su protección en colaboración con los seis países por donde pasa la Gran Ruta Inca.
La idea es instalar un sistema que combina:
- La preservación del patrimonio
El camino real de los Andes incluye muchos valores arqueológicos, algunos de los cuales ya están en la lista del patrimonio mundial. Por ejemplo Ingapirca en el Ecuador, Cuzco y el Valle Sagrado en el Perú, Tiwanacu en Bolivia y Quilmes en Argentina, pero también miles de sitios menores que deben ser protegidos. Como es el caso de Huánuco.
- Protección del Medio Ambiente
La ruta atraviesa 15 de los 100 ecosistemas existentes en Sudamérica, 4 de los cuales están en peligro: los yungas peruanos, el bosque seco del Marañón, el matorral chileno y el bosque húmedo invernal, y pasa por uno de los últimos hábitats del oso de anteojos, el cóndor de los Andes y la vicuña. Además se desplaza por la Cordillera de los Andes, una enorme reserva de agua para los que viven en los valles y en la costa.
- Patrimonio cultural e identidad en las comunidades andinas
El camino del inca atraviesa muchas ciudades y poblados incluyendo un gran número de territorios indígenas con una cultura profundamente arraigada en el pasado, aunque está también en peligro. La ruta tiene el potencial de actuar como una conexión entre las comunidades y como modo de recuperar la identidad cultural después de cientos de años de su contacto con Occidente. El proyecto Inka Naani, en el Perú, es un ejemplo de la revitalización de la memoria colectiva de las personas, de sus tradiciones e historias orales que envuelven este camino simbólico.
La Unesco está apoyando a los países que comparten este importante patrimonio, para un fin común: la preparación para su estado de candidatura siendo considerado por este organismo internacional como un proyecto estrella,8 en el que se incluirían varios países en un solo sitio, para la inscripción del camino del Inca en la lista del patrimonio mundial.
El sistema vial andino Qhapaq Ñam ante la Unesco[editar]
En Argentina[editar]
Las secciones del camino del inca designadas por la Argentina y los sitios que van asociados a esta red de caminos, son una prueba de la integración multicultural y ecológica sin precedentes en la historia del mundo, incluyendo los desafíos logísticos que implicaron su construcción. En la actualidad la red de caminos incas se extienden por las provincias de Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán, La Rioja, Córdoba, San Juan y Mendoza. En la Argentina los incas demostraron un dominio militar y cultural de las fronteras políticas, además de una tradición religiosa única en el mundo, adorando a las montañas y realizando rituales y sacrificios en templos construidos en numerosas cumbres que superaron los 5000 msnm, como en el caso de las Momias de Llullaillaco.9
En Bolivia[editar]
El camino del inca en Bolivia se extiende a través de mesetas, valles, punas y cordilleras habitadas por un mosaico muy diverso de pueblos agrupados bajo el nombre de Qollasuyo. En Bolivia el camino inca atraviesa regiones de gran diversidad ambiental tales como los valles tropicales cálidos y húmedos. La zona principal del camino inca en Bolivia lo constituye el tramo Desaguadero - Viacha, que rodea el lago Titicaca y atraviesa importantes sitios rituales que incluso hoy en día forman parte de la memoria oral y son áreas de actividad ritual para el pueblo aimara que vive en la meseta del Collao. Por otro lado, el camino Choro es una clara evidencia de la ingeniería prehispánica en una topografía muy difícil, que sin duda planteó grandes problemas logísticos debido a su lejanía de los centros poblados en aquel momento. En estas dos secciones del camino inca en Bolivia, se pone de manifiesto el ingenio y la tecnología incaica mediante el uso de una amplia gama de recursos de construcción eficiente y de características notables.101112
En Chile[editar]
El camino del inca en Chile es un sistema de carreteras incrustadas en un paisaje único debido a las condiciones extremas en términos de aridez y altitud, lo que demuestra la voluntad y la necesidad del inca de ampliar sus tierras motivado, en el caso de Chile, por los recursos minerales, como se destaca por el gran número de redes de carreteras y sitios arqueológicos asociados con la minería en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama. El inca logró esta hazaña en un territorio inhóspito en virtud de los intercambios que mantuvo con las comunidades locales, que transmitieron sus conocimientos ancestrales necesarios para dominar y cruzar el desierto más seco del mundo: el desierto de Atacama.13
En 2000, otras investigaciones realizadas destacaron que «los incas nombraron un gobernador en el valle de Aconcagua llamado Quilicanta, el cual habría tenido a su cargo "gente de guarnición" y colocaron otro en la cuenca de Santiago llamado Vitacura, a cargo de "gente de presidio"». Según el estudio, existían dos variantes del camino del inca que se desprendían del valle de Aconcagua para reunirse en las cercanías del cerro San Cristóbal en Santiago.n 1 En el mismo lugar donde los europeos instalaron su Plaza Mayor, la plaza de armas, hay escritos que nombran un «tambo» gigante, característico de los indígenas. Evidencias arqueológicas se encontraron bajo algunos metros de la superficie mientras analizaban la mitad sur de la cuenca del río Mapocho.
En Colombia[editar]
En Colombia, la red vial incaica tiene su extremo norte a través de un recorrido de 17 kilómetros en ocho municipios del departamento de Nariño, desde Ipiales (en el río Guáitara) hasta Pasto, pasando por las localidades de Potosí, Gualmatán, El Contadero, Funes, Yacuanquer y Tangua.14
En Nariño, las comunidades asociadas al camino lo han mantenido vivo mediante las memorias de sus usos y costumbres. El Qhapaq Ñam era el antiguo camino de peregrinación hasta el Valle de Atriz, para hacerle ofrendas al Taita Urucunina o Volcán Galeras. Según la Antropóloga Claudia Afanador, “La declaratoria no solo corresponde a los vestigios sino también a los caminos vivos; el Patrimonio Inmaterial asociado a este bien, todas las memorias de los que han transitado y las memorias de las comunidades asociadas que son las portadoras del bien”.15
En Ecuador[editar]
Los aspectos sobresalientes del camino del inca en Ecuador son las rutas y las técnicas de construcción utilizadas para cruzar un sistema orógeno complejo como es la sierra ecuatoriana desde el Nudo de Azuay hacia el norte. La lejanía del Cuzco llevó a la reutilización y la creación de infraestructura a medida que el Imperio incaico avanzaba. El territorio ecuatoriano fue ocupado antes del avance de los incas por los paltas y malacatos, calvas, ambocas y chaparra; luego de su anexión al Chinchaysuyo la red de carreteras permitió que la relación entre los pueblos se mantenga. El principal producto de intercambio fueron el ajo, el algodón, la sal, la coca y en particular los depósitos de Spondylm y Strombus.16
En Perú[editar]
El camino del inca se inicia en la Plaza de Haukaypata Inca, ubicada en el Cuzco, el centro del poder político, social y económico del Estado inca, donde los dioses, personas, animales y recursos de todas las del mundo andino convergen. Los caminos integraban y conectaban la capital de los incas con todas las poblaciones y centros complementarios para el comercio, el intercambio, la producción y el culto a través de los órganos de administración, producción, centros militares y religiosos a cabo en las cuatro regiones del Imperio incaico: Antisuyo, Chinchaysuyo, Contisuyo y Collasuyo.
El Perú alberga importantes vestigios de los caminos longitudinales y transversales que son el resultado del perfecto dominio y control del territorio y que muestran grandes logros en ingeniería de caminos altamente especializados. En esta región, el diseño de carreteras y la tecnología se desarrollan al máximo, con el camino bien logrado y diseños de puentes y finos acabados en los edificios de los centros monumentales de administración y servicios que forman parte de la red de camino del inca.
El territorio del Perú ilustra casi todos los contextos geográficos del camino del inca, desde la costa cálida y salvaje, a la selva espesa, húmeda y misteriosa, por no hablar de las cumbres de los Andes inmensa, compleja y configuración majestuosa que evocan la magnitud de la logística implementada y administrada y el tamaño de la mano de obra utilizada para la construcción y mantenimiento.
En la actualidad, algunos pueblos del Perú siguen utilizando el camino del inca como un sistema de comunicación, manteniendo en servicio física y funcionalmente, con el uso de la tecnología andina y tradiciones basadas en los sistemas de reciprocidad y complementariedad característica de la sociedad inca y el mundo andino.
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