Marianne Nōlle (nacida en 1938, en Colonia) fue una asesina en serie alemana, responsable de por lo menos 7 muertes (que fueron las únicas confirmadas).
Crímenes[editar]
Nōlle era una enfermera geriátrica en su natal Colonia, entre 1984 y 1992 mató a varios pacientes que estaban a su cargo, envenenándolos con Truxal (un medicamento psiquiátrico de uso restringido, empleado como antipsicótico).
La policía cree que Marianne mató a 17 ancianos a su cuidado y lo intentó con por lo menos otros 18 más. Pero sólo se le pudieron comprobar 7 cargos de asesinato, por los que fue condenada a cadena perpetua en 1993. Ella jamás ha confesado su responsabilidad en los hechos.
Norbert Poehlke, llamado el Asesino del martillo (15 de septiembre de 1951 - 22 de octubre de 1985) fue un asesino en serie y policía alemán, que fue el protagonista de diferentes atracos y asesinatos.
Los crímenes[editar]
La primera prueba que tenemos de los asesinatos de Poehlke lo encontramos el 3 de mayo de 1984, cuando la policía halló en una zona de descanso de la autopista cercana a Marbach a Siegfried Pfitzer, de 47 años, muerto por un disparo en la cabeza. Su coche fue encontrado medio kilómetro más adelante de donde se había encontrado el cuerpo. Las fuerzas policiales relacionaron el vehículo al robo de un banco en Erbstetten ese mismo día. El asesino había utilizado un martillo para romper la ventana del conductor.
La siguiente víctima del asesino del martillo, la hallamos el 21 de diciembre, cuando Eugene Wethey de 37 años fue asesinado a causa de un disparo en un área de descanso cerca de Grossbottwar. Una semana después, el coche de Wethey fue utilizado para cometer un robo en un banco en Cleebronn por un hombre que llevaba un martillo en el momento del crimen.
EL 22 de julio de 1985, se encontraría un tercer caso muy parecido a los dos anteriores. Wilfried Scheider, de 26 años, fue asesinado en un párking de Beilstein-Schmidhausen. Fue disparado con una Walther P5, una pistola muy utilizada por el cuerpo de policía. Las fuerzas policiales no se sorprendieron cuando ese mismo día fue atracado un banco en Spiegelberg.
Siguiendo la pista[editar]
La pista que siguieron a Poehlke como principal sospechoso llegó casi por casualidad. El 29 de septiembre de 1985, mientras se realizaba una actuación rutinaria por un aviso por un posible artefacto explosivo en la estación de trenes de Ludwigsburg, el cuerpo anti-terrorista de la policía alemana encontró un uniforme de un agente en una de las consignas. El traje era del Inspector Jefe Norbert Poehlke, un veterano oficial con 14 años de servicio en Stuttgart. Cuando fue interrogado, Poehlke explicó que lo había dejado allí porque necesitaba cambiarse rápidamente para ir al funeral de un pariente. A pesar de que descubrieron la muerte de una de sus hijas por cáncer en 1984, la policía no fue capaz de hallar más muertes recientes de familiares de Poehlke. Además, el tratamiento de su hija dejó una deuda a Poelhke que ascendía al equivalente de 30.000 Euros. Las autoridades tuvieron ciertas motivos para vigilar de cerca de Poelhke: una deuda económica (que justificaría el robo a bancos), una actitud violenta impredecible explicada por sus compañeros y, para acabarlo de redondear, Poehlke pidió la baja por enfermedad el 14 de octubre de 1985.
Pero la investigación fue más allá. La policía pidió permiso para interrogar a Poehlke acerca de su paradero en el momento de los asesinatos y los robos. Al no obtener respuestas satisfactorias, las fuerzas de justicia obtuvieron una orden de registro para entrar en su casa. Allí encontraron a su mujer y a su hijo Adrian, muertos por heridas de bala.
Tres días después, el 23 de octubre Poehlke y su tercer hijo, Gabriel, fueron hallados muertos en un coche cerca de Brindisi, Italia. Supuestamente, el agente de policía mató a su hijo antes de suicidarse. La pistola de Poehlke fue identificada como la causante de todos los asesinatos por lo que se dio por cerrado el caso.
Peter Kürten (Mülheim, 26 de mayo de 1883 - Colonia, 2 de julio de 1931) fue un asesino en serie alemán, más conocido como El vampiro de Düsseldorf1 (Der Vampir von Düsseldorf). Alcanzó fama mundial por los asesinatos en serie y los asaltos sexuales que llevó a cabo entre febrero y noviembre de 1929 en la ciudad de Düsseldorf, los cuales también hicieron famosa a esta ciudad fuera de Alemania. Kürten ganó la fama de "vampiro" al afirmar durante su juicio que había bebido la sangre de unas de sus víctimas.
Biografía[editar]
Primeros años[editar]
Kürten nació en la localidad de Mülheim (ahora distrito de la ciudad alemana de Colonia) y fue el tercero de trece hermanos en el seno de una familia extremadamente pobre. Peter presenció cómo su padre, un alcóholico y violento trabajador en paro, maltrataba a su madre e, incluso, violaba con total impunidad a algunas de sus hermanas menores. Así fue como a la edad de ocho años, Kürten se escapó de su hogar familiar y dirigió sus pasos al mundo de la delincuencia en la ciudad de Düsseldorf.
A los 9 años, realiza sus primeros asesinatos cuando ahogó a dos amigos mientras se bañaban en el Rin. A excepción de estos dos casos aislados, Kürten fue intercalando sus pequeños actos de delincuencia con breves pasos por la cárcel para pagar sus fechorías. También fue contratado como perrero donde experimentó el "placer" de torturar, violar y matar a perros abandonados. No fue el único caso en la vida de Kürten donde experimentaría experiencias sexuales y torturas a animales.
Sus violentas tendencias se fueron incrementando a medida que se iba haciendo mayor. Paralelamente, Kürten necesitaba trasladar esas experiencias sanguinarias de animales a humanos. El 13 de mayo de 1913, Kürten merodeaba una casa presuntamente vacía para robar, pero en ella se encontraba Khristine Klein, una niña de trece años que dormía en su habitación. Peter, tras comprobar que no había nadie en la casa, estranguló a la joven para terminar degollándola.
Durante la Primera Guerra Mundial, Kürten fue condenado por sus habituales delitos de hurto y alguna que otra agresión sexual. Pero en 1921, Kürten se trasladó a Altenburgo, donde se casó con una mujer de buena reputación al mismo tiempo que conseguía un trabajo como chófer de camión .
Nace el "Vampiro de Düsseldorf"[editar]
En 1925, Kürten volvía a Düsseldorf para empezar su serie de crímenes. Una de sus víctimas (Rosa Ohlijer, de ocho años de edad) fue apuñalada trece veces con unas tijeras y tras beber su sangre, quemó su cuerpo con gasolina.
En 1929 llegó el año más sangriento de Kürten. El 13 de febrero, asesinó a una niña de ocho años. El 7 de noviembre, mató a dos hermanas de cinco y catorce años. En septiembre, mató a una mujer con un martillo. Y el 29 de agosto, llegó al punto álgido de su locura al matar a una niña de cinco años y enviar a un periódico local el mapa de la tumba de la asesinada.
Estos asesinatos hicieron que la ciudad de Düsseldorf viviera en un continuo estado de histeria. Nadie se atrevía a caminar solo por las calles de la ciudad. Las autoridades ofrecían una suculenta recompensa por quien diera pistas sobre la identidad del asesino y la polizei llegó a recibir hasta 900.000 nombres de posibles asesinos.
El Vampiro es cazado[editar]
En mayo de 1930, Kürten cometió el error garrafal que le acabaría condenando. Kürten engañó a Maria Budlick, una empleada doméstica, para llevarla a Grafenberger, un bosque de las cercanías. El malhechor estranguló a su víctima para agredirla sexualmente pero la dejó con vida después de experimentar el orgasmo. Al marcharse el asesino, Budlick acudió a la policía donde pudo dar información precisa sobre Kürten. Poco después, aparecía el retrato robot del hombre más buscado de Alemania.
Víctima de un gran miedo, Kürten ofreció a su esposa la posibilidad de delatarle, con la creencia de que recibiría la suculenta suma de dinero que suponía la recompensa por su cabeza. Así, el 24 de mayo el vampiro de Düsseldorf fue localizado y arrestado. Kürten confesó haber cometido 79 delitos, aunque sería acusado solamente de nueve asesinatos y de siete intentos de asesinato. En el juicio posterior (abril de 1931), inicialmente se declaró inocente. Pero a medida que iba transcurriendo el pleito, cambió de idea. De hecho, los psicoanalistas trabajaron duro para deshacer cualquier tipo de enajenación que le pudieran salvar de la pena de muerte. La sentencia fue morir guillotinado por nueve asesinatos, siete intentos frustrados y no menos de 80 agresiones sexuales.
La última frase de Kürten, casi coincidente con el estreno de la película de Fritz Lang en 1931, demostró el alcance de su obsesión por la sangre y su atracción por la muerte: "Dígame, cuando me hayan decapitado ¿podré oír siquiera un momento el ruido de mi propia sangre saliendo del cuello?" quedo en silenció y dijo "Sería el mayor placer, para terminar todos mis placeres".[cita requerida]
Tras su ejecución, su cabeza fue diseccionada y momificada, y en la actualidad se conserva en un museo de Wisconsin Dells, en los Estados Unidos.4
Importancia criminológica de Kürten[editar]
El caso Kürten es importante en el mundo de la criminología al dar a la policía de todo el mundo elementos que son clave en la evolución de cualquier asesino en serie. Fue la primera vez que un cuerpo de seguridad nacional pudo determinar la actividad criminal en miles de sospechosos. De hecho, muchos asesinos después de Kürten imitaron su conducta y muchos otros presuntos delincuentes fueron absueltos por la policía al no encajar con el modus operandi del vampiro de Düsseldorf.
Los motivos de la actitud de Kürten todavía son objeto de estudio. Él arguyó como la principal razón para cometer los asesinatos su pasión desenfrenada por beber la sangre de sus víctimas (de ahí su apodo del Vampiro de Düsseldorf) y su placer sexual en el momento de la ejecución. Aunque durante el juicio, el asesino también reconoció que su principal motivación consistía en "aleccionar a una sociedad opresiva".
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