martes, 1 de diciembre de 2015

Arqueología por países - España

Yacimientos arqueológicos de la provincia de Barcelona

El yacimiento paleontológico de Els Casots está situado en la entidad de población del mismo nombre, en el término municipal de SubiratsBarcelona (España), cerca del Pujol d'en Figueres, en la Sierra del Ordal.
Se trata de uno de los yacimientos del Mioceno inferior (17 millones de años) más importantes de Europa, tanto por la cantidad como por el excelente estado de conservación de las piezas.
En 1995 fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional en la categoría de zona paleontológica por laGeneralidad de Cataluña.

El yacimiento

La importancia del yacimiento se puso de manifiesto en el año 1988 cuando, al remover unos terrenos para plantar vid, apareció una gran cantidad de huesos de vertebrados fosilizados. Las campañas de excavación realizadas de 1989 a 1994 por el Instituto de Paleontología Miquel Crusafont de Sabadell han permitido comprobar que se trata de un yacimiento paleontológico de una excepcional riqueza y de gran interés científico.

Descripción

El yacimiento lo configuran los restos fosilizados de los sedimentos lacustres y palustres de un pequeño lago del Mioceno inferior que ocupó en origen, hace unos diecisiete millones de años, una superficie de unos 500 x 100 metros. Las excavaciones han permitido documentar hasta ahora más de cuarenta niveles fosilíferos diferentes, por lo que es un yacimiento con una secuencia temporal muy completa del Mioceno inferior.

Campañas

En la primera campaña, llevada a cabo a los pocos meses del primer hallazgo, se recogieron unos 200 restos fósiles solamente en superficie. Más adelante, entre 1989 y 1994 se decidió excavar una superficie de aproximadamente 200 m² en la zona nordeste del actual yacimiento. Gracias a estas campañas se han recuperado miles de piezas de macrofauna, abundante microfauna, restos vegetales, diversos frutos y coprolitos (excrementos fosilizados).

Fósiles

En todas las facies estratigráficas aparecen restos fosilizados, entre los que hay mayoritariamente representadas diferentes especies de vertebrados -peces, anfibios, reptiles, aves y, sobre todo, mamíferos- así como especies vegetales diversas. Se han documentado varios esqueletos prácticamente enteros de rinoceronte, primitivos cérvidos, aves, cocodrilos y carnívoros.
De entre los restos exhumados destacan el hallazgo por primera vez en Europa de todo el cráneo entero de un Palaeomeryx, del género de los girafoideos. También es interesante el hallazgo de dos hemimandíbulas enteras de Lagomeryx, del género de los cervoideos, ya que permitirán reconstruir su cráneo, aún no descrito en ningún yacimiento del mundo.
Por otro lado, los análisis de los niveles fosilíferos muestran los distintos cambios ecológicos que ha sufrido el yacimiento a lo largo del tiempo, pudiendo conocer en un futuro su secuencia paleoecológica.








El Puig Castellar es un poblado íbero situado en la cima del Turó del Pollo (303 m), en Santa Coloma de Gramanet, en la provincia de Barcelona (España). Fue construido por la tribu de los layetanos, cuya época dorada transcurrió desde el siglo VI a. C. hasta el III a. C.

Estructura

Su estructura elíptica consta de tres calles longitudinales con más de treinta casas, es dicha estructura la que hace pensar en una población de poco más de tres cientos habitantes. Habitantes que tendrían como principal forma de subsistencia la agricultura y la ganadería y, en segundo término, la metalurgia y el textil.
No todas las casa se encuentran a la misma altura del poblado, cuanto más alta se encuentra una vivienda más importancia tenían sus habitantes en la sociedad de la tribu ibera, por ello también se cree que la zona más elevada del poblado era la destinada a los edificios más importantes (según nos dicen los paneles informativos del mismo poblado que en la actualidad es visitable).
Dibujo del poblado ibero de Puig Castellar

Descubrimiento y excavaciones

El Puig Castellar fue descubierto a principios del siglo XX por Ferran Segarra i de Siscar, más concretamente entre los años 1904 y 1905. Ferran Segarra, ilustre habitante de Santa Coloma de Gramanet, era el propietario de las tierras en las cuales se encuentra el poblado. En 1917 Ferran Segarra donó los terrenos al Instituto de Estudios Catalanes y estos de 1922 a 1925 se dedicaron a excavar la zona norte del poblado.
En 1954 el centro excursionista del Puig castellar organizó varias campañas para terminar de excavar el poblado entero, estos trabajos se prologaron hasta 1958. Durante estas excavaciones se produjeron tres hallazgos muy importantes: un morillo de hierro, una cabeza de terracota de Tanit (diosa fenicia de la fecundidad) y un cráneo enclavado (posiblemente debido a una tradición céltica que hacía conservar así la cabeza de los enemigos vencidos). Estos hallazgos que se conservan en el Museo de Arqueología de Barcelona y en el Museo Torre Balldovina de Santa Coloma de Gramanet.
En la actualidad se puede visitar el yacimiento arqueológico de forma libre y gratuita, en él encontramos plafones explicativos que facilitan la comprensión del conjunto arqueológico, en la que entre otras cosas podemos encontrar la reconstrucción de una casa con un molino en su interior.








La colina del Cogulló, en el término municipal de Sallent (Provincia de Barcelona,España), es el lugar de asentamiento de un poblado de época ibérica que constituye el yacimiento prerromano más importante de entre los conocidos hasta hoy en la comarca del Bages. Su situación en el margen derecho del Llobregat, en el centro del valle medio de este río, que era la vía natural de penetración hacia el Prepirineo, y su altura (474 metros sobre el nivel del mar), que le da un amplio dominio visual sobre buena parte de la comarca, conferían al poblado un indudable valor estratégico y, seguramente, una posición dominante, de capitalidad, sobre los otros núcleos de población de la zona.
El poblado ocupa la cima de la colina y queda delimitado al este y al sur por un riscal, y al norte y al oeste por su propia muralla, que engloba una extensión de unos 5000 metros cuadrados.
El yacimiento ha sido objeto de varias campañas de excavación que han permitido documentar los restos de dos calles y de diferentes casas, todas de planta cuadrangular y de medidas variadas que oscilan entre los 8 metros cuadrados y los 16 metros cuadrados; son muestra de una organización urbana muy regular, adaptada a la topografía de la montaña.
La vida del poblado abarca una cronología que va desde el siglo VI a. C. hasta el siglo I a. C., distinguiéndose tres fases constructivas que se corresponden con tres niveles de pavimentación y con tres etapas de reestructuración de la muralla. La fase más antigua se sitúa en los siglos VI y V a. C., cuando se debió construir el primer muro que cerraba el poblado. La fase II se data en el siglo IV a. C., y correspondería a la construcción de la muralla propiamente dicha. La fase III abarca del siglo III a. C. hasta el I a. C., siendo la etapa de máxima extensión del poblado, que se amplió hacia el sur.
El yacimiento ha proporcionado numerosos materiales representativos de esta larga secuencia cronológica, entre los que destacan las cerámicas de importación: Cerámica jónica, ática («de San Valentín» y de figuras rojas), precampaniana, protocampaniana y campaniana con sus variedades.

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