Yacimientos arqueológicos de la provincia de Barcelona
El poblado íbero Can Oliver, es un asentamiento íbero de grandes dimensiones que se encuentra en la sierra de Collserola, en el territorio antiguamente conocido como Layetania y, actualmente, dentro del término municipal de Sardañola del Vallés, en el barrio de Montflorit. Se trata de un yacimiento arqueológico que estuvo habitado entre el siglo VI a. C. hasta el 50 a. C. y más adelante, en la Edad Media.
Historia
El poblado está situado de manera estratégica sobre un cerro, como la mayoría de los poblados layetanos ibéricos desde donde las familias de posición social más elevada podían controlar ampliamente el territorio, formado por campos de cultivo, divididos en terrazas para adaptarse al terreno, y pequeños núcleos agrícolas. Desde la colina se observa toda la llanura del Vallés.
El poblado fue habitado durante toda la época de los íberos. Inicialmente era sólo un cúmulo alineado de casas sencillas construidas dentro de un gran recorte. Durante la época del ibérico pleno, se agrandaron y diversificaron las viviendas, y vivió su momento de esplendor cuando se construyó un gran acceso, un foso y un campo de silos con el objetivo de almacenar los excedentes de la producción agrícola, que posteriormente se comercializaban con otros pueblos mediterráneos.
El poblado fue destruido a fines del siglo III a. C. o principios del II a. C., debido a la Segunda Guerra Púnica (218 a. C. -206 a. C.), pero se reconstruyó durante el ibérico final. Años más tarde, con la llegada de la nueva organización territorial impuesta por romanos, los iberos abandonaron el poblado definitivamente.
Durante los siglos IX y X, en la época alto medieval, el poblado fue habitado de nuevo, aprovechando algunas construcción y silos de los íberos. Se cree que podría haber formado parte de la red defensiva de la zona. En un documento del 998 del cartulario del monasterio de San Cugat recibe el nombre de Castello.
Excavaciones y catalogación
Se tiene constancia de la existencia del poblado ibérico desde 1919. Las excavaciones comenzaron en 1954, pero se abandonaron en los años 60. Los trabajos se continuaron a partir de 1986 a cargo del Colectivo de Búsquedas Arqueológicas de Cerdanyola y más adelante por empleados del Servicio de Patrimonio del ayuntamiento local.
En noviembre de 1999 se inauguró la primera fase del museo. Desde entonces, anualmente se está catalogando los hallazgos restaurados durante el año anterior. Actualmente se pueden observar las calles bien definidas, así como casas y otros restos, accesibles al público.
El día 1 de octubre de 20101 se inauguró el Museo Ibérico de Ca n'Oliver, ubicado en la antigua cantera del poblado, donde se muestra el gran volumen de objetos recuperados en las excavaciones, integrando el poblado en la «Ruta de los Íberos», un proyecto de turismo cultural del Museo de Arqueología de Cataluña con el objetivo de difundir la cultura ibérica en Cataluña. Muchos de los objetos exhibidos se podían ver anteriormente en el Museo de Sardañola.
Partes representativas del Poblado
Hay diferentes partes identificadas suficientemente representativas de lo que fue la vida en este poblado:
- El foso
- El campo de silos
- La entrada monumental
- La calle principal
- La casa del ibérico final
- Las viviendas superpuestas
- La casa del ibérico pleno
- La habitación del ibérico antiguo
Íberos en Sardañola del Vallés
También se han encontrado restos de los íberos en otros puntos del territorio de Sardañola, como Can Xercavins, silos en Bellaterra o un yacimiento ibero-romano en la Facultad de Medicina de la UAB.
La villa romana de Can Terrés se localiza al sur del casco urbano de la población en el municipio de La Garriga (Provincia de Barcelona, España), en una terraza fluvial situada en la orilla izquierda del río Congost, lindante con el torrente de Malhivern o riera de Samalús.
Está ubicada al sur del término municipal. Su construcción data del siglo I a. C. Las dimensiones del edificio son de unos 200 metros cuadrados, que contaba con termas .
El edificio constaba de seis estancias principales: el vestidor o apodyterium, la «sala templada» o tepidarium, la sala caldarium, la sauna o sudatorium, la piscina de agua fría o frigidarium y el horno, donde se estaban las instalaciones de la calefacción subterránea de los baños, conocida en arqueología con el nombre de hipocausto.2
El día 9 de abril de 2001, la Generalidad de Cataluña declaró la villa Bien de Interés Cultural,3 en la categoría de zona arqueológica. Con esta declaración, las ruinas de Can Terrés se equipararon a conjuntos monumentales romanos tan importantes como el Foro romano de Tarraco o la ciudad de Ampurias.
El yacimiento recibe su nombre de la masía homónima, situada al oeste del resto de lavilla. Se trata de uno de los yacimientos más representativos del proceso deromanización en Cataluña. Documentada ya a finales del siglo pasado por la Asociación Catalanista de Excursiones Científicas, constituye un magnífico exponente del poblamiento rural romano.
Se trata de una villa rústica de fundación republicana que presenta una pervivencia cronológica muy amplia en la que se han documentado materiales que se adscriben a los siglos IV y V d. C. Por su entidad y el buen estado de conservación de sus restos, está considerada como uno de los asentamientos rurales de época romana más relevante del patrimonio cultural catalán.
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