Conventos y monasterios de la provincia de Castellón
El convento de San Francisco es un edificio religioso de estilo barroco construido entre los Siglos XVI y XVIII que se localiza en el casco urbano de Benicarló, en la Provincia de Castellón, España.
Del antiguo convento levantado en el siglo XVI quedan muy pocos restos. Debido a las sucesivas intervenciones, el edificio que hoy se observa es del siglo XVIII.
La organización del convento gira en torno a un claustro de pequeñas dimensiones estando en uno de sus lados la iglesia. Las dependencias conventuales como la cocina, refectorio, celdas, talleres, etc., se desarrollaban en dos edificaciones de planta rectangular y tres pisos, que se articulan perpendicularmente. El claustro está cubierto por bóveda de arista, tiene tres arcos de medio punto por lado.
Cabe destacar del conjunto la iglesia de una sola nave dividida en cuatro tramos por arcos fajones, y cubierta por bóveda de cañón; la cabecera de la iglesia es pentagonal al interior, mientras que al exterior es plana, y cubre con bóveda de crucería. Flanqueando la nave se encuentran las capillas laterales comunicadas entre sí, están cubiertas por bóveda de cañón y de aristas, dos de ellas cubren con cúpulas semiesféricas. La fachada de la Iglesia se orienta hacia el sudeste a los pies de la misma, es de estilo barroco. Es mixtilínea en su remate, con óculos y puerta adintelada. En el centro del remate hay una espadaña de un solo cuerpo realizada en sillería, a los lados se encuentran pirámides y bolas.
En el siglo XX se le dieron diferentes usos, que llevaron a realizar diferentes reformas modificando el conjunto, como casa cuartel de la Guardia Civil, o trastero del Ayuntamiento.
El convento de Carmelitas Descalzas sito en el municipio de Caudiel (Provincia de Castellón, España), al igual que el Convento de Agustinos, fue fundado por D. Pedro Miralles, pero murió antes de ver realizada su obra, siendo sus herederos los que dilataron por espacio de más de cuarenta años su fundación, pues ésta se ejecutó el 21 de noviembre de 1671.
El conjunto arquitectónico al estar completamente amurallado da un aspecto recio y monarcal, llamando poderosamente la atención al visitante que llega a Caudiel.
La Iglesia está construida en mampostería y piedra angular; consta de una sola nave con capillas laterales no comunicadas entre sí, toda ella decorada al estilo barroco.
El interior del convento al ser de clausura rara vez puede visitarse, excepto la iglesia y el coro bajo situado al lado del presbiterio y separado de este por una reja de grandes dimensiones; en el puede apreciarse la rica pavimentación de azulejo valenciano (Manises del siglo XVII).
El legado artístico lo podemos resumir en: una imagen de la Inmaculada, policromada, atribuida al círculo de Esteve Bonet; diversa iconografía murillesca; un Ecce Homo, vinculado a Juan de Juanes; una Inmaculada, iconografía premurillesca del siglo XVII y varios lienzos más de autoría anónima y de temática devocional.
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