jueves, 1 de junio de 2017

Arquitectura de la antigua Roma

Arquitectura doméstica romana


El Lararium (pl. lararia) era un pequeño altar sagrado de la antigua vivienda romana (domus), donde se realizaban las ofrendas y oraciones a los dioses o espíritus guardianes del hogar (lares). En las viviendas de los patricios, el lararium se situaba por lo general en el Atrio (patio principal de las viviendas romanas). En las casas más humildes, que no disponían de Atrio, el lararium se situaba más a menudo en la cocina, cerca del fuego central. En las viviendas, también podía haber más de un lararium, tanto en las habitaciones interiores, como en el exterior de la misma.

Variedad de formas

Las formas del lararium variaban en función de los hogares, pudiendo estar recubiertos de mármol tallado, llegando a parecer un pequeño templo en miniatura, mientras que en otras viviendas, podía ser simplemente un habitáculo de madera o un estante en la pared, pero siempre debía contener pinturas o estatuillas de los espíritus protectores de la familia (lares).

Uso del lararium

En el lararium se rendía culto a los antepasados, y cada familia tenía sus dioses específicos a los que les debía hacer ritos diarios y diversas ofrendas. Si no se realizaban estas ofrendas, los dueños de la casa se exponían a diversas desgracias, según sus creencias. En él también se guardaban diversas reliquias de la familia.

Utensilios del Lararium

  • Acerra: contenedor para el incienso.
  • Salinum: contenedor para la sal.
  • Gutus: contenedores para la leche o el vino.
  • Patera: plato para las ofrendas.
  • Incienso: ofrenda a los dioses.
  • Turibulum: quemador de incienso.
  • Lucerna: lámpara sagrada.
House altar, Herculaneum 2005.jpg

Sommer, Giorgio (1834-1914) - n. 1210 - Pompei - Casa del Poeta.jpg

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El oecus (palabra latina que significa 'gran sala', del griego οἶκος, 'casa', 'habitación') es una gran sala de la casa romana, que se encuentra usualmente entre el atrium y un peristilo con vistas a un jardín y solía hacer pareja con el tablinum.
Vitruvio utilizaba el término para referirse a la sala principal o vestíbulo de una casa romana, que era utilizado en ocasiones como triclinium para banquetes.
Cuando era de gran tamaño se necesitaban columnas para soportar su cubierta. De esta manera, para Vitruvio, el oecus tetrastilus tenía cuatro columnas, el oecus "corintio" tenía una fila de columnas a cada lado que dividía la sala en naves, soportando la cubierta abovedada o con casetones. El oecus aegyptius (egipcio) tenía una planta similar, pero las naves laterales tienen menor altura, para que las ventanas abiertas en el desnivel permitan el paso de la luz a la habitación, que, como dice Vitruvio, presenta más el aspecto de una basílica que el de un triclinium. Por último, Vitruvio habla del oecus cyzicenus, orientado al norte, con dos ventanas al exterior para permitir el paso de la luz.
En las excavaciones arqueológicas de las casas romanas se le identifica por su tamaño, más amplio que los dormitorios y la presencia de una decoración interior.









En arquitectura romana, un tablinum o tabulinum (que proviene de tabula, tabla) era una sala generalmente situada al fondo del atrium y opuesta al vestíbulo de la entrada, entre las alae; abierta a la parte trasera del peristilo, mediante una gran ventana o con una antesala, celosía o cortina. ] que pasaría después al mundo romano. Muchas tumbas de la necrópolis de la Banditaccia develan los detalles de la sala, en miniatura, como ventanas, puertas o tímpano.
Cuando el tablinum estaba separado del atrium por una cortina, normalmente estaba separada del jardín adosado por un tabique de madera, que solía retirarse durante el buen tiempo. A veces, para evitar que el tablinum se convirtiese en una estancia de paso, la comunicación entre el atrium y el peristylium se hacía a través de un corredor llamado andron. Sobre él se situaba el cenaculum (comedor de diario de la familia).
El tablinum era la "oficina" en una casa romana, el centro de recepción y trabajo del pater familias para los negocios, donde recibiría a sus clientes. Era originalmente el dormitorio principal, pero a partir de la época helenística, se convirtió en la estancia más importante de la casa como oficina principal y sala abovedada de recepción para el señor de la casa. Para impresionar a los visitantes o clientes, se cuidaba especialmente su decoración, con las paredes ricamente cubiertas con frescos, con bustos de la familia sobre pedestales a ambos lados de la sala y con lujoso mobiliario.
La habitación guardaba también los documentos y recuerdos de la familia: objetos, retratos de los antepasados o estatuas que se reunían en torno a un altar doméstico llamado lararium. También era el lugar donde el dominus trabajaba, escribía e impartía las órdenes.
Para Vitrubio, la sala debía tener el doble de longitud que de anchura y su altura podría ser la mitad de la suma de la longitud y la anchura, a no ser que sea cuadrada, en cuyo caso, la altura será vez y media la longitud del lado.








Un triclinio (del latín, triclinium y plural, triclinia y ésta del griego τρικλίνιον, triklinion, de τρι-, tri-, "tres", y κλίνη, klinē, especie de "diván" o "sillón largo") es una estancia destinada a comedor formal en un edificio romano o grecorromano.
El triclinio se caracteriza por utilizar tres klinai dispuestos alrededor de una mesa baja normalmente cuadrada, en tres de sus lados, como en forma de U, dejando el cuarto despejado para permitir acercarse a los sirvientes con múltiples platos gastronómicos traídos de la cocina (culina). Generalmente, el lado abierto se situaba de cara a la entrada de la sala. Cada lecho, con una pequeña inclinación de unos 10º, era lo suficientemente amplio como para dar cabida a tres comensales que se reclinaban sobre su lado izquierdo sobre cojines. Los invitados eran entretenidos con música, cantos o danzas.
En la Antigua Roma, las viviendas de las personas pudientes solían tener un triclinium1 y los más ricos podían tener dos o más, que eran utilizados según las estaciones del año y la orientación del sol. Los de primavera o verano se orientaban al norte o al este y se dejaban abiertos hacia el atrium o jardín y los de otoño e invierno se orientaban al sur y se cerraban.
La costumbre de utilizar los klinai mientras se disfrutaba de una comida en lugar de sentarse se hizo popular ya entre los griegos a principios del siglo VII a. C. Desde aquí se extendió a sus colonias en el sur de Italia (Magna Grecia) y fue finalmente adoptada por los etruscos. En contraste con la tradición griega de que sólo hubiese invitados masculinos en la estancia del comedor formal, denominado andrōn, mientras que las comidas de todos los días se tomaban con el resto de la familia en el denominado oikos, los etruscos parece que no restringieron el uso del klinē a los hombres. Es probable que los romanos pudiesen haber visto primero la utilización de los klinai por los etruscos, pero pudieron haber perfeccionado su práctica, cuando tuvieron un contacto más directo con la cultura griega.
La cena fue un ritual en la vida doméstica romana, que duraba desde las últimas horas de la tarde hasta bien entrada la noche. Por lo general, eran invitados entre 9 y 20 comensales, dispuestos alrededor de la mesa en un orden establecido donde se subrayaba la importancia del estatus y la cercanía familiar con el dominus. Como espacio privilegiado, los triclinia tenían una decoración muy elaborada, con escenas de perspectiva compleja en frescos murales, con pavimentos de mosaico. Los temas de Dioniso-BacoVenus, y las naturalezas muertas de alimentos eran muy populares, por razones obvias.
Cuando se disponía de varios triclinios, el principal o maius triclinium se utilizaba para las cenas con mayor número de invitados, que normalmente incluía a muchos clientes del propietario. Los triclinios más pequeños se utilizaban para cenas con un número más exclusivo de comensales, con lo que su decoración era, al menos, tan elaborada como en el grande, con temas tan populares como el amor, el vino o la comida. Sin embargo, debido a su asociación con el patrocinio y ya que el entretenimiento comprendía, con frecuencia, recitados de alto nivel intelectual, como la épica, los triclinium minus podían tener una decoración más "seria", con escenas de la Eneida y formar un conjunto con el dormitorio (cubiculum) adyacente.
Petronio en su novela "El Satiricón" escribe que la casa del rico liberto Trimalción tenía varios triclinia.


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