Amor sacro y amor profano (en italiano: Amor sacro e amor profano)? también llamado Venus y la doncella, es un lienzo al óleo de Tiziano, pintado alrededor de 1515.
La tela recoge una escena con tres figuras: dos mujeres y un niño alrededor de una fuente de piedra ricamente decorada, situados en un paisaje iluminado por una puesta de sol. Las mujeres, de belleza renacentista, son de similares características, habiéndose pensado en ocasiones que se trata de la misma persona.
El cuadro fue encargado por Nicolò Aurelio, secretario del Consejo de los Diez de República de Venecia, cuyo escudo de armas aparece en la fuente o sarcófago1 del centro de la imagen. El encargo coincide con su matrimonio con la joven viuda Laura Bagarotto, por lo que pudo ser un regalo de bodas.
Representa una escena con una doncella vestida lujosamente (probablemente de novia) sentada junto a Cupido y siendo asistida por la diosa Venus. Varios detalles sugieren que la mujer es posiblemente una novia: su pelo suelto decorado con una corona de mirto (planta sagrada de Venus), el velo transparente sobre sus hombros, las rosas en su mano derecha, y el cinturón (símbolo de la castidad).2 La figura vestida sujeta en sus manos una vasija llena de oro y gemas, que simboliza la efímera felicidad de la Tierra y la diosa, desnuda, sostiene una lamparilla con la llama ardiendo de Dios que simboliza la felicidad eterna del Cielo. Es una escena alegórica influida por la concepción neoplatónica renacentista, típica de Marsilio Ficino, según la cual la belleza terrenal es un reflejo de la belleza celestial y su contemplación es un preludio de su consecución ultraterrena.
El título, de carácter moralista, no fue dado por el propio Tiziano, sino que fue bautizado de esta manera al menos dos siglos después. En el catálogo Borghese ha tenido diferentes nombres: Belleza sin ornamento y belleza ornamentada (1613), Tres amores (1650), Mujer divina y profana (1700), y, finalmente, Amor sacro y amor profano (1792 y 1833). La primera mención de la obra con el nombre Amor profano y amor divino se produce en el inventario de 1693, aunque los críticos contemporáneos desacreditan la teoría de que se tratan de las personificaciones de los conceptos neoplatónicos de Amor sacro y Amor profano.
La obra fue comprada en 1608 por el mecenas del arte Scipione Borghese, debido a lo cual actualmente se exhibe junto a otras piezas de la Colección Borghese en la Galería Borghese en Roma. En 1899, el magnate financiero Nathaniel Anselm von Rothschild realizó una oferta de compra del lienzo por 4 millones de liras que fue rechazada.3
En 1995 la pintura fue restaurada, y durante este proceso se reveló que el manto blanco de la figura semidesnuda era originalmente de color rojo.4
Interpretación de la escena[editar]
Sin duda, la interpretación tradicional de los historiadores, encabezada por Erwin Panofsky, hace referencia a una escena fundamentada en los conceptos del neoplatonismo renacentista de amor humano (Venus Vulgaris) en contraposición del amor divino (Venus Caelestis).5 Este contraste entre lo terrenal y lo sublime ha sido enfatizado por la calidad moralista del paisaje de fondo. En el lado izquierdo de la obra pictórica yace una ciudad fortificada y dos liebres, y en el lado derecho se incorpora al paisaje una iglesia, una liebre perseguida por un perro, y una pareja en el césped en estado de coquetería.6 Sin embargo, existen otras teorías sobre el significado del lienzo.
El historiador del arte alemán Walter Friedländer indicó las similitudes con la obra de Francesco Colonna titulada El Sueño de Polífilo y propone que las dos figuras femeninas representan a Polia y Venus, los dos personajes femeninos del conocido romance de 1499. Sugiere este estudioso que fue el erudito Pietro Bembo quien ideó esta escena alegórica. En 1895, el crítico Wickloff indicó que Amor sacro y amor profano está inspirado en la Argonáutica de Valerio Flaco y plasma la escena en la que Venus persuade a Medea. Gerseffeld, por su parte, opinó que podría tratarse de un retrato de Violante, la hija de Palma el Viejo y amante de Tiziano, caracterizada como la diosa romana.
La aparición de la Virgen a San Lorenzo es una obra de El Greco, realizada en 1577 durante su primer período toledano.
Es una de las obras más grandes de toda la carrera de El Greco. Su estructura y estilo hace inevitable la evocación a Tiziano e incluso a Miguel Ángel. Incluso podría decirse que anticipa el tenebrismo.
Análisis[editar]
Esta obra fue encargada por el inquisidor Rodrigo de Castro, quien también era arzobispo de Sevilla y obispo de Cuenca y Zamora. Es uno de los pocos cuadros religiosos para particulaes que El Greco realizó en su primera estancia toledana.
San Lorenzo se encuentra vestido con una finísima casulla con brocados. En su mano derecha sostiene la parrilla, símbolo de su martirio. Dirige la mirada a la Virgen con el Niño Jesús, situados en una nube y enfocados por un haz de luz. El fondo está formado de nubarrones con distintas tonalidades.
La figura es amplia e inscrita en un triángulo renacentista, aunque demasiado alargada. El pintor emplea una pincelada rápida y vigorosa que manifiesta todos los detalles. El resultado es un lienzo bellísimo y muy espiritual, como reflejan los ojos del santo.
Atenea despreciando a Hefesto es un cuadro del pintor Paris Bordone, realizado entre los años 1555 y 1560. Aunque no está definitivamente comprobado, los investigadores sugieren que puede haber sido parte de un ciclo mural decorativo en las paredes o el techo de una casa veneciana.
Hefesto, dios de la fragua y el fuego y creador de las armas y objetos de los dioses olímpicos, se caracterizaba por su fealdad, su cojera y también por las infidelidades de su esposa, la diosa Afrodita, causa de risas y envidias de otros dioses. Sorprende por ello que, en una ocasión en la que la diosa Atenea, que había acudido a la fragua de Hefesto, el Vulcano romano, para pedir unas armas que habían sido hechas por el dios herrero,2 este perdiera el control y quisiera conquistar a la patrona de Atenas.3 La diosa virgen, asqueada por la agresión, rechaza a Hefesto, limpiándose los restos de semen que el dios había eyaculado y de estos nacería el primer rey de Atenas, Erictonio.
La obra
Hefesto, semidesnudo y con la fragua en la izquierda de la imagen, agarra a Atenea por el brazo. La diosa, con la pierna también desnuda, muestra con su gesto el asco y desprecio que le produce la acción del dios que había propiciado su propio nacimiento.4
El autor, Bordone, tiene otros cuadros de contenido mitológico, uno de ellos de 1549 sobre el descubrimiento de Hefesto de la infidelidad de su esposa,la diosa Afrodita con Ares.
Autorretrato es una obra de El Greco, realizada entre 1595 y 1600 durante su último período toledano. Se conserva en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
Análisis[editar]
Este lienzo fue realizado alrededor de 1595 —cuando El Greco tenía cerca de 55 años—, uno de los momentos de máxima creatividad en su carrera, luego de haber pintado el Entierro del señor de Orgaz. Aquí sigue la estela de Tiziano, y Tintoretto de quienes aprendió en Venecia, a fin de destacar sus grandes ojos y su mirada directa.
El pintor emplea una pincelada muy rápida, como en casi toda su dilatada producción artística, que no se detiene en detalles, sino que contribuye a crear un poderoso ambiente de intimidad, característica de toda su trayectoria.
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