domingo, 28 de enero de 2018

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Asia

Tomás, llamado también Judas Tomás Dídimo, fue uno de los doce apóstoles de Jesús. El nombre Tomás significa «gemelo» en arameo, y Dídimo tiene la misma acepción en griego. Es venerado como santo tanto por la Iglesia católica cuanto por la Iglesia ortodoxa.

Santo Tomás, por Diego Velázquez.JPG

Nombre e identidad[editar]

Ha existido desacuerdo y falta de certeza en lo que se refiere a la identidad del apóstol Tomás. En tres pasajes del Evangelio de Juan (Casiodoro de ReinaCipriano de Valera (1909). «Juan 11, 16 »Biblia; traducción Reina-Valera (Wikisource).Casiodoro de ReinaCipriano de Valera (1909). «Juan 20, 24»Biblia; traducción Reina-Valera (Wikisource).y (Casiodoro de ReinaCipriano de Valera (1909). «Juan 21, 2 »Biblia;traducción Reina-Valera (Wikisource).), se le llama "Tomás, llamado el Dídimo". Tanto la palabra griega "Dídimo" como la aramea "Tau'ma", significan "gemelo" o "mellizo". Por lo tanto, la expresión "Tomás, llamado el Dídimo" es una tautología que elude mencionar el nombre real del personaje.
El Evangelio de Tomás, hallado en Nag Hammadi, comienza así: "Estas son las palabras secretas que pronunció Jesús el Viviente y que Dídimo Judas Tomás consignó por escrito". La tradición siria informa también de que el nombre completo del apóstol era Judas Tomás, y en el apócrifo conocido como Hechos de Tomás, escrito en la Siria oriental a comienzos del siglo III, es identificado con Judas, uno de los cuatro hermanos de Jesús mencionados en Casiodoro de ReinaCipriano de Valera (1909). «Marcos 6, 3 »Biblia; traducción Reina-Valera (Wikisource).. Ningún texto indica de quién es gemelo Judas. Según la tradición era primo en segundo grado de Jesús.
La interpretación cristiana tradicional no considera que Judas y Tomás sean la misma persona.
De otra manera si nos referimos al texto de Biblia Peshitta,2​ podemos ver como esta tautología se resuelve en el capítulo 11 el versículo 16 del evangelio de San Juan se dice que ܐܳܡܰܪ ܐܳܡܰܪ ܬ݁ܳܐܘܡܰܐ ܕ݁ܡܶܬ݂ܶܐܡܰܪ ܬ݁ܳܐܡܳܐ ܠܬ݂ܰܠܡܺܝܕ݂ܶܐ ܚܰܒ݂ܪܰܘܗ݈ܝ ܢܺܐܙܰܠ ܐܳܦ݂ ܚܢܰܢ ܢܡܽܘܬ݂ ܥܰܡܶܗ [ʔomar thoʔwma dmetheʔmar thoʔmo lthalmide khabrawi nʔizal af khnan nmuth ʔame]. Como podemos ver en el arameo (sirio)3​ se distingue el nombre del apóstol Tow'ma de su sobrenombre To'mo,

Tomás en los evangelios canónicos[editar]

Incrédulo Tomás de Bernardo Strozzi
En los evangelios sinópticos y en los Hechos de los Apóstoles aparece en la lista de los apóstoles (Casiodoro de ReinaCipriano de Valera(1909). «Mateo 10, 3 »Biblia; traducción Reina-Valera (Wikisource).Casiodoro de ReinaCipriano de Valera (1909). «Marcos 3, 18 »Biblia; traducción Reina-Valera (Wikisource).Casiodoro de ReinaCipriano de Valera (1909). «Lucas 6, 15 »Biblia; traducción Reina-Valera (Wikisource)., pero no se da más información acerca de él.
El apóstol Tomás aparece en varios pasajes del Evangelio de Juan:
  • Casiodoro de ReinaCipriano de Valera (1909). «Juan 14, 5 »Biblia; traducción Reina-Valera (Wikisource).: Durante la Última Cena, Jesús asegura a sus discípulos que conocen el camino al lugar a donde él va a ir. Tomás, sin embargo, pregunta: "Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?". Jesús replica que él es el camino, la verdad y la vida, y que sólo a través de él conocerán al Padre; interviene después Felipepidiendo que les muestre al Padre. A esto sigue una compleja exposición que hace Jesús de su relación con el Padre.
  • Casiodoro de ReinaCipriano de Valera (1909). «Juan 20, 24-29 »Biblia; traducción Reina-Valera(Wikisource).: Aunque a Tomás se le anuncia la resurrección de Jesús, se niega a admitirla: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré." Ocho días después, Tomás toca con sus propias manos las heridas de Jesús en las manos y en su costado. Jesús le recrimina haber necesitado ver para creer. Es el más conocido de todos los episodios evangélicos relacionados con el apóstol Tomás.

Escritos atribuidos a Tomás el Apóstol[editar]

Apócrifo Evangelio de Tomás
En los primeros siglos de la era cristiana circularon varios escritos que se presentaban a sí mismos como redactados por el apóstol Tomás.4
El más importante de todos ellos es sin duda el Evangelio de Tomásapócrifo descubierto en 1945 en Nag Hammadi. Si bien el ejemplar conservado pertenece a la primera mitad del siglo IV, muchos estudiosos consideran que la obra en sí es mucho más antigua; las fechas de composición, no obstante, varían entre el siglo I, con lo cual sería contemporáneo de los evangelios canónicos, y el siglo III. Se trata de un conjunto de 114 dichos (logia) de Jesús, que son pronunciamientos de Jesús o producto de sus conversaciones con los discípulos. Carece de material narrativo: no relata «hechos» de Jesús.4​ El Evangelio de Tomáshace especial hincapié en que el Reino de Dios está dentro de nosotros:
Si vuestros guías os dicen que el Reino está en el cielo, los pájaros os precederán. Si os dicen que está en el mar, entonces los peces os precederán. El Reino está dentro de vosotros y fuera de vosotros.
...cuando os lleguéis a conocer, entonces seréis conocidos y sabréis que vosotros sois los hijos del padre viviente.
El Evangelio de Tomás fue considerado herético por los Padres de la Iglesia.5​ Fue conocido y mencionado por varios escritores cristianos de los primeros siglos (Hipólito de RomaOrígenesEusebio de CesareaCirilo de Jerusalén, etc.), que siempre indicaron que era un libro perteneciente a círculos separados de la Iglesia, aceptado por los gnósticos y en particular por los maniqueos.4​ La investigadora Elaine Pagels sostiene que el Evangelio de Juan fue escrito en respuesta a esta obra.6
Otro apócrifo fue puesto bajo la autoría de Tomás; se trata del Evangelio del Pseudo Tomás -no confundir con el anterior-, escrito probablemente a finales del siglo II, tal vez en Siria, que se encuadra en el grupo de los apócrifos de la infancia.
En el texto gnóstico del siglo III Pistis Sophia, Tomás es citado como uno de los tres testigos encargados de transmitir las enseñanzas de Jesús, junto a los apóstoles Felipe y Mateo, lo que parece demostrar que estaba bastante difundida su inclusión entre los evangelistas.

Posibles sucesos posteriores[editar]

Se atribuye a Tomás la evangelización de Oriente. Tiene una gran importancia tanto en Siria como en la India. En la ciudad de Ortona (AbruzzoItalia), hay una basílica dedicada al apóstol Tomás, dentro de la cual se conservan reliquias que se atribuyen al santo, que fueron trasladadas desde la isla de Chios.

Tomás en Siria[editar]

Basílica de santo Tomás en Ortona(Abruzzo), donde desde el siglo XIII se conservan reliquias atribuidas al santo provenientes de la isla de Chios.
Tomás tiene un importante papel en la leyenda del rey Abgar de Edesa, ya que envió a Tadeo (no confundir con el apóstol Judas Tadeo) a predicar en Edessa después de la Ascensión de Cristo (Eusebio de CesareaHistoria ecclesiae 1.13; III.1; Efrén el Siriorelata también esta leyenda.) En la década de 380, la monja Egeria describió su visita en una carta dirigida a su comunidad de religiosas en Occidente (Itineraria Egeriae):
...llegamos a Edesa, en nombre de Cristo Nuestro Señor, y, a nuestra llegada, reparamos inmediatamente en la iglesia y monumento de Santo Tomás. Allí, según la costumbre, se reza y se hacen las otras cosas que se acostumbra a hacer en los lugares santos; leímos también algunas cosas acerca de Santo Tomás. La iglesia de allí es muy grande y hermosa, y de nueva construcción, un lugar muy a propósito como casa de Dios, y, como había muchas cosas que yo deseaba ver, fue necesario permanecer allí durante tres días.

Tomás en la India[editar]

Ilustración que representa a santo Tomás en la India
Eusebio de Cesarea (Historia Ecclesiastica, III.1) cita un texto de Orígenes, que vivió en la primera mitad del siglo III, en el que afirma que Tomás fue el apóstol de los partos. Sin embargo, Tomás es más conocido como evangelizador de la India (al este de Partia), según se relata en los Hechos de Tomás (hacia 200). En Edessa, donde se veneran sus reliquias, el poeta Efrén el Sirio (muerto en 373) escribió un himno, en que el diablo exclama:
...¿En qué lugar escaparé del justo?
Incité a la Muerte a que acabase con los Apóstoles, para escapar así a sus golpes.
Pero ahora se me golpea aún más duramente: el Apóstol del que escapé en la India me ha alcanzado en Edessa; aquí y allí me encuentro con el mismo.
Allí donde yo voy está él: aquí y allí lo encuentro, para mi desgracia.
Se han conservado varios himnos al apóstol Tomás, atribuidos a Efrén el Sirio, en códices de los siglos VIII y IX, que transmiten la tradición según la cual los restos de Tomás fueron llevados a Edessa desde la India por un mercader. Las reliquias, según la citada tradición, obraron milagros tanto en la India como en Edessa.
Las diversas denominaciones de los modernos Cristianos de Santo Tomás creen, según una tradición no escrita que según ellos se remonta a finales del siglo II, que Tomás desembarcó en Kodungallur en el año 52, y fundó las iglesias popularmente conocidas como 'Ezharappallikal' (Siete Iglesias y Media). Estas iglesias eran las de KodungallurKollamNiranamNilackal (Chayal), KokkamangalamKottakkayal (Paravoor), Palayoor(Chattukulangara) y Thiruvithamkode (la media iglesia).
Los Hechos de Tomás describen, en su capítulo 17, la visita de Tomás al rey Gondofares, en el norte de la India. Según este texto (capítulos 2 y 3), Tomás viajó a la India por mar. Que tales viajes eran posibles es conocido a través de textos como el Periplo del Mar Eritreo. En 1872 se descubrió que el rey Gondofares había existido realmente, y había reinado entre los años 21 y 47. Posiblemente, el autor de los Hechos de Tomás manejó datos históricos fidedignos en lo referente a la India; esto, no obstante, no constituye prueba alguna de historicidad en lo referente al supuesto viaje del apóstol.
Según la tradición, Tomás sufrió martirio en la India el 3 de julio del año 72. Por esa razón su festividad se celebra el 3 de julio.

Tomás en América[editar]

En el siglo XVII el matemático e historiador mexicano Carlos de Sigüenza y Góngora defendió que el apóstol Santo Tomás había predicado en las Indias, no en la India, y que su recuerdo se habría transformado en los nativos prehispánicos en la figura de Quetzalcóatl. En 1790, al descubrirse en la Plaza de Armas de la Ciudad de México, importantes reliquias prehispanas, la estatua que se identificó con Coatlicue y la Piedra del Sol o Calendario Azteca, el abogado mexicano José Ignacio Borunda,7​ retomó estas teorías, creyendo encontrar en el análisis de esos documentos históricos confirmación a la identificación de Santo Tomás con Quetzalcóatl, asegurando además que el manto de la Virgen de Guadalupe era en realidad la capa de Santo Tomás Quetzalcóatl en la que la Virgen en persona habría impreso su huella. Estas suposiciones fueron aceptadas y defendidas por el padre dominico Servando Teresa de Mier en un sermón que pronunció ante el arzobispo de México y el virrey de la Nueva España el 12 de diciembre de 1794, en la Insigne y Real Colegiata de Nuestra Señora de Guadalupe, en la solemne festividad de la milagrosa aparición de dicha santa imagen, produciendo una gran conmoción (en tanto negaba la milagrosa aparición de la imagen) que llevó a que se abriera un proceso, en el que se desautoriza por extravagante la suposición de hacer al apóstol Santo Tomás en la América del siglo I.8
Santo Tomás (Pa’i Sumé) en Paraguay Un antiguo relato que corría entre los indios narra que, mucho tiempo antes de la llegada de los conquistadores europeos, anduvo por América un hombre alto, de barba blanca y gran sabio, llamado Sumé o Tumé (Avaré Sumé marangatú) que vino a enseñar a los indios el arte de la agricultura, a sembrar el maíz y la mandioca y sobre todo enseñó las virtudes y uso de la yerba mate. Terminada su misión se volvió al mar, dejando huellas de sus pisadas. En Paraguay se encuentras estas pisadas (Santo Tomé pyporé) en diversos cerros: Tacumbú (Asunción), Santo Tomás (Paraguay), Cristo Rey (Caacupé), Yaguarón… Pa'í Sumé es entonces un héroe cultural mítico de aborígenes guaraníes, enviado por el creador Ñande Ruvusú para enseñales los preceptos religiosos, éticos, sociales, de la vida tribal, la fabricación de utensilios y artefactos, el cultivo de especies vegetales comestibles.Los primeros misioneros se apoderaron de este relato diciendo que tal personaje mítico era Santo Tomás, que se había adelantado para preparar la venida de ellos. Los indios usaban, para sus viajes a la costa y al Paraguay, un sistema de caminos conocido con el nombre de “Peavirú”', y también con el nombre de “Camino de Santo Tomás”, porque marca los lugares por donde anduvo Zumé o Tumé. Hay leyendas análogas a la de Avaré Tumé que corrían entre los aborígenes de otras partes de América, entre incas, mayas, aztecas, etc. El Padre Montoya parece ser el primero en describir el Peavirú. El cacique Marakaná, del Guairá, relató la leyenda de Pa'í Tumé a los Padres Cataldino y Mazzeta. Fuente: Folklore del Paraguay. Por Dionisio GONZÁLEZ TORRES. Ed. Servilibro, Asunción, Paraguay 2007

Tomás en la Literatura[editar]

El escritor peruano Ricardo Palma, autor de las llamadas Tradiciones peruanas realizadas en el siglo XIX, escribió una donde recoge la idea de que Santo Tomás también estuvo en esa nación sudamericana. Se trata de su historia titulada La sandalia de Santo Tomás, publicada por primera vez en 1877 en la cuarta serie de tradiciones.


Santo Tomás Apóstol 
Siglo I

stthomas.jpg (11415 bytes)
SEÑOR: AUMÉNTANOS LA FE

Tomás significa "gemelo"
La tradición antigua dice que Santo Tomás Apóstol fue martirizado en la India el 3 de julio del año 72. Parece que en los últimos años de su vida estuvo evangelizando en Persia y en la India, y que allí sufrió el martirio.
De este apóstol narra el santo evangelio tres episodios.
El primero sucede cuando Jesús se dirige por última vez a Jerusalem, donde según lo anunciado, será atormentado y lo matarán. En este momento los discípulos sienten un impresionante temor acerca de los graves sucesos que pueden suceder y dicen a Jesús: "Los judíos quieren matarte y ¿vuelves allá?. Y es entonces cuando interviene Tomás, llamado Dídimo (en este tiempo muchas personas de Israel tenían dos nombres: uno en hebreo y otro en griego. Así por ej. Pedro en griego y Cefás en hebreo). Tomás, es nombre hebreo. En griego se dice "Dídimo", que significa lo mismo: el gemelo.
carrying_cross1.JPG (26515 bytes)Cuenta San Juan (Jn. 11,16) "Tomás, llamado Dídimo, dijo a los demás: Vayamos también nosotros y muramos con Él". Aquí el apóstol demuestra su admirable valor. Un escritor llegó a decir que en esto Tomás no demostró solamente "una fe esperanzada, sino una desesperación leal". O sea: él estaba seguro de una cosa: sucediera lo que sucediera, por grave y terrible que fuera, no quería abandonar a Jesús. El valor no significa no tener temor. Si no experimentáramos miedo y temor, resultaría muy fácil hacer cualquier heroísmo. El verdadero valor se demuestra cuando se está seguro de que puede suceder lo peor, sentirse lleno de temores y terrores y sin embargo arriesgarse a hacer lo que se tiene que hacer. Y eso fue lo que hizo Tomás aquel día. Nadie tiene porque sentirse avergonzado de tener miedo y pavor, pero lo que sí nos debe avergonzar totalmente es el que a causa del temor dejemos de hacer lo que la conciencia nos dice que sí debemos hacer, Santo Tomás nos sirva de ejemplo.
Lastsup2.gif (20186 bytes)La segunda intervención: sucedió en la Última Cena. Jesús les dijo a los apóstoles: "A donde Yo voy, ya sabéis el camino". Y Tomás le respondió: "Señor: no sabemos a donde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" (Jn. 14, 15). Los apóstoles no lograban entender el camino por el cual debía transitar Jesús, porque ese camino era el de la Cruz. En ese momento ellos eran incapaces de comprender esto tan doloroso. Y entre los apóstoles había uno que jamás podía decir que entendía algo que no lograba comprender. Ese hombre era Tomás. Era demasiado sincero, y tomaba las cosas muy en serio, para decir externamente aquello que su interior no aceptaba. Tenía que estar seguro. De manera que le expresó a Jesús sus dudas y su incapacidad para entender aquello que Él les estaba diciendo.Admirable respuesta:Y lo maravilloso es que la pregunta de un hombre que dudaba obtuvo una de las respuestas más formidables del Hijo de Dios. Uno de las más importantes afirmaciones que hizo Jesús en toda su vida. Nadie en la religión debe avergonzarse de preguntar y buscar respuestas acerca de aquello que no entiende, porque hay una verdad sorprendente y bendita: todo el que busca encuentra.
Le dijo Jesús: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí" Ciertos santos como por ejemplo el Padre Alberione, Fundador de los Padres Paulinos, eligieron esta frase para meditarla todos los días de su vida. Porque es demasiado importante como para que se nos pueda olvidar. Esta hermosa frase nos admira y nos emociona a nosotros, pero mucho más debió impresionar a los que la escucharon por primera vez.
En esta respuesta Jesús habla de tres cosas supremamente importantes para todo israelita: el Camino, la Verdad y la Vida. Para ellos el encontrar el verdadero camino para llegar a la santidad, y lograr tener la verdad y conseguir la vida verdadera, eran cosas extraordinariamente importantes.
En sus viajes por el desierto sabían muy bien que si equivocaban el camino estaban irremediablemente perdidos, pero que si lograban viajar por el camino seguro, llegarían a su destino. Pero Jesús no sólo anuncia que les mostrará a sus discípulos cuál es el camino a seguir, sino que declara que Él mismo es el Camino, la Verdad y la Vida.
Notable diferencia: Si le preguntamos al alguien que sabe muy bien: ¿Dónde queda el hospital principal? Puede decirnos: siga 200 metros hacia el norte y 300 hacia occidente y luego suba 15 metros... Quizás logremos llegar. Quizás no. Pero si en vez de darnos eso respuesta nos dice: "Sígame, que yo voy para allá", entonces sí que vamos a llegar con toda seguridad. Es lo que hizo Jesús: No sólo nos dijo cual era el camino para llegar a la Eterna Feliz, sino que afirma solemnemente: "Yo voy para allá, síganme, que yo soy el Camino para llegar con toda seguridad". Y añade: Nadie viene al Padre sino por Mí: "O sea: que para no equivocarnos, lo mejor será siempre ser amigos de Jesús y seguir sus santos ejemplos y obedecer sus mandatos. Ese será nuestro camino, y la Verdad nos conseguirá la Vida Eterna".
El hecho más famoso de Tomás
Los creyentes recordamos siempre al apóstol Santo Tomás por su famosa duda acerca de Jesús resucitado y su admirable profesión de fe cuando vio a Cristo glorioso.
Santo Tomás ApóstolDice San Juan (Jn. 20, 24) "En la primera aparición de Jesús resucitado a sus apóstoles no estaba con ellos Tomás. Los discípulos le decían: "Hemos visto al Señor". El les contestó: "si no veo en sus manos los agujeros de los clavos, y si no meto mis dedos en los agujeros sus clavos, y no meto mi mano en la herida de su constado, no creeré". Ocho días después estaban los discípulos reunidos y Tomás con ellos. Se presento Jesús y dijo a Tomás: "Acerca tu dedo: aquí tienes mis manos. Trae tu mano y métela en la herida de mi costado, y no seas incrédulo sino creyente". Tomás le contestó: "Señor mío y Dios mío". Jesús le dijo: "Has creído porque me has visto. Dichosos los que creen sin ver".
Parece que Tomás era pesimista por naturaleza. No le cabía la menor duda de que amaba a Jesús y se sentía muy apesadumbrado por su pasión y muerte. Quizás porque quería sufrir a solas la inmensa pena que experimentaba por la muerte de su amigo, se había retirado por un poco de tiempo del grupo. De manera que cuando Jesús se apareció la primera vez, Tomás no estaba con los demás apóstoles. Y cuando los otros le contaron que el Señor había resucitado, aquella noticia le pareció demasiado hermosa para que fuera cierta.
Tomás cometió un error al apartarse del grupo. Nadie está pero informado que el que está ausente. Separarse del grupo de los creyentes es exponerse a graves fallas y dudas de fe. Pero él tenía una gran cualidad: se negaba a creer sin más ni más, sin estar convencido, y a decir que sí creía, lo que en realidad no creía. El no apagaba las dudas diciendo que no quería tratar de ese tema. No, nunca iba a recitar el credo un loro. No era de esos que repiten maquinalmente lo que jamás han pensado y en lo que no creen. Quería estar seguro de su fe.
Tomás tenía otra virtud: que cuando se convencía de sus creencias las seguía hasta el final, con todas sus consecuencias. Por eso hizo es bellísima profesión de fe "Señor mío y Dios mío", y por eso se fue después a propagar el evangelio, hasta morir martirizado por proclamar su fe en Jesucristo resucitado. Preciosas dudas de Tomás que obtuvieron de Jesús aquella bella noticia: "Dichosos serán los que crean sin ver".

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