lunes, 7 de mayo de 2018

Razas autóctonas de animales por países - Argentina


Perro Pila Argentino es una raza de perro sin pelo de compañía cuyo tamaño oscila entre los 25 y 45 cm a la cruz. Se encuentra característicamente en las provincias del noroeste de Argentina, donde es especialmente apreciado estéticamente por la tibieza de su piel suave.

Perro-pila-pilichy.jpg


El perro Pila Argentino es una raza sin pelo sudamericana muy similar al perro Crestado Chino, al Xoloitzcuintle, y al perro sin pelo del Perú, del cual se cree que es descendiente. Existen diferentes teorías sobre el origen de estos perros precolombinos (con excepción del Crestado Chino, criado aparentemente a partir de los peruanos por Ida Garrett y Debra Woods en los Estados Unidos,1​ en la primera mitad del siglo veinte). Pero la evidencia arqueológica apunta a su existencia en el continente desde hace unos 3000 años.2​ Las diferencias entre variedades –y hay razones bien fundadas para referirse a variedades, y no razas– probablemente surjan a partir del aislamiento, especialmente desde la Conquista española.
Parece no haber registro de la presencia de estos perros en lo que es hoy Argentina antes de la colonización inca del siglo XV de nuestra era. El imperio inca se extendió al norte por los Andes a Ecuador y sur de Colombia, y hacia el sur a ambos lados de la Cordillera de los Andes al centro de Chile y Argentina. El Inca enviaba a sus emisarios con valiosos regalos para estrechar vínculos con las colonias distantes, y entre estos regalos se incluirían los apreciados ‘khalas’ (término quechua que significa desnudo, o sin pelo).
A partir de la conquista española, menos de un siglo después de la colonización incaica, el comercio entre Argentina y Perú se mantuvo principalmente a través de las provincias argentinas de Salta y Jujuy; pero el influjo de perros de la civilización derrotada cesó. A España no le interesaban estas criaturas sin pelo salvo como curiosidad, ocasionalmente presentada en las cortes europeas.3​ Además, todo comercio entre Sudamérica y América Central fue reemplazado por el envío de valiosos productos coloniales a España; y los perros no eran considerados valiosos.

Perro Pila Andino.
De este modo, y debido al aislamiento local, surgieron en los siguientes siglos diferentes variedades de perros sin pelo. Estas variedades incluyen las razas mexicana y peruana aprobadas por la Federación Cinológica Internacional, y otras en toda América Latina incluyendo al Perro Pila Argentino. En el presente artículo describiremos al Pila argentino en su variedad chaqueña, de extremidades largas; pero existen además variedades de patas cortas y cuerpo abarrilado4​ -de los cuales también hay amplio registro arqueológico-. Estos perros probablemente evolucionaron en las regiones de alta montaña, suposición que se basa en su estructura mejor adaptada al frío y reducido oxígeno atmosférico.
En épocas coloniales y bien avanzado el siglo XX, los Pilas fueron tenidos en alta estima por los aborígenes, la clase media y campesinos criollos del noroeste argentino, que les dieron este apelativo empleando el término coloquial para sin pelo o desnudo.5​ Se los apreciaba por su piel caliente, utilizándolos para entibiar las camas y como almohadillas terapéuticas, especialmente para los ancianos que sufrían de reumatismo (en tal caso se les llamaba en varias ciudades rioplatenses hasta mediados del siglo XIX "calientapies" ya que durante los días fríos ellos se calentaban arrimándose a los pies de sus dueños sentados tal cual lo atestigua Lucio V. Mansilla.6​ También se los apreciaba como guardianes por su carácter siempre alerta a cualquier movimiento o ruido inusual en su entorno.
Pero en la segunda mitad del siglo XX se pusieron de moda las lujosas razas foráneas, y el aprecio disfrutado antaño por nuestro pila fue transferido a los caros perros importados. Las personas que ascendían la escala social compraban perros ovejeros alemanesdobermanncocker spanielpekineses y otras razas consideradas de mayor categoría. A esta situación se sumaba el hecho que los pilas argentinos generalmente pasaban gran parte del tiempo en la calle, regresando a sus casas solo por alimento, abrigo y una ocasional caricia. Y como los recién llegados pronto integraron también esta romería callejera, el entrecruzamiento fue inevitable. En consecuencia, a partir de los años setenta no era infrecuente ver cockersdachshundspointers y otros, todos sin pelo.
En la actualidad – año 2012 – es raro toparse con un Pila aparentemente puro; y aun los mestizos son menos frecuentes que hace apenas treinta años. No obstante, en la última década se ha ido formando un pequeño pero entusiasta movimiento para el rescate y restauración de nuestra única raza precolombina. La Primera Fiesta Nacional del Perro Pila Argentino, realizada por la Municipalidad de Coronel Moldes (provincia de Salta, Argentina) el 12 de octubre de 2004 creó la oportunidad para que se reuniera un gran número de propietarios de estos perros. La Fiesta se repitió en Coronel Moldes hasta el 2007. La Quinta Fiesta se realizó en noviembre del 2008, con presencia de 60 perros en pista juzgados por la juez internacional Sra. Elena Mentasti Spector, quien dejó un registro de sus calificaciones para cada ejemplar presentado. Este registro se encuentra en los archivos de una de las integrantes del movimiento informal —Mónica S. Cassels7​—, y está a disposición de toda persona que solicite asistencia en la selección de sementales o hembras para la reproducción controlada con fines de rescate y restauración de la raza.
El 20 de febrero de 2011 la Dirección de Zoonosis de la ciudad de Salta organizó una nueva Fiesta en que se presentaron 102 ejemplares, a raíz de la cual se decidió que será necesario formular nuevos estándares para la variedad Andina, de patas cortas, y también para una variedad muy uniforme de tamaño superior a 45 cm, de estructura mucho más pesada y carácter algo agresivo al que hemos nombrado Pila guardián.

Descripción[editar]

El Perro Pila Argentino, variedad chaqueña, se clasifica en tres tamaños:8​ Pequeño, entre 25 y 35 cm a la cruz, Mediano, de 35 a 45 cm, y Grande, superior a 45 cm. Estructuralmente, el Pila que en Argentina se caracteriza como ‘chaqueño’ es semejante al Pinscher miniatura, con dorso más corto e inserción de cola más alta que en las demás razas calvas. En movimiento la cola es portada en una curva sobre el dorso, idealmente con la punta apenas rozando el lomo. Su movimiento es más bien corto con pasos rápidos de gran elasticidad; a menudo, especialmente en los ejemplares más chicos, exhibe un elegante Hackney que debería ser alentado como característica distintiva de la raza. Son extraordinariamente ágiles, veloces corredores y capaces de trepar y dar grandes saltos.
El Perro Pila Argentino de variedad andina tiene las piernas más cortas y por esto menor alzada y el cuerpo alargado.
La cabeza del Pila es lupoide, de longitud media y ligeramente abovedada, con largo de cara y cráneo similares entre sí. El "stop" es moderado, con mayor definición en los ejemplares pequeños. Los ojos son medianamente grandes y ligeramente almendrados, brillantes, expresivos, y de colores en la gama de negro a amarillo según el color de la piel. El hocico es angosto, con los labios bien ajustados y mandíbula poco desarrollada. Las orejas, traslúcidas y muy móviles, tienen inserción relativamente alta. En atención están erectas, con los bordes externos paralelos entre sí. Las orejas del Pila Argentino no son tan grandes como las de sus parientes peruano y mexicano.
El grado de alopecia varía de un individuo a otro: algunos perros carecen totalmente de pelos a excepción de los bigotes, y otros llegan a tener prominentes penachos de pelo en cabeza, cola y patas, aunque nunca tan profusos como los del Crestado Chino. En algunos escasos individuos puede haber una apenas perceptible pelusa con ocasionales pelos más largos en el dorso. Pero nada de este pelo, ya sea en cabos o en el cuerpo, se asemeja a un verdadero manto: siempre es ralo, con textura de cerdas cuando es corto en los cabos, y más sedoso cuando largo. Los Pilas generalmente carecen de premolares, y también otras piezas dentarias. Pero los incisivos deben estar enteros, sanos y cerrar en mordida de tijera, e idealmente también deben haber colmillos curvos como en las demás razas, aunque frecuentemente están ausentes o tienen forma cónica.
La piel, que es caliente al tacto y, en perros bien cuidados, lisa, suave y elástica, puede ser de cualquier color o combinación de colores. Su temperatura es igual a la de os perros de otras razas, pero se siente más alta por la ausencia de una capa de pelo aislante. Los perros con manto tienen una densa cubierta de pelo corto o largo de textura variable. Algunos Pilas con manto tienen pelo similar al del ‘powderpuff’ de Crestado Chino. Sin embargo, como la presencia de cachorros con manto en una camada de Pilas era considerada prueba de impureza racial, nunca fueron tenidos en cuenta. Generalmente tienen dentadura completa y, al igual que sus hermanos sin pelo, los hay de todos los colores.

Carácter[editar]


Pila Chaqueño Pequeño, 34 y 33 cm a la cruz.
Los Pilas son mascotas ideales para las limitaciones de la vida moderna: Se los puede considerar perros de interior, ya que siendo relativamente pequeños se adaptan bien a la vida en departamentos. Son fáciles de higienizar, no albergan pulgas y, al poseer escaso o nulo pelo, son especialmente adecuados como compañeros para personas alérgicas a los animales. Son fáciles de educar, cariñosos con su familia humana y las demás mascotas de la casa, y excelentes guardianes no agresivos.
En carácter son alegres, cariñosos, juguetones, activos y rápidos en el aprendizaje de las reglas de la casa y todo tipo de monerías. Desconfían de los extraños y son buenos guardianes no agresivos hacia los humanos u otros animales. Amenazan y hasta persiguen ferozmente a cualquier intruso, humano o no; pero tal vez por ser conscientes de su mayor vulnerabilidad, no atacan ni pelean. Disfrutan plenamente del ejercicio, pero son perfectamente felices acostados en un diván cerca de sus personas favoritas.
Hasta los años setenta muchos Pilas eran relativamente afónicos: las pocas veces que ladraban lo hacían con voz ronca y apagada muy diferente a la de otras razas. En la actualidad su ladrido es el mismo de la mayoría de los perros, probablemente como resultado de la mestización, variando en tono e intensidad según su talla.

Genética[editar]

No todos los cachorros en una camada de Pilas serán calvos. Tal como ocurre con las demás razas sin pelo a excepción del American Hairless Terrier, el factor genético responsable de la ausencia de pelo es incompletamente dominante, y letal. De modo que todo cachorro calvo vivo es heterocigoto calvo/peludo. Estadísticamente, pues, por cada cuatro óvulos fértiles de un apareamiento calvo-calvo, un embrión será homocigoto (es decir, calvo ‘puro’) y no se desarrollará como cachorro viable, generalmente siendo reabsorbido por el útero en estado embrionario; dos embriones serán heterocigotos calvo/peludo y se desarrollarán como cachorros calvos, con variable expresión de pelo en cabeza, cola y patas, y ocasionalmente otras partes del cuerpo; y un embrión será homocigoto peludo/peludo y se desarrollará como cachorro con manto completo. El apareamiento de peludo a peludo nunca dará como resultado cachorros calvos. Al aparear un peludo con un calvo, una mitad de la camada –siempre en términos estadísticos– será calva, y la otra mitad tendrá el manto completo.9

Cuidado de la piel[editar]

El cuidado de la piel del Pila es similar al del ser humano: baños frecuentes y aplicación de crema hipoalergénica para evitar su desecamiento. Debe evitarse su exposición al sol, y es importante aplicar protector solar o ropa con mangas largas cuando el perro sale al exterior durante el día. Los perros de piel clara requieren un FPS alto. El Pila no alberga pulgas pero sí es afectado por los mosquitos. También es atacado por garrapatas, por lo que es necesario revisarlo frecuentemente para eliminar estos parásitos. Son friolentos y necesitan abrigo cuando la temperatura es inferior a unos 15°C; y en temperaturas elevadas es posible reemplazar el protector solar con una camiseta que cubra la mayor parte del cuerpo.

Salud[editar]

Los Pilas son extraordinariamente saludables y resistentes a las enfermedades siempre que se los proteja de la intemperie. Habiéndose criado incontroladamente durante muchos siglos, se benefician con una selección naturalque los libera de los desórdenes genéticos de la mayoría de las demás razas. También son resistentes a las típicas enfermedades caninas tales como distemperhepatitisparvovirus y otras; no obstante, conviene vacunarlos para mantener activo su sistema inmune.
Su único importante problema de salud es la propensión al cáncer cutáneo, especialmente en los ejemplares de color claro y overos. Pero esta enfermedad es fácilmente evitable con protección adecuada.
Los perros bien cuidados llegan a una vejez muy sanos. No era inusual, hasta comienzos del mestizaje general, que un Pila llegara a los 18 o incluso 20 años, y esta longevidad subsiste en ocasiones hasta el presente. Los perros más viejos suelen perder todos o casi todos sus dientes, pero por lo demás mantienen una salud excelente. Tienden a engordar fácilmente, por lo que es necesario controlarles la dieta.








perro polar argentino (PPA) es una raza canina extinta, desarrollada por el Ejército Argentino para equipar sus bases antárticas en funciones de transporte como perros de trineo. El PPA fue un cruce de Husky SiberianoAlaskan MalamuteGroenlandés y Spitz Manchuriano. Se extinguió en 1994 como consecuencia de su trasladado al continente americano en cumplimiento de la normativa del Tratado Antártico de Protección del Ambiente (TAPMA).

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La necesidad de desplazarse rápidamente, a bajo costo y con seguridad, motivó a un equipo de más de treinta suboficiales enfermeros veterinarios argentinos del Ejército, comandados por Héctor Martín y Félix Daza Rodríguez, a desarrollar una raza canina capaz de arrastrar grandes cargas a través de largas distancias, fácil de criar y mantener y capaz de cumplir funciones operativas similares a las de los transportes mecánicos a orugas.
En el origen del PPA se encuentran las principales razas árticas de trabajo, y la formación de su base genética y la estabilización de su estándar insumieron a los militares 31 años de trabajo. Capacitados especialmente para la marcha o "mushing" con trineos, esos perros se deslizaban con facilidad sobre superficies nevadas o heladas indistintamente. Con la identificación de Argentina como país bicontinental comenzó en la década de 1950 la exploración y conquista de la Antártida y el consiguiente deseo de llegar al Polo Sur con la bandera celeste y blanca. El general Hernán Pujato trajo los primeros perros de trineo desde Alaska y Groenlandia comenzando así los cruzamientos.

Características y capacidades[editar]

En las especies biológicas, los individuos presentan características con cierto rango de variabilidad. Dentro del conjunto de posibilidades, algunos rasgos se ajustan mejor al ambiente y perduran, es decir, son adaptativos. Dentro de la especie, los rasgos adaptativos se seleccionan a lo largo del tiempo a través de la reproducción de los individuos. En las nuevas generaciones, los rasgos persisten, y los no adaptativos tienden a desaparecer. Este proceso se llama reproducción diferencial y es la base del mecanismo evolutivo denominado selección natural, porque ocurre de forma espontánea a lo largo de la historia evolutiva. Respecto a las líneas generales buscadas desde un principio podemos afirmar que se trató de formar un animal corpulento y de respetable peso (60 kg el macho y 52 la hembra), el PPA estaba bien protegido contra las bajas temperaturas mediante su triple pelaje, que incluía capa de lana, pelo propiamente dicho y subpelo, además de una capa adiposa subcutánea de 2 cm de espesor. Nuestros perros polares presentaban en su boca cuatro dientes caninos o colmillos muy afilados que les servían para desgarrar, incisivos que les permitían cortar, y molares para moler o triturar. Por esta razón podían desgarrar la carne con tanta facilidad. Estos animales carnívoros cazadores, de gran temperamento sabían ganarse las caricias de los encargados de jauría.
Su capacidad tractora de trineo duplicaba la de cualquiera de las razas que le dieron origen. Un tiro de 11 PPAs podía arrastrar un trineo cargado con 1,1 t a 35 km/h (en terreno llano) y a 50 km/h en pendientes de 45º a favor, en ambos casos sin descansar durante 6 h seguidas.
Su temperatura normal de trabajo era de -70 °C, y se ha documentado que se encontraban de visita y esperaron tranquilamente en el exterior de la base soviética Vostok el día en que se registró el récord mundial histórico de frío (-89,3 °C).
Los PPAs cumplían la vital función de ayudar a los soldados a evitar las grietas, trampas mortales en aquellas latitudes. Eran capaces de detectarlas por medios que no han sido desentrañados, aunque se ha sugerido que el olfato cumpliera alguna función en el fenómeno.
Eran asimismo capaces de intuir o predecir las tormentas, ayudando a evitar salidas fallidas. Su sentido de la orientación era excelente, incluso durante grandes tormentas. Eran muy confiables en las operaciones de rescate, y capaces de transitar por caminos no consolidados o sobre capas de hielo delgado, incapaces de soportar el peso de los tractores oruga.
Los perros polares argentinos podían sacrificarse y utilizarse como alimento para hombres o perros como recurso de supervivencia.
En 1965, estando ya consolidada la raza, el coronel Jorge Edgar Leal los seleccionó especialmente para su Expedición al Polo Sur de manera terrestre. Con la misión de sacrificio, cinchar, jorobarse y sufrir, le acompañaron formando en hileras delante de los trineos para elegir la subida al Plató Polar, una muralla de muchos metros de altura, empinada y resbaladiza, que significaba el obstáculo más difícil de sortear. Una vez alcanzada la meta los perros no siguieron con ellos hasta la meta, les esperaron allí para el regreso, habiendo cumplido su misión.

Alimentación y cuidados[editar]

Los PPAs se alimentaban una vez por día (el doble que los huskies siberianos), pero eran igualmente muy apreciados por ser su mantenimiento incomparablemente inferior al costo del gasoil de los tractores capaces de desplazar iguales cargas. No se les daba de beber, ya que ingerían nieve. El alimento suministrado a los primeros padres traídos por Pujato para comenzar la raza era el Pemmican, una tableta preparada con carne pulverizada, grasa y cereales que aportaba proteínas por la carne vacuna utilizada, calorías por la grasa y vitaminas por la variedad de bayas. La ventaja del concentrado alimenticio es que se podía almacenar por mucho tiempo y empleaba poco volumen de depósito. El origen del alimento se da cuando los aborígenes canadienses enseñan su uso a los peleteros franceses de la Hudson Bay Company que interpretaron la palabra pemmican como "lengua de búfalo seca", razón que podemos tomar para inferir que estaba hecho de esa carne en el Continente Americano. Los encargados de jauría en las Bases Antárticas mezclaban el alimento con los restos de comidas de las dotaciones, eso permitió que el Perro Polar Argentino se criará bien robusto y más alto que sus razas originarias.
Hacia 1967 los perros perfectamente adaptados a las temperaturas antárticas comenzaron a rechazar el pemmican cuya fórmula había sufrido alguna alteración y ante la posibilidad del rechazo y la consiguiente baja de peso de los perros, se comenzó a utilizar un alimento convencional preparado en su versión premiun que se llevaba en bolsas de 20 kilos y se estoqueaba en los galpones antárticos hasta su utilización, tratando siempre de mezclarlo con el alimento humano sobrante de las cocinas. En cuanto a cuidados especiales a los perros en realidad no los había, los veterinarios destacados o en su defecto los médicos de las Bases se encargaban de los partos, lastimaduras, quebraduras, etc. La principal causa de muerte era por pelea, ya que la raza se mostraba muy agresiva con sus congéneres. Se daba también fallecimientos por edad avanzada de los ejemplares vinculados a neumonías, afecciones gastrointestinales, por ingerir carne de foca que solían trasmitir bacterias, o por tomar agua de las nieves contaminadas por heces de pingüinos.

Ejemplares famosos[editar]

El más recordado de los perros polares argentinos, un ejemplar llamado "Poncho", se destacó en la historia polar argentina por su increíble capacidad de avisar a los hombres que frente a ellos se encontraba una grieta oculta. En una oportunidad, además, guio con toda precisión a un equipo de rescate hasta los sobrevivientes de un accidente de aviación, que fueron recuperados en su totalidad. 1
También podemos citar a Simba, al perro guía del General Hernán Pujato, llamado Negro y al perro guía del General Víctor Hugo Figueroa, llamado Hipo.

El TAPMA[editar]

El Tratado Antártico de Protección del Medio Ambiente, convenio asociado al Tratado Antártico del que la Argentina es firmante, dispuso explícitamente el retiro de todos los perros polares argentinos del continente austral por considerárselos "especie exótica". La fecha límite para la evacuación del PPA se fijó para el 1 de abril de 1994, y la Argentina decidió cumplir con esta obligación, trasladando toda su dotación de PPAs al continente americano.

Controversia respecto del Tratado[editar]

Entre los motivos que el TAPMA invocaba para expulsar a los perros de la Antártida se contaba una conclusión del Scientific Committee on Anctartic Research que daba cuenta de que los perros presuntamente "transmitían el moquillo a las focas". Se daba cuenta, además, de que los cánidos "depredaban las pingüineras" y de que "albergaban en su pelaje parásitos capaces de alterar el equilibrio ecológico de la Antártida".
Sin embargo, se ha determinado que la enfermedad de Carrédistemper o moquillo canino, no se transmite a los pinnípedos ni a ninguna otra especie diferente de Canis lupus. Las focas tienen su propia versión del virus, como los gatos (Panleucopenia felina) y los monos (catarro de Fisher), pero no existe la infección cruzada interespecífica. Los registros de las bases antárticas argentinas donde se criaban y mantenían los PPAs (San Martín y Esperanza) conservan sus registros oficiales de inmunización, y ello demuestra que todos los ejemplares fueron vacunados como marca la ley, esto es, dos dosis al cachorro y un refuerzo anual para todos los adultos, incluyendo la revacunación anual para hembras gestantes que impide la infección de los ejemplares neonatos. Las expediciones temporarias (es decir, sin base permanente) provistas de perros estaban obligadas a seguir también este plan. La efectividad del mismo se demuestra en el hecho de que, durante el período operativo del PPA en la Antártida (1951-1994), no se registró ni un solo caso de moquillo en las bases argentinas ni de ninguna otra nacionalidad, concluyéndose que la enfermedad nunca estuvo presente en el continente.
En sentido inverso, las únicas enfermedades evidenciadas por los perros antárticos consistían en parasitosis y dermatitis transmitidas a los cánidos por pingüinos y focas.
Respecto de la depredación de focas y pingüinos, las fuentes citadas al pie afirman que, si bien puede alguna vez algún perro haber devorado a un pingüino, ello solo sería beneficioso, ya que habría ayudado a controlar la grave superpoblación que esas aves sufren en sus sitios de reproducción antárticos.
El equilibrio del ecosistema antártico, en realidad, se vio perjudicado con la expulsión de los perros polares argentinos, ya que debieron ser reemplazados por tractores a combustibles fósiles, con la consiguiente carga de contaminación y residuos que esto conlleva.
Como última consideración, se ha argumentado que las poblaciones humanas en el Ártico siempre han poseído perros, y jamás se ha conseguido demostrar que cánido alguno haya contagiado ni perjudicado en modo alguno a los animales salvajes de la región.

Evacuación al continente[editar]

Argentina no denunció el TAPMA pero, como firmante, ejerció su derecho de votar en contra de la expulsión del PPA. Mas, sometida a la voluntad de la mayoría, decidió retirar sus perros en dos etapas: los 58 ejemplares existentes fueron divididos en dos grupos de 30 y 28 animales y trasladados desde la Antártida Argentina al territorio argentino de la sudamericana isla Grande de Tierra del Fuego también incluida en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
El primer gobernador de esa provincia, José Arturo Estabillo, nombra al PPA Monumento Natural Provincial en 1993 y se realiza la Carrera de sleds dogs, oportunidad en que se mezcla a diferentes razas tiradoras de trineos con nuestros PPA.

Falta de inmunidad, muerte y extinción[editar]

Luego de 43 años de trabajo continuo en la Antártida y sin contacto alguno con otros perros, el PPA había perdido la inmunidad natural a las enfermedades comunes en los perros.
De los 30 componentes del primer grupo trasladado a Ushuaia y a Mendoza, 28 murieron durante el primer año, haciéndose imposible el cruzamiento y reproducción de los sobrevivientes puesto que ambos eran machos.
La mayoría de los componentes del segundo embarque corrieron la misma suerte, y los escasos sobrevivientes fueron dispersados y entregados a familias adoptivas muy alejadas unas de otras. Estos animales sufrieron cruzamientos con ejemplares extraños a la raza, y así la genética del Perro Polar Argentino se fue diluyendo entre la de la población canina fueguina. Hoy en día se la considera extinta.

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