jueves, 26 de noviembre de 2015

Enfermedades veterinarias

Enfermedades de las abejas

Acarapisosis, enfermedad parasitaria de la abeja de la miel.

Etiología

Acarapis woodi pertenece al tipo Artropoda, clase Arachnida, orden Acarina, familia Tarsonemidae y es parásito específico de la abeja de miel.
Existe dimorfismo sexual, de modo que el macho (85-116 µm x 57-85 µm) es más pequeño que la hembra (80 µm x 120 µm). Además, el primero tiene las patas más largas, presentando, en la parte dorsal de su cuerpo tres segmentos, mientras que la hembra presenta cinco segmentos.En la hembra, a cada lado de sus piezas bucales adaptadas para picar y succionar se inicia el aparato respiratorio, que falta en el macho. Disponen de pelos olfativos, que se encuentran en los extremos de los dos primeros pares de patas y en el macho, también en el cuarto par, estando más desarrollados en éste para la búsqueda de las hembras en las tráqueas. El intestino está formado por un tubo longitudinal, con una fuerte musculatura, que le permite una aspiración importante. La hembra tiene un ovario y un oviducto en el que se pueden ver, a veces, dos huevos. Para los desplazamientos utilizan sobre todo el segundo y tercer par de patas. Tiene un color ligeramente amarillo pardusco y un aparato bucal picador chupador.

Epidemiología

La acarapisosis 1 es una parasitosis dependiente de muchos factores ecológicos. Tiene carácter endémico en determinadas comarcas y en otras se presenta sólo esporádicamente. La hembra fecundada penetra en la tráquea de la abeja y a los cuatro cinco días realiza la puesta, que no es muy abundante, cinco-seis huevos. Estos huevos eclosionan a los cuatro días, dando como resultado unas larvas que tienen forma de saco y con sólo el primer par de patas desarrollado, y ya consumen hemolinfa del hospedador y pasados seis-siete días se convierten en deutoninfas con cuatro pares de patas, que posteriormente dan lugar a ácaros adultos a duración total del desarrollo del ácaro desde la eclosión del huevo hasta la formación del ácaro es de 11-12 días para los machos y de 13- 16 días para las hembras. Éstas, una vez fecundadas, abandonan la tráquea poco después y por contacto, pasan al sistema traqueal de otra abeja. El hecho de que las abejas viejas infestadas, por escasez de alimento o por malas condiciones meteorológicas, estén en el interior de la colmena, aumenta las posibilidades de propagación de la enfermedad. Es frecuente un cierto periodo de latencia de la enfermedad, pues la tasa de multiplicación del ácaro en las colonias de abejas es baja. En verano mueren muchas abejas infestadas, y por ello, la presión parasitaria disminuye. El buen tiempo y la abundante floración hacen que, en muchas ocasiones, no se valore la peligrosidad de esta parasitosis, ya que se produce una regresión espontánea de la enfermedad, que se debe a la baja tasa de reproducción del ácaro y a la relativa brevedad de la vida de las abejas obreras (30-40 días). En invierno, cuando las abejas viven más tiempo, los ácaros pueden ejercer mejor su acción patógena. Sin embargo, el ácaro soporta con más dificultad las temperaturas bajas que el calor, pues a 15º C sus movimientos son lentos, siendo normales a los 30-34º C. La humedad ambiente baja le perjudica y la alta favorece su desarrollo. El olor de las abejas no influye en la orientación del ácaro en la búsqueda del hospedador y puede vivir escaso tiempo en las abejas muertas (12-15horas), al igual que sucede en el exterior de las abejas, pues necesita alimentarse. La vida media de un ácaro es de 15-20 días.

Epizootiología

Susceptibilidad elevada en abejas de pocos días de vida.
La transmisión de la enfermedad en un colmenar se realiza por la deriva, el pillaje y los errores de manejo del apicultor; entre colmenares distantes, por la enjambrazón natural, por la trashumancia no controlada y por las transacciones comerciales.

Sintomatología

La sintomatología de la enfermedad no es precisa ni característica. Cuando la enfermedad se agrava el vuelo de las abejas es lento y a veces imposible por la alteración de los músculos de las alas. Estas presentan una posición anormal, perpendiculares al cuerpo y caídas, como dislocadas.
Un consumo prematuro de las reservas corporales provoca una repleción excesiva en la ampolla rectal de las abejas parasitadas, que presentan un abdomen dilatado, lo que puede dar como resultado una disentería.

Diagnóstico

Clínico. La constatación de los síntomas indicados anteriormente no permiten asegurar que una colonia está parasitada por Acarapis woodi, si bien las abejas que pasan el invierno infestadas, y después del período de latencia, presentan unos síntomas claros y el diagnóstico es más fácil.
Laboratorial. Las tráqueas pueden observarse en el microscopio a pocos aumentos, detectando la presencia de huevos, formas inmaduras, ácaros adultos, deyecciones o melanizaciones.
Diferencial. La permanencia, en determinados momentos, en el exterior de la abeja de Acarapis woodi nos hace realizar un diagnóstico diferencial con otros ácaros externos: Acarapis dorsalisAcarapis externus y Acarapis vagans, que son apatógenos.

Pronóstico

La Acarapisosis es una enfermedad muy grave y puede ocasionar importantes pérdidas en colonias de abejas, fundamentalmente a la salida del invierno e inicios de primavera.
En los últimos años, el tratamiento de forma sistemática contra V. destructor con acaricidas de acción sistémica o por gas ha disminuido de forma importante la presentación de esta enfermedad.

Tratamiento

En todos los casos, el tratamiento debe ir dirigido a los ácaros adultos, ya que las larvas y las formas inmaduras son menos afectados por los acaricidas, debido a su inmovilidad. Los huevos no son afectados por los tratamientos.
Hay que diferenciar los tratamientos líquidos de los gaseosos. Entre los primeros tenemos el Salicilato de metilo, que desprende vapores a temperaturas de 18º a 20º C. Es necesario realizar tres tratamientos con intervalos de 10 días, utilizando para ello un sistema que asegure una lenta evaporación. Los resultados son aleatorios.
Cristales de mentol también se utilizan para el tratamiento de la Acarapisosis.
El mentol debe estar colocado en la parte superior de la colmena y en dosis de 50 g de producto por colonia, repitiendo el tratamiento tres veces a intervalos de tres semanas.
Los tratamientos gaseosos tienen la limitación de su utilización con temperaturas muy bajas, que disgregaría la piña de abejas. El producto Folbex VA se presenta en tiras fumígenas de Bromopropilato, como principio activo.
El tratamiento completo comporta la utilización, cada siete días, de una tira por colmena, siendo necesario repetir el tratamiento siete - ocho veces.
Actualmente el tratamiento realizado con acaricidas para el control de Varroa destructor (Varroosis) actúa de forma indirecta sobre la Acarapisosis, lo que impide la presentación de esta enfermedad.

Es causada por un ácaromicroscópico, Acarapis woodi, denominado también ácaro traqueal, un parásito interno
del sistema respiratorio de las abejas adultas que se alimenta de hemolinfa.


  














La esfinge de la calavera o esfinge de la muerte (Acherontia atropos) es una especie de lepidóptero ditrisio de lafamilia Sphingidae. Su nombre común alude al dibujo que tiene en el dorso del tórax y que se asemeja a unacalavera humana.

Distribución

Oruga en la mano de un adulto para la comparación de tamaño. Foto capturada en las Islas Canarias.
La especie, originaria del África tropical, realiza migraciones periódicas al continente europeo. El resto de su extensión abarca desde Región Paleártica comprendiendo desde las islas Shetland y Lofoten hasta laTranscaucasia y norte de Irán llegando a alcanzar las Islas Azores.

Historia natural

Larvas de dos semanas.
En climas cálidos produce hasta dos generaciones (mayo-junio y agosto-septiembre); en climas más septentrionales tiene una sola generación. Se puede localizar desde el nivel del mar hasta alrededor de los 1.800msnm.
De costumbres crepusculares y nocturnas, se alimenta de savia fermentada, miel y ciertas flores (Jasminium). Aunque su oruga es polífaga tiene especial predilección por las solanáceas.
Con un tamaño considerable, de 9-12 cm en las hembras, este esfíngido emite un zumbido agudo defensivo al ser atacado por sus predadores o al ser molestada, al igual que las otras dos especies de AcherontiaAcherontia styx yAcherontia lachessis que habitan en Indonesia.

La esfinge calavera en la cultura popular

Acherontia atropos saltó a la fama a raíz del filme El silencio de los corderos. Su dibujo le ha hecho ganar una reputación negativa, asociándose con fuerzas sobrenaturales malignas, por lo que ha sido presentada en películas como la anteriormente citada y Un perro andaluz. Numerosas supersticiones afirman que este lepidóptero trae mala suerte a las casas a las que entra.
Los nombres de las especies átropos y styx se relacionan con conceptos asociados a la muerte. La primera se refiere a una de las parcas encargadas de cortar el hilo de la vida, en lamitología griega, y la segunda a la laguna Estigia que rodea la región de los muertos, en la misma mitología.
Aparece también mencionada en un relato corto, La Esfinge de calavera, escrito por Edgar Allan Poe en el siglo XIX.
En la novela Drácula, de Bram Stoker se la nombra en el capítulo XXI: "-...y de noche grandes polillas con el dibujo de una calavera y huesos cruzados en la parte posterior.- Van Helsing asintió con la cabeza y me susurró de modo inconsciente: -La Acherontia atropos de las esfinges, conocida comúnmente como "polilla de cabeza de muerto".


La mariposa esfinge calavera (Acherontia atropos)

   Dando un paseo por una senda junto al río Henares, de pronto en medio del camino me pareció ver algo raro. Casi se me pasa, tuve que volver sobre mis pasos para, efectivamente, encontrar perfectamente mimetizada una mariposa enorme. Y es que en reposo, gracias a coloración parduzco-grisácea de sus alas delanteras, pasaba totalmente inadvertida... pero he aquí que no era ni más ni menos que una mariposa Esfinge Calavera o Mariposa de la muerte (Acherontia atropos), que paciente soportó una rápida sesión fotográfica antes de hacer vibrar sus alas y salir volando rápida y enérgicamente (dejando ver sus colores amarillento-rojizos en sus alas traseras), con el susto pertinente de los allí presentes (mi perro y yo).

Adulto en reposo (vía)
   Y es que no es para menos, ya que esta mariposa de la familia Sphingidae, totalmente nocturna y con apariencia de polilla, alcanza y puede incluso superar tranquilamente los trece centímetros de longitud, lo que le hace tener el galardón de ser uno de los mayores lepidópteros europeos. Uno de los mayores, pero no por ello uno de los más conocidos; su absoluta nocturnidad dificulta su censo y actualmente no se ha podido cuantificar a ciencia cierta su población real, aunque eso sí, se sabe que durante los periodos más frios su número desciende drásticamente.
  
En el cuadro "The Hireling Shepherd" (1851) de William Holman Hunt se aprecia como el pastor muestra a la moza una esfinge calavera, el único elemento extraño en una escena eminentemente bucólica. (vía)
  
   Más allá de su tamaño, esta mariposa tiene multitud de curiosidades. ¿Cómo es posible que una mariposa se vea atraida tanto por la luz como por los olores azucarados? Pues sí, no es tan raro que una esfinge calavera aparezca sin previo aviso rondando una pastelería al caer la tarde y sin ganas de pagar. De hecho, le gusta tanto la miel que no sorprende que no pueda resistirse e intente introducirse en una colmena para tomar algo del dulce tesoro escondido, hecho que normalmente suele costarle la vida al defenderse las abejas picoteándola en masa, por mucho que la mariposa desprenda feromonas que traten de hacerla "químicamente invisible". Como cabe esperar, en ningún caso este hecho supone una amenaza real para el aprovechamiento apícola, sino más bien para la persistencia de la mariposa.

   Aunque lo más representativo quizá sea el extraño dibujo de su tórax, que con un poco de imaginación insinúa una calavera humana. Lo que, como no podía ser de otra manera, ha dado pie tanto a su nombre vulgar como a multitud de leyendas que la consideraban un mal presagio o augurio de muerte cercana. Su mala fama le ha llevado a estar presente en películas de tanto renombre como pueden ser el "Silencio de los Corderos" de Thomas Harris (cuyo afamado cartel estaba por cierto basado en una fotografía artística de Salvador Dalí), o ya más de andar por casa en "Un Perro Andaluz", de Luís Buñuel. También en la literatura, desde el mismísimo "Drácula" de Bram Stoker, hasta en el relato corto "La esfinge calavera" de Edgar Allan Poe. 

Extracto de "La esfinge calavera", de Edgar Allan Poe, cuyo retrato queda a la izquierda

Detalle del cartel del Silencio de los Corderos, y obra de Dalí en la que se inspiró (vía)
   Pobre bicho, que sin comerlo ni beberlo cae mal a todo el mundo y por miedo o por creer que atrae la mala suerte ha sido perseguido y aniquilado sin piedad; imagínate lo que pensará la pobre mariposa de los humanos, cruzarse con uno sí que debe ser una cuestión de mala suerte para ella. Si hasta su nombre científico, A. artropos, hace referencia a Atropos, nombre de una de las tres Moiras que en la mitología griega decidían la muerte de todo mortal cortando las hebras de sus vidas con unas tijeras. De hecho no es la única, ya que otras mariposas del mismo género tienen nombres relacionados con la muerte; bien saben de ello la A. lachesis (en honor a una segunda Moira) o la A. styx, que hace referencia a la laguna Estigia.
  
A. styx (arriba, vía) y A. lachesis (abajo, vías 1 y 2)

   Para colmo, otro dato curioso es que cuando se siente en peligro, para confundir al depredador (normalmente aves u otros vertebrados) emite un chillido característico gracias a una fisura situada en su aparato bucal. Y la verdad es que si el hecho de que una mariposa de ese tamaño pueda gritar exhibiendo la imagen de una calavera en su dorso no la evita ser capturada por un posible predador, no sé yo qué más hará falta para hacerlo. ¡Puedes comprobarlo tu mismo en este vídeo! A mi me recuerda al sonido que hace al apretarlo un patito de goma ;)
 
Muestra dorsal y ventral de la A. atropos, con las alas extendidas (vía)

   Su abdomen presenta transversalmente listas negras y amarillas, y longitudinalmente una lista de color azul oscuro. En la cabeza destacan sus grandes y oscuros ojos, y las antenas, terminadas en un pequeño penacho blanco, poseen un gancho apical. Su espiritrompa está adaptada para succionar el dulce jugo de frutas al ser más dura y robusta que la de la mayoría de lepidópteros.

   Aunque no siempre es así y siempre cabe la excepción llegando a estar presente hasta los 1800 metros de altitud, lo más normal en nuestras latitudes es encontrársela en terrenos no muy elevados, ya que prefiere ambientes algo cálidos donde pueda llegar a desarrollar hasta dos generaciones cada año, pudiéndose ver ejemplares adultos tanto a finales de primavera como a principios de otoño.
  
El detalle maldito, maldito detalle (vía)
  Es una especie migradora, y tal y como hace la mariposa esfinge colibrí una vez cada año viaja desde el África subsahariana tropical hasta el norte de Europa, cruzando en tan magna aventura el mar mediterráneo. ¡Se ha datado su presencia hasta en Islandia! Sin embargo las poblaciones en zonas frías suelen verse muy mermadas por las heladas en su estado larvario y lo normal es que sólo haya una única (si acaso) generación anual. También está presente en Asia, donde su área de distribución le ha llevado hasta Japón, mira que está lejos Japón.

Distribución de nuestra maravillosa amiga migradora (vía)

   La puesta consistirá en un único huevo en el dorso de cada hoja, apenas mayor un milímetro, y de color gris verdoso. Antes de eclosionar tornará en tonalidades doradas, hasta que finalmente nazca una pequeña oruga amarilla, con un patente cuerno de ápice bifurcado, que al irse alimentando de hojas cambiará a colores más verdosos, llegando a ser a lo largo de su desarrollo unas orugas grandes y llamativas, con distintas tonalidades según su estadío, pasando por colores verdes y pardos, amarillentos, con detalles en tonos azulados y púrpuras.
 
Oruga en uno de sus primeros estadíos. La fotografía ha sido tomada del maravilloso blog Artropodolandia de Aday Pérez, altamente recomendable. En este trabajo nos muestra el completo desarrollo de la A. atropos en sus distintas fases.

   Son polífagas, y su predilección por las solanáceas les llevará a alimentarse principalmente de la planta de la patata, del tomate (atención hortelanos, tápense las orejas), berenjena y zanahoria, aunque tampoco desdeñará el pimiento, el tabaco, la vid, las habas, el estramonio, la belladona, la dulcamara, o la vícea. En realidad su presencia suele ser puntual, y rara vez supone una plaga. En todo caso, la oruga no suele moverse mucho, y es fácil detectarla entre los meses de julio y octubre ya que produce un alto grado de defoliación pero muy localizado. Eso sí, si véis una... ¡cuidado que si se ven en peligro pueden morder!
 
Larvas de apenas dos semanas de vida (vía)

   Una vez completado su desarrollo, las orugas se vuelven más parduzcas y se entierran a unos 20-40 cm de profundidad para desarrollar una crisálida de tonos rojizos oscuros. No es extraño verlas salir entre las patatas a la hora de la recolecta.


Las dimensiones y la vistosidad de la oruga adulta (vías 1 y 2) así como de la pupa (vía 3) son considerables

    Los adultos, como ya hemos comentado, sentirán mayor predilección por la miel y las frutas melosas además de la savia fermentada. También se verán atraidas por algunas flores, tales como las correspondientes al género Jasminum. Y si te has quedado con ganas de más, puedes veraquí un vídeo de un adulto. ¡Un insecto precioso, no diréis que no!

La mariposa adulta (vía)

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