domingo, 22 de noviembre de 2015

SANTOS POR SIGLOS

Santos del siglo I

Silas, también llamado Silvano, fue un profeta y misionero de origen judío y ciudadanía romana, considerado uno de los principales cristianos de Jerusalén, enviado por los Apóstoles a Antioquía. Compañero de San Pablo en sus viajes misioneros.

En Jerusalén

La primera noticia que se tiene de Silas la da San Lucas (Hechos de los Apóstoles 15:22-35) al final de la narración del Concilio de Jerusalén; a partir de entonces juega un papel importante en la difusión del Evangelio en el mundo griego, aunque siempre al lado de San Pablo.
Terminada la discusión del problema planteado por la actuación de San Pablo, al admitir a los gentiles en la Iglesia sin exigirles la circuncisión, se decide elegir entre los hermanos a los que han de acompañar a Pablo y Bernabé a Antioquía, para llevar el Decreto del Concilio y comunicar de palabra lo allí decidido. Tal decisión era necesaria, ya que de otro modo los elementos subversivos, los judaizantes o judeo-cristianos, podrían acusar a Pablo y Bernabé de falsificar lo allí tratado. Los elegidos son Judas, llamado Barsabbas, y Silas. En la elección interviene toda la Iglesia con los Apóstoles a la cabeza.
Del primero calla la historia posterior. Algunos autores (Cornelio a Lápide, Calmet, etc.) le dicen hermano de José Barsabbas (Hechos 1:23); Renié, en cambio, acepta la posición de Lake, de que en aquel entonces este patronímico era corriente y no puede deducirse de ello la identidad paterna. El otro pasa a primer plano junto a San Pablo. Su nombre arameo, Silas, significa según Lake «pequeño Saúl» o pequeño lobo; de lo que algunos han deducido que era benjaminita. No deja de ser una coincidencia que la raíz de su nombre sea igual que la de Pablo, Saulo; ser de la misma tribu; helenista como él (Ricciotti) y ambos ciudadanos romanos (Hechos 16:37). A veces se le llama Sila (Vulgata) y en las Cartas de San Pablo ( 1 Tesalonicenses y 2 Tesalonicenses) y en (1Pedro 5:12) se le llama Silvano. Generalmente se admite la identidad entre el Silvano de las Epístolas y el Silas del libro de los Hechos. Lo explican diciendo que Silvano es «la forma latinizada del semítico Silas». Sin embargo, una tradición tardía distingue a los dos y hace a Silas Obispo de Corinto y a Silvano de Tesalónica.
Silas, al igual que su compañero Judas, era hombre eminente entre los hermanos; personas consideradas y de cierto rango, quizá porque eran profetas Hechos 15:32, carisma tan estimado, que el mismo Pablo en la enumeración de los ministerios coloca a los profetas después de los Apóstoles y antes de los doctores o Evangelistas (1Corintios 12:28Efesios 4:11) y junto con los Apóstoles les considera los fundamentos de la Iglesia (Efesios 2:20). La función principal de estos «profetas» neotestamentarios era exhortar a los fieles. A veces como en el caso de Agabo predecían el futuro (Hechos 11:27-28Hechos 21:10-11). «Eran misioneros ambulantes de cristiandad en cristiandad, llevando por doquier la semilla evangélica, sin concretarse al gobierno de una comunidad determinada» (Renié).
Pablo y Bernabé con Judas y Silas parten de Jerusalén llevando el Decreto de los Apóstoles a los hermanos de AntioquíaSiria y Cilicia. Llegados a Antioquía reúnen a los cristianos y leen la Carta con la consiguiente alegría de los oyentes. Judas y Silas exhortan y animan a los hermanos. Pasado cierto tiempo, cumplida su misión, Judas vuelve a Jerusalén; Silas, en cambio, queda en Antioquía.

Misionero con San Pablo

A partir de este momento Silas aparecerá siempre al lado de San Pablo, testimoniando así la aprobación de los Doce al apostolado de éste. Recorren Siria y Cilicia, animando a los cristianos. En Listra se les une Timoteo y en todas partes promulgan el Decreto del Concilio. La presencia de Silas es el mejor testimonio. Recorren laFrigia y la Galacia y por la Misia llegan a Tróade. Allí embarcan para pasar a Europa. En Filipos son víctimas de una demostración hostil por haber curado a una pobre esclava posesa, que con sus adivinaciones procuraba pingües ganancias a sus amos. Los lictores mandan azotarles y meterles en la cárcel sin previo juicio. Como ambos eran ciudadanos romanos (Act 16,30), los pretores tienen que pedirles perdón. No se sabe de dónde le venía a Silas la ciudadanía romana. En Tesalónica sufren otro alboroto de parte de los judíos, del que salen bien gracias a que Jasón, el amo de la casa donde se hospedaban, paga una fianza por ellos. Otro tanto les ocurre en Berea, por la que Pablo se va a Atenas y quedan solos Silas y Timoteo.
Como San Pablo había pasado aviso con los que le llevaron de que se uniesen a él lo antes posible, muchos comentaristas afirman que Silas y Timoteo se unieron a Pablo en Atenas y desde allí fueron enviados Timoteo a Tesalónica y Silas a Filipos o a Berea. El encuentro en Corinto sería de vuelta de estos viajes.

Silas y San Pedro

A partir de este momento el nombre de Silas desaparece del libro de los Hechos. No figura entre los compañeros de San Pablo en su tercer viaje. Más tarde parece ser que se encuentra al lado de San Pedro (1 Pe 5,12); es de suponer que bajaría con Pablo y Timoteo hasta Antioquía como final del viaje. Loisy insinúa a este respecto que la separación entre los dos misioneros fue debida a roces personales, como ocurrió con Bernabé; «conjetura totalmente gratuita, que no tiene más fundamento que la ya conocida antipatía de este exegeta modernista por el gran apóstol» (Renié).
Junto con Pablo y Timoteo aparece Silas (Silvano) como coautor de las Epístolas a los Tesalonicenses, escritas desde Corinto y después que Timoteo les hubo informado del resultado de su viaje desde Atenas.
En la primera Epístola de Pedro (5,12) aparece Silvano como compañero y «hermano fiel del apóstol» en Roma, por quien éste escribe. Aunque algunos dicen que sólo hace llevar la carta a las iglesias de Asia Menor, otros sostienen que le sirvió de amanuense y aun de redactor de la misma. Su vinculación a estas iglesias anteriormente, al lado de San Pablo, le hace mensajero cualificado para la misión que le confía el apóstol. No se sabe cuándo ni cómo pasó al lado de San Pedro, al igual que Marcos.
También se le hace autor de la sección «nosotros» del libro de los Hechos (Schwanbeck, von Vloten, etc.); Renié y la mayor parte de los exegetas lo niegan. Igual ocurre con la Epístola a los Hebreos, atribuida por algunos a Silas pero negada por los más.

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El apóstol Simón, también llamado el Zelote, es uno de los doce apóstoles. Antes de unirse a Jesús habría pertenecido al grupo de los zelotes, que luchaban contra Roma. Predicó en EgiptoLibia y, posiblemente, en Persia. Murió como mártir en la costa deMar Negro cerca del Cáucaso, en el territorio de la actual Abjasia.
Simón recibe un epíteto que cambia en las cuatro listas: mientras Mateo y Marcos le llaman «cananeo», Lucas le define «Zelote». "Cananeo" muchas veces se interpreta como un gentilicio, indicativo de que Simón era de Canaán, lo que parece raro, considerando que todos los apóstoles habrían sido naturales de esa macro-región (que abarca Galilea, Judea, Samaria, Transjordania y Líbano), por lo que difícilmente se podría considerar un rasgo distintivo de Simón o fuente de su apelativo. Por otro lado, "cananeo" podría corresponder una transposición al griego de la palabra hebrea que designa a los zelotesqanaim.
Los zelotes, como lo habría sido este Simón, eran los miembros una facción religiosa y política, fundada por el año 6 dC, por Judas el Galileo (a quién en el texto Hechos de los Apóstoles el miembro del sanedrín Gamaliel menciona como un ejemplo de falso mesías). Los zelotes son considerados como el ala más radical e integrista del judaísmo del siglo I. El historiador de fines de ese siglo, Flavio Josefo responsabiliza a su intransigencia nacionalista de la destrucción del segundo templo de Jerusalén por las tropas romanas comandadas por Tito, alrededor del año 70.

EL APÓSTOL SIMÓN EL ZELOTE

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En la lista de los apóstoles le suelen llamar siempre Simón el Cananeo, o el Zelote, dos términos que se identifican. Son, en efecto, dos traducciones de un mismo vocablo hebreo qanná que quiere decir zelotes o celoso. Así Simón, apóstol fiel de Jesucristo, encarna en su persona el gran celo del Dios omnipotente; de hecho,el Dios de Israel se muestra como un ser "celoso" de sí mismo, que no puede en manera alguna tolerar cualquier atentado contra su trascendente majestad.
En los albores ya de la era mesiánica los romanos toman definitivamente en sus manos las riendas de la administración palestina. Los judíos, agobiados por el peso aplastante de la opresión extranjera, se esfuerzan desesperadamente por abrirse un resquicio de libertad y de esperanza. Quieren crear una fuerza de resistencia que los libere.
A impulsos de Judas de Gamala y del fariseo Sadduk se organiza un partido
de oposición. Los miembros que integran el partido toman el sobrenombre de zelotes.
El partido se ampara en un sentido eminentemente religioso. Quieren ser en medio de la dominación extranjera corrompida por el paganismo, un monumento vivo a la fidelidad a la ley mosaica.
Una gran preocupación mesiánica invadía el sentimiento nacional de estos hombres. La espera incontenida del gran Libertador se vivía en el partido con el alma en tensión,siguiendo la línea de los grandes profetas de Israel
La impotencia humana para quebrar, por fin, la esclavitud, les empuja irresistiblemente a un patriotismo exaltado y zozobrante, que culmina en la guerra judía.
Simón pertenecía evidentemente a este partido, en el que se habían enlazado indisolublemente la religión y la política. No podemos olvidar que en la historia del pueblo elegido la preocupación social, religiosa y política iba siempre de la mano.
Simón fue un zelote. Es verdad que en su vida pesaba, sobre todo, el matiz religioso. El celo ardiente por la Ley le quemaba el centro de su alma israelita.
Como Pablo, es Simón un judío entregado plenamente al cumplimiento de las tradiciones paternales. Rozando en su persona el formulismo asfixiante y agobiador de los fariseos.
Pero un día, venturoso para él, se encontró con la mirada del Maestro y se convirtió sinceramente al Evangelio.
De todos los apóstoles, él es el menos conocido. La tradición nos dice que predicó el evangelio de Jesucristo en Egipto, Libia y luego en Mesopotamia y después en Persia, ya en compañía de San Judas.
Murió como mártir en la costa del Mar Negro cerca del Cáucaso, probablemente en el territorio de la actual Abjasia.Usualmente se le atribuye que lo mataron con una sierra, porque se dice que su cuerpo fue aserrado hasta hacerlo pedazos, y raras veces se le atribuye una lanza.





San Torpes de Pisa (Torpetes, Tropesius) (Saint Torpès o Saint Tropez (en francés), Torpete, Torpes, Torpè (en italiano)) (d. 65 AD) es un mártir y santo cristiano. Su leyenda se establece durante las persecuciones del emperador Nerón. Muchos de los hechos atribuidos a su obra son considerados irreales.1 Poco se conoce de su vida2 y se menciona por primera vez en el siglo IX.

Leyenda

Según la leyenda, Torpes era un gladiador o caballero durante la época del emperador Nerón, o jefe de la guardia personal del emperador4 5 Su nombre completo era Caïus Silvius Torpetius y era nativo de Pisa.6
Torpes se convirtió al cristianismo después de haber sido convertido por San Pablo. Torpes profesó su fe durante una ceremonia en la que se rebeló contra Nerón por considerar que Diana no era la creadora del universo y después considerarse cristiano. Nerón no quería matar a Torpes de inmediato y en su lugar le pidió a su asistente que le convenciera de renunciar a su fe. Cuando Torpes se negó a hacerlo, Nerón le mandó decapitar. Otra variante de la leyenda es que Torpetes abandonó Roma y viajó a Pisa, pero fue reconocido como un cristiano por el prefecto local, Satellicus, que le ejecutó.3
Saint-Tropez "Le Vieux Port" (puerto viejo)
La cabeza de Torpetes fue lanzada al Arno (y más tarde fue reclamada por Pisa). Su cuerpo fue colocado en un barco abandonado con un gallo y un perro, que habían sido puestos allí para alimentarse del cuerpo del santo. El barco flotó hacia Liguria.
Una santa mujer llamada Celerina (Célèrine) tuvo una premonición, en un sueño, de la llegada del cuerpo del santo. El barco llegó a la ubicación actual de Saint-Tropez, donde vivía Celerina, no muy lejos del cementerio de los marineros. El cuerpo estaba intacto. El gallo se fue volando hacia el pueblo más tarde llamado Cogolin y el perro se dirigió hacia el pueblo llamado más tarde en su honor Grimaud
La gente del lugar llamaron Saint-Tropez a su pueblo en honor a él. Sus reliquias se transportaron al mar en un barco pequeño, igual que otras leyendas de los santos de la región, tales como Santa Reparata y Santa Devota. Lugares en las costas de España y Portugal también se declararon los lugares donde había arribado el barco de San Torpetes. Torpetes fue venerado en PisaGénova yPortugal. También es considerado patrón de los marineros.

Veneración

Torpes en el escudo de armas de Saint-Tropez
La primera iglesia en Pisa dedicada en su honor data del siglo XI. El código civil de la República de Pisa de 1284 estableció que el 29 de abril fuese la festividad del santo. En Génova, donde fue importado el culto de Torpetes por los comerciantes pisanos,7la iglesia de San Torpete está dedicada al santo.
En Saint-Tropez, su busto es llevado en honor durante la Les Bravades des Espagnols, una celebración religiosa y militar que conmemora la victoria de las milicias tropezianas sobre el imperio español en 1637.




Torpes of Pisa.jpg

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