jueves, 28 de julio de 2016

Historia - historia antígua

historia de cartago

Asdrúbal I de Cartago fue un rey magónida de Cartago, desde 530 a. C. hasta 510 a. C.

A mediados de la década de 52O a. C., Asdrúbal, junto con su hermano Amílcar Magón, lanzó una expedición contra Cerdeña.1
Asdrúbal fue elegido rey once veces, fue recompensado con un triunfo cuatro veces (único caso entre los cartagineses) y murió de las heridas recibidas en la batalla de Cerdeña.2 Cartago se había comprometido en una lucha de 25 años en Cerdeña, donde los nativos estaban apoyados por la ciudad de Síbaris, entonces la ciudad más rica de laMagna Grecia, y aliada de los focenses. Los cartagineses se enfrentaron a la resistencia de Nora y de Sulci, en Cerdeña, mientras que Cagliari y Tharros se habían sometido voluntariamente al dominio cartaginés.3 La guerra de Asdrúbal contra los libios fracasó en suspender el pago del tributo anual.4
Por estas fechas, los cartagineses lograron derrotar y alejar el intento de colonización de Leptis Magna en Libida por el príncipe espartano Dorieo, después de tres años.5 Dorieo fue más tarde derrotado y muerto en Erice de Sicilia ( alrededor de 510 a. C.) mientras intentaba establecer un punto de apoyo en el oeste de Sicilia.







Magón I de Cartago fue un rey de Cartago que gobernó entre 550 a. C. y 530 a. C., así como el fundador de la dinastía de los magónidas de Cartago.1 Magón I fue originariamente un general cartaginés.2 Bajo su reinado, Cartago se convirtió en la colonia fenicia preponderante del Mediterráneo occidental.

Bajo el reinado de Magón I, Cartago se estableció como el poder militar feniciodominante en el Mediterráneo occidental. Mantuvo su dependencia económica de Tiro, la metrópoli fenicia, pero actuó de forma cada vez más independiente. Uno de los logros políticos de Magón fue una alianza con los etruscos contra los griegos, alianza que duraría hasta la época en que los romanos expulsaron a los reyes etruscos.1 También estuvo presente y mantuvo una política activa en Sicilia, casándose con una mujer siracusana.4
En 546 a. C., los foceos que huían de la invasión persa fundaron la ciudad de Aléria en Córcega (los griegos de Focea se habían asentado ahí desde 562 a. C.) y comenzaron a piratear el comercio con los etruscos y los púnicos debido a la imposibilidad de atender a todos los nuevos habitantes con los recursos de la colonia. Entre 540 y 535 a. C., una alianza entre cartagineses y etruscos había logrado expulsar a los griegos de Córcega, después de la batalla de Alalia. Los etruscos tomaron el control de la isla y Cartago se centró en Cerdeña, asegurándose de que no se estableciese ninguna colonia griega en la isla. La derrota también supuso el final definitivo de la expansión griega por occidente.
Después de estos hechos, los cartagineses se enfrentaron a una nueva guerra contra los habitantes de Massalia. Cartago perdió varias batallas, pero logró salvaguardar las colonias fenicias en Hispania y cerrar el estrecho de Gibraltar a las naves griegas,5 mientras que los griegos de Massalia mantuvieron sus colonias hispanas situadas por encima del cabo de la Nao.6
La consecuencia de esta guerra fue que el sur de Hispania quedó cerrado para los griegos. Además, el apoyo cartaginés de la colonia fenicia de Gadir7 supuso también el colapso de Tartessos por el año 530 a. C., ya fuera por conflicto armado o por la simple desaparición del comercio griego.








Amílcar Magón, adaptación al griego del fenicio Abd Melkart, «servidor de Melkart» (524-469 a. C.), fue un general y político cartaginés. Fue el fundador de la familia de los Giscónidas.
Fue el comandante cartaginés de la expedición a Sicilia en el 480 a. C. Heródoto dice que era hijo de Hannón I y de una mujer deSiracusa y le da el título de «rey» (Βασιλεύς),1 título que los griegos daban a los dos magistrados principales de Cartago, si bien el nombre más correcto es sufetes o jueces.
Pasó su infancia en el dominio familiar en Giscón, de ahí el nombre que transmitió a sus descendientes.
A los 20 años, se lanzó a una carrera política y enseguida fue despreciado por los otros aristócratas de la ciudad con motivo de sus reformas cercanas al pueblo. Se presentó a la elección de nuevo Basileo, aunque no fue elegido hasta el tercer intento.
Justino afirma que sirvió con distinción en Cerdeña y África, pero dice que era hijo de Magón y hermano menor de Asdrúbal Magón.2Debido a estos méritos llegó a la más alta dignidad de la política cartaginesa, y en el 484 a. C. partió a Sicilia. Durante el viaje a la isla perdió algunos barcos por las tormentas, pero llegó a Panormo y de esta ciudad pasó a Hímera y comenzó el asedio de esta ciudad con un inmenso ejército de 100.000 hombres. Hímera estaba defendida por Terón, tirano de Agrigento, que se refugió detrás de las murallas sin presentar combate.
Gelón, el tirano de Siracusa y de Gela, que era el suegro de Terón, no tardó en acudir en ayuda de su yerno y se enfrentó a los cartagineses, y como el asedio estuvo lleno de dificultades, Amílcar no lo reemprendió hasta el 480 a. C. Según Diodoro Sículo pactó con los persas que sometería a los griegos de Sicilia, mientras el ejército aqueménida hacía lo propio con el de Grecia continental. Zarpó de Cartago en la primavera de 480  a. C. con importantes contingentes terrestres y navales: el ejército de tierra contaba con unos 300.00 hombres, y el naval sumaba doscientas naves de guerra, así como más de 300 barcos de transporte. Durante la travesía del mar Líbico perdió los transportes de caballos y carros a causa de una tempestad.3 Después de desembarcar en Panormo y reponerse del desastre sufrido, a los tres días se dirigió con sus fuerzas de tierra a Hímera, tal y como se ha mencionado arriba según refieren tanto Justino como Diodoro.
Nuevo callejón sin salida para Amílcar, pues fue derrotado por Gelón y Terón delante de la ciudad pese a su superioridad numérica. Los cartagineses que no murieron en la batalla y pudieron escapar fueron hechos prisioneros por los hombres de Gelón.
De la suerte que corrió Amílcar existen diversos relatos, pero casi todos están de acuerdo en que murió allí. Según Diodoro Sículo yPolieno, cayó al principio de la batalla a manos de una unidad de caballería que Gelón había infiltrado en las líneas enemigas con una estratagema. Heródoto dice que su cuerpo no fue encontrado y corrió el rumor de que se había suicidado al ver la batalla perdida, tirándose al fuego en el cual se habían hecho los sacrificios propiciatorios.4 Dice también Heródoto que le fueron rendidos honores en Cartago y otras ciudades, cosa poco compatible con lo que afirma Diodoro, quien explica que su hijo, Giscón, fue desterrado de Cartago por la derrota del padre. Justino dice que tuvo tres hijos: Himilcón, Hannón Giscón y Giscón.
Otra versión, diametralmente opuesta a las anteriores, cuenta que, de regreso a Cartago, se granjeó numerosos enemigos y sus deudas se incrementaron. Vendió sus propiedades e intentó una serie de reformas. Pero en 478 a. C., durante un complot organizado por los aristócratas, fue acusado de traición a los sicilianos y condenado al exilio.
Perseguido por sus enemigos, se refugió en las islas Baleares y murió en la miseria hacia el año 469 a. C. Sus descendientes, sobre todo Aníbal Giscón, intentaron vengar la deshonra impuesta a su padre por los sicilianos.








El primer tratado romanocartaginés fue un tratado de amistad y asistencia recíproca entre estas dos potencias emergentes delMediterráneo. No se sabe con certeza cuando fue sellado el pacto. Gracias a otros escritos se ha estimado que la fecha más cercana fue el año 508 o 507 a. C. Todo lo que se sabe de este tratado se basa en las anotaciones que hizo Polibio.
Aunque no se dispone del texto del tratado, se sabe que se pactaron los siguientes puntos:
  1. Los romanos no podían zarpar de la costa norteafricana de "Cabo Bello" (algún punto al norte de la ciudad de Cartago, probablemente Cabo Harina). En caso de fuerza mayor, como una tempestad, se podía desembarcar en aquellas tierras, debiendo abandonarlas en el menor tiempo posible.
  2. Los mercaderes romanos solo podían cerrar pactos comerciales en las zonas de influencia cartaginesa del norte de África yCerdeña en presencia de funcionarios cartagineses.
  3. En la parte cartaginesa de Sicilia (oeste de la isla), los mercaderes romanos serían tratados de la misma manera que los cartagineses.
  4. Para los cartagineses no había ningún tipo de limitación de movimientos en la zona de influencia romana, pero los asaltos de los cartagineses a las ciudades romanas del Lacio quedaban prohibidos. También el avance de los cartagineses en las ciudades independientes del Lacio quedaba excluido. Si, por alguna razón, Cartago tenía que conquistar una ciudad independiente de esta localización, ésta debía ser entregada inmediatamente intacta a los romanos. Con eso se consiguió que las ciudades independientes del Lacio tuvieran que mostrar una colaboración estrecha y rentable con Roma. Además, ambas ciudades ofrecerían defensa mutua en caso de ataque de alguna de las otras potencias del Mediterráneo occidental.



El primer tratado romano-cartaginés constituye un tema de estudio controvertido sobre la Roma arcaica. Son las fuentes literarias las que informan al respecto, no otras. Polibio, Tito Livio y Diodoro constituyen las principales. El primero recoge un primer tratado al inicio de la República romana y la dedicación del templo Capitolino; el segundo cita una acuerdo entre romanos y cartagineses en los acontecimientos de 348 a.C., pero no dice expressis verbis que se trate del primero; Diodoro también señala un primer acuerdo en 348 a.C. Hay dos noticias más de la Antigüedad que conviene tener en cuenta a propósito de los acuerdos en cuestión, a saber: la mención de Aristóteles, en la Política, de acuerdos entre ciudades etruscas y los cartagineses sobre alianzas, tratos comerciales y cláusulas de no agresión; y las Tablillas de Pyrgi vienen a confirmar la presencia cartaginesa en aguas del Mar Tirreno y las ciudades aledañas en época arcaica. Polibio menciona que la antigüedad de la lengua en que estaba redactado el primer tratado impedía comprender satisfactoriamente su contenido. Esto y la complejidad técnica y sintáctica del texto polibiano hacen sospechar sobre el hecho de que se hubiera concluido efectivamente un acuerdo entre Roma y Cartago en época tan temprana, por lo que cabe pensar que Polibio habría desarrollado el texto en cuestión a partir del epigráfico más comprensible del segundo tratado romano-cartaginés. Polibio debió recoger una versión de lo que circulara por ámbitos políticos y culturales en la época inmediatamente anterior a la Tercera Guerra Púnica. Las fuentes literarias sobre los episodios arcaicos de Roma, a pesar de revestirse de narraciones legendarias, no son gratuitas. En este sentido cabe preguntarse si realmente se pudo concluir un primer tratado entre Roma y Cartago de las características que recoge Polibio. Así pues, tomando como referencia las inscripciones de Pyrgi, se puede pensar que un almirante plenipotenciario cartaginés realizó una ofrenda a la Juno del Capitolio, con cuya excusa se ajustaron convenios del tipo que recoge Aristóteles en la Política, especialmente cláusulas de no agresión. Es difícil demostrar claramente esta posibilidad; pero, sea como quiera, este primer tratado, de finales del siglo VI a.C., introdujo a Roma en el ámbito de las relaciones internacionales más allá del Lacio y de las ciudades etruscas más próximas

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