miércoles, 27 de julio de 2016

Iconografía cristiana

Bautismo de Jesús es un episodio en la vida de Jesús de Nazaret que aparece relatado en elNuevo Testamento, y con él se inicia su ministerio público.1 Lo mencionan los cuatro Evangelistas: Mt 3,13-17; Mc 1,9-11; Lc 3,21-22; Jn 1,29-34.2 Los evangelios canónicos narran que Jesús llega a la orilla del río Jordán procedente de Galilea, y allí pide a su primo Juan que le bautice. Juan protesta y dice que es él quien debiera ser bautizado por Jesús. Jesús le responde:
«Hay que dar cumplimiento a toda justicia ordenada por Dios»
Juan procede a la ceremonia y el Espíritu de Dios desciende para anunciar:
«Este es mi hijo muy amado, mi predilecto »
Dado que el bautismo de Jesús por Juan el Bautista es coronado por la bajada del Espíritu Santoy la proclamación de Dios Padre de la filiación divina de Jesús,3 los cristianos consideraron esta escena como una manifestación o teofanía del misterio de la Santísima Trinidad.4 La Iglesia católica apostólica romana la conmemora bajo el nombre de Fiesta del Bautismo del Señor el primer domingo después de la solemnidad de la Epifanía del Señor,4 y con ella finaliza el ciclo o tiempo de Navidad.

Las representaciones del bautismo de Cristo aparecen en la pintura paleocristiana y pueden verse ya en lascatacumbas romanas: en un fresco de la catacumba de Calixto o en la cripta de Lucina del siglo II. Es una composición sencilla en que sólo aparecen las dos figuras de Jesús y Juan.
A partir del siglo VI, en la pintura bizantina la escena se enriquece con otros detalles, como la presencia de ángeles que actúan como acólitos. El mismo río Jordán toma a veces protagonismo y los artistas hacen de Jesucristo expresión artística y lo representan con barba. Otro elemento que se introduce a veces es un ciervo que bebe pacíficamente en la orilla.
En los siglos XIII y XIV, acomodándose a los cambios del ritual, en lugar de ver a Jesús Y sumergido en el agua, se ve a Juan que la derrama sobre su cabeza con la ayuda de una concha. Tal es la escena que puede contemplarse en los bajorrelieves de la puerta de bronce del baptisterio de Florencia (1335). Los artistas del Renacimiento, como Cima da Conegliano, relegan el tema de la Trinidad para destacar el propio acto bautismal; representan a Jesús orante y recibiendo el agua derramada sobre su cabeza por San Juan Bautista, mientras los ángeles participan del acto solemne. Esta tipología, con los dos protagonistas más el coro de ángeles, será la más difundida durante los siglos XVII y XVIII.















Buen pastor es una advocación aplicada en el Antiguo Testamento a Dios (Yahvéh) como alegoría y en el Nuevo Testamento aJesucristo como parábola (ver la parábola de la oveja perdida).
La exégesis interpreta que la función de Dios o Jesucristo como Buen Pastor es la salvación de la «oveja descarriada» (el hombrecomo pecador).

En el «Antiguo testamento»

El tema aparece en el Antiguo Testamento, referido siempre a Yahvéh:
En el Salmo 23:
El Señor es mi pastor.
En el Libro de Ezequiel (34, 12):
Como un pastor vela por su rebaño […] así velaré yo por mis ovejas […] la oveja perdida, la buscaré.
En el Libro de Isaías (40,11)
Como pastor pastorea su rebaño.

En el «Nuevo testamento»

Según los autores de los Evangelios, Jesucristo se apropia de la alegoría bíblica para aplicársela a sí mismo como Hijo de Dios:
Entonces Jesús les dijo esta parábola: «Si alguno de vosotros pierde una oveja de las cien que tiene, ¿no deja las otras noventa y nueve en el desierto y se va en busca de la que se le perdió, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra se la carga muy feliz sobre los hombros, y al llegar a su casa reúne a los amigos y vecinos y les dice: “Alégrense conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido”. Yo les digo que de igual modo habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse».
Aparece también en el Evangelio de san Juan:
Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pastor. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa,porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.
Evangelio de Juan, 10, 11-16

Iconografía

Ícono ruso del siglo XIX.
Desde el comienzo del cristianismo, el «buen pastor» es la imagen de Jesús de Nazaret que, en su calidad de pastor, cuida y salva a su rebaño.
El tema es el más representado en la iconografía paleocristiana (más de 900)1 y pueden encontrarse testimonios a partir delsiglo II. La inspiración de las primeras representaciones se toma de la imagen de Orfeo —al que se le atribuía el don de encantar a los animales mientras tocaba la lira—, y de las representación de las obras romanas en las que el cordero entre los brazos era un símbolo de filantropía. En el primer tema el «buen pastor» guarda su rebaño, de pie o sentado. La otra representación con el cordero extraviado en los brazos o sobre los hombros está mucho más extendida y procede directamente de los modelos paganos del moscóforo o el Hermes (Crióforo) que lleva la oveja del sacrificio.
A partir del siglo VI decae la representación del «buen pastor» hasta desaparecer completamente en la Edad Media, hasta que se recupera entre los siglos XV y XVI, para volver a quedar relegada en el siglo XIX. En los siglos XVII y XVIII reaparece a veces con la versión de la «divina pastora».
La variedad de representaciones es numerosa. Las características comunes de las obras suelen presentar a un niño que porta un báculo, cayado o flauta, con túnica, y que tiene en su regazo o lleva sobre los hombros un cordero. También se ha representado con Jesucristo adulto.
En pintura se encontraba ya en la catacumbas de San Calixto o de Domitila. Una de las representaciones del «buen pastor» más conocidas es la de Bartolomé Esteban Murillo. En la escultura ha sido también una imagen común, que empezó siendo esculpida en los flancos de los sarcófagos y recurrente en la música religiosa, como la pieza para órganoEl tríptico del buen pastor, de Jesús Guridi.

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