Sistemas de escritura de la Edad del Bronce
jeroglíficos anatolios son una escritura logográfica (ISO 15924 =Hluw) nativa de la AnatoliaCentral, constituida por 500 símbolos. Han sido también llamados jeroglíficos hititas, sin embargo la lengua que los empleaba ha sido identificada como luvita, no hitita. No se conocen conexiones entre esta escritura y los jeroglífico egipcios ni la escritura cuneiforme.
Se observan pictogramas aislados en la región de Anatolia y Siria a partir de finales del 3000 a. C. y principios del 2000 a. C., en sellos personales, pero éstos solo consisten en nombres y títulos, por lo que no representan una escritura desarrollada. La mayoría de los textos actuales se encuentran como inscripciones monumentales de piedra, aunque algunos documentos han sobrevivido en tablillas de plomo. Las primeras inscripciones confirmadas como luvitas pertenecen a la Edad de Bronce tardía, ca. los siglos XIV a. C. y XIII a. C., llegando hasta la Edad de Hierro, ca. los siglos X a. C. y VIII a. C. La escritura desapareció en el siglo VII a. C., imponiéndose en la región las escrituras alfabéticas.
El grupo anatolio de lenguas indoeuropeas es el más antiguo del que se tiene testimonio dentro de esta familia, pues hay textos escritos en tablillas de arcilla en sistema cuneiforme que proceden del 1700 a. C.
Hacia esa época los mercaderes asirios habían entrado en la parte meridional y central de Anatolia, estableciendo su karumu 'oficio comercial' en Kanes, la actual Kültepe. Las excavaciones en este lugar y en otros donde se asentaron los asirios han desenterrado tablillas de barro en cuneiforme asirio que registran el comercio cotidiano de los mercaderes asirios. Además, recogen nombres personales y lugares indoeuropeos. Hacia mediados del siglo XVII a. C. los hablantes indoeuropeos se expresan en diferentes lenguas anatolias. De ellas la mejor atestiguada es la hitita. Con capital en Hattusa (actual Bögazkoy), los hititas nos han dejado más de 25.000 tablillas de barro que cubren el periodo desde 6150 a 1200 a. C. Además, sus archivos tenían tablillas en otras dos lenguas indoeuropeas: la luvita y la palaica, con lo que tenemos un cuadro de Anatolia en el que los hititas son señores de la región central, los palaicos viven en el norte y los luvitas ocupan la parte occidental y meridional de Anatolia.
Tras el colapso de los hititas en 1200 a. C. los luvitas prevalecieron sobre Anatolia meridional y las lenguas relacionadas con la luvita, como la licia, continuaron existiendo hasta los últimos siglos a. C., siendo absorbidas por la expansión de las colonias griegas.
La relación de la rama anatolia con el resto de la familia indoeuropea ha sido definida por algunos sobre la base de la hipótesis indo-hitita, es decir, que el hitita o anatolio, por un lado, y el indoeuropeo, por otro, descienden ambos de un proto-indoeuropeo. Esta hipótesis atribuye mucho peso a la evidencia anatolia, pero ya ha sido demostrado que la rama anatolia ha de ser colocada al mismo nivel que las otras ramas indoeuropeas y no con la familia indoeuropea misma. Otra postura señala que el grupo hitita-luvita (otra designación de la rama anatolia) se desgajó del grupo paterno indoeuropeo comparativamente tarde, tras las divisiones griega y armenia y al mismo tiempo que la indo-irania. Otra opinión sostiene que el hitita, o el anatolio común, es de importancia especial porque las lenguas anatolias son muy arcaicas. Según esta teoría las similitudes en morfología entre el céltico, itálico e hitita-luvita y tocario muestran que los dialectos que descienden de esos grupos estaban en una posición periférica en la lengua indoeuropea y fueron los primeros en salir del grupo principal.
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Datos
Dialectos
La rama anatolia de lenguas indoeuropeas consiste del hitita, palaico, luvita, jeroglifico luvita, lidio y licio. La lengua atestiguada más antigua del grupo es el hitita, usada en el Imperio Hitita y a la que se podría dividir en tres etapas:
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Escritura
El hitita, el palaico y el luvita son conocidos por los textos cuneiformes del segundo milenio a. C. hallados en BoHazköy-Hattusa, a partir de 1905. El jeroglífico luvita se encuentra en inscripciones y sellos de Anatolia meridional y Siria septentrional que datan de 1200-700 a. C. e incluso del periodo imperial (1400-1190 a. C.). El lidio y el licio se conocen por textos en escritura alfabética (600-200 a. C.) lo mismo que el cario y el sidético.
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Gramática
Una característica de las lenguas anatolias es la ausencia de número dual (tú y yo) y la falta de género femenino en la declinación de los nominales (nombres, pronombres y adjetivos). Hay una distinción entre un género animado (común) y otro inanimado (neutro). En hitita un neutro puede no ser el sujeto de un verbo en una acción transitiva, en cuyo caso el sufijo -ant se añade antes del neutro nominativo terminando en -s. Esta -s final persiste en todo el subgrupo. El sistema de casos en hitita antiguo es muy complicado pero en el subgrupo hay una clara tendencia hacia una mayor simplicidad. La presencia en hitita de una clase arcaica irregular de nombres es una característica dominante, como las raíces alterante t yn en uttat/uttanas 'palabra, asunto' y watar/witenas 'agua'.
La declinación de pronombres se ajusta al modelo tradicional indoeuropeo al ser diferente de los nombres pero, al mismo tiempo, muestra peculiaridades destacadas. Los pronombres anatolios típicos son: amu en luvita jeroglífico, equivalente al licio amu, emu; el nominativo hitita zik, acusativo tuk 'tú' equivalente al palaico ti, tu. Algunas de estas lenguas tienen pronombre enclíticos que se pronuncian como parte de la palabra precedente. Un pronombre demostrativo aba- 'eso' se halla en hitita, palaico y luvita cuneiforme y jeroglífico, licio (ebe-) y lidio (ebad 'aquí, allí') y un pronombre relativo o interrogativo kui (compárese con el latino quis) es común al hitita, palaico y luvita cuneiforme. Los términos correspondientes para kui- en luvita jeroglífico, licio y lidio también parecen ser variantes fonéticas del mismo pronombre original.
El sistema verbal anatolio es simple, teniendo dos modos (indicativo e imperativo) y dos tiempos (presente y pasado). Hay algunas huellas de aoristo (un verbo que denota acción sin referencia a su duración o terminación). Una voz pasiva media (que expresa un tipo de significado reflexivo o pasivo) se halla en hitita (es-a-ri 'está sentado'; ki-tta-ri 'esta mintiendo'), palaico, luvita y tal vez lidio.
La reduplicación de la raíz verbal ocurre en la rama anatolia, añadiendo una significado intensivo o iterativo al verbo. Muy típicos de estas lenguas son los sufijos verbales como el causativo -nu- (compárese el hitita war- 'quemar', warnu-'encender', harg 'perecer', harganu 'arruinar, destruir'). La ausencia del perfecto indoeuropeo (describiendo un estado resultado de una acción recientemente terminada) se especifica por el uso del adverbio nawi 'todavía no' que ocurre en el presente en hitita.
Una característica muy peculiar de las lenguas anatolias es la preferencia por la unión de partículas y pronombres enclíticos para formar 'cadenas' colocadas al principio de la frase o cláusula. El primer componente de esa 'cadena' es una parte enfatizada de la sentencia o una sentencia copulativa, como nu en hitita y en luvita.
En el sistema vocálico anatolio están presentes, a, e, i, y u, pero la o no existe. En licio el valor griego omicrón ha sido usado para el licio u y en lidio la existencia de la o parece ser una incorporación posterior. Un criterio dialectal es el tratamiento de la e: en el antiguo hitita hay una diferencia entre la e y la i pero en el hitita posterior una -e al final de una palabra se cambia a -i. En luvita la e tiende a aparecer como a. La gradación vocal que refleja cambio de significado en hitita (e-es-zi 'él es' contra a-sa-an-zi 'ellos son') era imposible en luvita a causa del cambio de sonido. Tanto el licio como el lidio poseen signos separados para las vocales nasalizadas.
Los defensores de la teoría laringeal han visto confirmados sus postulados por los datos anatolios. Esta teoría mantiene que las diferencias de formas de ciertas palabras en las ramas indoeuropeas se puede explicar asumiendo que las lenguas indoeuropeas han perdido ciertos sonidos guturales (laringeales) que estaban originalmente presentes en la lengua ancestral.
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