Introducción
Pablo de Tarso había recibido el mandato de las autoridades judías de perseguir a los cristianos de Damasco. Mientras cabalgaba a ese destino, un resplandor del cielo le hizo caer del caballo dejándolo ciego, mientras él y los que cabalgaban con él oían una voz que decía Saulo, Saulo, por qué me persigues (Saulo era su nombre hebreo y Pablo su nombre romano). Tras esta fuerte vivencia (Pablo la describe como un abortivo), Pablo se encuentra en Damasco con Ananías, que le impone las manos en nombre de Jesús, lo que le devuelve la vista. Inmediatamente, Pablo es bautizado.
Tradicionalmente se ha considerado este episodio como el que mejor representa el tema espiritual de la conversión, de modo que la expresión camino de Damasco ha pasado a ser sinónimo de "conversión".3
Tema pictórico
El tema da oportunidad de representar una escena dinámica, con presencia de caballos, y efectos de luz.
En el arte medieval y el primer renacimiento tuvo algún tratamiento (Lorenzo Veneziano, grabado de Alberto Durero), pero es a partir del manierismo que se convierte en un tema muy tratado:
- La conversión de san Pablo (Parmigianino), 1527.
- La conversión de San Pablo (Bonifazio Veronese), de Bonifazio Veronese (Galería de los Uffizi).
- La conversión de San Pablo (Miguel Ángel), 1549, en la Capilla Paulina del Vaticano, encargada por Paulo III para esa advocación específica, por ser de su particular devoción (la arquitectura es de Antonio da Sangallo el Joven).
- La conversión de San Pablo (Brueghel), 1789, de Peter Brueghel el Viejo.
Caravaggio tiene dos versiones, ambas fechadas en torno a 1600-1601 y ambas conservadas en Roma: una en la colección Odescalchi Balbi; y otra en Santa Maria del Popolo. El atrevimiento de Caravaggio en la representación de esta escena originó una curiosa polémica. Se preguntó al pintor: ¿Por qué has puesto al caballo en medio y a San Pablo en el suelo? ¿Es acaso el caballo Dios? ¿Por qué? El artista respondió: No, pero el animal está en el centro de la luz de Dios.4
A partir de Caravaggio, que inaugura la pintura barroca, muchos otros pintores han representado el tema:
- La conversión de San Pablo (Rubens), de Peter Paul Rubens (ca. 1620), de la Gemäldegalerie de Berlín, se perdió en 1945 y se desconoce su paradero actual.
- La conversión de San Pablo (Cortona), de Pietro de Cortona (1630), que tiene como tema la imposición de manos de Ananías.
- La conversión de San Pablo (Francisco Camilo), de Francisco Camilo (Museo Provincial, Segovia).
- La conversión de San Pablo (Lucas Jordán), de Lucas Jordán (ca. 1690).
- La conversión de san Pablo (Vincenzo Camuccini), de Vincenzo Camuccini (1834), para la basílica de Basílica de San Pablo Extramuros en Roma.
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