Adimanto (griego antiguo Ἀδείμαντος) fue un estratego corintio del siglo V a. C., hijo de Ocito y padre del también general Aristeas.
Combatió en la Batalla de Artemisio y fue el almirante de las naves corintias en la batalla de Salamina. Se opuso a la táctica naval propugnada por Temístocles y Euribíades (jefe supremo de la flota griega), a que la batalla definitiva fuese en aguas de Salamina.1 Temístocles antes de que Euribíades le explicara el motivo, tomó la palabra sin que el almirante supremo, Euribíades, se la concediera. Durante su intervención, el general corintio le interrumpió: «Temístocles, en las pruebas atléticas quienes toman la salida antes de la señal son apaleados». «En efecto —contestó Temístocles—, pero quienes se quedan rezagados no se llevan la corona». Sigue diciendo Heródoto que Temístocles argumentó que era mejor trabar combate en un estrecho contra una flota numerosa, con una victoria segura, que librar la batalla naval en las inmediaciones del Istmo de Corinto porque: era mar abierto, las naves griegas eran más pesadas que las persas y las fuerzas terrestres de Jerjes avanzarían a la vez que su flota camino del Peloponeso.2 3
Sobre Adimanto, también nos transmite Heródoto, que cuando comenzó la batalla, presa de pánico se dio a la fuga, y que los corintios al ver que su nave capitana huía, le siguieron. Pero que en el transcurso de su huida se topó con ellos una barca, distinta a cualquier embarcación de la flota griega —lo que interpretaron como un hecho sobrenatural—, cuyos ocupantes tras tildarle de traidor, le comunicaron que los griegos estaban aplastando a los persas. Adimanto lo puso en duda, y los de la barca se ofrecieron como rehenes hasta que la noticia le fuese confirmada, o a morir si no era cierto. El almirante corintio dio la orden de virar a su escuadra, y llegó a tiempo de contemplar el final de la batalla. El historiador griego, unas frases después se desdice y afirma que este suceso podría bien ser un rumor que circulaba entre los corintios, lanzado por los atenienses. Y termina diciendo que aquellos aseguraban que sus barcos estuvieron en primera línea en la batalla, y que el resto de los griegos lo confirmaron.4
Sobre este pasaje Dión Crisóstomo opina que era una venganza del Heródoto por ser mal recibido en Corinto.5Se ha barajado también por otros autores que constituyera una invención de las fuentes atenienses del historiador, por la hostilidad existente con posterioridad a las Guerras Médicas, entre Corinto y Atenas.6 Su hijo Aristeas es retratado negativamente por Heródoto por ser enemigo de Atenas al comienzo de la Guerra del Peloponeso y en un breve pasaje narra que formó parte de una embajada lacedemonia en el verano de 430 a. C. a la corte persa, y que traicionado por Sitalces, rey de los tracios odrisios, fue capturado cerca de Bisante, en el Helesponto, y conducido a Atenas fue ejecutado.7 Según Tucídides, Aristeas —a quien el historiador ateniense se refiere con el nombre de Aristeo—, mandó la flota corintia que acudió, en 433 a. C., en defensa de Potidea, colonia de Corinto, que rompió los lazos con ésta.8
Sobre la traición de Adimanto, no dice nada Diodoro Sículo, cuya narración es seguida por los críticos: Adimanto fue enviado por el Estado Mayor griego contra los efectivos egipcios de la flota persa enviados a bloquear el canal de Megara, la entrada occidental de la bahía de Eleusis, para impedir la salida a mar abierto de la flota griega desde la bahía de Salamina.9 10
Otras dos alternativas a la versión de Diodoro son:
- Los corintios, efectivamente hicieron frente a los barcos egipcios al norte de la isla de San Jorge, suponiendo que su misión fuese atenazar a Salamina desde el Ática.
- Adimanto y su flota en previsión de una maniobra envolvente persa fueron enviados a la bahía de Eleusis.
Una estela epigráfica de mármol que contiene el epitafio de los corintios caídos en Salamina y que fueron enterrados en dicha isla con la autorización de Atenas, echa por tierra la veracidad de la versión ateniense, y avala la opinión generalizada en Grecia sobre el comportamiento corintio en la Batalla de Salamina.
Agesilao I (en griego antiguo, Aγησίλαος), hijo de Doriso, fue el sexto rey de Esparta de la línea de los Agíadas, exluyendo a Aristodemo.1 Según Apolodoro, reinó durante cuarenta y cuatro años, y murió en 886 a. C.Pausanias describe su reino como corto, pero contemporáneo con la legislación de Licurgo.
En 428/427 a. C. fue nombrado navarco (almirante) de la flota de la Liga del Peloponeso enviada a Lesbos, en ayuda de Mitilene,1 asediada por los atenienses. Mitilene se rindió siete días antes de la llegada de los espartanos,2 y Álcidas decidió regresar a Esparta sin intentar recuperar la ciudad o atacar algún punto de la costa de Jonia.3
Mientras, en la zona capturó muchos barcos enemigos y mató a muchos atenienses o aliados de estos. Llegó a Éfeso y de allí salió hacia Esparta,4 pero fue perseguido por la flota ateniense dirigida por Paques, que lo persiguió hasta Patmos.5
Tras recibir refuerzos, Álcidas y con él Brásidas, en calidad de consejero, puso rumbo a Corcira (427 a. C.) 6 y cuando los atenienses y la gente de Corfú salieron del puerto para atacarlo, los derrotó y desembarcó en la isla, pero enterado de que una gran flota ateniense se dirigía hacia allí, volvió a reembarcarse y se dirigió hacia el Peloponeso.7
En 426 a. C. fue uno de los jefes de la colonia lacedemonia establecida en Heraclea de Traquinia, cerca de las Termópilas.
Alejandro (en griego: Αλέξανδρος, fecha de nacimiento desconocida - muerte en 314 a. C.), hijo de Poliperconte, regente del reino de Macedonia, fue un comandante militar durante las Guerras de los diádocos.
Antípatro de Macedonia, a su muerte en 319 a. C., dejó la regencia a Poliperconte, provocando el descontento de su propio hijo, Casandro.1 No obstante, las tropas situadas por Antípatro en las ciudades con guarnición, permanecieron favorables a Casandro.
La política de Poliperconte, apuntó entonces a restaurar la democracia en las ciudades griegas para convertirlas en aliadas. Con este propósito, envió a su hijo Alejandro a Atenas en el 318 a. C.2 con la misión de librar la ciudad de Nicanor, que mandaba la guarnición instalada por Antípatro en Muniquia.3 Este último, consiguió conservar su posición allí, y conquistar las fortificaciones del Pireo. Apoyados por la llegada de Casandro y de nuevas tropas, lograron impedir a Alejandro y a su padre, que llegó como refuerzo, apoderarse del Ática. Ambos intentaron asediar Atenas, pero debido a la carencia de víveres se replegaron hacia el Peloponeso.4
Después de este fracaso, Poliperconte intentó tomar Megalópolis, pero fue un nuevo fracaso y regresó a Macedonia,5 dejando a Alejandro con un ejército en el Peloponeso.6 A partir del 316 a. C., conquistó varias ciudades de la región y se convirtió en el dueño de una gran parte de Peloponeso.7
El año siguiente, 315 a. C., Antígono I Monóftalmos, cuya ambición y éxitos en el Este, habían reunido contra él a Casandro, Lisímaco, Asandro, y Ptolomeo I, envió a Aristodemo de Mileto al Peloponeso para formar una alianza con Poliperconte y Alejandro. Aristodemo logró convencer a Alejandro para encontrarse personalmente con Antígono. Lo encontró en Tiro (Líbano). Antígono le hizo grandes promesas y le ofreció 500 talentos y concluyeron un tratado entre ellos.8 Sin embargo, algún tiempo después de su regreso a Grecia, en el mismo año, traicionó a su padre: Casandro le envió a prepelao con la petición de que desertara de Antígono y que se aliara con él. le prometió la comandancia de todo el Peloponeso, se le nombraría general de su ejército y se le otorgarían los honores propios de este rango. Alejandro selló la alianza y fue nombrado estratego del Peloponeso.9
Alejandro formó una alianza con varias ciudades, en particular Sición y Corinto, que gobernó entonces de manera independiente. En el 314 a. C., en el trascurso de una campaña contra ciudades enemigas, Alejandro al pasar por Sición, fue asesinado por Alexión de Sición y otros supuestos amigos.10 Los sicionios asesinos habrían tratado probablemente de devolver la autonomía a su ciudad. Pero la viuda de Alexandro, Cratesípolis se enfrentó a los sicionios, sofocó l asedición, los venció y aniquiló, crucificó a una treintena de dirigentes populares y sometió la ciudad.
Alexameno (en griego antiguo Ἀλεξαμενός), fue un general de los etolios que fue enviado a Esparta durante la Guerra contra Nabis para tomar el control de Lacedemonia.1 Tuvo éxito en su objetivo, matando a Nabis, el rey tirano de Esparta, pero los ciudadanos se rebelaron contra él poco después y tanto él como muchas de sus tropas murieron en el levantamiento.
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