El puente de Argenteuil (en francés Le pont d'Argenteuil) es un cuadro al óleo del pintor francés Claude Monet de 1874. Se encuentra en el Museo de Orsay en París.
En 1871 Monet se transfirió a Argenteuil gracias a la ayuda financiera de Manet: allí pintó junto a otros impresionistas como Renoir, Sisley y Pissarro.
Sobre el mismo tema trabajaron a su vez Renoir, Sisley, Caillebotte, Manet y Morisot.
Vandalismo[editar]
La noche del 6 de octubre de 2007 varias personas en estado de ebriedad entraron al Museo de Orsay y, dentro de los actos vandálicos que cometieron se encuentra una rajadura de 10 centímetros de El puente de Argenteuil.
El puente de Europa es un cuadro del pintor Gustave Caillebotte, realizado en 1876, que se encuentra en el Museo del Petit Palais de Ginebra, Suiza. Donada a Eugène Lami en 1878, su hija Blanche Lami la subastó en 1956, adquiriéndola Oscar Ghez antes de pertenecer al museo actual.
Firmada abajo a la derecha (G. Caillebotte), existe otra versión más pequeña de esta pintura, un boceto que se halla en el Museo de Bellas Artes de Rennes.
La obra representa una escena parisina, un puente sobre la estación de tren San Lázaro (Gare Saint-Lazare), en una mañana de primavera. Caillebotte usa dos puntos de fuga, el principal situado en el sombrero de copa sobre la cabeza del hombre, mientras que las líneas del puente, los edificios, las aceras y la sombra del perro proporcionan el segundo punto de fuga.
Presumiblemente Caillebotte se ayudó de la fotografía1 para realizar este trabajo como lo hizo con otra obra pintada en esa época: Rue de Paris: temps de pluie.2Estas obras reflejan el gusto del pintor por hacer de París su escenario favorito de esa etapa.
En la terraza (dos hermanas) es un cuadro del pintor francés Pierre-Auguste Renoir. Está realizado al óleo sobre lienzo. Mide 100,5 cm de alto y 81 cm de ancho. Fue pintado en 1881. Se encuentra en el Instituto de Arte de Chicago, Estados Unidos.
Renoir pintó esta obra en París en el año 1881 cuando adquirió un grado de estabilidad económica al haber pintado el mismo año su famosa obra El almuerzo de los remeros. La obra retrata a Mlle Dartaud, actriz de la Comedie Française, acompañada de una niña sin identificar representando a su "hermana". Probablemente posaron en el mismo escenario que el del almuerzo: la terraza del restaurante Fournaise, durante el mes de julio.1 La imagen es una composición de colores vivos y contrastes vibrantes donde destaca el color rojo puro, especialmente del sombrero de la joven, este recurso se emplea para centrar la atención del espectador en la estructura piramidal que forman las dos figuras.
Dartaud aparece vestida de azul oscuro, con un sombrero rojo en la cabeza. Las flores adornan su sombrero y su pecho. Junto a ella se encuentra una niña, vestida de blanco y con un sombrero también cuajado de flores. Detrás, una barandilla de hierro forjado, más allá de la cual se ve una rica naturaleza de colores intensos: matorrales y árboles en flor, un río de color azul claro.2
El cromatismo domina todo el cuadro: en la vestimenta de las personas, en el cesto con ovillos de lana, y en las flores de la maceta verde.2
La composición es poco habitual ya que las "hermanas" están en primer plano y las rejas del balcón justo detrás para aumentar la sensación de proximidad. El tratamiento del fondo es típicamente impresionista a base de pinceladas sueltas, fluidas, poco definidas y colores naturales que contrastan con los colores empleados en el primer plano.
Renoir hace un tratamiento distinto en cada rostro, a la más pequeña que está más próxima al primer plano la trabaja con un método impresionista con los rasgos faciales sugeridos más que definidos, y a la joven que está más alejada, tiene un tratamiento en el rostro más detallado como si estuviera en primer plano.
Este cuadro ejemplifica la opción estética de Renoir, que prefirió siempre pintar aquello que consideraba bello, eludiendo temas feos o dramáticos. Dentro de las estaciones del año, prefería representar la primavera o el verano, y nunca el invierno.
Estudio de un desnudo, o Suzanne cosiendo (en francés: Étude de nu ou Suzanne cousant), es un cuadro de Paul Gauguin pintado en 1880 en París. Se conserva en Copenhague, en la Gliptoteca Ny Carlsberg.1 En el catálogo de Wildenstein consta con el número 39 en la edición de 1964, y el 64 en la del 2001 (W.39/64).
El cuadro describe a una mujer joven que está arreglando una prenda mientras se encuentra en una desnudez nada disimulada. La escena está situada en un dormitorio, con la mujer sentada en la cama deshecha que está contra una pared malva y decorada con una mandolina y un tapiz. El cuerpo de la modelo está en una perspectiva de tres cuartos con la cabeza de perfil. Mientras que la cara sugiere una mujer atractiva, el cuerpo es flácido, desproporcionadamente periforme e intencionadamente feo.
En el lado izquierdo consta la inscrpción: «Gauguin / 1880»
Contexto[editar]
El cuadro fue pintado en los primeros años de Gauguin como pintor, cuando aún compaginaba la pintura con su profesión de agente de bolsa, y frecuentaba los círculos impresionistas. Gauguin lo presentó en la 6ª Exposición Impresionista de 1881. En total eran ocho telas entre las que había naturalezas muertas y un retrato de su mujer, Mette. Esta exigió que el Estudio de un desnudo se colocara lejos de su retrato para evitar malentendidos.2
Fue expuesto simplemente con el título Étude de nu, pero más tarde Gauguin se refirió a él en una carta como «la Suzanne». Según su hijo, Pola Gauguin (1883-1961), se trataba de su niñera Justine.3 Según el crítico de arte George Wildenstein (1,892-1,963), se trata de una modelo profesional, tal como se deduce de una carta de Gauguin a Pissarro.4
Para el público el cuadro resultó provocativo. La desnudez de la modelo se explicaba porque estaba cosiendo su camisa, y sus proporciones porque estaba embarazada. Atrajo la atención de los críticos, que lo calificaron de cruel y horrorífico, aunque el artista mostraba talento. Pero para Joris-Karl Huysmans era la «representación de una mujer de nuestro tiempo». Encontró que era de un realismo que ninguno de sus contemporáneos podría conseguir, lo comparó con los desnudos de Rembrandt, y elogió el atrevimiento de Gauguin para plantear una alternativa a los desnudos artificiosos de los pintores académicos. Supuso un gran éxito para Gauguin, pero respondió que Huysmans no había entendido nada de la pintura, ya que su intención era simplemente expresar una experiencia, y no criticar el modelo de belleza ideal ni impresionar a la burguesía con su atrevimiento.2
Composición[editar]
La técnica usada supone una experimentación del estilo puntillista de Georges Seurat. La aplicación de la pintura a través de pinceladas finas de color puro, provoca una luminosa impresión de movimiento. En contraste, el color del fondo es totalmente estático y nada impresionista. Más tarde, Gauguin se referiría a los puntillistas como los «jóvenes químicos que hacen cuadros a base de manchas».5
Previamente Gauguin ya había pintado a su mujer, Mette, cosiendo en una escena doméstica. Pero el de Suzanne es el primer desnudo que hizo Gauguin. En cuanto a concepción y ejecución es una ruptura con las obras anteriores, y una novedad respecto a los desnudos eróticos contemporáneos. Sin embargo, Gauguin no siguió explorando la novedad estilística y siguió con composiciones impresionistas. No se sabe si fue por las críticas recibidas o porque tenía algún significado personal relacionado con la niñera Justine.
En la composición incluye dos elementos personales: una mandolina y un tapiz. La mandolina es el instrumento que Gauguin tocaba y que llevó siempre con él. Es de las pocas pertenencias que tenía cuando murió en Hiva Oa. Le servía para abstraerse, pasando largos ratos a solas tocando con notas inconexas y canturreando, aunque también con los amigos. Pintó mandolinas en varios cuadros, el mismo año en Mandolina sobre una silla. Un tapiz hecho a mano con motivos peruanos, ya fue un motivo de discusión con su esposa Mette por las diferencias de opinión que tenían sobre la decoración de la casa. El mismo tapiz del estudio de un desnudo lo pintó en Naturaleza muerta con jarra de arcilla y taza de hierro, del mismo año.2
El cuadro recuerda La Grande baigneuse (1808) de Dominique Ingres, uno de los pintores favoritos de Gauguin. Pero, a diferencia de los modelos de Ingres, la figura de Gauguin es natural y nada idealizada, representando una actividad cotidiana en la intimidad y totalmente despreocupada del posible observador.
Historia[editar]
A pesar del impacto que causó en la exposición impresionista, no se vendió. Su mujer Mette se negó a que el cuadro estuviera colgado en casa, pero cuando Gauguin dejó su familia en Copenhague, el cuadro quedó en poder de Mette hasta que lo vendió, en 1892, al artista danés Philipsen. Entonces Gauguin ya estaba en Tahití y comentó la venta de forma irónica: «Hay muchos tontos en Dinamarca que creen en los periódicos, y ahora están empezando a pensar que tengo talento. Por eso un pintor danés ha malgastado novecientos francos para convertirse en el poseedor del estudio que hice de una mujer desnuda el '76 (aquella de la que hablaba Huysmans)»6
En 1920 lo donó al Museo Real de Bellas Artes, y desde 1922 está en depósito en la Gliptoteca Ny Carlsberg.
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