El cerdo del Concejo (denominado también rey de los cochinos) fue una tradición popular del mundo rural, mediante la cual se cuidaba colectivamente un cerdo que se ponía a disposición del concejo.1 La celebración pronto se asoció a San Antonio Abad (protector de las bestias útiles al hombre). La celebración coincidía con la fiesta de los locos y de los asnos de la Edad Media.
Historia[editar]
En Madrid, durante el siglo XVI, se realizaban estas congregaciones populares en el denominado campo de Atocha, junto a la ermita de San Blas.2 Los porqueros de la villa traían un cerdo y se premiaba al más engalanado. Escogiendo uno entre ellos, de los pertenecientes a las diversas piaras, nombrándolo: rey de los cochinos. Se organizaba una carrera de cerdos, y el primero en llegar a un abrevadero repleto de comida era proclamado rey de los cerdos. Se elegía un porquero por sorteo, y se le disfrazaba de san Antonio. Se montaba en un burro adornado con cabezas de ajo y nabos y se dirigía a la ermita de San Antonio. Le seguía la piara de cerdos, con el rey de los cerdos a la cabeza. Los monjes antonianos daban entonces su bendición a lo que sería pienso para la manada (paja y cebada), así como al pan destinado a la compañía. Dibujaban la cruz del santo(en forma de tau) en los panes antes de devolverlos al rey y a los demás.3
Esta costumbre devino en la capital en las fiestas denominadas vueltas de San Antón. La fiesta fue desapareciendo paulatinamenta hasta dejarse de celebrar en el siglo XIX.
El chotis es una música y baile con origen en Bohemia. Su nombre deriva del término alemán Schottisch(«escocés»), una danza social centroeuropea a la que en Viena se quiso atribuir origen en un baile escocés. Diversas variantes del schottisch perviven en la tradición argentina (schotis), austríaca, brasileña (xote), escandinava (schottis), española, finlandesa (sottiisi), francesa (scottish), italiana (chotis), inglesa (scottische), mexicana (chotís), paraguaya (choti), portuguesa (choutiça o chotiça), suiza y uruguaya (chotís o xote). Se puso de moda en casi toda Europa durante el siglo XIX y se extendió a América.se baila en Santo Isidro.
En Argentina , Paraguay y Uruguay, el schotis o chotis fue introducido por los inmigrantes alemanes del Volga y polacos asentados a partir de la segunda mitad del siglo XIX, en la región litoraleña de los ríos Paraná, Paraguayy Uruguay que integran la Cuenca del Río de la Plata. Constituye uno de los estilos destacados de lo que en la Argentina se llama música litoraleña. El chotis acompañó el ingreso a la región de uno de sus instrumentos más característicos, el acordeón diatónico, de una y dos hileras, que se sumó a la guitarra para formar la orquesta típica campesina o campiriña. Una vez instalado, el chotis se fusionó con la música folkórica de la región, fuertemente influenciada por la cultura indígena guaraní, adoptando las características que lo distinguen.1 Luego de fusionarse con la música de origen indígena guaraní, dio origen al chamamé moderno.2
Xote brasileño[editar]
El xote es la versión brasileña del baile y se considera que llegó al país por inmigrantes de Alemania en el siglo XIX; aunque se conoce en Portugal como "chotiça" es probable que el baile llegara separadamente a los dos países como repertorio que acompañaba la introducción del acordeón. En aquellos años los varios estilos del baile fueron populares entre las clases altas de la sociedad brasileña, especialmente durante del reinado de Pedro II.3
Chotís mexicano[editar]
Este ritmo fue introducido en México en 1850, en los salones de baile frecuentados por las clases altas. Un estilo más rústico se popularizó en las fiestas caseras y en los bailes públicos.
Hoy, el chotís se baila en el norte de México, en particular en los estados de Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Durango y Zacatecas, con estilos propios a cada lugar.4
Chotis madrileño[editar]
El chotis llegó a la capital española en 1850 y ha quedado noticia de que se bailó por primera vez, en el Palacio Real, la noche del 3 de noviembre de aquel año, bajo el nombre de 'polca alemana'.5 Se hizo luego popular y baile castizo por antono
masia del pueblo de Madrid.6
Se baila en pareja cara a cara, al son de un organillo,nota 1 y durante el baile la mujer gira alrededor del hombre, que a su vez va girando sobre su propio eje, de ahí que se haya hecho popular el dicho de que "no se necesita más que una baldosa" para bailarlo. Es típico verlo bailar, en las verbenas de Madrid: las mujeres ataviadas con un mantón de Manila y pañolón cubriendo media cabeza, y los hombres, mirando siempre al frente y vestidos con chaleco, pantalón de rayas y una parpusa o gorrita de visera.
Las doce uvas, uvas de la suerte o también llamadas campanadas es una tradición de origen español, extendida a otros países hispanoamericanos como México, Venezuela, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Perú, Colombia, Puerto Rico, Nicaragua o Costa Rica. Consiste en comerse doce uvas, una por cada campanada a las 12 de la noche del 31 de diciembre (Nochevieja) al 1 de enero, debido a que supuestamente trae buena suerte. El lugar más destacado donde se toman las doce uvas en España es la Puerta del Sol de Madrid, donde se encuentra el conocido reloj de la Casa de Correos y desde donde emiten casi todas las televisiones la retransmisión de las campanadas.
El 2 de enero de 1894, El Siglo Futuro incluye un artículo del día anterior de El Imparcial titulado "Las uvas bienhechoras", en el que se habla de la costumbre "importada de Francia, pero ha adquirido entre nosotros carta de naturaleza". 1 El mismo día, en El Correo Militar se podía leer: "La imperecedera costumbre de comer las uvas al oír sonar la primera campanada de las doce, tenía reunidas en fraternal coloquio á infinidad de familias, y todos á coro gritaron: ¡Un año más!". 2
En la Nochevieja de 1895 aparece una referencia escrita sobre las doce uvas, en esta fecha fue el Presidente del Consejo de Ministros quien despidió el año 1895 con uvas y champán. 3
La tradición de comer las uvas tiene un precedente: un bando municipal del alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, de diciembre de 1882, por el que se imponía una cuota de 1 duro (cinco pesetas) a todos los que quisieran salir a recibir a los Reyes Magos. Esta tradición servía para ridiculizar a algunos forasteros que llegaban esos días y a quienes se les hacía creer que había que ir a buscar a los Reyes Magos la madrugada del 5 de enero; se utilizaba, además, para beber y hacer cuanto ruido se quisiera. Con este bando José Abascal privó a los madrileños de la posibilidad de disfrutar de un día de fiesta en donde se permitiese casi todo. Esto, junto a la costumbre de las familias acomodadas de tomar uvas y champán en la cena de Nochevieja, provocó que un grupo de madrileños decidieran ironizar la costumbre burguesa, acudiendo a la Puerta del Sol a tomar las uvas al son de las campanadas. Estos son los antecedentes que dieron lugar a esta costumbre.4
La prensa madrileña ya comentaba en enero de 1897.5 La tradición marca tomar las doce uvas a los pies del reloj de la Puerta del Sol, pero esta tradición provocó tanto interés que ya en 1903 las uvas también se comían en Tenerife6 y poco a poco se fue ampliando al resto de España.
La prensa de 19077 se queja de que esta tradición, supuestamente importada por los aristócratas de Francia o Alemania,8 se haya arraigado tanto en la sociedad y la clase más baja la haya adoptado cuando en sus primeros años se burlaba de esto.9
Esta tradición ya se conoce en toda España en 1903,10 aunque no será hasta años después que se extienda a todo el territorio nacional.11
La tradición, aunque documentada desde diciembre de 1897, algunos la retraen a 1880,12 pero sentando en diciembre de 1896.
Otra teoría, es que en 1909, los agricultores de Alicante, encontrándose en ese año con excedente de uva y con objeto de sacar al mercado la producción, lograron popularizar la costumbre y darle el impulso definitivo que, desde entonces, acabaría por convertirla en consolidada tradición.
Uvas[editar]
En España se utilizan uvas frescas, siendo la uva del Vinalopó (comarca de la provincia de Alicante) la variedad más consumida.[cita requerida] En otros países, como en algunos de Latinoamérica, se comen doce uvas pasas. Aunque el porqué de ser doce no se tiene claro si es por los «doce meses», una uva por cada mes, o si es por las "doce campanadas", una uva por cada toque de campana. Realmente, se podrían compaginar las dos motivaciones.
Según la tradición, se cree que el que se coma las doce uvas al compás de las campanadas tendrá un año próspero. Ciertas casas comerciales vieron en esta tradición una buena oportunidad de negocio y, a principios de los años 2000, comenzaron a comercializar botes individuales con doce uvas, peladas y sin pepitas.
Las campanadas en televisión[editar]
La retransmisión de las doce campanadas comenzó en Televisión Española en el año 1962, anteriormente se seguía únicamente por radio.13 Durante muchos años, sobre todo cuando sólo existían las dos cadenas de televisión pública, se televisaban desde la Puerta del Sol de Madrid, salvo las de 1973, retransmitidas desde Barcelona.
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