martes, 22 de mayo de 2018

FIESTAS DE ESPAÑA

EN LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE MADRID

Las Fiestas de la Paloma o Verbena de la Paloma es una celebración veraniega localizada en su origen en el antiguo barrio de Calatrava, en las inmediaciones de la calle de Toledo y la plaza de la Cebada, administrativamente barrio de La Latina del distrito centro en Madrid. Se celebran en honor a la virgen de la Paloma,1​ en torno al 15 de agosto(la virgen de agosto), cerrando la trilogía de verbenas madrileñas tradicionales de ese mes.2
La vertiente religiosa de las fiestas queda representada por la procesión que sale de Iglesia de la Paloma, junto a la Puerta de Toledo, después de que un representante del cuerpo de bomberos de la ciudad haya tenido el honor de bajar el cuadro de su retablo.3​ La popularidad de esta verbena en el último cuarto del siglo XIX, dio lugar a una zarzuelaLa verbena de la Paloma de Ricardo de la Vega y el maestro Tomás Bretón,4​ que luego sería llevada al cine en repetidas ocasiones a lo largo del siglo XX.

El cuadro de la virgen de la Paloma, en procesión por la calle Isabel Tintero
La adoración por una imagen de la virgen (inicialmente denominada Virgen de la Soledad por la expresión de su rostro) representada en un cuadro en marco de madera y de autor anónimo, tuvo su origen legendario cuando, en 1787, unas monjas de Santa Juana lo descubrieron en un corralón.5​ Sí ha quedado documentación6​ de la solicitud al ayuntamiento por Isabel Tintero, una vecina del barrio que vivía en la calle de la Paloma, para exponer la imagen en el portal de su casa durante algún tiempo. La popularidad del icono fue creciendo y atrayendo a vecinos y paseantes del barrio. Al parecer, esa popularidad hizo que se le mudara el nombre a la imagen que pasó de Virgen de la Soledad a Virgen de la Paloma (por la calle en la que se exhibía). El posterior traslado de la imagen a la iglesia de la Paloma (cuyo nombre eclesiástico oficial es, desde 1891, iglesia de San Pedro el Real). Y ese traslado de la imagen marcó el inicio de las procesiones, celebradas como otras muchas fiestas de la Asunción de Nuestra Señora, el 15 de agosto.7
Queda noticia de que hacia 1797, y por tanto antes del traslado, los vecinos del barrio de la Fuentecillacelebraban el fenómeno de la asunción con un canto de la Salve en la víspera del día 15 de agosto, con misa solemne al día siguiente.8

Características de la celebración[editar]

La celebración es una oportunidad para vestirse de chulapos (ellos) y manolas(ellas).
La celebración desde finales del siglo XX se encadenan y solapan con las de Cayetano (7 de agosto) y las de San Lorenzo (10 de agosto). De esta forma los programas comienzan anunciándose conjuntamente en pregón oficial desde la Plaza de Cascorro. Las corralas de la calle de la Paloma se decoran con luces y guirnaldas, y en casi todas ellas se celebran concursos de mantones de Manila, decoración de balcones, bailes (generalmente chotis), degustaciones de productos típicos de Madrid. Son tradicionales las reuniones y verbenas de la plaza de la Paja, la plaza de la CebadaPuerta de Moros y, prolongándose por la carrera de San Francisco, las del antiguo campillo de San Francisco y el vecino campillo de las Vistillas, extendiéndose por el conjunto de jardines de Las Vistillas.
Por la mañana se ofrece una ofrenda floral a la virgen, que se realiza justo en la fachada de la iglesia. La fiesta cierra el propio día 15 de agosto con una procesión que tiene su punto de partida en la Iglesia de la Paloma y recorre el eje de la calle de Toledo hasta la plaza de la Cebada. Generalmente suele regresar por calles cercanas a la plaza de la Paja. El recorrido suele mostrar balcones engalanados con mantones, imágenes de la virgen en diferentes fachadas. Algunos de los asistentes suelen vestirse con trajes de diferentes épocas, imitando en ocasiones la indumentaria tradicional de manoloschisperos y goyescos.

En las artes[editar]

Muy populares desde el siglo XIX, las fiestas de la Paloma han generado un abultado legado cultural en materia de zarzuela y cine. El origen de esos homenajes fue la zarzuela en un acto titulada precisamente La verbena de la Paloma, con libreto de Ricardo de la Vega y música compuesta por Tomás Bretón, que se estrenó el 17 de febrero de 1894 en el Teatro Apolo de Madrid.9​ Lleva el subtítulo de El boticario y las chulapas y celos mal reprimidos. El mismo tema fue desarrollado luego en varias producciones del cine español:

Homenajes municipales[editar]

En los barrios del cinturón madrileño se le ha dedicado el nombre a algunas calles y avenidas, como la Avenida de la Verbena de la Paloma en el barrio de los Ángeles en Villaverde. Asímismo, los bomberos de Madrid (uno de cuyos parques se encontraba en la Puerta de Toledo, muy cerca de la iglesia de la Paloma), tienen a esta virgen como su Patrona.







La romería de San Eugenio (denominada también como romería de la Bellota) es una celebración festiva en Madrid cada 15 de noviembre.1​ El centro es la ermita de El Cristo de El Pardo (ubicado en las cercanías del actual convento del Cristo). La tradición romera nace de el día que se dio permiso real para recolectar bellotas de las numerosas encinasexistentes en los alrededores del Real Sitio del Pardo. Esta costumbre dio lugar a la romería, que tiene sus orígenes a mediados del siglo XVII. Es la última romería madrileña campestre del año (la primera es la de San Blas).

A comienzos del siglo XVII los alrededores de El Pardo eran un terreno vedado al que sólo podía acceder la Corte. Según narra la leyenda popular el rey Felipe IV cuando paseaba por los terrenos se encontró con una persona que recogía bellotas del suelo. Al interrogarle por el motivo de tal actitud, él le dijo que era para su substento. Algo que impresionó al monarca, permitiendo que el día 15 de noviembre todo el que quisiera pudiera recoger las bellotas de las encinas del Pardo. Surgió así la romería de las bellotas del día de San Eugenio. El punto de congregación suele ser el convento del Cristo, lugar donde reside la talla del cristo yacente de El Pardo.
Bellotas de encina carrasquera.
La romería no se pudo celebrar durante la guerra civil al ser parte del frente de combate. Y posteriormente en el año 1940 al convertir el palacio de El Pardo en la residencia del jefe del Estado, la romería perdió interés. A finales del siglo XX se vuelve a celebrar, haciendo pregón de fiestas en el distrito de Fuencarral-El Pardo. La celebración es móvil en el calendario, y suele ocurrir entre el día 15 y el 30 de noviembre.

La romería en la cultura[editar]

La romería tenía un intenso sabor popular que quedó reflejado en jotasdiversas. Dichos populares relativos a la cercanía del invierno:
Abrígate, mi niña, “pa” San Eugenio, que El Pardo y la bellota traen invierno
La zarzuela en tres actos en verso, con libreto de Luis Mariano de Larra, titulada El barberillo de Lavapiés tiene el origen de su historia en la celebración de esta romería. En 1874 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.2​ En el terreno del cine la película española titulada La maja del capote (1944) de Fernando Delgado ambienta sus comienzos igualmente en la romería. El pintor español Inocencio Medina Vera (1876-1918) retrata el ambiente festivo en un cuadro titulado La romería de San Eugenio.
Originalmente, el pasodoble El Relicario compuesto en 1914 por José Padilla, siendo sus letristas Armando Oliveros y José María Castellví, comienza:
Un día de San Eugenio yendo hacia El Pardo le conocí
Con el tiempo, probablemente por la pérdida de vigencia de la festividad, muchos intérpretes han cambiado “Pardo” por “prado”.

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La Fiesta de Santiago el Verde (también conocida como día del Sotillo) fue una romería celebrada en Madrid el día uno de mayo, en el entorno de la ermita de San Felipe y Santiago (conocida popularmente como ermita de Santiago el Verde), junto al río Manzanares. Muy popular en los siglos xvi y xvii, fue glosada por dramaturgos del Siglo de Oro Español como Lope de VegaZorrilla y Calderón de la Barca.12​ Coincidía con la celebración de las Mayas, en barrios como el de Lavapiés,3​ y a partir de 1896 con el día Internacional de los Trabajadores. La romería fue decayendo a lo largo del xviii, hasta desaparecer.

Se ha situado el posible origen de esta romería en las celebraciones paganas del comienzo de la primavera y el inicio del ciclo agrícola, y dentro del conjunto de festejos conocidos como los Mayos.3​ Lo cierto es que ya en el siglo xvi se recoge la tradición primaveral, entre los vecinos de la Villa de Madrid y los pueblos vecinos, de "bajar al Sotillo" en una romería que, pasando por el ventorrillo del Sol,5​ en la Huerta del Bayo,6​ llegaba hasta los sotos y alamedas del río Manzanares. A diferencia de otros festejos similares, participaban en ella todas las clases sociales, «desde el rey al último villano»;7​ con un considerable tráfico de carrozassillas de manos, diversas caballerías (mulas y pollinos), y una inmensa mayoría de «romeros de a pie».8​ Explica el historiador Deleito, siguiendo el relato de cronistas y dramaturgos de la época (siglo xvii), que con el pretexto de visitar las ruinas de la ermita,a9​ la inicial devoción se convertía en «bulla, jolgorio, comilonas, galanteo, exhibición» y esa necesidad cosmopolita y metropolitana de «verse unos a otros», en palabras de Zabaleta y luego de Lope de Vega:b
ya llega Santiago el Verde,
estación que hace Madrid
a un Soto, no más que a verse
todos juntos, como dicen
que verse en el valle tienen
de Josafat...
Tanto Deleito como el cronista de Répide localizan la desaparecida ermita consagrada a los santos Felipe y Santiago en el paraje conocido como ‘Sotillo de Santiago el Verde’,10​ entre la Puerta de Toledo y el portillo de Embajadores.c11​ Juan de Zabaleta, cronista del Felipe IV, en su relato costumbrista Día de fiesta (ca. 1660), describe con inusitado espíritu crítico ‘El Sotillo’, diciendo que hay en él «unos árboles, ni anchos, ni galanes, ni grandes», y que «humedece este soto, dividido en listas, Manzanares, poco más que si se señalaran la tierra con el dedo mojado en saliva».d10
También acudían los reyes, en especial Felipe IV,e​ amante del teatro y los festejos, y que en esa época del año vivía en Aranjuez.12
En 1861, el escritor costumbrista Mesonero Romanos la cita como una fiesta del pasado.13

El relato de Brunel[editar]

Citando las descripciones costumbristas de Zabaleta y añadiendo las suyas propias, Antonio de Brunel, en su Voyage d'Espagne (1654) dedica unas páginas a la fiesta de Santiago el Verde, en las que –en opinión de Deleito– destaca el protagonismo del «elemento femenino» en la celebración. 14​ Escribe Brunel: «La galantería de esta fiesta consiste, principalmente, en la afluencia de mujeres que se preparan para mostrarse allí deslumbradoras; para eso, llevan sus más hermosos vestidos, y no olvidan ni el bermellón ni el albayalde, en los que buscan todos sus atractivos. Se las ven en diversas posturas en las carrozas de sus enamorados. Unas no se muestran allí sino a medias, y aparecen o medio tapadas o con las cortinas bajas; (...) Las que no tienen galanes que puedan o quieran darles carroza, se mantienen en dirección de la romería, y bordean las calles o caminos que a ella conducen. No se debe hablar a las que llevan hombres consigo; a las demás se las puede decir cuanto se quiera de dulce, atrevido y libre, sin que se ofendan. Es aquí parte de su libertad o libertinaje el pedir indiferentemente a quienes las acomoda, que las paguen limoncillos, barquillos, pastillas y otras golosinas...»

En la literatura[editar]

Además de las ya citadas obras que le dedicaron a la fiesta Lope, Calderón o Rojas, y de las descripciones del cronista Quintana o el costumbrista Juan de Zabaleta, José Deleito reúne menciones de Quiñones de BenaventeFrancisco de Quevedo y su oponente Luis de Góngora, que advertía en una letrilla:15
No vayas, Gil, al Sotillo,
que yo sé
quién novio al Sotillo fue
y volvió hecho novillo.

En la prensa[editar]

También recoge Deleito algunos curiosas noticias publicadas en los diarios de avisos que describen episodios de la romería,16​ como el que informa que «El día de Santiago el Verde se atascó en el río un coche de damas, sin que pudieran sacar dos mulas.17​»; o este otro que relata un suceso: «El día de Santiago el Verde (1631), mataron unos mozos al Marqués del Valle, de edad de veintiséis años, sin darle lugar las heridas a que se confesase.18​»

En el cancionero popular[editar]

¡Qué bien bailan las serranas,
día de Santiago el Verde,
en el Val de Manzanares
cuando el sol claro amanece!
Dejan el Sotillo todas,
llevando sobre las frentes
guirnaldas entretejidas
de rosas y claveles.

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