domingo, 13 de mayo de 2018

Instrumentos musicales por países - España

en andalucía

La caña rociera es un instrumento tradicional de Andalucía.1​ Su nombre viene de que su uso es muy común en la romería de El Rocío.

Se hace a partir de una caña que se abre para que funcione como un idiófono de concusión.2

Uso[editar]

Caña con cascabeles.
Suele usarse como instrumento secundario de acompañamiento, también en el flamenco, para grupos; a veces puede llevar cascabeles.












Caña-DSC01556.JPG








La flauta de tres agujeros, tan extendida en la península ibérica y en la cultura europea occidental, ha ido adquiriendo en la provincia de Huelva sus propios rasgos, sus singulares características que la hacen diferente de otras flautas y gaitas localizadas en otras comarcas y regiones. Por ello bien podríamos denominarla gaita de Huelva, sobre todo para diferenciarla de estas otras con parecidas denominaciones pero diferentes en afinación, dimensiones, repertorio, modo de ejecución y contexto de interpretación.

En la provincia de Huelva la flauta de tres agujeros localizada en esta zona de Andalucía recibe indiferentemente las denominaciones de flauta y gaita.
Cuando su uso se relaciona con la romería de El Rocío, se la suele denominar flauta rociera o gaita rociera.1​ Por otro lado, a aquellas de estas gaitas o flautas en las que era posible conseguir sonidos más agudos que en principio no eran los habituales, se las ha llamado pito o pito rociero. Sin embargo, gracias al actual modo de construcción de estos instrumentos, el registro se ha ampliado en prácticamente todas estas flautas y gaitas de Huelva, facilitando el acceso a esos sonidos agudos a los que antes no se llegaba y que parecían exclusivos de esas gaitas denominadas «pitos».
Al músico de flauta o gaita en Huelva, como en otras zonas y en otras épocas, se le denomina tamborilero y, en ocasiones, tamboril. Con este término se alude, por tanto, también al músico y no solo al instrumento, el tambor o tamboril en el que el tamborilero percute el ritmo que acompaña a la melodía que interpreta con la flauta.

Características[editar]

La gaita de Huelva es una flauta vertical, de un solo cuerpo, de tubo cónico invertido tanto en su aspecto exterior como en su tubo interior, con una embocadura en forma de pico, abierta por una pequeña hendidura en la que se introduce el soplo de aire que choca contra el bisel, habitualmente metálico. Tubo cónico invertido quiere decir que la flauta es más estrecha en su extremo inferior, se va estrechando desde la embocadura hasta la zona inferior, donde se colocan los dedos; no obstante, las flautas o gaitas más antiguas exteriormente tenían un aspecto más cilíndrico que cónico.
El músico consigue con las habituales combinaciones de los tres agujeros abiertos o tapados con los dedos, una escala diatónica pero de sonidos no todos temperados. Los tamborileros de hoy comienzan a utilizar otros recursos con los que conseguir cromatismos gracias a nuevos usos y técnicas más depuradas, a la vez que los constructores de gaitas, siguiendo los sonidos y gustos actuales, construyen gaitas que requieren menos esfuerzo en el soplo, más afinadas y cercanas al sistema temperado.
En el capítulo sobre «Danza y tamboril» del libro Danzas de la provincia de Huelva (Agudo et al., 2010, p.27) se dice sobre este instrumento y su afinación que «nos encontramos en la provincia de Huelva con gaitas cuya afinación es difícil de precisar en el sistema temperado, estando unas en si, otras en si bemol y otras entre ambos sonidos».2
En una de estas gaitas afinadas en si, los cuatro primeros sonidos obtenidos serían sido sostenidore y mi,2​ guardando entre ellos una relación de tono, semitono, tono, lo que venimos señalando con TST,1​ rasgo este que comparte con otras flautas de tres agujeros como la chifla leonesa, el txistu y la txirula, a la vez que la diferencian del patrón STT de las gaitas salmantinas, extremeñas y zamoranas, y del TTT del galoubet provenzal francés.

Contexto de interpretación[editar]

Escribía García Matos sobre la gaita extremeña en la Alta Extremadura que «hubo en tiempo en que no existió en la comarca un pueblo o aldea por pequeño que fuesen que dejaran de tener su tamborilero propio».3
Lo mismo ocurrió en la provincia de Huelva, en todas sus comarcas, desde la Sierra al Condado y la costa, pasando por el Andévalo y la Cuenca Minera. Durante el siglo XX son muchísimos los testimonios escritos que dejaron constancia de ello. Como puede verse en la prensa escrita de la época, en cualquiera de las localidades de la provincia, incluida la propia ciudad de Huelva, fiestas y celebraciones como Cruces de Mayo, romerías, danzas, fiestas patronales, romeritos, etc., contaron con la presencia de la gaita y el tamboril, de la flauta y el tambor.1
En la península ibérica pueden observarse varias grandes zonas en las que aún pervive esta familia de flautas o gaitas, que han sido señaladas en el libro La gaita y el tamboril (Jambrina Leal y Cid Cebrián, 1989, pp.15-17) de este modo:4
  • Foco occidental hispano-luso: «Antiguo Reino de León, comprendiendo zonas de Asturias, León, Zamora, Salamanca, Tras-Os-Montes, continuando por tierras extremeñas en el norte de Cáceres, mitad sur de Badajoz y, ya en la Andalucía occidental, en las tierras de Huelva y el Alentejo portugués».
  • Foco vasco-navarro.
  • Foco alto-aragonés.
  • Foco catalán.
  • Foco balear.
  • Foco canario.
En Andalucía occidental la presencia de la gaita o flauta de tres agujeros no se reduce al contexto de la romería de El Rocío, donde adquiere una gran relevancia y a este mismo instrumento se lo ha denominado asimismo flauta o gaita rociera o pito rociero. La flauta o gaita está, y ha estado, presente en toda la provincia de Huelva y goza de unas características y rasgos singulares que la diferencian del resto de flautas de tres agujeros, como ya se ha mencionado. Quizás la proyección de esta universal romería y su alcance mediático han podido encubrir el conocimiento generalizado de otras expresiones musicales y socioculturales de la cultura onubense y andaluza.
En Huelva, su gaita y tamboril hacen acto de presencia en fiestas y celebraciones tan variadas como Cruces de Mayo, romerías, romeritos, alboradas, dianas, desfiles procesionales y comitivas, danzas rituales (de espadas, lanzas, garrotes, de cascabeleros, etc.), fiestas patronales, etc., y en las más variadas localidades de toda la provincia, así como de las comarcas colindantes tales como el Aljarafe sevillano o el sur de Badajoz, compartiendo con estas instrumentos y tamborileros.

En la provincia de Huelva se usa el término "gaita" para denominar no sólo a la gaita de fuelle característica de otras prácticas musicales de la península, sino principalmente a la flauta de tres agujeros propia de esta zona. Se trata de una flauta "de una mano", es decir, que
el músico la toma con una sola mano mientras que con la otra sujeta el palo, porra o baqueta con la que percute el tamboril o tambor que cuelga, mediante una correa, suspendido del mismo brazo con el que sujeta la flauta. Ésta se sostiene entre los dedos meñique y anular, a modo de pinza, mientras que con los dedos índice, medio y pulgar se tapan o dejan abiertos los tres agujeros de los que consta el instrumento, situados en la parte inferior del mismo: los dos primeros dedos para los de la parte delantera, y el pulgar para el trasero. (García Gallardo y Arredondo Pérez, 2010, p.29)
Sujeción de la Gaita
Tamborilero de El Cerro de Andévalo (Huelva)
Foto tomada por los autores del artículo, 2006 


Las peculiaridades propias de este instrumento de viento madera, así como el modo artesanal de su construcción (aunque su producción tienda hoy en otra dirección) hacen que su afinación no coincida en toda su extensión con la de los sonidos temperados. En Huelva, estas flautas o gaitas suelen estar afinadas en "si", en "si bemol" e incluso en una altura situada en torno a estos sonidos, como ya describimos en nuestro trabajo sobre "Danza y tamboril" (García Gallardo y Arredondo Pérez, 2010, p.29), donde también explicábamos el modo en que se obtenían los sonidos en este instrumento.
Como en el resto de flautas de tres agujeros, con la combinación de éstos, abiertos o tapados, se consiguen cuatro sonidos básicos en el registro grave, poco o nada utilizados: el primer sonido con los tres dedos tapando los tres agujeros, el segundo al levantar el dedo corazón, el tercero al levantar también el índice, y el cuarto sonido levantando además el pulgar. A partir de estos cuatro sonidos fundamentales, si aumenta la presión el soplo del instrumentista, se obtienen otros cuatro a la octava, luego los cuatro siguientes a la quinta de estos, y así siguiendo la serie de los sonidos armónicos sobre cada uno de esos cuatro sonidos iniciales fundamentales. Entre estos cuatro sonidos de cada serie los intervalos que se producen responden a la distancia de tono entre el primero y el segundo, de semitono entre el segundo y el tercero, y de tono entre el tercero y el cuarto, lo que solemos señalar con las abreviaturas "TST". Si nuestra gaita se caracteriza por su afinación en si o sib, este otro rasgo recién comentado lo comparte con unas a la vez que la diferencia de otras flautas de tres agujeros.

Nuestra flauta o gaita, como en tantas otras prácticas musicales tan extendidas por la península ibérica, y en gran parte de la cultura del occidente europeo, forma pareja inseparable con el tambor o tamboril, que en Huelva también goza de sus propias características que lo diferencian y distinguen del resto de tambores acompañantes de estas flautas de tres agujeros. Así lo describimos en nuestro trabajo ya citado:
El tamboril es un tambor de doble membrana que se suspende del mismo brazo con el que se sujeta la flauta; instrumento de grandes dimensiones si lo comparamos con los usados junto a otras flautas (chistu, flabiol, etc.). Posee un cordón o bordón por cada parche, dispuesto diametralmente sobre el mismo de manera que al ser golpeado el tamboril por la porra o palo, el cordón vibra por simpatía, roce o golpe, confiriéndole ese sonido y vibración característicos. Consta de dos aros de tensión que fijan los parches y una cuerda enhebrada en zigzag y dotada de tensores de cuero para regular su presión y la tensión del parche, que le otorgan ese aspecto atractivo a la vista y por el que fácilmente se le reconoce. (García Gallardo y Arredondo Pérez, 2010, p.30).
En la cultura europea medieval, instrumentos similares, predecesores de los nuestros, aparecen en miniaturas de la época y en fuentes documentales escritas. Según Ramón Andrés (1995, p.202), éstos eran tañidos en bailes cortesanos, en paradas militares, en procesiones de carácter religioso, así como en otras fiestas y celebraciones, para devenir este conjunto de flauta y tamboril en la pareja ideal para el acompañamiento de danzas tradicionales.

En la documentación hoy conservada, las referencias al tamboril (denominación que alude al tamborilero, al conjunto de ambos instrumentos, gaita y tamboril, denominación que por tanto no se refiere sólo al tambor) "son continuas desde la Edad Moderna y podemos encontrarlas en las más diversas localidades de la Península Ibérica" (García Gallardo y Arredondo Pérez, 2012, pp.3-4). Entre las que manejamos de Huelva podemos citar por ejemplo, la participación del tamboril en las procesiones del Corpus celebradas en la Huelva de la década de 1680 (información aportada por el historiador M. J. de Lara, 1995). Asimismo, en otras localidades como Puebla de Guzmán, encontramos la figura del tamborilero, y referencias a danza y tamboril, también en las fiestas del Corpus en 1684, en 1761 y en 1785 (datos obtenidas de Núñez Roldán, 1985).

Durante el pasado siglo XX, según lo recogido en la prensa local (y según nos cuenta la misma gente de Huelva), se utilizaban indiferentemente las denominaciones de gaita y flauta, apareciendo en contadas ocasiones el término "gaita rociera". Se hacía referencia con flauta o gaita a este instrumento en toda la provincia, incluso en el propio entorno de la Romería del Rocío.









La gaita gastoreña es un instrumento de viento o aerófono de lengüeta simple, propio del municipio de El Gastor, en la provincia de Cádiz(Andalucía). Consta de una lengüeta simple, un tubo sonoro de madera agujereado en su parte superior e inferior y un pabellón de resonancia constituido por un cuerno. En España sólo existen gaitas parecidas a la gastoreña en Madrid y en el País Vasco. Esta última recibe el nombre de alboka.
De forma tradicional, la gaita gastoreña se tocaba a partir de noviembre. Los más jóvenes hacían sus gaitas alrededor de las hogueras para amenizar las noches de los últimos meses del año. Al terminar las fiestas de Navidad, las gaitas se dejaban de oír hasta el año siguiente, en el que se volvían a fabricar. Actualmente, la gaita gastoreña se toca en las fiestas del Corpus Christi y en Navidad. Durante la festividad del Corpus se celebra en El Gastor un certamen de gaita gastoreña al que asisten habitantes tanto de la localidad como de otros lugares.

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