martes, 15 de mayo de 2018

Instrumentos musicales por países - Argentina


El chinescocevgen o cresciente turco es un idiófono de golpe indirecto que suena al sacudir una cantidad variable de pequeños objetos metálicos que penden libremente de un marco. Específicamente consiste en un armazón de paraguas o sombrilla al que se le atan campanillascascabeles o cualquier objeto metálico. El ejecutante lo hace sonar sacudiendo el armazón hacia arriba y abajo o al hacerlo girar. A modo de adorno se puede engalanar con cintas de colores. Según la clasificación decimal de los instrumentos musicales de Hornbostel y Sanchs (Vega 1989), le corresponde el número 112.121.

El origen del chinesco proviene de las bandas militares otomanas que se introducían a territorio europeo, conocidas como bandas de música jenízara. Los instrumentos de los que consta la banda otomana son: cevgen (sonajero metálico), kös (tambor grande), davul (tambor cilíndrico), zil (címbalo, usado en par), nakkare (timbal pequeño, usado en par), zurna (oboe antiguo) y boru (trompeta natural).
Es probable que la acepción “chinesco” entre los afroporteños no fuera sui géneris sino una adjetivación usual en el Buenos Aires decimonónico para objetos de factura o carácter exótico, que se remonta a la difusión del chinoiserie o estilo chinesco, originado en la Europa del siglo XVII y que para finales del XIX estaba en franca decadencia. Esto se podría fundamentar en una nota del periódico afroporteño La Broma (16-jun-1881) en la cual, al describir las donaciones de objetos efectuadas para una rifa, se mencionan "un tintero chinesco" y "una relojera chinesca". Según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española(2001: 647) el chinesco es una adjetivación para referenciar cosas propias o características de la China y un “instrumento músico, propio de bandas militares, compuesto de una armadura metálica, de la que penden campanillas y cascabeles, y todo enastado en un mango de madera para hacerlo sonar sacudiéndolo a compás”.1​ Por lo expuesto, se considera la idea de que el chinesco afroporteño pudo haber surgido como una imitación de éste, realizado con los materiales disponibles.

Referencias en periódicos afroargentinos del siglo XIX[editar]

Su mención en la prensa afroporteña de la segunda mitad del siglo XIX es abundante y siempre está vinculado a las comparsas carnavalescas. Veamos cuatro ejemplos:
  1. “Hilario Ferreira llevará el chinesco de la ‘Estrella del Sud’” (La Broma, año I, época [II], Nº 23 (2-mar-1878 [p. 3]).
  2. “Maximo Leyva, felicita á la señorita Ramona Nuñez, por lo ‘constante’ que es con el hombre que toca el chinesco de la ‘Estrella del Sud’” (La Broma, año I, época [III], Nº 17 (15-nov-1878 [p. 4]).
  3. La solicitada Y tú te portas mejor, publicada por “Un autonomista”, en La Broma (año I, época V, Nº 5 (10-ago-1879 [p. 3]) y dirigido a su Director, comienza: “He visto en el anterior número, del periódico que usted dirige y de su propiedad, según tengo entendido: que un encaretado por la imparcialidad (sic) festeja con chinesco y platillos, la ligereza con que procedió uno de nuestros correligionarios, en la manifestación de simpatía que se le hizo al General Dn. Julio Ataliva Roca, el día de su proclamación a la futura presidencia de la República” (Cirio 2009: 166).
  4. “Los miembros de la ‘Estrella del Sud’, son muchachos que se les podia muy bien llamar ‘viejos prácticos’, por no decir ‘zorros’; todos marcha á una voz, como una tabla. […] Pero nosotros los conocemos por que son nuestros antiguos amigos, y estamos ciertos que aunque cuenten solo con quince días de ensayo, será lo suficiente para que los veamos pasear por nuestras calles con su banda, bombo y chinesco” (La Broma, año I, época VI, Nº 3 (6-ene-1881 [p. 3]).

Actualidad del chinesco[editar]

Iconográficamente sólo se conocen dos fotos del fabricado para el espectáculo Cabalgata del candombe (evocaciones negras del Río de la Plata), realizado en la peña folclórica El Pial (Buenos Aires, ca.1965).
No hay noticias de que el chinesco haya sobrevivido al siglo XIX. Aunque los afroporteños entrevistados lo recuerdan, al requerir su descripción suelen dar la de la masacalla (ver infra). Sobre la base de una investigación de Norberto Pablo Cirio, recientemente fabricaron uno para la Comparsa Negros Argentinos, el cual aparece en una escena callejera de carnaval protagonizada en la película Felicitas (Teresa Constantini, 2009).









Erke (también erque, coroneta o quepa) es un instrumento de vientode diferentes formas y tamaños típico en celebraciones públicas en el norte de Argentina (provincias de JujuySalta y Tucumán), zona norte de Chile, sur de Bolivia, los andes del Perú (Catamarca, Huancavelica, Abancay) y Ecuador.

Está formado por 5 o más tramos largos de caña unidos en sus extremos y formando un solo tubo. Al tubo formado por las cañas se le eliminan los nudos interiores y exteriormente puede aparecer forrado con tripa o lana. En el extremo superior posee un pabellón de cuerno vacuno o de latón. Los sonidos se obtienen mediante el soplo, las notas se gradúan tapando o destapando la parte ancha con la mano.
El extremo inferior posee una embocadura por donde se sopla. Este instrumento puede alcanzar una longitud de tres a siete metros; la "caña" tarijeña suele medir 4 metros. El erke típico carece de lengüeta en su embocadura, cumpliendo la función de ésta la misma lengua del ejecutante introducida dentro de un orificio lateral de la caña.

Historia[editar]

Aunque en la segunda mitad del siglo XX conjuntos musicales de proyección folclórica andina ejecutan el Erke para sus recitales, entre los aborígenes y criollos del área andina el erke es ejecutado sólo ritualmente (por ejemplo, en ocasión de los misachicos).
Tradicionalmente sólo son varones adultos los que ejecutan el erke, considerándose en poblaciones aborígenes una profanación acarreadora de infortunio el hacerlos sonar fuera de los rituales. La desgracia más leve que se cree acarrea la violación de las normas es que se produzcan heladas en pleno verano. Este instrumento es acompañado con la quena, o en los valles bolivianos con la tambora.

Instrumentos similares[editar]

Entre los mapuches y zonas de influencia mapuche existe un instrumento muy similar llamado trutruca. Otro instrumento con un funcionamiento similar, aunque de aspecto bastante diferente, es el didgeridoo, empleado por los aborígenes australianos.
También en la zona norte andina de Perú, en Cajamarca, existe el Clarín Cajamarquino, que es una trompeta traversera de las mismas grandes dimensiones de 3 a 4 metros. Para tocarla, el músico sopla de la misma manera en que se toca una trompeta, sosteniendo la caña en alto de manera transversal a su propio cuerpo. En el clarín de Cajamarca se distingue, en el extremo distal, el más lejano del músico, una especie de bocina, que puede ser de calabaza, coco o de hojalata; el cuerpo del clarín es de caña, cortada en determinada época del año para que dure más y no se raje. La dimensión de la caña permite sonidos más agudos o más graves distinguiéndose estilos según la zona: en Porcón, el sonido agudo (3,50 m. de largo); en Chetilla, de sonido "lúgubre y sentimental" (4 m. de largo); y en Pampa Cajamarca, de sonido menos agudo que el de Porcón.
En los Alpes existe un instrumento bastante parecido (quizás debido a que fue originado independientemente -es decir por poligenismo- por los mismos motivos que el erke y la trutruca) en aspecto al erke o caña o trutruca: es la trompa de los Alpes o alpenhorn (cuerno alpino) usado en esa región montañosa europea para transmitir mensajes entre los valles.

Erke
Erke - Noroeste Argentino.jpg










El erkencho, también llamado erkecito, es un clarinete idioglótico derivado del Pututu, compuesto por una boquilla de diez a trece centímetros de largo que posee una lengüeta batiente (la lengüeta es parte de la boquilla) y un cuerno vacuno o caprino que cumple la función de amplificar el sonido, muy similar al Shofar.
Algunos autores lo consideran como dos o una variante de menor tamaño del erke. Este instrumento está difundido en el Norte argentino. El erkencho es, acústicamente, un clarinete tritónico. Su sonido se debe a la vibración de una lengüeta, que a su vez es el resultado de un corte realizado en el cuerpo mismo de la caña llamada también pajuela (fig. 12 del capítulo aerófonos).
Esta lengüeta se comporta igual que las de los clarinetes - lengüetas llamadas genéricamente cañas, porque se construyen con este material y que actúan cuando el aire es forzado a pasar hada el interior del instrumento propiamente dicho: tubos o cuernos. Se debe adquirir cierta práctica para medir la intensidad con que los labios deben ejercer presión sobre la lengüeta. Una presión desmedida bloquea tanto el pasaje del aire como la posibilidad de vibración de la lengüeta. Por el contrario si se la deja totalmente floja, el aire pasa sin producir vibración alguna. En algunas pajuelas, una vez realizado el corte, la lengüeta queda muy pegada al tubo. En estos casos se usa el recurso de atravesar un delgadísimo filamento, extraído de la misma caña, que a manera de cuña separa levemente la lengüeta, con lo que facilita su capacidad de vibración. Las alturas de los sonidos estarán condicionadas únicamente al tamaño de la caña, mientras que las dimensiones del cuerno ejercerán una influencia sobre la potencia del sonido, ya que actúa como caja de resonancia. Los sonidos se pueden modificar de dos maneras distintas o bien con el recurso de emplear simultáneamente estos dos procedimientos:
Aumentando la potencia de la columna de aire y presionando a la vez los labios con una mayor intensidad, en cuyo caso suena más agudo por aumento del número de vibraciones. A la inversa, aflojando la presión de los labios y el caudal del aire, el sonido desciende a los grados más graves del acorde. Introduciendo la caña en la boca, la lengüeta se alarga dentro de la cavidad bucal y el sonido es más grave. Por el contrario, al sacar hacia afuera la caña con lo que la lengüeta se acorta el sonido se hace más agudo.
Aunque las notas del acorde perfecto mayor se perciben claramente en toda ejecución realizada en erkencho las melodías logradas tienen tendencia a deslizarse en forma de glisandos como si una nota, antes de resolver en otra, pasará por todos los tonos, semitonos, cuartos de tonos y comás posibles, recordándonos el purísimo y tradicional estilo de los bagualeros y las bagualeras norteñas, cuando cantan sus coplas con esa carga de emoción inimitable, profusamente adornado con portamentos o arrastres; vibratos y mordentes que los copleros denominan con el término "kenko".

Erkencho

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