Juan de Beverley (Harpham, siglo VII - Beverley, 7 de mayo de 721) fue un monje benedictino de la Abadía de Whitby, obispo de Hexham y arzobispo metropolitano de York, fundador del monasterio de Beverley1 y venerado como santo en la Iglesia católica y en la comunión anglicana.
Juan de Beverley | ||
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Estatua de san Juan de Beverley en la iglesia Beverley Minster. | ||
Nacimiento | siglo VII Harpham | |
Fallecimiento | 7 de mayo de 721 Beverley | |
Venerado en | Iglesia Católica, comunión anglicana | |
Canonización | 1037, por el papa Benedicto IX. | |
Festividad | 7 de mayo y 25 de octubre |
Estudió en Canterbury junto a san Adrián antes de convertirse en monje en la abadía de Whitby. Nombrado obispo de Hexhamen 687, fue nombrado arzobispo de York en 705, según san Beda el Venerable, sustituyendo a Bosa de York. Es recordado por ser uno de los primeros interesados en la educación de las personas con sordera, ya que, según el mismo Beda, instruyó y curó milagrosamente a un niño sordo.2
Fundó la abadía de Beverley y se retiró en 717, dejando como sucesor a Wilfrid II. Murió seis años más tarde y fue enterrado en la iglesia Beverley Minster.
Culto[editar]
Fue canonizado en 1037, por el papa Benedicto IX. En la Iglesia Católica se celebra su memoria litúrgica el 7 de mayo (dies natalis) y el 25 de octubre (traslación de las reliquias). En 1415, el rey Enrique V de Inglaterra atribuyó su victoria en Agincourt a Juan de Beverley, ya que la batalla homónima tuvo lugar el 25 de octubre.
San Juan de Beverley, monje y obispo
fecha: 7 de mayo
n.: 650 - †: 721 - país: Reino Unido (UK)
otras formas del nombre: Juan de York
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: 650 - †: 721 - país: Reino Unido (UK)
otras formas del nombre: Juan de York
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Beverley, en Northumbría, san Juan, obispo primero de Hexham y después de York, que asoció el trabajo pastoral con la oración en soledad, y después de haber renunciado a su cargo, pasó los últimos años de su vida en el cenobio que él mismo había fundado en aquel lugar.
refieren a este santo: San Beda el Venerable
Pocos santos han sido tan populares en Inglaterra como san Juan de Beverley, cuyo santuario fue uno de los principales sitios de peregrinación hasta la época de la Reforma. El sabio Alcuino le profesaba gran devoción y celebró sus milagros en verso. Athelstan atribuía a san Juan su victoria sobre los escoceses y Enrique IV su triunfo sobre los franceses, en Agincourt. San Juan nació en el pueblecito de Harpham, en Yorkshire. De joven fue a estudiar a Kent, en la famosa escuela de San Teodoro, donde se distinguió entre sus condiscípulos, en la época del santo abad Adrián. Más tarde volvió a Yorkshire y entró en la abadía de Whitby. La abadesa Hilda era entonces superiora de los dos conventos. Por sus excepcionales cualidades, Juan fue elegido obispo de Hexham, después de la muerte de san Eata. El tiempo que le dejaban libre sus ocupaciones pastorales, lo consagraba a la contemplación. Para ello, se retiraba en determinados períodos del año a una celda contigua a la iglesia de San Miguel, del otro lado del Tyne, en las cercanías de Hexham. Con frecuencia le acompañaba algún pobre, a quien el santo servía humildemente. En una ocasión, llevó consigo a un joven mudo que sufría de una repugnante enfermedad de la piel. El santo obispo le enseñó a decir «Géa» -la forma anglosajona del «Yes» inglés-. Poco a poco, a partir de ese momento, fue enseñándole a pronunciar todas las sílabas y las palabras enteras. Gradualmente, el joven logró expresarse mejor y se vio también libre de la enfermedad de la piel.
A raíz de la muerte de Bosa, San Juan fue nombrado obispo de York. El Venerable Beda, a quien el santo había conferido las órdenes cuando era obispo de Hexham, habla de él con cierto detenimiento en su «Historia Ecclesiástica»: da testimonio de su santidad y narra algunos milagros que habían presenciado testigos tan autorizados como los abades de Beverley y de Tynemouth. Después de su translado a York, san Juan conservó la costumbre de retirarse, periódicamente, a la soledad de la abadía que él había construido en el bosque de Beverley. El año 717, consumido por la edad y la fatiga, el santo renunció a su sede en favor de su capellán, Wilfrido el Joven y se retiró a Beverley, donde pasó los cuatro últimos años de su vida en la práctica de la disciplina monacal. Murió el 7 de mayo del año 721. La diócesis de Hexham celebra su fiesta el día de hoy, en tanto que otras diócesis del norte la celebran el 25 de octubre. Las reliquias de san Juan de Beverley fueron trasladadas en 1037.
AGUSTÍN ROSCELLI
(1818 - 1902)
En Agustín Roscelli, la Iglesia nos señala un ejemplo de sacerdote y de Fundador santo.
Como sacerdote encarnó la figura del "pastor", del educador en la fe, del ministro de la Palabra, del guía espiritual.
Siempre dispuesto a donarse en la obediencia, en la humildad, en el silencio y en el sacrificio, buscó sólo la voluntad de Aquél que lo había llamado y enviado.
En el desarrollo de su ministerio sacerdotal siguió el ejemplo de Cristo, armonizando la vida interior con la intensa acción pastoral y su obra fue fecunda porque estuvo alimentada por la continua oración y por un gran amor hacia la Eucaristía.
Supo leer las situaciones de su tiempo e intervenir concretamente en favor de los más indefensos, y en particular se empeñó para salvar a la juventud, de las insidias y de los peligros morales.
Se dejó conducir por el Espíritu hasta fundar, casi sin saberlo, una Familia religiosa.
Nació en Bargone de Casarza Ligure (Génova, Italia), el 17 de julio de 1818 de Domingo y María Gianelli; fue bautizado el mismo día porque se temía por su vida.
Su familia, pobre de medios materiales, fue siempre para él, un ejemplo de fe y de virtudes cristianas.
Inteligente, sensible, más bien reservado, Agustín muy pronto se mostró útil a la familia en el cuidado del rebaño paterno.
Sus padres lo confiaron al Párroco, el Padre Andrés Garibaldi, quien le impartió los primeros elementos del saber.
Hacia el sacerdocio
En mayo de 1835, con ocasión de una misión animada por el Archipresbítero de Chiavari, Antonio María Gianelli, Agustín se sintió decididamente llamado al sacerdocio y se trasladó a Génova para comenzar los estudios.
Los años de preparación a la Ordenación sacerdotal fueron duros y difíciles, debiendo él mismo afrontar graves desafíos económicos.
Lo sostuvieron la voluntad tenaz, la intensa oración y la ayuda de personas buenas, tales como el canónigo Gianelli quien, nombrado Obispo de Bobbio en el año 1838, le encontró una ubicación como clérigo-sacristán y custodio de la iglesia del Conservatorio de las Hijas de San José en San Rocchino, de la cual Mons. Gianelli era el Director; los jesuitas después, lo vieron como el "diligente prefecto", como lo afirma el mismo Rector en 1845.
El 19 de setiembre de 1846, fue ordenado sacerdote por el Cardenal Plácido María Tadini.
Vice-Párroco - Confesor santo - Educador junto a los Artesanitos
El Padre Agustín fue destinado inmediatamente al populoso barrio de San Martín de Albaro donde, con el espíritu de Cristo Pastor y con la administración de todos los sacramentos, inició su humilde servicio en la obra de santificación, dedicándose con esmero, caridad y con el ejemplo, al crecimiento espiritual del Cuerpo de Cristo.
En el confesionario adquirió un conocimiento concreto de la triste realidad y de los peligros en los que se encontraban tantas jóvenes que, por motivos de trabajo, se trasladaban a la ciudad convirtiéndose en fácil presa para los deshonestos.
Allí, su corazón de padre se angustiaba y se conmovía al pensar que tantas almas sencillas podían perderse, porque se las dejaba solas e indefensas.
En 1858, si bien continuaba a dedicarse asiduamente al ministerio de la Confesión, aceptó colaborar con el Padre Francisco Montebruno en la Obra de los Artesanitos.
Entre los encarcelados y luego al horfanatorio
En 1872 amplió su campo de apostolado. Como ministro de Cristo "tomado entre los hombres y constituido en favor de los hombres", se consagró enteramente a la obra a la que el Señor lo había llamado, sin apartarse de las miserias y de las pobrezas morales de su ciudad, interesándose no sólo de la juventud masculina y femenina, sino incluso de los detenidos en la cárcel de San Andrés, para llevar el consuelo y la misericordia del Señor.
En 1874, Capellán del nuevo Horfanatorio Provincial en la calle "delle Fieschine", se dedicó a los recién nacidos administrándoles el Bautismo por un lapso de 22 años (de los registros resulta que los bautizados fueron 8.484) y, haciendo suyas las palabras de San Agustín "la plenitud de todas nuestras obras es el amor", trabajó intensamente incluso a favor de las madres solteras, las que eran jovencitas sencillas del pueblo que, por la falta de un trabajo digno y retribuido, se convertían en víctimas de los malintencionados.
Las escuelas taller
El Padre Roscelli recibió la propuesta de algunas de sus penitentes, espiritualmente maduras que, condividiendo su deseo de salvar las almas, le ofrecieron su colaboración para ayudar a tantas jóvenes necesitadas de asistencia moral, de una guía segura y de ser capaces de ganar honestamente lo necesario para vivir.
En estas sedes, las jóvenes recibían una instrucción moral y religiosa, junto a una sólida formación humana y cristiana en forma tal que las preparaba para prevenir o para defenderse de los peligros de la ciudad, y al mismo tiempo las capacitaba profesionalmente.
Una nueva Congregación
La tímida idea de dar vida a una Congregación religiosa fue estimulada por Mons. Salvador Magnasco y por las colaboradoras del Padre Roscelli, las maestras de las Casas-Taller, las que estaban convencidas que la Consagración a Cristo y el empeño de santificación en la vida comunitaria, son la fuerza del apostolado.
El Padre Agustín, interpeló incluso al Papa Pío IX y después de haber recibido la respuesta "Deus benedicat te et opera tua bona" (Dios te bendiga a ti y a tu buena obra), se sometió totalmente a la voluntad de Dios y el 15 de octubre de 1876 realizó su sueño, y el 22 del mismo mes, entregó el hábito religioso a sus primeras Hijas a las que llamó Hermanas de la Inmaculada, indicando a las mismas el camino de santidad, señalado particularmente por las virtudes propias de Quien es el modelo de la vida consagrada.
Después de las primeras incertezas, su obra se consolidó y se dilató más allá de los confines de Génova y de Italia.
La existencia del "pobre sacerdote" concluyó el 7 de mayo del año 1902.
El Padre Roscelli fue:
Hombre de Dios: intuyó los designios de Dios sobre sí mismo y se abandonó a El en una total docilidad.
En el humilde Sacerdote la acción divina y la humana, la contemplación y la acción, se integraron en una admirable unidad de vida. Su apostolado siempre ha brotado de la experiencia de Dios, que se abre a la oración, a la testimonianza de fidelidad al ministerio sacerdotal, al anuncio del Evangelio.
Sal de la tierra: contemplativo, pobre, austero, siempre eligió el último puesto, la renuncia. Olvidado de si mismo, de las propias exigencias, del proprio tiempo, estuvo siempre a disposición de los demás en el confesionario, y como fermento evangélico, intensificó la caridad "en la que confluían el amor hacia Dios y hacia los hombres".
Signo profético: separado del mundo, pero en estrecha relación con la realidad concreta de su tiempo, el Roscelli ha hecho visible el primado del amor de Dios, acercándose con espíritu misericordioso y con corazón amoroso de Padre, a los abandonados, a los encarcelados, a las madres solteras, a la juventud en general y injusticia a quien hubiese caído víctima de la injusticia; a todos ayudó y se mostró con una profunda sensibilidad por los derechos humanos y por la causa justa de la promoción del hombre.
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Benedicto II (Roma, siglo VII-ibidem, 7 de mayo de 685) fue el papa n.º 81 de la Iglesia católica entre 684 y su muerte.1
Fue elegido papa en agosto de 683, pero al igual que su antecesor León II no fue consagrado hasta más tarde, el 26 de junio de 684, al necesitar el consentimiento del emperador bizantino, Constantino IV.
Fue el último papa que debió esperar este consentimiento, ya que logró que el emperador proclamara un decreto por el que se sustituía la confirmación imperial por la confirmación, mucho más ágil por su cercanía a Roma, del exarca de Rávena.
San Benedicto II | ||
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Papa de la Iglesia católica | ||
26 de junio de 684-8 de mayo de 685 | ||
Predecesor | León II | |
Sucesor | Juan V | |
Información personal | ||
Nombre | Desconocido | |
Nacimiento | siglo VII Roma Italia | |
Fallecimiento | 11 de mayo de 685jul. Roma, Italia |
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