miércoles, 11 de noviembre de 2015

Historia territorial por países - España

Historia de Aragón

El territorio que actualmente comprende la comunidad autónoma de Aragón históricamente se ha caracterizado por su condición de encrucijada, ocupando un solar del noreste de la península Ibérica que ha servido de puente entre la costa mediterránea, el centro peninsular y las costas del mar Cantábrico. La presencia humana en las tierras que hoy forman lacomunidad autónoma aragonesa data de hace varios milenios, pero Aragón, como muchas de las actuales nacionalidades históricas, es fruto de la Edad Media.
En el siglo VIII, con base en la invasión musulmana de la Hispania visigoda y el consecuente hundimiento del Estado visigodo surgen diversos reductos cristianos de resistencia al Islam, entre ellos el futuro embrión de Aragón. En el siglo IX un reducido territorio ubicado entre los valles de Canfranc y Hecho tutelado por el Reino de Pamplona y a la sombra delImperio carolingio tomaría el nombre del río Aragón, denominación que está documentada por primera vez en el año 828, y dando comienzo por tanto a la historia de Aragón. Con el paso del tiempo Aragón iría ampliando fronteras durante los siglos en los que primero fue Condado, luego Reino, definiendo unos límites territoriales que se conservan en la actualidad. A continuación se detalla la historia de Aragón en las distintas épocas.

Prehistoria

El Paleolítico

Paleolítico en Aragón.
Los más antiguos testimonios de vida humana en las tierras que hoy componen Aragón, se remontan a la época de las glaciaciones, en el Pleistoceno Medio, hace unos 600.000 años. Esta población nos dejó la industria Achelense que encontró sus mejores armas en los bifaces de sílex o los hendedores de cuarcita; restos de ellas encontramos en las terrazas de San Blas en Teruel, en la zona de Cauvaca de Caspe, en el Barranco de Arbolitas de Borja y en los alrededores de Calatayud, en la zona de Miedes; el valle del Jalónfue uno de los más frecuentados por el hombre paleolítico.
Con la llegada de la glaciación de Würm en torno al 80.000  a.  C., aparece un nuevo tipo humano, el hombre de Neandertal, del que se conservan varios molares procedentes de la cueva de los Moros de Gabasa. Desarrolló la cultura Musteriense, que ocupa todo el Paleolítico Medio, hasta el 40.000  a.  C. aproximadamente; esta cultura se caracteriza por una industria de sílex a base de puntas, raederas y denticulados, junto con una incipiente industria ósea. Existen en Aragón tres cuevas con importantes yacimientos musterienses: Eudoviges de Alacón en Teruel, la Fuente del Trucho de Colungo y los Moros de Gabasa en Huesca.
El Paleolítico Superior comienza en torno al 40.000  a.  C. y aparecen dos nuevas culturas: Solutrense y Magdaleniense.
La Solutrense está representada en la cueva de Chaves, en Bastarás (Huesca) donde desarrollaron una industria a base de puntas de escotadura, raspadores y buriles.
Los magdalenienses dejaron una industria ósea de azagayas y una lítica de hojitas de dorso y abundantes raspadores y buriles.
La cabra y el conejo fueron el alimento básico de estas gentes, aunque es probable que se dedicaran también a la pesca.

Epipaleolítico

(mapa)
El Epipaleolítico se centra en el Bajo Aragón, ocupando la época entre el séptimo y el quinto milenio. Presenta una industria de tipo geométrico y de tamaño microlítico, destacando las formas de triángulos, trapecios y medias lunas.
El hábitat es un abrigo rocoso amplio, no muy profundo, orientado al sol y dominando los ríos Matarraña o Algás. Se sitúan en la provincia de Teruel (Botiquería dels Moros y Els Secans en Mazaleón) o en la de Zaragoza (La Costalena en Maella, el Serdá y el Sol de la Piñera en Fabara).
La economía de estas poblaciones sigue siendo depredadora, dedicándose a la caza y a la recolección.

Neolítico

(mapa) En la primera mitad del quinto milenio antes de Cristo apareció un nuevo modo de vida basado en una economía de productores, conocedores de la agricultura y la ganadería, que continúan cazando animales como una actividad complementaria.
La existencia de molinos de mano, de piedra dura, atestiguan la actividad de la molienda, del mismo modo que algunas hachas pulimentadas presentan en el filo huellas de haber sido usadas como azuelas para labores agrícolas.
Se encuentran restos neolíticos en las Sierras Exteriores oscenses y en el Bajo Aragón.
El Eneolítico se caracteriza por dos fenómenos: el afianzamiento de las construcciones megalíticas y la extensión de la cultura de vaso campaniforme.
La Provincia de Huesca presenta dos núcleos megalíticos importantes: el Prepirineo de las Sierras Exteriores y los altos valles pirenaicos.

Edad del Bronce

La cueva del Moro de Olvena, en la que aparecen once puntas de flecha de hueso, con dataciones de los siglos XVI y XV  a.  C., representa el mejor exponente de laedad del Bronce Antiguo.
En el Bronce Medio se sitúan los importantes yacimientos de la comarca de Monzón: tozal Marcullo, Pialfor, Conchel, Morilla y tozal Franché, con más de doscientas hachas pulimentadas en sus alrededores. Las cerámicas son lisas, algunas con apéndice de botón en el asa y carenas medias y bajas. Entre los elementos metálicos destacan los punzones de sección rectangular y un puñal triangular con engrosamiento central y dos remaches. También en la cuenca del río Sosa están documentados varios poblados, al igual que en el Bajo Cinca y Alcanadre.
Figura femenina, terracota.Bronce Final650-500 a. C. Fuentes de Ebro(Zaragoza).
Las hojas de hoz de sílex son muy frecuentes, lo cual confirma una intensa actividad agrícola.
En la Sima de la Aldehuela la peculiaridad más característica vino marcada por ser un hábitat en cueva profunda.
El Bronce Final comienza en Aragón en torno al 1100  a.  C. con la llegada de la cultura de los campos de urnas. Se trata de gentes indoeuropeas, con un supuesto origen en el Centro de Europa, que incineran a sus muertos colocando las cenizas en una urna funeraria. Existen ejemplos en la Cueva del Moro de Olvena, la Masada del Ratón de Fraga, Palermo y el Cabezo de Monleón en Caspe.
Desde el punto de vista metalúrgico parece existir un auge dado el aumento de moldes de fundición que se localizan en los poblados.

Edad del Hierro

En Aragón durante la Edad del Hierro hay una continuidad en la ocupación de los poblados y utilización de las mismas necrópolis de los pastores, agricultores y ceramistas de la edad anterior.
La Edad del Hierro es la más importante, puesto que a lo largo de los siglos que dura se constituye el verdadero sustrato de la población histórica aragonesa.
La llegada de centroeuropeos durante la Edad del Bronce por el Pirineo hasta alcanzar la zona bajoaragonesa, supuso una importante aportación étnica que preparó el camino a las invasiones de la Edad del Hierro. Por otro lado están las aportaciones mediterráneas. Su actividad comercial va a constituir un poderoso estímulo para la metalurgia del hierro, fomentando la modernización del utillaje y del armamento indígena, sustituyendo el antiguo bronce por el hierro. La presencia de productos fenicios, griegos y etruscos en yacimientos aragoneses se constata en las vasijas del Piuró del Barranc Fond y San Cristóbal de Mazaleón y en las importaciones griegas de Cretas, Azaila y Calaceite.
En el Siglo VI  a.  C. existen seis grupos con distinta organización social: vasconessuessetanossedetanosiacetanosilergetes y celtíberos citeriores.
Son grupos iberizados con tendencia a la estabilidad, fijando su hábitat en poblados duraderos, con viviendas que evolucionan hacia modelos más perdurables y estables. Tenemos en Aragón muchos ejemplos, entre los que destacan Cabezo de Monleón en Caspe, Puntal de Fraga, Roquizal del Rullo o Loma de los Brunos.
El tipo de organización social estuvo basado en el grupo familiar, constituido por cuatro generaciones. Sociedades autosuficientes en las que la mayor parte de la población se dedicó a actividades agrícolas y ganaderas. En el ámbito ibérico el poder fue monárquico, ejercido por un rey; existía una asamblea democrática con participación de la población masculina.
Existieron diferenciaciones sociales visibles y estatutos jurídico-políticos establecidos.
Portada de la obra histórica de Jerónimo BlancasAragonensium rerum comentarii,Zaragoza, Lorenzo y Diego Robles, 1588. En el frontispicio aparece un escudo de Aragón formado por el señal real con corona abierta al timbre, ya identificado como escudo privativo del reino, y que según la creencia del propio autor de la obra Jerónimo de Blancas y Tomás era originaria de los Condes de Barcelona: «fueron preferidas las armas de Barcelona a las reales de Aragón». Autores comoUdina i Martorell o Fluvià i Escorsa han empleado de modo «anacrónico y abusivo» el argumento de autoridad en defensa del origen condal del emblema al apoyarse en las creencias habituales del siglo XVI que fueron promovidas por Pedro IV el Ceremonioso, y que en ningún caso son prueba del origen del escudo de armas.

Los territorios que componen el Aragón actual fueron poblados ya en el Paleolítico inferior, esto es, antes del 100.000 a.C. Simn embargo, los restos humanos más antiguos hallados hasta el momento son unos molares de Neanderthal, encontrados en la cueva del Moro, en Gabasa (Huesca), y una mandíbula de hombre de Cromagnon, que apareció en la Cueva de las Graderas de los Molinos (Teruel), de tan sólo 5.000 años de antigüedad.Los pobladores del Paleolítico inferior eran cazadores y recolectores seminómadas que habitaban en las terrazas de los ríos. Dominaban el fuego y tallaban instrumentos de piedra golpeándolos con otras piedras, como los bifaces encontrados en las terrazas del Guadalaviar (Teruel).
Hacia el 60.000 a.C., en el Paleolítico Medio, los instrumentos disminuyen de tamaño y se hacen más precisos. Un ejemplo es el instrumental musteriense hallado en el abrigo de la Eudoviges (Alacón, Teruel).
El Paleolítico Superior se extiende un nuevo tipo homínido, los cromañón.Estos hombres, prácticamente iguales al ser humano actual, habitan en cuevas, donde entierran a los muertos y pintan en sus paredes.
Un ejemplo de esas pinturas rupestres son las de la Fuente del Trucho (Huesca), con caballos en rojo y manos en este color o en negro.
Hacia el 10.000 a.C. (Epipaleolitico) se produce un cambio en el arte rupestre. Se extiende en Aragón el llamado arte "levantino".
Se conservan figuras de animales (toros, cabras, caballos y jabalíes) y humanas de este periodo en muchos abrigos rocosos aragoneses, situados en el río Vero (Huesca), en Caspe (Zaragoza) y en la zona de Teruel (Cretas, Mazaleón, Valdealgorfa, Santolea, Alacón, Alcaine, Obón y Albarracín). Los del río Vero y Albarracín forman parte de los parques culturales aragoneses visitables durante el verano.Durante el Neolítico, las poblaciones se hacen sedentarias: nacen la agricultura y la domesticación de animales. Como en otros lugares, se extienden también por Aragón la cerámica y el tejido. Se ha encontrado cerámica cardial (decorada con improntas de conchas "cardium") en la cueva de Chaves (Bastarás, Huesca), en Costalena (Maella, Zaragoza) y en la Botiquería dels Moros (Fabara, Zaragoza). La piedra se sigue trabajando, pero, además de la talla, se emplean nuevas nuevas técnicas, como la abrasión y pulimento.
Durante la Edad del Bronce, la expansión de la revolucionaria técnica metalúrgica estimulará los contactos entre las poblaciones, surgiendo rutas comerciales estables. En la cerámica aparece una nueva forma característica en forma de campana: el "vaso campaniforme".

El Aragón prerromano

Aragón fue habitado por iberos, celtas y, más tardía y efímeramente, por vascones.Los iberos conocieron la cultura urbana y un desarrollo político notable, inducido por su contact, muy antiguo, con las civilizaciones mediterráneas, tanto griega como fenicia, antes de la llegada de los romanos a Hispania. Poseían un evolucionado sistema de escritura, mezcla de alfabeto y silabario. Se conservan en Aragón importantes lugares ibéricos pertenecientes a diversos pueblos de esta estirpe, como los ilergetes, los sedetanos, los ilergavones y, probablemente, los llamados "ausetanos del Ebro".
En general, colaboraron con los romanos, a cuyo patrón ajustaron su moneda. Sus aristocracias fueron combatientes, lo que se aprecia en los monumentos funerarios de los guerreros, adornados con una estela decorada en la que frecuentemente se representan jinetes, caballos y lanzas. La representación del jinete es también característica de los tipos de las monedas ibéricas, que estos pueblos acuñaron siguiendo el patrón romano. Sus principales centros fueron Ilerda (Lérida), Osca (Huesca), Burtina (Almudévar) y Celse (Velilla de Ebro). La actual Zaragoza, llamada Salduie, era su límite occidental con celtas y vascones.
Los diversos pueblos celtas, fuertemente hostiles a Roma (celtíberos), tales como titos, belos, lusones y suesetanos ocupaban el Occidente de Aragón y su resistencia a la ocupación romana fue larga y consistente. Se organizaron en ciudades-estado, en las que existían magistrados, asambleas y senados. Adoptaron el sistema ibérico de escritura. Hábiles metalúrgicos, sus espadas fueron copiadas por los romanos. La vida del celtíbero se orienta a exaltar el valor personal, el honor y la guerra. Existieron fraternidades de guerreros vinculados a un jefe o una divinidad. Sus dioses fueron los típicos de los celtas europeos como el dios Lug, "hábil en todas las artes"; las "Matres", diosas de fecundidad; Epona, Gran Madre y protectora de los muertos; Dagda, "padre de todo"; Cernunno, dios de la fecundidad, y Sucelo, deidad infernal.
A diferencia de los íberos, los celtíberos no enterraban a quienes morían en la batalla, sino que exponían sus cuerpos para que fueran devorados por las aves rapaces y, así, sus almas serían llevadas a los cielos. Existe un gran santuario dedicado a Lug en Peñalba de Villastar (Teruel).Los vascones, con capital en la actual Pamplona ("ciudad de Pompeyo"), en Navarra, colaboraron con Roma y fueron recompensados con la jurisdicción sobre amplios territorios del Aragón Occidental, una vez derrotados los celtíberos en el año 72 a. de C.

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