Monasterios de Barcelona
Santa María de Valldonzella1 es un monasterio femenino cisterciense situado en el antiguo municipio de San Gervasio de Cassolas (hoy en día perteneciente al Distrito de Sarrià-Sant Gervasi, Barcelona), cerca del lugar donde hubo la antigua residencia real de Bellesguard, actual torre de Bellesguard. A través de los siglos, por diversos motivos, la comunidad ha estado itirenante, habiéndose trasladado en cuatro ocasiones siempre cerca de Barcelona. El actual monasterio, situado en el número 41 de la calle del Císter, es obra del arquitecto Bernardí Martorell, de estilo modernista neogótico.
Historia
La ermita de Santa Margarita, origen del monasterio de Valldonzella, es una pequeña iglesia románica, situada en el valle boscoso de la sierra de Collserola. Pertenecía y pertenece a la ermita de Santa Cruz de Olorde, dependiente del obispado de Barcelona, donde muy cerca, el obispo Berenguer de Palau cedió el terreno para la casa de Valldonzella, aún existe la torre conocida como la Torre del Obispo junto a otra masía, en el límite de los términos de San Felíu de Llobregat y San Justo Desvern. Posiblemente en el año 1147, ya había una pequeña comunidad femenina, siendo donada al monasterio de San Cugat y que en el año 1226 fue cedida por el obispo de Barcelona Berenguer de Palou a la orden del Císter, dependiente del monasterio de Santes Creus.
Es el 4 de noviembre de 1237 cuando se tiene constancia de la fundación del monasterio. Entre las dos fechas dichas, hay noticias de la incorporación de diversos miembros a la comunidad, de la que no se especifica la regla que seguía. La primera comunidad estaba formada por Berenguera de Cervera con once monjas.2
Con motivo de la inseguridad del lugar de Valldonzella, en el año 1263, la comunidad obtuvo el permiso de Jaime I de Aragónpara trasladarse a Barcelona, en extramuros, al lugar conocido como la Creu Coberta, hecho que se produjo en 1269. El traslado se hizo por creer que el monasterio estaba en un lugar «solitario, peligroso y agreste».
Este monasterio tuvo mucha importancia en los años siguientes y su comunidad fue ampliándose con la hijas de la nobleza ciudadana. Faverecido por el mismo rey Jaime I y sus sucesores así como por los obispos de Barcelona, que la unieron a la parroquia de San Esteban de Parets (1291) y a la de Santa Cruz de Olorde (1416). En el año 1308 contaba con 35 miembros.3Como prueba de su prestigio en aquellos tiempos, en 1395 tuvo residencia en él el rey Juan el Cazador y en 1410 estuvo enfermo y murió Martín I de Aragón así como pocos años después su viuda Margarita de Prades se retiró en él.
Durante la guerra de los Segadores (1640-1652) las monjas abandonaron el monasterio, el último año de la guerra con motivo del Sitio de Barcelona, el monasterio queda totalmente destruido. La comunidad pasa a vivir al priorato de Santa María de Nazaret el año 1674, dependiente del monasterio de Poblet.
Después de haberse tenido que refugiar en Mataró durante los años 1814-1826, de vuelta a causa de la desamortización de Mendizábal del año 1835 tuvieron que volver abandonar el monasterio. En el año 1847 las pocas monjas supervivientes de la exclaustración volvieron a reunirse hasta el año 1909 que durante la Semana Trágica fue incendiado. Refugiadas durante unos años en una propiedad de la familia Valls i Martí, en el año 1913 se trasladaron al actual monasterio proyectado por el arquitectoBernardí Martorell.
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Traslado a Nazaret
Ante la imposibilidad de retornar al monasterio, se tomó la determinación de que las monjas pasaran a ocupar el priorato de Natzaret, que entonces estaba en plena decadencia, con sólo un monje. Inicialmente se firmó un acuerdo provisional (1660) y más adelante se hizo una permuta con el fin de hacerlo definitivo (1670). Según esta permuta, la propiedad de Nazaret pasó a las monjas, mientras que el priorato se quedó con los terrenos de Valldonzella, entre otros pactos. | ||||
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El siglo XIX
A comienzos del siglo XIX volvieron con fuerza las dificultades en el monasterio, la comunidad subsistía a duras penas evitando los intentos de derribo del lugar debido a encontrarse cerca de la muralla. En 1814 las monjas fueron desalojadas y acogidas en el convento de capuchinas de Mataró. Seguidamente se procedió a la demolición del edificio. En 1814, cuando las comunidades pudieron regresar a sus conventos, las monjas de Valldonzella no lo pudieron hacer para tenerlo completamente en ruinas. Se cobijaron en una casa mientras intentaban su reconstrucción. Comenzaron una modesta obra que se inauguró en 1827, a pesar de no estar terminada. En 1835 las monjas fueron exclaustradas y se dispersaron otra vez. Valldonzella fue entregado a la Casa de Caritat. Aunque pudieron volver en 1847, restaurándolo. Luego se abrió la calle Joaquín Costa (1862), llevándose por delante una parte de los terrenos del monasterio. |
El siglo XX
Valldonzella sufrió los efectos de la Semana Trágica, lo que conllevó el saqueo, el incendio del lugar y la dispersión de las 45 monjas que entonces tenía la comunidad. Las monjas se reunieron en una casa en la Sagrera, mientras se procedía a buscar un nuevo lugar para volver a levantar el cenobio. Se adquirió una finca en el Tibidabo con la ayuda económica de la venta de los solares del convento derruido. La obra se hizo con rapidez y en 1913 ya se pudo ocupar, aunque la construcción todavía continuaba, según proyecto del arquitecto Bernardí Martorell. Valldonzella aún tendría que sufrir los efectos de la Guerra Civil. La comunidad cisterciense aún mantiene su actividad en este lugar. |
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