domingo, 22 de noviembre de 2015

SANTOS POR SIGLOS

Santos del siglo I

Onésimo ( ca. 90-95), también conocido como Onésimo de Bizancio y, en algunasiglesias ortodoxas, el Sagrado Apóstol Onésimo, era un sirviente de Filemón, personaje importante e influyente de Colosa de Frigia, convertido al cristianismo por San Pablo.
Onésimo, cuando huía de la justicia por haberle robado a su amo, se encontró con Pablo, quien se hallaba entonces prisionero en Roma. El apóstol lo convirtió al Cristianismo, lo bautizó y lo envió a la casa de Filemón con una carta de recomendación, que decía lo siguiente:
Te suplico en favor de mi hijo Onésimo, al que engendré en la prisión. Antes, él no te prestó ninguna utilidad, pero ahora te será muy útil, como lo es para mí. Te lo envío como si fuera yo mismo. Con gusto lo hubiera retenido a mi lado, para que me sirviera en tu nombre mientras estoy prisionero a causa del Evangelio. Pero no he querido realizar nada sin tu consentimiento, para que el beneficio que me haces no sea forzado, sino voluntario. Tal vez, él se apartó de ti por un instante, a fin de que lo recuperes para siempre, no ya como un esclavo, sino como algo mucho mejor, como un hermano querido. Si es tan querido para mí, cuánto más lo será para ti, que estás unido a él por lazos humanos y en el Señor.
Según parece, Filemón perdonó y le concedió la libertad a Onésimo por haberse arrepentido, y lo mandó a reunirse de nuevo con San Pablo. Según cuenta Jerónimo de Estridón, Onésimo se volvió un predicador cristiano y luego Obispo de Éfeso por orden del Apóstol Pablo.
A toda vuestra comunidad recibí, en el nombre de Dios, en Onésimo, varón de calidad inenarrable y obispo vuestro según la carne. Votos le hago a Dios por que le améis según Jesucristo ¡Y ojalá que todos os asemejéis a él! Porque bendecido sea Aquél que os hizo gracia de que merecierais poseer obispo como ese...

Onésimo levanta al cielo, con sus alabanzas, vuestra disciplina en Dios.
San Ignacio de Antioquía, en su Carta a los Efesios.2
Posteriormente, Onésimo fue apresado y llevado a Roma, donde murió lapidado.
Venerado como Santo, su fiesta es el 16 de febrero.

St.Onesimus.jpg







San Pedro de Rates fue el primer obispo de Braga entre los años 45 y 60 y considerado fundador del obispado de Tuy, ordenado por el apóstol Santiago, que había venido de Tierra Santa. Murió martirizado al intentar convertir alcristianismo a los pueblos que vivían en el norte de Portugal, de religión romana.

La ordenación

Se cuenta que Santiago, uno de los apóstoles de Cristo, habría visitado el noroeste de la Península Ibérica en el año 44 d. C. Una de sus visitas habría sido a la Sierra de Rates, en el actual concejo de Póvoa de Varzim. Durante aquella visita, el apóstol habría ordenado obispo a San Pedro de Rates, haciéndolo el primer obispo de Braga.
Esto es probablemente un mito, ya que está probado que Santiago celebró la Pascua en Jerusalén aquel mismo año.

La martirización

San Pedro de Rates murió al intentar de convertir a creyentes de la religión romana a la fe cristiana. Se cuenta que habría salvado de una enfermedad mortal a una joven princesa pagana y ésta se habría convertido al cristianismo y habría hecho voto de castidad. El padre, furioso, manda matar al obispo, y ése habría sido el motivo de su muerte. En las dos versiones, el santo muere decapitado.

El descubrimiento del cuerpo

Siglos más tarde, San Félix (el ermitaño) —pescador de Villa Mendo, en la freguesia de Estela, también en Póvoa de Varzim, que se había retirado al mayor monte de la Sierra de Rates— habría observado una luz en la oscuridad todas las noches desde del monte. Un día, curioso, intenta saber los motivos y descubre el cuerpo de San Pedro de Rates.
El cuerpo habría dado origen a la Iglesia de San Pedro de Rates y estuvo allí sepultado hasta 1552, año en que fue transferido a Braga.

Pedro de Rates.jpg






Polixena o Poligena, era hermana de Xantippa y cuñada del prefecto de Astigi Probo. Junto a su hermana fueron las dos primeras conversas al cristianismo, según la leyenda que atribuye a San Pablo. Fue martirizada en la época de las grandes persecuciones y porteriormente elevada a los altares.
Aunque el propósito de Pablo de hacer un viaje a Hispania está sustentado en una pasaje de la Epístola a los Romanos (10, 18), la moderna historiografía lo da por un hecho legendario. Las fuentes de esa leyenda, tal como las recoge Marcelino Menéndez y Pelayoson Simeón Metaphrástes (autor de poca fe), y el Menologio griego (Historia de los heterodoxos españoles, Libro I capítulo I.Propagación del cristianismo en España).
Se la venera como santa y virgen, siendo su festividad el 23 de septiembre.[1]
Lleva el nombre de Políxena, una princesa troyana en la literatura de la antigua Grecia.

Polixena

Polixena

Polixena era hija de Príamo, rey de Troya, y de Hecabe. Tras la caída de la ciudad, las troyanas fueron repartidas entre los griegos como parte del botín de guerra. En aquel momento, el alma de Aquiles acudió al reparto desde su tumba para reclamar su parte en la que debía estar Polixena. Los griegos decidieron honrar a su héroe y la situaron sobre su tumba con Hecabe a su lado. Con una gran sangre fría la joven se despojó de sus ropas para que Neoptolomeo, hijo de Aquiles, la matase con su espada. Eurípides describió lo que la joven le dijo a su ejecutor antes del momento final: «Joven príncipe, si es mi pecho donde vas a golpear, aquí está, golpea; o si es mi cuello donde apunta tu espada, detente, pues está desnudo». Después él, sorprendido y apesadumbrado a la vez, le quitó el último aliento con su acero haciendo bro­tar un manantial de sangre. Incluso en su agonía mantuvo la dignidad «escondiendo a la vista de los hombres lo que las doncellas modestas deben esconder».

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