visor se utilizaba en conjunto con algunos yelmos medievales como el bacinete. La visera generalmente consistía en una pieza con bisagras de acero que contenía aberturas para poder respirar ("soplos") y mejorar la visión. Los visores protegían la cara y la frente durante la batalla. La mayoría de los caballeros o guerreros que llevaban viseras fueron vistos en caballos durante la guerra, y más específicamente en los torneos y justas.
En inglés la palabra "castor" a veces se usa indistintamente con "visor", como en Hamlet de Shakespeare, cuando Hamlet y Horacio están discutiendo sobre el Fantasma. Hamlet dice: "¿Entonces no le visteis la cara?" a lo que Horacio responde: "Oh sí, mi señor. Llevaba el castor (beaver) subido. [es decir, el visor subido]". En la edición en español esto se tradujo a: [Sí, mi señor: la visera estaba en alto.]
El yelmo cerrado fue un casco de combate portado por caballeros y otros hombres de armas en la Baja Edad Media y la Era Renacentista. También fue utilizado en armaduras de gran peso llevadas por los coraceros cerca de la mitad del siglo XVII. Era un yelmo totalmente cerrado, con una visera pivotante y un barbote incorporado.
El Yelmo de Mambrino hace referencia a un ficticio yelmo de oro puro que hacía invulnerable a su portador, propiedad original del legendario rey moro Mambrino (en realidad tal nombre procedería del escritor italiano de novelas de caballería llamado Mambrino Roseo). La posesión del casco era la ambición de todos los paladines de Carlomagno y fue definitivamente conquistado por Renaud de Montauban, según aparece en la obra Orlando innamorato.
Cervantes, en su novela Don Quijote de la Mancha, habla de un barbero que estando desarropado bajo la lluvia se protege utilizando como sombrero su bacía, una vasija generalmente de metal brillante con una escotadura por donde se metía la barba al afeitado y que se ha estado usando hasta tiempos recientes. Don Quijote insiste entonces en que ese cuenco es el yelmo encantado del rey moro y finalmente se lo sustrae, pues desea obtenerlo con el fin de hacerse invulnerable. Es esa una de las escasas aventuras en las que el hidalgo sale con buen fin. Al ceñirse este adminículo de barbero, tan poco caballeresco, la figura del caballero acrecentaba su aspecto ridículo, que se ha hecho corriente en sus representaciones gráficas.
En el musical El hombre de La Mancha, una canción entera se construye en torno a la búsqueda del personaje principal del casco y su encuentro con el barbero.
El yelmo encerrado,1 también llamado gran yelmo primitivo o gran yelmo temprano, fue un tipo de yelmo occidental que surgió a finales del siglo XII y se usó hasta el siglo XIII. Como indican algunos de sus nombres, fue el precusor del gran yelmo.
Desarrollo y características[editar]
El casco cerrado cubría toda la cabeza, con plena protección para la cara y una cobertura algo más profunda en los lados y la parte posterior de la cabeza. Fue desarrollado cerca del final del siglo XII y fue reemplazado en gran medida por el verdadero gran yelmo hacia c. 1240.2 Se distingue de la gran yelmo por una mayor profundidad y grosor en la protección de la cara en comparación con la profundidad del casco en la parte posterior y los lados.
Probablemente se desarrolló a partir del yelmo nasal, produciendo así una variante de cima plana con un perfil cuadrado alrededor de 1180.3 Supuestamente el casco se remató mediante la adición de una placa protectora, que permitía la vista y la respiración, y que se extiendía hacia abajo por la parte posterior y a los lados de un casco de cima plana, para producir un casco cilíndrico.4 A partir de la evidencia de las ilustraciones contemporáneas existentes, fue añadida la protección de la cara en primer lugar, probablemente como una extensión del yelmo nasal preexistente. Algunas ilustraciones alemanas que datan de alrededor de 1180 muestran una barra en la parte final que cubre la boca, si dicha barra hubiera sido ampliada y curvada hacia atrás hasta la cumbre del casco, se habría creado un precursor de una placa secundaria, visible en el bacinete.35
Uno de los primeros ejemplos completamente desarrollado de este tipo de casco, con la adición de una cresta en forma de abanico, se representa en el segundo gran sello de Ricardo I de Inglaterra que data de 1198.6
Uso[editar]
El casco encerrado habría sido usada sobre una cofia de mallas, con el acolchado adicional rodeando la cabeza para amortiguar el casco y ayudar a absorber la fuerza de cualquier golpe.7 El casco pudo haber surgido de la necesidad de una mayor protección facial en respuesta al poder de penetración de lanzas utilizadas en las formacioenes de caballería "conrois"m, de carácter muy compacto,8 o posiblemente como respuesta a un aumento de la amenaza del tiro con arco.9 El casco encerrado sólo era utilizado por los hombres con rango de caballero. Muchos soldados, entre caballeros, les disgustaba la restricción de la vista y el oído impuesto por el casco encerrado, y por tanto, los cascos nasales, otros más redondeados y abiertos, como el sombrero de caldera, continuó en uso junto a él hasta mediados del siglo XIII.
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