gola la pieza de la armadura antigua que se ponía sobre el peto para cubrir y defender la garganta. Esta pieza del arnés guerrero, destinada a defender en un principio no solo el cuello sino también la barba y toda la parte posterior de la cabeza que dejaba al descubierto el bacinete, empezó a usarse a finales del siglo XIII. Por lo menos, esta fecha consigna Viollet-le-Duc con respecto del Mediodía de Francia y de Italia. Pero esta defensa es una variante del capuchón de mallas que se ve en varios monumentos, entre ellos, alguno español, como cierto bajorrelieve del monasterio de Santo Domingo de Silos, anterior a aquella fecha, donde aparecen representados unos guerreros vestidos de cota de cuero con placas metálicas, que llevan como parte de la misma cota un capuchón análogo a la indicada gola e, incluso, mayor, pues le cubre la boca.
La gola del siglo XIII era de mallas e iba unida al bacinete, el cual tenía al efecto el borde lleno de agujeros. Era una pieza que suplía anticipadamente al barbote y a la barbera, que desde mediados del siglo XIV sirvió de complemento al casco. No por esto dejó de usarse la gola puesto que siempre subsistía la necesidad de defender el cuello, pero puede decirse que la gola no se circunscribió a defender solamente el cuello hasta el siglo XV. La gola de malla se usó durante mucho tiempo. Después se hizo de placas metálicas que se abría y cerraba igual que el bacinete, hasta que por fin vino a ser sustituida la gola por el gorjal o cuello de hierro. Dicha gola, de piezas metálicas comenzó a usarse a finales del silo XIV, iba unida al yelmo y su parte anterior, terminada a veces en punta, cubría y defendía una porción del peto. La gola servía igualmente para afirmar el yelmo o celada sobre los hombros.
Esta pieza de la armadura antigua dejó como recuerdo en el ejército la placa metálica llamada gola, suspendida del cuello por un cordón, que el jefe u oficial de infantería y otros cuerpos a pie llevaban como distintivo para dar a conocer que están prestando un servicio de armas. Proviene esto de que en los siglos XVI y XVII se daba gran importancia a que el oficial no se quitase nunca la gola, como las demás armas, cuando estaba desempeñando servicio de guardia.
Se llama gorjal a la pieza de la armadura de placas antigua que se ajustaba al cuello para su defensa. Esta pieza de la armadura de placas sustituyó a la gola de malla, que al final se hacía ya de piezas de hierro articuladas y, por consiguiente, no debió aparecer hasta mediados del siglo XV. El gorjal era la primera pieza que se vestía. Encima iban la coraza y los guardabrazos, que se enlazaban después a ella por medio de una hebilla y una correa. Consistía en un cuello de hierro dividido en dos piezas articuladas a fin de poderlo ajustar, el cual llevaba una falda o avance semicircular o poligonal que cubría la parte superior del pecho, y otro que cubría las espaldas, uniéndose ambos sobre los hombros.
El gorjal se utilizó mucho con el almete porque este casco, como la celada de encaje, necesitaba un cuello que lo detuviera y sujetara para dejar libre el movimiento de la cabeza dentro del casco. El uso del gorjal continuó durante todo el siglo XVI. A finales del mismo, se empleaban en Inglaterra unos gorjales a los cuales iban unidos los guardabrazos u hombreras, que estaban compuestos de láminas articuladas. En España, se usó mucho el gorjal durante el siglo XVI. Por su importancia histórica se debe citar el gorjal de Felipe II que se guardaba en la Real Armería de Madrid, en el que se podían apreciar varios relieves de plata representando un ejército en el trance de tomar la plaza de San Quintín. También se debe citar otro gorjal semejante, damasquinado y cincelado, que perteneció a la armadura de Francisco I de Francia, obra como aquél del renacimiento italiano.
greba es una pieza de la armadura antigua que cubría la pierna desde la rodilla hasta la base del pie. El origen de esta pieza hay que buscarlo en la antigüedad griega. Es verdad que la palabra greba sólo es aplicable a la pieza de la armadura que cubre toda la pierna, pues cuando sólo cubre la espinilla recibe el nombre de cnémida, espinillera, canilleta y esquinela, y cuando encierra completamente la pierna debe llamársele grebón. Pero dichas voces tan sólo indican variantes de la propia greba, ya que la ócrea de los griegos, etruscos y romanos se puede considerar una verdadera greba.
Griegos y etruscos[editar]
La ócrea griega se remonta a los tiempos de Homero y probablemente traía su origen de la bota de cuero usada por los guerreros asiáticos. Cubría desde el tobillo hasta por encima de la rodilla, era de metal flexible y probablemente estaba forrada de cuero por dentro. Para sujetarla a los tobillos se servían de unas tiras de cuero de las que se ven algunos fragmentos en las esculturas del frontón de Egina. Según se deduce de algunas pinturas de vasos, las ócreas se fijaban también a la pantorrilla por medio de hebillas o de correas. En algunos vasos pintados se ve a los guerreros griegos poniéndose las ócreas. Ifícrates, el reformador del armamento de la infantería griega, reemplazó las grebas de metal por unas piezas de cuero muy fuertes, guarnecidas quizás con launas de bronce y que se llamaban ificrátidas.
Los etruscos debieron copiar de los griegos la ócrea de bronce senilla, sin adorno, pero acusando en cierto modo la musculatura de la pierna. El saliente de la rodilla, la suave arista de la tibia y el contorno o perfil semicircular de la pantorrilla está perfilado por relieves o estrías. Así están representadas las ócreas que lleva Aristión en un bajorrelieve que se conserva.
El mundo romano[editar]
En Roma, por tiempos de la República, usaban la ócrea de bronce los hastati, los príncipes y los triarii en la pierna derecha que no iba cubierta por el escudo. En tiempos de Polibio, la caballería romana sólo usaba grebas de cuero. En el Imperio romano, las grebas de metal tienden a desaparecer por completo y son sustituidas por una media de cuero o de lana que subía hasta la pantorrilla.
La greba que ofrece más interés para los arqueólogos no es la de los soldados, sino la de los gladiadores romanos. Estos sólo la llevaban en una pierna, la derecha o la izquierda, y hay algún raro ejemplo de llevarlas en las dos. La ócrea del gladiador era más grande que la de los soldados a que nos hemos referido. Cubría casi hasta medio muslo y se sujetaba al tobillo y la pierna por debajo de la pantorrilla con correas que se pasaban por unas anillas que había en sus bordes.
La Edad Media[editar]
Se puede decir que, por lo que se refiere a la greba, no hay solución de continuidad entre el mundo romano y los siglos de la Edad Media. Los manuscritos de los siglos VIII al X nos muestran al guerrero desprovisto de tales defensas y con las piernas sencillamente envueltas en tiras de cuero. Durante el siglo XII y principio del XIII, los guerreros defendían sus piernas con calzas de malla, y a finales del siglo XIII aparecieron en Francia las primeras grebas, o mejor dicho espinilleras, de láminas de hierro que se fijaban a las pantorrillas mediante correas, siendo de notar que estas piezas aparecieron al mismo tiempo que las rodilleras metálicas. También por entonces se empezaron a usar en la Italia septentrional, la Provenza y el Languedoc unas grebas de piel labrada con rodilleras de acero.
El siglo XIII es la época en que los guerreros se preocuparon de dar más solidez y garantía de defensa a las armaduras y así, nada más haber inventado las grebas, se pensó en añadir una pieza intermedia entre ella y la rodillera articulada. Se comprende que a los hombres de armas acostumbrados a la malla les costara trabajo someterse a la rigidez de las placas de hierro unidas a dicha vestidura.
Las grebas usadas en Francia durante los primeros años del siglo XIV estaban dispuestas de un modo análogo a las ócreas griegas de fino cobre que cubrían no sólo la tibia, sino parte de la pantorrilla y podían ajustarse merced a la elasticidad metálica. Bien pronto nació la idea de defender también el mollar de la pantorrilla con una lámina de hierro y se inventaron las grebas de dos piezas con charnelas y ganchos, cubriendo con una tira de piel la unión de las grebas con las rodilleras. A finales del siglo XV y comienzos del XVI, los hombres de armas llevaban unas grebas de dos piezas de las que solamente la posterior cubría por completo el talón, uniéndose la anterior al zapato de hierro o escarpe de pico de pato compuesto de láminas articuladas. Dichas dos piezas se abrían por medio de resortes y se cerraban con botones por la parte interior de la pierna. Las grebas, como las demás piezas de la armadura, fueron objeto de los preciosos embellecimientos que tan costosas hicieron las armaduras en el siglo XVI.
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