Bienes declarados Patrimonio Mundial. La Ciudad Histórica Amurallada de Cuenca
Ciudad Histórica Amurallada de Cuenca
Castilla-La Mancha
1996Cuenca fue inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial por ser un ejemplo excepcional de ciudad fortificada medieval que ha conservado su entorno original intacto, junto con excelentes ejemplos de arquitectura civil y religiosa del siglo XII al XVIII. También se destacó la magnífica unión entre la ciudad histórica y el paisaje natural en el que se encuentra situada.
La ciudad, de origen medieval, se encuentra sobre un escarpado y singular enclave que domina las hoces de los ríos Júcar y Huécar. Históricamente, Cuenca fue un lugar estratégico en la frontera construido en época islámica como foco defensivo en el centro del Califato de Córdoba. Las fuentes escritas del siglo XII destacan sus murallas y su importante industria textil.
En 1177 se inicia una nueva etapa para la ciudad cuando es conquistada por Alfonso VIII de Castilla. El consiguiente aumento de su población, con el asentamiento de poblaciones cristianas y judías, tuvo su reflejo en el urbanismo y en la construcción de nuevos edificios, como su Catedral, la primera de estilo gótico construida en España.
La progresiva expansión de la ciudad desborda la zona alta original y se pueblan las zonas más bajas, empezando su organización en barrios. El siglo XVI es el de mayor prosperidad para Cuenca, convertida en un centro económico y administrativo de primer orden y una importante actividad económica, que se ralentiza notablemente a lo largo del siglo siguiente, en el que el poder de las órdenes religiosas se convierte en el principal apoyo de la ciudad.
Actualmente se diferencian tres conjuntos urbanos: el barrio alto, los barrios populares históricos y la zona de transición entre ambos. Cuenca atesora una gran cantidad de edificios religiosos y civiles de primer orden, tales como la Catedral, conventos, el puente de San Pablo o sus célebres Casas Colgadas, convertidas hoy en símbolo de la ciudad.
la ciudad está rodeada por una muralla de origen árabe, de la que se conserva parte de su extensión y alguna puerta de acceso como la de Huete. La muralla se desarrolló por lo que hoy se conoce como los barrios del Castillo y de San Pedro, los barrios altos de la ciudad. Cuenca engloba en su conjunto diversos bienes que se pueden clasificar en: arquitectura militar, como los restos del castillo (siglo XII), que fue volado por las tropas francesas en la Guerra de la Independencia, o la torre de Mangana (árabe); arquitectura religiosa como La catedral (siglos XII-XVIII) o el convento de las Esclavas (siglo XVI), y arquitectura civil como las Casas Colgadas (Baja Edad Media) y el puente de San Pablo (siglos XVI-XX).
Marco físico: La ciudad se asienta en altura sobre las hoces de sus dos ríos: el Júcar y el Húecar. La ciudad se asienta sobre un espacio rocoso y calcáreo.
Marco histórico: La ciudad fortificada es de origen medieval. A lo largo de la Historia de España debe su interés tanto a árabes y cristianos como foco estratégico de frontera. Su etapa de mayor riqueza e importancia como ciudad se desarrolla desde el siglo VIII al XVIII, y adquiere un importante papel como sede episcopal e industrial por su actividad textil y agropecuaria. La ciudad que sobrevive hoy en día compila, a través de sus construcciones, las diferentes etapas de dominación e influencia artística: árabe, medieval, gótica y del siglo XX.
Año de inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial por la Unesco en 1996. Construida con fines defensivos por los moros en el territorio del Califato de Córdoba. Cuenca es una ciudad medieval fortificada en excelente estado de conservación. Una vez conquistada por los castellanos en el siglo XIII, se convirtió en ciudad real y sede episcopal, multiplicándose entonces la construcción de edificios de gran valor, como la primera catedral gótica de España y las famosas casas colgantes, suspendidas en lo alto de la hoz del río Huécar. Excelentemente situada, esta ciudad-fortaleza es el punto culminante del magnífico paisaje rural y natural que la rodea Cuenca conserva en su casco antiguo un patrimonio arquitectónico rico y bien conservado. Catedral de Santa María y San Julián La catedral era símbolo del poder eclesiástico, fue el primer edificio que se comenzó a construir, tras la conquista de la ciudad, en el lugar donde se emplazaba la antigua alcazaba musulmana, se encuentra situada en pleno corazón en la ciudad de Cuenca, y en el valle que forman los ríos Júcar y Huécar se comenzó a construir entre los años 1182 y 1189 por canteros galos siglo XII. Gracias al obispo San Julián y a la protección recibida por el rey Alfonso VIII, su esposa, Leonor de Aquitania y Plantagenet, hija del rey de Inglaterra, hermana de Ricardo Corazón de León y además condesa de Gascuña. Su influencia fue importante sobre la fábrica de la catedral y fue consagrada en 1208 por el arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada o El Toledano cuando sólo se habían terminado la capilla mayor y parte del crucero, siendo finalizada en 1271, bajo el reinado de Alfonso X con restos de transición del Románico al Gótico con claras influencias francesas, en este año se realizó la reforma de la cabecera, destruyéndose la original y siendo reemplazada por una amplia girola que no es sino una imitación tardía ideada por Petrus Petri para la Catedral de Toledo. Se considera como la primera catedral gótica realizada en Castilla. Hay una leyenda según la cual Constanza de Aragón, hija de Alfonso de Aragón y reina viuda de Hungría, tuvo muy mala salud desde los 14 años. Devota de San Julián, desahuciada por sus médicos, quedó sumida en un profundo sueño cuando se encomendaba a Dios pidiéndole que le sanase. En este sueño tuvo la visión de San Julián revestido de pontifical, quién le aseguro que curaría de sus dolencias si enviaba a la Catedral de Cuenca a recoger una de las cestillas que había dejado allí. La cesta es uno de los símbolos del Grial, y que una vez en sus manos sanaría de inmediato. Recobrada de esta manera su salud, pudo casarse por fin con su prometido, el rey de Sicilia Federico, electo emperador de Alemania en 1210 y coronado por el papa Honorio III en 1220. La emperatriz Constanza falleció ese mismo año, por esta razón es altamente probable que la ampliación de la Catedral fuera patrocinada por el propio Federico II a partir de esa fecha. Las capillas fueron edificadas en los siglos XVI y XVII. Al claustro se accede por el singular Arco de Jamete. No queda ninguna de las cuatro torres del templo, salvo el arranque de la del Ángel. Destaca, también, el triforio abierto y el Transparente, obra barroca de Ventura Rodríguez que contiene el Altar Mayor y el sepulcro de San Julián. La Diócesis de Cuenca, fundada en 1182 por el Papa Lucio III, desde su primer obispo, Juan Yañez hasta Ramón del Hoyo López que toma posesión el 15 de septiembre de 1996, ha habido una sucesión durante ocho siglos, de 71 prelados al frente de esta Diócesis. Sus patronos son: San Julián, segundo obispo, cuya fiesta se celebra el 28 de enero, y Nuestra Señora de las Angustias, que se celebra el 15 de septiembre. Según nos dice uno de los más afamados historiadores de Cuenca, Julio Mártir Rizo la ciudad nació el mismo día y a la misma hora que Roma, pocos son los restos que se conservan de esta cultura. Los árabes construyeron una fortaleza a la que denominaron Conca y, bajo los Omeya, Cuenca se destacó por su agricultura y una importante industria textil. Tras un asedio de nueve meses, la ciudad, acosada por los almorávides y los almohades, fue recuperada por Alfonso VIII el 21 de septiembre de 1179. Cuenca tiene el honor de albergar, desde 1966, el Museo de Español de Arte Abstracto. La festividad de San Mateo, conmemora el aniversario de la conquista de la ciudad por el Rey Alfonso VIII en 1177. Cuenca está declarada en 1996 Ciudad Patrimonio de la Humanidad. La última intervención hasta el momento consistió en colocar vitrales abstractos según diseños del pintor Fernando Zóbel de Ayala y Montojo es uno de los pintores españoles más importantes del siglo XX. Nacido en el seno de una de las influyentes y ricas familias de Filipinas. El 22 de Octubre de 2010, el Presidente de Adif, Administrador de Infraestructuras Ferroviarias D. Antonio González Marín, anunció que la nueva Estación de Alta Velocidad de Cuenca recibiría el nombre de Cuenca Fernando Zóbel en honor a la gran aportación del pintor a la ciudad. El último cambio fue la instalación de las vidrieras faltantes, realizadas por artistas contemporáneos como Gustavo Torner junto con Gerardo Rueda y Fernando Zóbel forma la llamada escuela conquense, la cual constituyó una de las primeras iniciativas de introducir en España las nuevas corrientes del arte moderno, en la década de 1960, siendo la fundación del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca su principal iniciativa. Su exterior se renovó casi todo en el siglo XVI y en el siglo XVII se construyó la capilla del Sagrario. Durante el siglo XVIII se reformó tanto la fachada como las torres, destacando al edificio un aspecto barroco. Esta reforma afectó a la fachada principal que había sido mandada construir por el rey Fernando III y que tenía dos torres góticas gemelas. Las torres de la fachada junto con otras dos torres que tenía la catedral desaparecieron durante un incendio, realizando una nueva reforma, en el año 1720 por Juan Pérez y nuevamente reconstruida en 1723 bajo la dirección de Luis de Arteaga. Ya en el siglo XX y como consecuencia de los daños sufridos por la fachada, al hundirse la torre de las campanas en 1902 por la caída de un rayo, se procedió a su reconstrucción en el año 1910, fue sustituida por el proyecto de Vicente Lampérez y Romea fue un restaurador, arquitecto e historiador del arte español, miembro de la Real Academia de la Historia. Señaló como más temprano ejemplo de gótico en España. Esta catedral tiene un gran mérito por su magnitud de sus dimensiones, para la escasez de la población y la modesta economía de la ciudad en aquella época. Hay que destacar en la parte más alta encontramos una imagen de San Julián es la única imagen que existe en toda la fachada. La Catedral está formada por tres naves y a partir de aquí se transforma en cinco naves que antiguamente acababan en cinco ábsides, destruidos para construir la doble girola, aprovechando las cinco naves en que terminaba la cabecera. Gran originalidad tienen las bóvedas sexpartitas del transepto, que son rectangulares. Hay que destacar la originalidad de los pilares aquí situados por su gran variedad. La nave central se separa de las laterales por medio de grandes arcos apuntados que se apoyan sobre pilares de distinto grosor. Este tipo de bóvedas coinciden con el gótico primitivo francés. El triforio es distinto al de las demás catedrales góticas españolas. Es muy estrecho y por eso se le llama falso triforio. El falso triforio, es tan original como hermoso, al tener ventanales moldurados y decorados con estatuas de ángeles. El cimborrio o Torre del Ángel se construyó sobre el crucero para dar luz al interior a modo de linterna y con forma cuadrada. En el interior el segundo cuerpo se hace octogonal. Se cubre la torre con un tejado a cuatro aguas. Tengo que hacer mención al cariño que le tengo a esta ciudad, por el buen recibimiento que tuve en el mes de junio de 1986 por la exposición que realicé de pinturas al óleo, por la buenas críticas que hicieron a mi favor en prensa y radio de mis trabajos, desde aquí quiero agradecer a todos la bondad que tuvieron conmigo, y que jamás olvidaré como ciudad preciosa y de buena gente. *Todo el contenido de texto que aparece sobre la Catedral de Cuenca, procede de mi libro Historia y Arte en las Catedrales de España. (ISBN 978-84-686-3200-1). El Palacio Episcopal Se instaló en 1250 en unas casas que el Cabildo de la Catedral dio al Obispo Mateo Reinal. De aquellas casas, su origen fue musulmán. En 1535, el Obispo Diego Ramírez de Fuenleal decidió remodelar el palacio. Contrató a Pedro de Alviz, quien proyectó el palacio con un patio central, la labor de carpintería y albañilería se lo encomendó al carpintero Alonso de León. El patio del palacio, que se conserva en muy buen estado, es de planta cuadrada. El escudo de don Diego Ramírez, aparece aquí, al igual que en otras partes del edificio. A principios del siglo XVIII, el patio delantero sufrió una importante remodelación. Se hizo entonces una ampliación de la crujía que da a la fachada principal. En 1781 se cerró el patio principal, y se decoró el techo de uno de los salones de la planta noble. La iglesia de San Andrés Se construyó en el siglo XVI dirigido por el Arquitecto Pedro de Alviz, y la colaboración del Maestro de Cantería Sebastián de Arnani. La obra estuvo parada bastante tiempo, hasta que, avanzado el siglo XVI, Juanes de Mendizábal y su yerno, Pedro de Aguirre, la pusieron nuevamente en marcha. La humedad había dañado seriamente paredes y arcos del presbiterio, e incluso parece que afectaba a la cimentación. Asimismo, hay que citar las dos rejas que cierran las ventanas de la cabecera del tempo. Estas rejas se forjaron en el siglo XVI en los talleres conqueses, los cuales, en esa centuria, alcanzaron un gran esplendor. A finales del siglo XVII, se construyeron en el presbiterio los arcos que hoy vemos desnudos, en otro tiempo, cobijaron unos espléndidos retablos barrocos. En 1936 el templo sufrió gravísimos daños y después de la guerra civil fue cedido a las cofradías, con el fin de albergar sus pasos procesionales La Iglesia de San Miguel La iglesia se alza sobre una plataforma en la hoz del río Júcar, junto a la antigua muralla, y es una de las parroquias más antiguas de la ciudad. La iglesia fue cedida por el Obispado de Cuenca por mediación del concejal Gregorio de la Llana y Polo, siendo habilitada como sala de conciertos. En el siglo XV se añadió a la iglesia otra nave en el lado norte, que también se cerró con un artesonado mudéjar. En el siglo XVI se efectuó en la cabecera de la iglesia una fuerte remodelación, en la que intervinieron Esteban Jamete del escultor imaginero y entallador, aunque desarrollo la mayor parte de su actividad en España. En 1557, estando en Cuenca, fue detenido por la Inquisición y sometido a proceso por hereje, y el Maestro de Cantería Pedro de Yrízar. La cúpula, diseñada por Jamete, es ovalada y está decorada con motivos florales. En el siglo XVIII la iglesia sufrió una reforma radical. El primitivo cerramiento de las naves con madera fue cambiado: en la nave principal por bóveda de cañón con lunetos. La iglesia de San Nicolás de Bari Construida en el siglo XV, no se asemeja a las edificaciones renacentistas propias de este siglo. Su estructura que está más cerca de los planteamientos de la arquitectura románica que de la renacentista. Así como la orientación hacia el sur de su fachada principal típico también de las iglesias románicas. La iglesia está construida a base de muros de mampostería ordinaria, con revestimiento de mortero, y se encuentra reforzada en sus esquinas por sillería. El inmueble tiene tres fachadas muy sencillas. La principal, en la plaza de San Nicolás, contiene la puerta de acceso a la iglesia. La torre, adosada a la iglesia, tiene planta rectangular y está formada por dos cuerpos. La cubierta de la torre es de teja a cuatro aguas. La iglesia es de una sola nave, dividida en tres cuerpos. En el primer cuerpo se encuentra el Altar Mayor, encontramos una imagen del santo italiano, y unos nichos de mármol rojo a ambos lados del mismo. En el lado derecho del Altar hay una puerta, por la que se llega a unas escaleras, realizadas en piedra y con forma de hélice, que dan acceso a la campana de la torre. Iglesia de San Pedro Está situada en la parte más alta de Cuenca. Es del siglo XVIII y está construido sobre el solar de una antigua mezquita. Tiene planta octogonal con una enorme cúpula sobre tambor y un impresionante artesonado mudéjar del siglo XVI. En el siglo XVII, la torre de la iglesia estaba en tan mal estado que amenazaba ruina. A fines de 1660, se decidió proceder lo antes posible a su reedificación, de impedir su hundimiento. el siglo XVIII, durante el episcopado de José Flórez Osorio, la iglesia, como otras muchas de la diócesis de Cuenca, fue totalmente renovada, y el encargado de esta renovación, una vez más, fue el arquitecto José Martín de Aldehuela. Trabajó en la iglesia de Nuestra Señora de la Luz y en el convento de las Petras. En su interior hay obras del imaginero conquense Marco Pérez. La iglesia, después de la Guerra Civil Española, fue restaurada de los grandes destrozos que sufrió durante este periodo Iglesia de Santa Cruz Se construyó en el siglo XVI fue una de las primeras parroquias que hubo en dicha ciudad. Era una modesta construcción, de una nave, que estaba fabricada con mampostería y cubierta de madera. Actualmente se utiliza como sala de exposición y venta de productos artesanos. A mediados del siglo XVI, Juanes de Mendizábal el Viejo inició la reforma del templo y durante tres años estuvo al frente de la obra. En el siglo XVIII se hizo una importante remodelación, pues fue entonces cuando la iglesia se abovedó. La ejecución de la obra se encomendó al Maestro de Albañilería y Cantería Manuel de Santa María. Iglesia de El Salvador Del siglo XVI, se levantó en la baja Edad Media, cuando la ciudad vio aumentar su población y se expandió por el suroeste. Este templo, al igual que las otras iglesias que se edificaron en aquel tiempo, tenía una estructura muy simple, en este caso era de una nave amplia, con capillas entre los contrafuertes según la tradición levantina. En 1534, cuando se llevó el agua a la ciudad, y se pusiera una fuente en la puerta de la iglesia de El Salvador, para así abastecer a este barrio. A lo largo del siglo XVI, se hicieron diversas obras en la fábrica gótica, siendo las más importantes las que se llevaron a cabo, en los últimos años, en la capilla mayor y en la sacristía, en las cuales trabajaron los maestros de cantería Pedro de la Vaca, Pedro de la Viña, Martín de Mendizábal el Viejo y Toribio de la Haza. La torre actual se levantó en 1903. Luis López de Arce presentó el proyecto definitivo de la obra a realizar y dos años más tarde, la torre ya estaba en pie. Ermita de la Virgen de las Angustias Se trata de una pequeña edificación apartada del casco urbano y relacionada con la Semana Santa. Los conquenses lo conocen como la Ermita de las Angustias y tienen como tradición acompañar a la Virgen en su dolor del Viernes Santo. Sobre la ermita del siglo XIV se construyó la iglesia actual del XVII que sería ampliada en la segunda mitad del XVIII, con un proyecto de José Martín de Aldehuela. Se sitúa sobre el Júcar compartiendo el grandioso escenario con la Iglesia de San Miguel. Iglesia de la Virgen de la Luz Se levantó en el siglo XVI sobre la ermita que, según la tradición, mando edificar Alfonso VIII de Castilla llamado el de Las Navas o el Noble tras aparecérsele la Virgen, también llamada de San Antón, es albergue de la patrona de la ciudad, este hecho y su importancia como expresión del estilo rococó religioso, hacen de ella uno de los templos imprescindibles de Cuenca. Su gran cúpula elíptica sobre tambor con ventanas y linterna abunda en nuestra impresión, de este sorprendente edificio. La patrona culmina la sorpresa con su aspecto de virgen negra medieval. Iglesia San Pantaleón de Jerusalén Los orígenes de este templo datan del siglo XIII y según algunos historiadores perteneció a la orden de San Juan de Jerusalén, los antiguos Templarios que participaron en la reconquista de Cuenca. Los estudios de los historiadores determinan que entre finales del siglo XV y principios del XVI, el antiguo tempo de la orden del Hospital denominado por ese entonces San Juan Bautista se redujo a una ermita de una sola nave como consecuencia de la proximidad de nuevos templos como el de San Nicolás o la propia catedral. Ocho siglos después de su construcción, la iglesia vuelve a ser objeto de una remodelación. Convento de San Pablo Se empezó a construir en 1523 como convento de dominicos, se encuentra fuera del casco urbano, en un paraje de una gran belleza natural sobre la Hoz del Huécar, a bastante altura sobre el cauce del río y dando frente a las Casas Colgadas. Se ha comentado que el arquitecto de Pedro de Alviz, lo realizó bajo el ideal gótico, lo que hará que en este siglo XVI, de transición en España del gótico al Renacimiento, le resulte mucho más fácil, como a los demás artistas conquenses, adaptar a la decoración renacentista sus primeras estructuras El fundador, Juan del Pozo, canónigo de Cuenca, fue enterrado en medio del crucero de la iglesia del convento, con superficie de bajo relieve de piedra blanca. El sepulcro posteriormente fue retirado de en medio del crucero y adosado al muro de la derecha de la iglesia. Actualmente es el Parador el convento ubicado en un envidiable emplazamiento en la Hoz del Huécar, un compendio de escarpadas paredes y frondosa vegetación a las afueras de la ciudad, mirando hacia las mágicas casas colgadas. Convento de la Merced En 1648 de la orden de la Merced Calzada, los mercedarios dejaban su viejo convento, su primer asiento tras llegar a la ciudad en el siglo anterior, para instalarse en el Alcázar que, en el siglo XVI, y aún a principios del XVII, era el barrio donde algunas de las familias más poderosas y representativas de Cuenca El convento sufrió graves daños con motivo de la invasión francesa. En 1835, la desamortización de Mendizábal obligó a los frailes mercedarios a abandonar su casa. A fines del siglo XIX, el Ayuntamiento compró el convento con la intención de instalar un museo, sin embargo, en 1924, fue entregado al Obispado a cambio de las Casas Colgadas. En la actualidad el convento está ocupado por religiosas pertenecientes a la Congregación de las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Inmaculada, y su iglesia, que está cerrada al público. Desde 2003 es Monumento Histórico-Artístico Nacional. Convento de San Felipe Neri Fue dirigida por José Martín, sobre trazas dadas por Felipe Bernardo Mateo, maestro mayor de la diócesis de Cuenca. La iglesia de San Felipe Neri, que se alza sobre una cripta, es de una nave, muy espaciosa pero también muy corta, pues está dividida en dos estrechos tramos, lo que hace que el eje longitudinal apenas esté marcado. Tiene pequeñas capillas entre los contrafuertes, y sobre ellas hay unas tribunas que en otro tiempo estuvieron cerradas con celosías. Adquiere especial protagonismo durante la Semana Santa conquense, pues en sus escalinatas se canta el Miserere. Es usado en la liturgia católica en las Laudes de todos los viernes del año, dado su carácter penitencial El convento de San Pedro de las Justinianas También llamado Convento de las Petras. Está situado en la Plaza Mayor. Este convento de Monjas Justinianas de Cuenca fue fundado el año 1509 por el Canónigo de la Catedral de Cuenca, Alfonso Ruiz, según consta en Bula fechada en el año tercero del Pontificado del Papa León X. La comunidad pertenece a la Orden Justiniana, que proviene de la primera congregación de Canónigos Regulares fundados en San Jorge de Alga de Venecia en 1404 por San Lorenzo Justiniano fue el primer Patriarca de Venecia, por lo que la Orden está vinculada espiritualmente a esta Sede Patriarcal. De ella han salido en este último siglo tres Pontífices: San Pío X, Juan XXIII y Juan Pablo I. Durante el Pontificado de San Pío X, El edificio conventual es amplio y alegre, y esto es importante, ya que se observa la clausura papal y sólo se sale del recinto monástico por motivos de salud u otros concretos que determinen las Constituciones. Las dependencias del convento que quedó totalmente saqueado y en gran parte destrozado en 1936 a consecuencia de la Guerra Civil, está en buen estado gracias al esfuerzo de la Comunidad por su restauración y mejora. La Dirección General de Arquitectura llevó a cabo la restauración de la Iglesia. Convento de la Angélica Está situado en la ciudad de Cuenca, fue construido en el siglo XVI y está unido a la Iglesia de San Nicolás de Bari que se encuentra en la plaza del mismo nombre. El Convento fue fundado en el año 1561.por el Comendador Constantino del Castillo y de él destaca la portada, gótica y con arco de medio punto, con grandes dovelas. Su iglesia sería destruida durante Guerra Civil. Hoy día alberga la Escuela de Oficios Convento de las Celadoras del Sagrado Corazón de Jesús Se levantó en el siglo XVII y actualmente es sede de un hotel. Monasterio de la Concepción Franciscana Estaba ya edificado en 1504, año en que el canónigo Pérez de Montemayor se lo entregó a la Abadesa. Este monasterio, siguiendo los deseos del fundador, fue incorporado a la Orden de la Inmaculada Concepción. Se trata de un espléndido edificio situado en esquina, frente a la Hoz del Huécar y el casco antiguo de la ciudad, en la zona llamada Puerta de Valencia. La comunidad se estableció en Cuenca en el siglo XIV, pero la obra del convento actual es del XVI. La portada de la iglesia es barroca, y sobre ella destaca una espadaña de dos ojos. El canónigo Pérez de Montemayor estableció en las capitulaciones que la capilla mayor les serviría de enterramiento a él y a su familia; aunque ésta tanto los Montemayor como los Sánchez de Teruel disponía de su propia capilla en la iglesia de Santa María de Gracia. Cuando murió don Álvaro fue enterrado en la capilla mayor, delante del altar, en un sepulcro que había labrado el entallador Diego de Flandes, en 1512. En 2001 el Monasterio fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento Histórico-Artístico Nacional. Monasterio de los Franciscanos Descalzos El Convento de los Descalzos, como se le conoce popularmente, está en la Bajada de las Angustias, es una construcción del siglo XVI. Junto al convento se levanta la ermita el acceso es una puerta de estilo Rococó. En el atrio ajardinado del convento hay una cruz tallada en piedra, llamada la Cruz del Convertido, que tiene una mano esculpida que según la leyenda es la mano de Don Diego al que se aparece el demonio en la faz de una mujer que había seducido. El terror y el arrepentimiento le hacen ingresar en el convento a expiar sus culpas. Monasterio de Madres Benedictinas Fue fundado el día 14 de diciembre de 1448 por encargo Pedro Arias de Vamonde, canónigo de Cuenca. El edificio ocupa el extremo sur de la manzana definida por las calles de González Francés, Pósito y Esperanza, en el inicio de la falta del cerro sobre el que se asienta el casco antiguo de la ciudad en su vertiente hacia el río Huécar. Su planta es un polígono irregular, en el que se levanta la fachada de la calle del Pósito, La fachada SO es la principal del monasterio, donde se encuentra su puerta de acceso, la de mayor nobleza por su fábrica vista de sillería y mampostería. El edificio se desarrolla en un total de cinco plantas.
Más información en: http://www.historiayarqueologia.com/2016/11/la-ciudad-historica-amurallada-de-cuenca.html
Publicado por Historia y Arqueología© en www.historiayarqueologia.com
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