El Alcázar de los Reyes Cristianos, es un edificio de carácter militar ordenado construir por el rey Alfonso XI de Castilla en el año 1328, sobre construcciones anteriores (el Alcázar andalusí, antes residencia del Gobernador Romano y la Aduana, ubicada en uno de los márgenes del río Guadalquivir), en Córdoba, España. El conjunto arquitectónico tiene un carácter sobrio en su exterior y espléndido en su interior, con los magníficos jardines y patios que mantienen una inspiración mudéjar.
El Alcázar está declarado Bien de interés cultural desde el año 1931.1 Forma parte del centro histórico de Córdoba que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994.
Historia[editar]
Tras la conquista castellana de la ciudad, el solar ocupado por el antiguo alcázar andalusí fue repartido entre el rey Fernando III, el obispo, algunos nobles y la orden de Calatrava. Fue decidida su fortificación entre el año 1328 y 1329, por el rey castellano, Alfonso XI, sobre construcciones anteriores.
Alojamiento de reyes en sus estancias de Córdoba, los Reyes Católicos pasaron más de ocho años en la fortaleza, dirigiendo desde la misma, la campaña contra el Reino de Granada. En estas mismas dependencias (Torre del Homenaje), Cristóbal Colón solicitó fondos para su aventura marítima en el año 1486, así como vieron nacimiento uno de sus hijos, la infanta doña María, futura reina de Portugal.3
Tras la campaña de Granada y la finalización de las campañas contra los musulmanes en España, los Reyes Católicos cedieron el inmueble a las autoridades eclesiásticas, las cuales lo convirtieron en Tribunal del Santo Oficio, perdiendo entonces su carácter palaciego. En 1812, y tras la abolición por parte de las Cortes Constituyentes de Cádiz del Tribunal de la Inquisición, se convirtió en cárcel civil hasta que en el año 1931, se destinó a instalaciones militares, los cuales lo cedideron en el año 1955 al Ayuntamiento de Córdoba.
Actualmente el Alcázar es sede de diferentes eventos municipales, como la celebración de bodas civiles impartidas por diferentes ediles cordobeses, así como ser sede de eventos municipales, así como sede y exposición de presentaciones varias.
Exterior[editar]
Torres[editar]
Se encuentra rematado por cuatro torres (Paloma, Leones, Homenaje e Inquisición), dando al edificio una forma casi cuadrada.4
- La torre del Homenaje, de planta octogonal, se encuentra en la esquina noreste. Anteriormente también fue conocida como torre del Reloj debido a un reloj que hubo en la misma.5
- La torre de los Leones, de planta cuadrada, se encuentra en la esquina noroeste. En la base de esta torre se halla actualmente la puerta por la que entran los visitantes.5 Es la torre más antigua, datando del siglo XIII.6 Recibe su nombre de unas gárgolas con forma de león que se encuentran en su parte superior.67 En su interior encontramos dos plantas; en la planta baja se halla la recepción y en la alta está la capilla de San Eustaquio, que sirvió de capilla a los reyes católicos.8
- La torre de la Inquisición, de planta circular, se encuentra en la esquina suroeste. Recibe su nombre del hecho de que durante siglos almacenace el archivo del Tribunal de la Santa Inquisición.9 También fue conocida como torre de los Jardines.9
- La torre de la Paloma, de planta cuadrada, se encuentra en la esquina sureste. La torre original fue demolida a mediados del siglo XIX, siendo la actual una reconstrucción que data de la segunda mitad del siglo XX.10 También fue conocida como torre de la Vela.10
Interior[editar]
Salón de los Mosaicos[editar]
La sala principal del edificio, construida en el siglo XVIII, se denomina "Salón de los Mosaicos", ya que en ella se pueden admirar los impresionantes mosaicos encontrados a finales de los años 50 en la plaza de la Corredera y que formaban parte del circo romano, así como un sarcófago del siglo III. En la actualidad se trata de un lugar muy solicitado por los cordobeses para contraer matrimonio civil.411
En el subsuelo de la actual planta, es posible encontrar aún, restos de los que se creen era baños reales utilizados por altos dignatarios de la época musulmana.
Patio morisco[editar]
El patio morisco, también conocido como patio mudéjar, se encuentra en el lado occidental del alcázar. Es de planta cuadrada y se encuentra rodeado de galerías porticadas excepto en su cara oeste, donde se halla la muralla que conecta la torre de los Leones con la de la Inquisición y a través de la cual se puede acceder a los jardines del alcázar. El patio posee en su centro una fuente surtidor y dos estanques situados a ambos lados del mismo.
Patio de las mujeres[editar]
El patio de las mujeres, también conocido como patio oriental, se encuentra en el lado oriental del alcázar. Recibe su nombre de la época en la cual el alcázar fue utilizado como cárcel, ya que en este patio era donde se encontraba la sección femenina de la misma. En este patio se hallan restos arqueológicos de las distintas fases constructivas del alcázar así como de los edificios precedentes, el castellum romano y el alcázar andalusí.12
Sala de recepciones[editar]
La sala de recepciones, también conocida como sala del Océano, es una habitación de planta cuadrada situada junto al salón de los mosaicos.13 En uno de sus muros se halla incrustado un mosaico romano dedicado al dios Océano.13 También se encuentran aquí algunos sitiales del antiguo coro capitular, que datan del siglo XVII.13
Baños reales de Doña Leonor[editar]
Fueron construidos en 1328 por el rey Alfonso XI.14 Están estructurados en cuatro salas: sala de vestuario, sala fría, sala templada y sala caliente.14 Recibe su nombre de Leonor de Guzmán, amante del rey en cuyo honor se construyeron los baños.14
Jardines del Alcázar[editar]
La antigua Huerta del Alcázar se ha transformado en una impresionante superficie de aproximadamente 55.000m² de magníficos jardines con especies como palmeras, cipreses, naranjos y limoneros, que rodean a unos elegantes fuentes y estanques. Los jardines se estructuran en tres niveles: el jardín alto, el jardín medio y el jardín bajo.
El paseo de los Reyes es un paseo bordeado por una fila de cipreses cilíndricos y dividido en dos por dos estrechos estanques. En este paseo se hallan varias esculturas de los reyes que construyeron el alcázar, situadas sobre pedestales repartidos entre los setos.
El Alcázar de los Reyes Cristianos, fortaleza y palacio de sólidos muros, encierra en su interior gran parte de la evolución arquitectónica de Córdoba. Restos romanos y visigodos conviven con los de origen árabe en este majestuoso solar, ya que fue lugar predilecto de los distintos gobernantes de la ciudad. Cuando en 1236 Córdoba es conquistada por Fernando III el Santo, el edificio, que formaba parte del antiguo Palacio Califal, estaba totalmente asolado. Alfonso X el Sabio comienza su restauración, completada durante el reinado de Alfonso XI. A lo largo de la Historia se le ha dado múltiples usos, como Sede del Santo Oficio (Inquisición), o cárcel (en la primera mitad del siglo XIX).
El visitante que por primera vez vislumbra esta fortaleza se sorprende ante una construcción casi rectangular con extensos muros de sillares pétreos y cuatro torres que perfilan los ángulos (la de Los Leones, la del Homenaje, la de La Inquisición y la de Las Palomas) Dentro, las distintas dependencias se articulan en torno a patios con exóticas y bellas flores, hierbas aromáticas y frondosos árboles. Las estancias y corredores se cierran con cúpulas góticas de piedra.
En una de las galerías de acceso se exhibe un sarcófago pagano del primer cuarto del siglo III. En su frontal muestra un altorrelieve sobre una alegoría del paso de los difuntos hacia el más allá a través de una puerta entreabierta.
Resalta, de todas las salas una pequeña capilla barroca: el Salón de los Mosaicos, en la que se exponen piezas romanas de este tipo procedentes del subsuelo de la Corredera. Bajo esta estancia se encuentran los baños, de inspiración árabe, divididos en tres salas abovedadas con tragaluces estrellados. Éstas se comunican con la caldera situada bajo la torre del Homenaje.
De los dos patios, el Mudéjar llama la atención por su belleza. Con enlosado en mármol, el murmullo del agua que corre por los canales y albercas refresca el ambiente y relaja al fatigado visitante. Los extensos jardines que cierran el conjunto dan muestra de la monumentalidad y esplendor de este Alcázar cordobés.
El visitante que por primera vez vislumbra esta fortaleza se sorprende ante una construcción casi rectangular con extensos muros de sillares pétreos y cuatro torres que perfilan los ángulos (la de Los Leones, la del Homenaje, la de La Inquisición y la de Las Palomas) Dentro, las distintas dependencias se articulan en torno a patios con exóticas y bellas flores, hierbas aromáticas y frondosos árboles. Las estancias y corredores se cierran con cúpulas góticas de piedra.
En una de las galerías de acceso se exhibe un sarcófago pagano del primer cuarto del siglo III. En su frontal muestra un altorrelieve sobre una alegoría del paso de los difuntos hacia el más allá a través de una puerta entreabierta.
Resalta, de todas las salas una pequeña capilla barroca: el Salón de los Mosaicos, en la que se exponen piezas romanas de este tipo procedentes del subsuelo de la Corredera. Bajo esta estancia se encuentran los baños, de inspiración árabe, divididos en tres salas abovedadas con tragaluces estrellados. Éstas se comunican con la caldera situada bajo la torre del Homenaje.
De los dos patios, el Mudéjar llama la atención por su belleza. Con enlosado en mármol, el murmullo del agua que corre por los canales y albercas refresca el ambiente y relaja al fatigado visitante. Los extensos jardines que cierran el conjunto dan muestra de la monumentalidad y esplendor de este Alcázar cordobés.
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