Engracia de Zaragoza fue una santa mártir zaragozana nacida en Braga (Portugal).
Biografía y martirio[editar]
Murió víctima de la persecución decretada por Diocleciano en el 303. Fue mandada hacia el Rosellón con el fin de casarse con un noble rico de allá, la acompañaba su tío Lupercio, diecisiete nobles y una sirviente llamada Julia. Se hallaba en Zaragozamientras viajaba cuando fue puesta en marcha la persecución contra los cristianos. Intercedió por los cristianos ante los tribunales romanos haciéndose ella misma reo de tortura.
Le arañaron las carnes con garfios, le cortaron un pecho y le clavaron un clavo en la cabeza.
Se conservan sus restos en la iglesia basílica de Santa Engraciade Zaragoza.
Santa Engracia | ||
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Nacimiento | Finales del siglo III. Bracara Augusta | |
Fallecimiento | 303 Zaragoza | |
Venerada en | Iglesia Católica | |
Canonización | Antigua | |
Festividad | 16 de abril | |
Patronazgo | Aragón y Universidad de Zaragoza |
En tiempos del emperador Diocleciano (285-305) se produjo una de las más crueles y violentas persecusiones a los cristianos. A España, el Emperador envió como prefecto al cruel Daciano, quien hizo mártires a muchos cristianos que no renegaron de su fe.
Uno de estos mártires fue Santa Engracia, noble joven cristiana que se encontraba de paso en Zaragoza, y estaba acompañada de un numeroso cortejo para encontrarse con su prometido y luego contraer matrimonio cristiano. Valiente y guiada sin duda alguna por el Espíritu Santo, la Santa se presentó -junto con su séquito- ante Daciano y le reprochó su cruel conducta y actitud. El emperador, desoyendo los reproches de la santa, intentó, con halagos y promesas, que la santa renegase de su fe, recibiendo de ella la más firme negativa, pues Santa Engracia permaneció firme en su amor a Jesús.
Furioso, Daciano ordenó que la torturasen, junto con su valiente séquito, y luego él mismo le dio muerte.
San Benito José Labre (Amettes, Francia, 26 de marzo de 1748 - Roma, 16 de abril de 1783) fue un santo francés, conocido por ser un vagabundo. Fue canonizado en 1881.
Su vida[editar]
Siendo el mayor de una familia de quince hijos, es recibido a la edad de doce años en la casa de su tío, el cura de Érin, quien le da educación con vistas a que entrara en el seminario. Pero renuncia al sacerdocio teniendo miedo de perder su alma salvando la de los demás.
Después de haber sido rechazado en la Orden de la Trapa, intentó ingresar en la Cartuja.
El 6 de octubre de 1767 Benito José Labre, a la edad de 19 años, después de algunos meses en la comunidad de la Cartuja de Notre-Dame-des-Prés de Neuville-sous-Montreuil, es rechazado al no encontrar la vocación específica para esta Orden, de nuevo rechazado en la Trapa, toma el habito religioso en la abadía de Sept-Fons en 1769.
Sin embargo, tuvo que irse de la abadía cuando enfermó. Se dirige a Paray-le-Monial, después cerca de Lyon, a Dardilly, donde Pierre Vianney, el abuelo de San Juan María Vianney, ofrece su hospitalidad a ese vagabundo.
Rechazado en todas partes, Benito José finalmente escogió una vida de mendicante y de peregrino, yendo de santuario en santuario. El producto de su mendicidad lo ofrece a otros pobres, lo que le vale una reputación de santidad. Así se le ve cantar en voz alta las letanías de la Virgen María cerca de un tragaluz de una prisión y da a los prisioneros las monedas que le habían tirado por caridad.
Se hace miembro de la Tercera Orden Franciscana. Hace voto de no bañarse, por mortificación. Su ausencia de higiene y los parásitos se hicieron proverbiales. Su errar perpetuo, muy común en la Edad Media, edad de oro para las grandes peregrinaciones, es, en el siglo XVIII, en camino a la época de las Luces, lo que se agrega a su santidad.
Hace una peregrinación a Roma, a donde llega en diciembre de 1770, a Santiago de Compostela (1773), de nuevo a Roma en 1774, a Loreto en 1777. Se queda en Roma el año siguiente.
Según la leyenda, vivió seis años en las ruinas del Coliseo, antes de morir a los 35 años, el 16 de abril de 1783, un miércoles santo, en el domicilio del carnicero Zaccarelli quien lo había encontrado desmayado en el mercado de la Iglesia de Santa Maria dei Monti. La noticia de su muerte se extendió por toda Roma por los gritos de los niños: E morto il santo (el santo ha muerto). Parece que, por otro lado, pasó las noches en el Hospicio Evangélico de San Martín de los Montes.
Su entierro en la Iglesia de Santa Maria dei Monti dio lugar a manifestaciones de fe popular, y su cuerpo reposa bajo una piedra de mármol en el transepto derecho.
Posteridad[editar]
Es el santo patrono de la Parroquia de Amqui y de la municipalidad de Saint-Benoît-Labre en Québec, Canadá, de la comuna de Marçay en Francia, de los solteros, los mendigos, de los sin domicilio fijo, de los vagabundos, de los peregrinos, de los itinerantes y de las personas inadaptadas.
Dos artistas lo representaron en vida, la moda era de tomar un modelo entre los mendigos:
- el escultor André Bley, para una cabeza de Cristo, que serviría de modelo para los grabados;
- el pintor Cavalucci, del cual la pintura es conservada en Roma.
Su confesor, el abad Marconi, publica su biografía en el mismo año de su muerte; los recuerdos de su paso por el país de lengua germánica fueron publicados por Stutter en 1789.
A la Gloria de los Altares[editar]
- Beatificado en 1860 ante 40000 personas por el Papa Pío IX
- Canonizado el 8 de diciembre de 1881 por el Papa León XIII.
Sus reliquias descansan en parte, en su comuna de nacimiento, Amettes, al norte de Francia, otra parte en la basílica de Marçay que le está dedicada y que fue objeto alguna vez de su peregrinaje.
Su vida[editar]
Siendo el mayor de una familia de quince hijos, es recibido a la edad de doce años en la casa de su tío, el cura de Érin, quien le da educación con vistas a que entrara en el seminario. Pero renuncia al sacerdocio teniendo miedo de perder su alma salvando la de los demás.
Después de haber sido rechazado en la Orden de la Trapa, intentó ingresar en la Cartuja.
El 6 de octubre de 1767 Benito José Labre, a la edad de 19 años, después de algunos meses en la comunidad de la Cartuja de Notre-Dame-des-Prés de Neuville-sous-Montreuil, es rechazado al no encontrar la vocación específica para esta Orden, de nuevo rechazado en la Trapa, toma el habito religioso en la abadía de Sept-Fons en 1769.
Sin embargo, tuvo que irse de la abadía cuando enfermó. Se dirige a Paray-le-Monial, después cerca de Lyon, a Dardilly, donde Pierre Vianney, el abuelo de San Juan María Vianney, ofrece su hospitalidad a ese vagabundo.
Rechazado en todas partes, Benito José finalmente escogió una vida de mendicante y de peregrino, yendo de santuario en santuario. El producto de su mendicidad lo ofrece a otros pobres, lo que le vale una reputación de santidad. Así se le ve cantar en voz alta las letanías de la Virgen María cerca de un tragaluz de una prisión y da a los prisioneros las monedas que le habían tirado por caridad.
Se hace miembro de la Tercera Orden Franciscana. Hace voto de no bañarse, por mortificación. Su ausencia de higiene y los parásitos se hicieron proverbiales. Su errar perpetuo, muy común en la Edad Media, edad de oro para las grandes peregrinaciones, es, en el siglo XVIII, en camino a la época de las Luces, lo que se agrega a su santidad.
Hace una peregrinación a Roma, a donde llega en diciembre de 1770, a Santiago de Compostela (1773), de nuevo a Roma en 1774, a Loreto en 1777. Se queda en Roma el año siguiente.
Según la leyenda, vivió seis años en las ruinas del Coliseo, antes de morir a los 35 años, el 16 de abril de 1783, un miércoles santo, en el domicilio del carnicero Zaccarelli quien lo había encontrado desmayado en el mercado de la Iglesia de Santa Maria dei Monti. La noticia de su muerte se extendió por toda Roma por los gritos de los niños: E morto il santo (el santo ha muerto). Parece que, por otro lado, pasó las noches en el Hospicio Evangélico de San Martín de los Montes.
Su entierro en la Iglesia de Santa Maria dei Monti dio lugar a manifestaciones de fe popular, y su cuerpo reposa bajo una piedra de mármol en el transepto derecho.
Posteridad[editar]
Es el santo patrono de la Parroquia de Amqui y de la municipalidad de Saint-Benoît-Labre en Québec, Canadá, de la comuna de Marçay en Francia, de los solteros, los mendigos, de los sin domicilio fijo, de los vagabundos, de los peregrinos, de los itinerantes y de las personas inadaptadas.
Dos artistas lo representaron en vida, la moda era de tomar un modelo entre los mendigos:
- el escultor André Bley, para una cabeza de Cristo, que serviría de modelo para los grabados;
- el pintor Cavalucci, del cual la pintura es conservada en Roma.
Su confesor, el abad Marconi, publica su biografía en el mismo año de su muerte; los recuerdos de su paso por el país de lengua germánica fueron publicados por Stutter en 1789.
A la Gloria de los Altares[editar]
- Beatificado en 1860 ante 40000 personas por el Papa Pío IX
- Canonizado el 8 de diciembre de 1881 por el Papa León XIII.
Sus reliquias descansan en parte, en su comuna de nacimiento, Amettes, al norte de Francia, otra parte en la basílica de Marçay que le está dedicada y que fue objeto alguna vez de su peregrinaje.
San Benito José Labre | ||
---|---|---|
Nacimiento | 26 de marzo de 1748 Amettes, Francia | |
Fallecimiento | 16 de abril de 1783 (35 años) Roma, Italia | |
Venerado en | Iglesia Católica | |
Beatificación | 1860 por el Papa Pio IX | |
Canonización | 8 de diciembre de 1881 por el Papa León XIII. | |
Patronazgo | de los solteros, los mendigos, de los sin domicilio fijo, de los vagabundos, de los peregrinos, de los itinerantes y de las personas inadaptadas |
Benito José Labre, Santo
Laico, 16 de abril
Por: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Por: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Mendigo Penitente
Martirologio Romano: En Roma, Italia, san Benito José Labre, el cual, deseoso desde su adolescencia de una áspera vida penitente, realizó peregrinaciones a célebres santuarios, vistiendo harapos y contentándose con limosnas, dando ejemplo de piedad y penitencia, y regresado a Roma, se entregó a una vida de oración y de pobreza extrema. († 1783)
Etimológicamente: Benito = Aquel a quien Dios bendice, es de origen latino.
Fecha de canonización: 8 de diciembre de 1881 por el Papa León XIII.
Etimológicamente: Benito = Aquel a quien Dios bendice, es de origen latino.
Fecha de canonización: 8 de diciembre de 1881 por el Papa León XIII.
Le importó siempre muy poco que le viera la gente con aspecto desarreglado; tampoco le preocupaba demasiado el lugar más o menos cubierto donde iba a pasar la noche; y lo que menos le tiempo le llevaba era el pensamiento acerca de la disposición y orden de los manjares en la mesa. A decir verdad, más parecía mendigo que monje. Como los primeros, tenía el cielo por techo y por compañía las estrellas, iba de un sitio a otro sin más necesidad que el soporte de los pies; como los segundos, una túnica con escapulario, el rosario al cuello, crucifijo en el corazón y en el bolsillo de la túnica cabían unos mendrugos de pan y el Evangelio.
Así le vieron en Roma, Loreto, Fabiano y Bari. Así estuvo en los más renombrados lugares santos de Europa, sin descontar Montserrat ni Santiago de Compostela.
Comenzó su vida de fraile errante el día tres de setiembre del año 1770, después de haber recorrido a pie las muchas leguas que medían los caminos que separaban un monasterio de otros para llamar a sus puertas. Unos eran tan pobres que no podían recibir a un fraile más por imposibilidad de alimentarlo; para entrar en otros le falta la edad requerida; en aquel es recibido, pero los seis meses que estuvo dentro los pasó en la enfermería y el último -que le abrió de par en par las puertas- tuvo que dejarlo por las terribles tentaciones que sufría. No había modo humano de vivir con los frailes. Se nota que Dios no lo quiso al otro lado de los muros; no, no quiso que sus virtudes estuvieran cubiertas por las tapias. Lo quiso fraile y libre, sufrido y pobre a la vista, piadoso y lleno de bondad ante todos, aunque él pudiera presumir sólo de pobreza.
Había nacido, a lo que parece en una familia de pocos recursos, en Amettes, el 26 de Marzo de 1748, cuando el papa es Benedicto XIV -Próspero Lambertini- y Luis XV -que supo expresarse con la altanería de la época diciendo: "después de mí, el diluvio"- es el rey de Francia. Desde bien joven muestra a sus padres la inclinación que siente por la trapa, pero los mayores dejan el incierto asunto prevocacional para más adelante y lo ponen a estudiar. Hubo dos sacerdotes que influyen en su vida, su padrino el cura de Erin -donde justamente estaba cuando llegó la epidemia, se llevó al sacerdote y tuvo que regresar a Amettes- y el cura de Conteville -que consiguió en su momento el permiso paterno para buscar convento-. Es año 1766, justo el del "Motín de Esquilache", (porque esta es la hora de los "listos", quiero decir, de los Iluminados y Enciclopedistas: la del filósofo, político y jurista Charles-Louis de Secundat, barón de Montesquieu y la del más influyente y representativo de los escritores franceses Francois Marie Arouet o Voltaire), cuando este buen hombre comienza su acá para allá a golpe de sandalia o de pie, buscando un convento, cartuja o trapa que lo admita. Val Sainte Aldegonde, Notre-Dame des Près, Gran Trapa, Sept-Fonts y quizá algún otro más lo tuvo a la puerta, pero nada más.
Llevaba al engaño su aspecto de desdichado a quien le veía; él vivía feliz. Hace vida con los mendigos, pero no admite lo que a la casta le ofrece la gente, porque él nada necesita. Reza por las noches ante las puertas de las ermitas. Y su piedad es verdadera, ¿cómo va a ser falsa cuando llega a comentar al cura de Cossignano: "se ofende a Dios porque no se conoce su bondad"?. Es personaje que llega a hacerse conocido en los ambientes piadosos de Roma. Frecuenta las iglesias de los Santos Apóstoles, de Nuestra Señora de los Montes y Santa María la Mayor. Hay quien le vió -entre ellos el P. Daffini, familiar del cardenal Achinto- con un nimbo de luz, con rostro resplandeciente y con su cuerpo elevado del suelo, en levitación. Incluso llegan a atribuirle la curación milagrosa de un niño.
El miércoles Santo del 1783, asistiendo a los oficios religiosos, rodó por las escaleras; el carnicero Zaccarelli lo llevó a su casa, recibió Benito la extremaunción y murió.
Así se hacen los santos; así son las cosas de Dios. Él propone, el hombre quiere ¡y basta! Dios es muy Quién para hacer de un hombre libre un esclavo, de un mendigo un santo y de un pobre una promesa.
Así le vieron en Roma, Loreto, Fabiano y Bari. Así estuvo en los más renombrados lugares santos de Europa, sin descontar Montserrat ni Santiago de Compostela.
Comenzó su vida de fraile errante el día tres de setiembre del año 1770, después de haber recorrido a pie las muchas leguas que medían los caminos que separaban un monasterio de otros para llamar a sus puertas. Unos eran tan pobres que no podían recibir a un fraile más por imposibilidad de alimentarlo; para entrar en otros le falta la edad requerida; en aquel es recibido, pero los seis meses que estuvo dentro los pasó en la enfermería y el último -que le abrió de par en par las puertas- tuvo que dejarlo por las terribles tentaciones que sufría. No había modo humano de vivir con los frailes. Se nota que Dios no lo quiso al otro lado de los muros; no, no quiso que sus virtudes estuvieran cubiertas por las tapias. Lo quiso fraile y libre, sufrido y pobre a la vista, piadoso y lleno de bondad ante todos, aunque él pudiera presumir sólo de pobreza.
Había nacido, a lo que parece en una familia de pocos recursos, en Amettes, el 26 de Marzo de 1748, cuando el papa es Benedicto XIV -Próspero Lambertini- y Luis XV -que supo expresarse con la altanería de la época diciendo: "después de mí, el diluvio"- es el rey de Francia. Desde bien joven muestra a sus padres la inclinación que siente por la trapa, pero los mayores dejan el incierto asunto prevocacional para más adelante y lo ponen a estudiar. Hubo dos sacerdotes que influyen en su vida, su padrino el cura de Erin -donde justamente estaba cuando llegó la epidemia, se llevó al sacerdote y tuvo que regresar a Amettes- y el cura de Conteville -que consiguió en su momento el permiso paterno para buscar convento-. Es año 1766, justo el del "Motín de Esquilache", (porque esta es la hora de los "listos", quiero decir, de los Iluminados y Enciclopedistas: la del filósofo, político y jurista Charles-Louis de Secundat, barón de Montesquieu y la del más influyente y representativo de los escritores franceses Francois Marie Arouet o Voltaire), cuando este buen hombre comienza su acá para allá a golpe de sandalia o de pie, buscando un convento, cartuja o trapa que lo admita. Val Sainte Aldegonde, Notre-Dame des Près, Gran Trapa, Sept-Fonts y quizá algún otro más lo tuvo a la puerta, pero nada más.
Llevaba al engaño su aspecto de desdichado a quien le veía; él vivía feliz. Hace vida con los mendigos, pero no admite lo que a la casta le ofrece la gente, porque él nada necesita. Reza por las noches ante las puertas de las ermitas. Y su piedad es verdadera, ¿cómo va a ser falsa cuando llega a comentar al cura de Cossignano: "se ofende a Dios porque no se conoce su bondad"?. Es personaje que llega a hacerse conocido en los ambientes piadosos de Roma. Frecuenta las iglesias de los Santos Apóstoles, de Nuestra Señora de los Montes y Santa María la Mayor. Hay quien le vió -entre ellos el P. Daffini, familiar del cardenal Achinto- con un nimbo de luz, con rostro resplandeciente y con su cuerpo elevado del suelo, en levitación. Incluso llegan a atribuirle la curación milagrosa de un niño.
El miércoles Santo del 1783, asistiendo a los oficios religiosos, rodó por las escaleras; el carnicero Zaccarelli lo llevó a su casa, recibió Benito la extremaunción y murió.
Así se hacen los santos; así son las cosas de Dios. Él propone, el hombre quiere ¡y basta! Dios es muy Quién para hacer de un hombre libre un esclavo, de un mendigo un santo y de un pobre una promesa.
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