Cristóbal Magallanes y 24 compañeros, Santos
Memoria Litúrgica, 21 de mayo
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
La persecución religiosa de Méjico se extendió, en diferentes oleadas a lo largo de casi tres decenios del siglo XX. En 1911, apenas vencieron las fuerzas revolucionarias de Madero, sobre las de Porfirio Díaz, comenzó para los católicos un periodo de dos años en los que gozaron de igualdades jurídicas y políticas. En 1913, fue asesinado el presidente Madero, y fueron acusados los católicos y su jerarquía de se causantes o apoyar el asesinato, con lo cual fueron víctimas de una cruel persecución por las fuerzas revolucionarias. Venció el ejército de Carranza en 1914, que redactó la Constitucion anticlerical de 1917, donde se exiliaron a los obispos y la mayoría de los religiosos y el clero; se destruyeron iglesias y se prohibió el culto. En 1920, con la llegada del general Obregón se pusieron las bases para la paz religiosa, ablandando la censura, permitiendo el regreso de los obispos y el clero. En 1925, el presidente Calles, originó el cisma y volvió a la persecución religiosa, que originó un levantamiento del pueblo mejicano, llamados "cristeros" que reivindicaba la catolicidad del pueblo de Méjico, una parte del clero rural tuvo que ver en este levantamiento, y todo ello originó una fuerte persecución. Los obispos, la mayoría en el exilio, estuvieron divididos, y una parte no fue partidaria de la lucha armada. La Santa Sede a pesar de condenar la "Constitución de 1917", no apoyó a los "cristeros". El 1929, la Santa Sede consiguió y firmó con el gobierno mejicano "un modus vivendi" que comprometió al gobierno a firmar una amnistía a los clérigos y fieles y a deponer las armas a los cristeros. Hasta 1992, hubo en Méjico un estado laico, anticlerical, pero se "toleraba" a la Iglesia, hasta que se establecieron las relaciones diplomáticas con el Vaticano.
Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
25 Mártires Mexicanos
Martirologio Romano: Santos Cristóbal Magallanes, presbítero, y compañeros, mártires, que, perseguidos en diversas regiones de México en odio al nombre cristiano y a la Iglesia católica, por haber confesado fielmente a Cristo Rey alcanzaron la corona del martirio. († de 1915 a 1937).
Fecha de beatificación: 22 de noviembre de 1992 por S.S. Juan Pablo II
Fecha de canonización: 21 de mayo de 2000 por S.S. Juan Pablo II
Fecha de canonización: 21 de mayo de 2000 por S.S. Juan Pablo II
Breve Reseña
La persecución religiosa de Méjico se extendió, en diferentes oleadas a lo largo de casi tres decenios del siglo XX. En 1911, apenas vencieron las fuerzas revolucionarias de Madero, sobre las de Porfirio Díaz, comenzó para los católicos un periodo de dos años en los que gozaron de igualdades jurídicas y políticas. En 1913, fue asesinado el presidente Madero, y fueron acusados los católicos y su jerarquía de se causantes o apoyar el asesinato, con lo cual fueron víctimas de una cruel persecución por las fuerzas revolucionarias. Venció el ejército de Carranza en 1914, que redactó la Constitucion anticlerical de 1917, donde se exiliaron a los obispos y la mayoría de los religiosos y el clero; se destruyeron iglesias y se prohibió el culto. En 1920, con la llegada del general Obregón se pusieron las bases para la paz religiosa, ablandando la censura, permitiendo el regreso de los obispos y el clero. En 1925, el presidente Calles, originó el cisma y volvió a la persecución religiosa, que originó un levantamiento del pueblo mejicano, llamados "cristeros" que reivindicaba la catolicidad del pueblo de Méjico, una parte del clero rural tuvo que ver en este levantamiento, y todo ello originó una fuerte persecución. Los obispos, la mayoría en el exilio, estuvieron divididos, y una parte no fue partidaria de la lucha armada. La Santa Sede a pesar de condenar la "Constitución de 1917", no apoyó a los "cristeros". El 1929, la Santa Sede consiguió y firmó con el gobierno mejicano "un modus vivendi" que comprometió al gobierno a firmar una amnistía a los clérigos y fieles y a deponer las armas a los cristeros. Hasta 1992, hubo en Méjico un estado laico, anticlerical, pero se "toleraba" a la Iglesia, hasta que se establecieron las relaciones diplomáticas con el Vaticano.
Fueron muchos los fieles que sufrieron el martirio por defender su fe, de entre ellos presentamos ahora a veinticinco que fueron proclamados santos de la Iglesia por Juan Pablo II.
El milagro de su canonización
Uno de los pasos formales en las causas de canonización en la iglesia católica es la verificación de un milagro obrado por Dios por intercesión del o de las personas para quienes se busca su inclusión en el canon de santos. En el caso de este grupo de 25 mártires cristeros, María del Carmen Pulido Cortes de Guadalajara, México, experimentó ese milagro.
Pulido, diagnosticada con una enfermedad incurable luego de que se descubrieran quistes (algunos extirpados quirúrgicamente) en el pecho, fue a Roma para el pedido de beatificación -de este grupo de mártires- acompañando a Fray José de Jesús Gálvez Amezcua, director en ese momento de un seminario de Guadalajara. "Fui a Roma y rogué por mi curación, pero no sucedió", relató ella en una entrevista.
En 1993, Fray Gálvez le dio a Pulido un crucifijo de plata que contenía pequeños trozos de ropa, sangre y huesos de los 25 mártires cristeros. Ella colocó el crucifijo sobre su pecho. “Estaba muy enferma”, le dijo al periodista, “pero apenas mi madre me dio la cruz con las reliquias sentí alivio. La cura fue instantánea”. Los médicos confirmaron que Pulido estaba completamente curada pero no pudieron explicar lo que había sucedido.
Luego de seis años de extensas investigaciones la Congregación para la Causa de los Santos presentó al Papa Juan Pablo II el caso y él firmó el decreto reconociendo el mismo como un milagro.
Los 25 santos canonizados el 21 de mayo del 2000 fueron:
Cristobal Magallanes Jara, Sacerdote
Roman Adame Rosales, Sacerdote
Rodrigo Aguilar Aleman, Sacerdote
Julio Alvarez Mendoza, Sacerdote
Luis Batis Sainz, Sacerdote
Agustin Caloca Cortés, Sacerdote
Mateo Correa Magallanes, Sacerdote
Atilano Cruz Alvarado, Sacerdote
Miguel De La Mora De La Mora, Sacerdote
Pedro Esqueda Ramirez, Sacerdote
Margarito Flores Garcia, Sacerdote
Jose Isabel Flores Varela, Sacerdote
David Galván Bermúdez, Sacerdote
Salvador Lara Puente, Laico
Pedro de Jesús Maldonado Lucero, Sacerdote
Jesus Mendez Montoya, Sacerdote
Manuel Morales, Laico
Justino Orona Madrigal, Sacerdote
Sabas Reyes Salazar, Sacerdote
Jose Maria Robles Hurtado, Sacerdote
David Roldan Lara, Laico
Toribio Romo Gonzalez, Sacerdote
Jenaro Sanchez Delgadillo
David Uribe Velasco, Sacerdote
Tranquilino Ubiarco Robles, Sacerdote
Pulido, diagnosticada con una enfermedad incurable luego de que se descubrieran quistes (algunos extirpados quirúrgicamente) en el pecho, fue a Roma para el pedido de beatificación -de este grupo de mártires- acompañando a Fray José de Jesús Gálvez Amezcua, director en ese momento de un seminario de Guadalajara. "Fui a Roma y rogué por mi curación, pero no sucedió", relató ella en una entrevista.
En 1993, Fray Gálvez le dio a Pulido un crucifijo de plata que contenía pequeños trozos de ropa, sangre y huesos de los 25 mártires cristeros. Ella colocó el crucifijo sobre su pecho. “Estaba muy enferma”, le dijo al periodista, “pero apenas mi madre me dio la cruz con las reliquias sentí alivio. La cura fue instantánea”. Los médicos confirmaron que Pulido estaba completamente curada pero no pudieron explicar lo que había sucedido.
Luego de seis años de extensas investigaciones la Congregación para la Causa de los Santos presentó al Papa Juan Pablo II el caso y él firmó el decreto reconociendo el mismo como un milagro.
Los 25 santos canonizados el 21 de mayo del 2000 fueron:
Cristobal Magallanes Jara, Sacerdote
Roman Adame Rosales, Sacerdote
Rodrigo Aguilar Aleman, Sacerdote
Julio Alvarez Mendoza, Sacerdote
Luis Batis Sainz, Sacerdote
Agustin Caloca Cortés, Sacerdote
Mateo Correa Magallanes, Sacerdote
Atilano Cruz Alvarado, Sacerdote
Miguel De La Mora De La Mora, Sacerdote
Pedro Esqueda Ramirez, Sacerdote
Margarito Flores Garcia, Sacerdote
Jose Isabel Flores Varela, Sacerdote
David Galván Bermúdez, Sacerdote
Salvador Lara Puente, Laico
Pedro de Jesús Maldonado Lucero, Sacerdote
Jesus Mendez Montoya, Sacerdote
Manuel Morales, Laico
Justino Orona Madrigal, Sacerdote
Sabas Reyes Salazar, Sacerdote
Jose Maria Robles Hurtado, Sacerdote
David Roldan Lara, Laico
Toribio Romo Gonzalez, Sacerdote
Jenaro Sanchez Delgadillo
David Uribe Velasco, Sacerdote
Tranquilino Ubiarco Robles, Sacerdote
Hemming de Abo, Santo
Obispo, 21 de mayo
Por: Cristina Huete García | Fuente: hagiopedia.blogspot.com
Nació en Bälinge, al norte de Uppsala, Suecia. Visto sus actitudes a la vida sacerdotal, fue enviado a estudiar Teología en Uppsala, en la escuela depediente de la catedral; después de ser ordenado presbítero, prosiguió sus estudios en la Universidad de París donde conoció, entro otros insignes maestros a Pietro Ruggero de Rosière, que será después el papa Clemente VI.
Por: Cristina Huete García | Fuente: hagiopedia.blogspot.com
Obispo
Martirologio Romano: En Abo (hoy Turku), en Finlandia, san Hemming, obispo, que, inflamado por el celo pastoral, restauró la disciplina en esta Iglesia con el inicio de un sínodo, favoreció los estudios de los clérigos, dio mayor decoro al culto divino y promovió la paz entre los pueblos (†1366).
Fecha de canonización: En 1514 el papa León X confirmó su culto.
Breve Biografía
Nació en Bälinge, al norte de Uppsala, Suecia. Visto sus actitudes a la vida sacerdotal, fue enviado a estudiar Teología en Uppsala, en la escuela depediente de la catedral; después de ser ordenado presbítero, prosiguió sus estudios en la Universidad de París donde conoció, entro otros insignes maestros a Pietro Ruggero de Rosière, que será después el papa Clemente VI.
En 1329 fue nombrado canónigo de la catedral de Abo (hoy Turku), en aquella parte del reino sueco de nombre Osterland (hoy Filandia). Echó las bases de la primera biblioteca pública de la ciudad de Abo; fue la admiración del clero local, y parecía natural que a la muerte del obispo Bengt, en el 1338, fuese elegido, por unanimidad, por los canónigos reunidos y que contrariamente al reglamento no votasen y escribieran palabras de elogio y aprecio por su persona, en la carta que comunicaba su decisión al obispo de Uppsala, de la que dependía la diócesis de Abo.
Inflamado por el celo pastoral, embelleció el culto divino, dio gran importancia e incremento a las escuelas para sacerdotes anejas a la catedral (precursoras de los seminarios diocesanos), incrementó el tesoro de la catedral y regaló a la diócesis su rica biblioteca de libros de Teología y Derecho canónico; dispuso que los alumnos más aptos entre los aspirantes al sacerdocio pudieran ir a París a estudiar.
La organización de la diócesis desde la más pequeña parroquia, la liturgia, las festividades, la administración de los bienes, el descanso festivo, etc. fueron discutidos y reglamentados en los sínodos convocados por él. Si se lee los artículos y los argumentos que se propusieron, parece que se hable de una diócesis de nuestros días y no del lejano 1352.
Viajó mucho en una época que esto no era fácil; hacía el 1347, marchó a Francia, por encargo de santa Brígida de Suecia a quien le unía una gran amistad, donde visitó al papa Clemente VI, que estaba en Aviñón para persuadirlo a retornar a Roma, además animado de un deseo de paz, quiso apaciguar, sin conseguirlo, al rey de Francia con el de Inglaterra que estaban en guerra.
Murió después de 29 años de episcopado, y enseguida fue considerado santo. No está reconocido oficialmente como santo, porque se ha perdido las Actas que sobre su vida se recopilaron, aunque tiene culto litúrgico.
Hospicio de Niza, Santo
Ermitaño, 21 de mayo
Por: Cristina Huete García | Fuente: hagiopedia.blogspot.com
Natural de Egipto. Eremita junto a Villefrance, Niza. Según un hagiógrafo: "Era un eremita vestido de áspero cilicio, rodeado de cadenas de hierro y atado a una de ellas dentro de una torre, comiendo sólo un poco de pan con dátiles y algunas raíces de hierbas, y bebiendo sólo agua". Predijo la invasión de los lombardos pues tenían a Dios muy enojado con su “infidelidad, poca reverencia a los templos, poco amor a los pobres y otros infinitos vicios”. Convirtió a muchos. Estuvo siempre atado a unas cadenas en el interior de una torre en Niza.
Por: Cristina Huete García | Fuente: hagiopedia.blogspot.com
Ermitaño
Martirologio Romano: En la ciudad de Niza, en Provenza, Francia, san Hospicio, ermitaño, varón de admirable espíritu de penitencia, que predijo la llegada de los longobardos († c.581).
Breve Biografía
Natural de Egipto. Eremita junto a Villefrance, Niza. Según un hagiógrafo: "Era un eremita vestido de áspero cilicio, rodeado de cadenas de hierro y atado a una de ellas dentro de una torre, comiendo sólo un poco de pan con dátiles y algunas raíces de hierbas, y bebiendo sólo agua". Predijo la invasión de los lombardos pues tenían a Dios muy enojado con su “infidelidad, poca reverencia a los templos, poco amor a los pobres y otros infinitos vicios”. Convirtió a muchos. Estuvo siempre atado a unas cadenas en el interior de una torre en Niza.
Se cuenta que cuando llegaron los lombardos, lo encontraron viejo y atado a su cadena, creyeron que era un criminal, y él no lo negó, entonces allí mismo quisieron matarlo, y al levantar la espada, el brazo de su ejecutor quedó paralizado, comprendiendo los lombardos que en aquel hombre había algo sobrenatural, su verdugo, se convirtió permaneciendo el resto de su vida junto a él. San Gregorio de Tours resaltó de él su austeridad de vida, el espíritu profético y el don de milagros. Su sepulcro se convirtió en meta de peregrinaciones. Es muy venerado en la diócesis de Niza. La Catedral posee como reliquia un pequeño hueso de su mano; otras reliquias están en Viilefranche, La Turbie y Cap-Ferrat.
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