sábado, 22 de marzo de 2014

LENGUA - ANTOLOGÍA LITERARIA DEL RENACIMIENTO




OBRAS DE : GUTIERRE DE CETINA .-

Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.
Cubrir los bellos ojos
con la mano que ya me tiene muerto,
cautela fue por cierto,
que así doblar pensaste mis enojos.
Pero de tal cautela
harto mayor ha sido el bien que el daño;
que el resplandor extraño
del sol se puede ver mientras se cela.
Así que, aunque pensaste
cubrir vuestra beldad, única, inmensa,
yo os perdono la ofensa,
pues, cubiertos, mejor verlos dejaste.

Para ver si sus ojos eran cuales
la fama entre pastores extendía,
en una fuente los miraba un día
Dórida, y dice así, viéndolos tales:
"Ojos, cuya beldad entre mortales
hace inmortal la hermosura mía,
¿cuáles bienes el mundo perdería
que a los males que dais fuesen iguales?
Tenía, antes de os ver, por atrevidos,
por locos temerarios los pastores
que se osaban llamar vuestros vencidos;
mas hora viendo en vos tantos primores,
por más locos los tengo y perdidos
los que os vieron si no mueren de amores."




No miréis más, señora, 
con tan grande atención esa figura, 
no os mate vuestra propia hermosura. 
Huid, dama, la prueba
de lo que puede en vos la beldad vuestra.
Y no haga la muestra 
venganza de mi mal piadosa y nueva. 
El triste caso os mueva 
del mozo convertido entre las flores 
en flor, muerto de amor de sus amores
. 

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