Castillos de la provincia de Huesca
El castillo del Monzón es un castillo-fortaleza de origen musulmán situado en la población de Monzón (Huesca). Su momento de mayor relevancia política se da durante la dominación de la Orden del Temple, pero al situarse en un lugar geográfico estratégico y ser de difícil conquista, ha sido lugar de interés bélico en todas las guerras sucedidas en el territorio desde el siglo X hasta el siglo XX. El castillo actual muestra tanto su uso durante unos 1000 años como el reflejo de la arquitectura militar de ese periodo, principalmente la desarrollada por la Orden del Temple y la arquitectura militar deEdad Moderna.
De origen árabe (Siglo X) pasa a manos cristianas en 1089 al ser conquistada la población por Sancho Ramírez. En 1143 el castillo es cedido a la orden del Temple y es completado con la adición de murallas, torres, caballerizas, refectorio y dormitorios. El rey Jaime Iresidió durante su niñez en la fortaleza protegido por los templarios.
En 1309, al darse la orden de disolución del temple, el castillo es asediado por el ejército de Jaime II hasta que capitula.
La fortaleza siguió manteniendo guarniciones hasta el siglo XIX, lo que provocó la lógica evolución en sus murallas y defensas. Su aspecto exterior definitivo es del siglo XVIII. Durante la Guerra de la Independencia fue tomado por las tropas francesas del mariscalSuchet y liberado en 1814 por el Ejército español del generalCopons merced a una estratagema debida al militar y aventurero español Juan Van Halen, luego teniente general, que por el mismo procedimiento había conseguido la toma por los españoles de las plazas de Lérida y Mequinenza.
Actualmente se encuentra parcialmente restaurado y está declarado como Monumento Nacional.
El castillo de Monzón (Huesca) atesora una historia plagada de curiosidades. Fue fortaleza templaria, en ella se custodió durante años la «Tizona», la famosa espada de El Cid Campeador, quien casó a su hija Cristina con uno de los señores de Monzón, Ramiro Sánchez, cuyo hijo sería el rey de Navarra García Ramírez... Son algunos de los episodios de una fortaleza que, en nuestros días, sigue dando fe de su esplendor originario, una mole concebida para resistir envites en la Edad Media y desde la que, durante siglos, se dominó una estratégica y significativa parte del Reino y de la Corona de Aragón.
Ahora, el castillo de Monzón, de origen musulmán, llama a las puertas de la Unesco. Cuando menos eso pretende el Ayuntamiento de esta localidad altoaragonesa, que ha pedido al Gobierno aragonés que promueva la candidatura del casco antiguo de Monzón para ser presentada ante la Unesco. El Ayuntamiento quiere que este núcleo urbano de origen medieval sea declarado Patrimonio de la Humanidad, pero para ello se requiere pasar varios filtros previos antes de llegar a la Unesco: primero, el del Gobierno aragonés; después, el del Gobierno central.
Al patrimonio arquitectónico medieval que atesora esta localidad se une la rica historia que le acompaña. Por ejemplo, su catedral de Santa María del Romeral, de origen románico, fue sede de una quincena de sesiones de las Cortes de la Corona de Aragón entre los años 1220 y 1626.
En este mismo castillo templario fue educado en su infancia el rey aragonés Jaime I. Fue instruido, entre los años 1214 y 1217, por el maestre de la Orden del Temple Guillém de Montrodón.
Los templarios dominaron las tierras de esta parte del Reino de Aragón desde el año 1143 hasta la orden de disolución de la Orden, en 1309. Llegaron a peseer 28 iglesias, repartidas por una extensa área geográfica que incluía un amplio número de poblaciones. Diversos historiadores consideran probado que la espada de El Cid Campeador, la legendaria Tizona, fue custodiada por los templarios en el castillo de Monzón durante años.
El Castillo de los Mur de Morillo de Monclús es un conjunto fortificado, ubicado en el extremo SO de la plataforma superior1 del tozal sobre el que se asienta la localidad oscense, compuesto por la iglesia, la casa de los Mur y por otras edificaciones secundarias.
La casa fuerte consta de dos pisos elevados sobre un sótano y está alineada con el muro de los pies de la iglesia, de forma que ofrece un largo frente fortificado colgado sobre el corte abrupto que conforma el promontorio en el lado oeste.
Al norte de ambas se extiende una explanada2 flanqueada por los restos de una antigua torre medieval y otro edificio anexo que sirvieron de acceso al conjunto y de cerramiento defensivo por el lado N.
Lo más llamativo del conjunto es un arco rebajado de 7,70 m de luz y 32 dovelas de arista biselada, que se ha conservado estabilizado a pesar de su escasa curvatura. El que se distribuyan varias aberturas sobre él incrementa la tensión visual, aunque en realidad aligera el peso que tiene que soportar.
En los años 70 se realizó la compra de la Casa de los Mur por un particular y en el 2008 terminaron las obras de restauración y rehabilitación como vivienda. Con estas obras de restauración se han solucionado los problemas que el arco rebajado comenzaba a ocasionar tras la restauración de la cubierta.
En el interior, grabado en un dintel de piedra sobre una puerta, figura el escudo de los Mur en el que se puede leer “Morillo”.
Al igual que en otros casos, la familia Mur construyó su Casa Fuerte sobre restos de construcciones fortificadas medievales. El edificio anexo a la iglesia fue concebido como residencia. En siglos posteriores, se utilizó como abadía. Los restos de la torre medieval y el edificio anexo fueron utilizado en época contemporánea como casa consistorial.
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