Castillos de la provincia de Huesca
El castillo de Marcuello de variada grafía en documentos antiguos —«Marcorllo», «Mequrlo», etc.— era uno de los principales castillos aragoneses del sector central del Prepirineo, formando un grupo geográfico con los existentes en Murillo, Agüero, Ayerbe y Loarre, que, a comienzos del siglo XII, gobernaba la reina viuda Berta.
Historia
Entre todos ellos, parece el de más moderna fundación, muy probablemente por Sancho Ramírez de Aragón antes de 1074, en que lo custodiaba Pedro Sánchez a título permanente hasta 1105, juntamente con los nada cercanos castillos de Luesia, Cacabiello y Boltaña. Después lo tuvieron Barbatuerta y Sancio Enecanes (1110-1160), para perder luego toda nombradía, pues sólo conocemos que estuvo en manos del omnipotente Antón de Luna a comienzos del Siglo XV, Un documento de 1488 nos revela que Marcuello estaba habitada aún (vid. Sangorrin), pero sus vecinos descendieron después a Sarsamarcuello y Linás de Marcuello, al igual que ocurrió enLoarre, estando ya deshabitado en 1610 (LABAÑA)
Situación
El emplazamiento de Marcuello es magnífico, superando a Loarre por su campo de visualidad. La ruta del río Gállego, que a sus pies se ensancha dejando atrás las montañas y los célebres Mallos de Riglos, quedaba perfectamente dominada desde su elevadísimo espolón, a cota bastante más elevada que las fronteras de Ayerbe y Murillo, Sobre la superficie, bastante plana y amplia, del espolón quedan las ruinas de la torre y dos iglesias románicas.
Estructura
El castillo tenía la sencilla estructura de los muchos de la zona: una torre levantada sobre una roca y un recinto amurallado que la rodeaba, del que sólo queda un lienzo recto de tosca mampostería que contrasta con la buena sillería de la torre. De ésta, arruinada en 1808 según Quadrado, únicamente está en pie una pared y fragmentos de sus colaterales, pero los cimientos del resto nos revela que era un soberbio donjón cuadrado de 11 metros de lado, insólito en el siglo XI, pues nos plantea el problema de la cubrición de sus suelos por la dificultad de encontrar rollizos de tanta longitud. En los donjones de Abizanda y Biel, aunque de mayor longitud, su anchura es menor, y se resuelve extendiendo los rollizos sobre arcos fajones de piedra relativamente próximos, pero en Marcuello no aparecen los característicos arranques de dichos arcos, sino las impostas corridas y los mechinales, advirtiéndose que tenía cinco plantas. En las tres superiores muestra saeteras abocinadas, que interiormente, son de arco semicircular en la inferior y adinteladas en las otras dos. En cuanto a su datación, puede muy bien ser del tiempo de Sancho Ramírez (último tercio del siglo XI).
A pesar de las repetidas denuncias en prensa sobre el abandono de lo que resta de la torre de Marcuello, y de la inevitable comparación con las actuaciones de consolidación llevadas a cabo en Perarrua, prosigue inexorable su derrumbe sin que pueda hacer más que manifestarlo y dar testimonio fotográfico de la dejadez hacia nuestro Patrimonio (22.Febrero.2004).2Por la carretera que une Ayerbe con Loarre; un par de kilómetros antes de este lugar; y enfrente del desvío al pantano de Las Navas, sale un ramal a izquierda que nos lleva hacia Sarsamarcuello. El track GPS que ofrezco contiene una bonita variante que es acceder desde la mitad de la carretera que asciende al castillo de Loarre, a media ladera de la sierra, hasta el castillo. Buena pista, si la climatología lo permite. Atravesando el pueblo y siguiendo serpenteante pista ascendente hacia el noroeste, llegamos a la impresionante situación del castillo de Marcuello. (Necesario 4 x 4).Durante buena parte del recorrido, se divisa claramente los restos de la torre, facilitando la orientación. Es visible desde gran parte de la Sotonera, vigilante sobre el estrecho que el Gállego ha tallado en la sierra. Desde el comienzo de la última amplia curva antes de llegar a la plataforma en que asienta el castro, la vista de conjunto del mismo, merece la pena "parada y foto" (Imagen 3)Desde su plataforma, de la que se eleva la torre sobre un montículo, (Imagen 1) se domina visualmente gran parte de la Sotonera, la entrada del Gállego en la misma a través del portillo del que forman parte los Mallos de Riglos (Imagen 15) y el curso medio de dicho río en el llano. Además, se controla visualmente Murillo de Gállego y el valle que por Agüero-San Felices-San Miguel de Liso toma dirección a las Altas Cinco VillasEn los días despejados se ve el Moncayo, al sudoeste. La ermita de San Miguel (Imagen 4) de la que queda la cabecera y el primer tramo de la nave, románica del XII, subsiste a pesar del olvido. Junto a ella, la pista sigue hacia el este, al "mirador de los buitres", con espectaculares vistas sobre los mallos de Riglos (Imagen 15).Otra pista desde la citada ermita; en dirección norte permite el paso a los más aventurados hacia el pantano de la Peña, por la foz de Escalete.El castillo, se construyó a mediados del XI y fue reformado por Sancho Ramírez. En la actualidad a duras penas se resiste a venirse abajo el lienzo norte de su torre. Quedan vestigios del recinto y al sur de la torre, se conserva la iglesia del castillo con aspecto en su cabecera sobrio y defensivo como un cubo de muralla (Imagen 9). Muy retocada en el XVII, conserva una interesante cripta.La torre de la capilla del castillo (Imagen 7), también presenta aspecto sobrio y defensivo. Ambas están realizadas en cuidada y ajustada sillería. Edificaciones del XVII, ocultan su fachada sur (Imagen 6).
La torre del castillo de Marcuello tuvo 40 m cuadrados de planta y la altura de su lienzo es de 17 m. Sus muros tienen 1,80 m. de espesor Fortificación construida por Sancho Ramírez entre 1070 y 1090, tiene en común con las de la época su construcción de piedra sillar trabajada solo a puntero.
A juzgar por lo que resta de la torre debió tener 4 plantas rematadas por una falsa o sobrado, como era lo habitual. (Imágenes 5 y 10 a 12). Se aprecian tres retranqueos en su muro oeste, para sustentar el suelo de las mismas. La planta baja, o almacén, con vanos de ventilación (Imagen 11), aspillerados al exterior, asienta sobre la roca maciza (Imagen 5)La planta 2, de acceso, de la que no se ha conservado el lienzo que contuviese la puerta (probablemente abriese al sur, hacia el interior del recinto), conserva dos vanos de medio punto, dovelados y con sesgo convergente en su dirección. Al exterior son aspillerados y rematados por pequeño dintel monolítico que remeda medio punto (Imagen 14)
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La planta 3, defensiva, muestran dos vanos enteros con mechinales reveladores de la existencia de cadalso; y al exterior, el inicio de otro vano alineado con los descritos. Tendría pues, tres vanos con cadalso en este lienzo (Imágenes 8 y 14)La planta 4 posee otro vano de similares características tresbolillado con los inferiores, y la jamba interna de otro, por lo que este lienzo tendría dos vanos con cadalso. El conjunto se cerraría, como es habitual, mediante tejado de madera a dos aguas sobre falsa o sobrado, con pequeños vanos que no se aprecian. Es lamentable su estado y sobre todo el abandono, que no le augura ningún buen porvenir.No sería excesivamente costoso ni difícil consolidar estos históricos restos, al estilo de lo que se ha hecho, por ejemplo, en lo que resta de la torre de Perarrúa.
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Las imágenes 15 y 16 muestran la impresionante vista que desde la proximidad del castillo se tiene sobre los mallos de Riglos y el portillo de la penetración del Gállego en la llanura oscense. La primera está tomada desde el "mirador de los buitres", una especie de bunker desde el que observar las grandes rapaces, que pasan majestuosas muy cerca, sin advertir nuestra presencia. Es una de las salidas en el entorno de Huesca que merece la pena hacer (necesario 4 x 4).La segunda muestra un atardecer con la oscuridad amenazante que por dejadez se cierne sobre el porvenir de este sitio histórico.
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El castillo de Montearagón está ubicado en la cima de un monte redondo y elevado llamado monte Aragón que dio nombre al castillo-abadía. Fue concebido como un conjunto arquitectónico fortificado, compuesto de castillo con viviendas militares intramuros y además albergó en su interior una rica iglesia y monasterio real. Fue fundado y construido por Sancho Ramírez de Aragón en estilo románico, su residencia y lugar de cortes hasta su muerte, acaecida en la toma de Huesca. La abadía canónica bajo el nombre de abadía de Jesús de Nazaret de Montearagón estuvo siempre bajo la regla de san Agustín y con el patronazgo real fue uno de los monasterios más notables de la Edad Media. En el siglo XII ciento cuatro iglesias y villas estaban bajo su jurisdicción. Sus monjes tenían escaño en las cortes del reino de Aragón.
La función militar del castillo concluyó entre la toma de Huesca y el fin de las guerras hispano-árabes en la península pero la del abadiato continuó por cerca de 750 años.
Tras las campañas iniciales de su padre Ramiro I de Aragón, desde el Condado de Aragón y Reino de Pamplona sobre laTaifa de Zaragoza, este castillo-monasterio formará parte constituyente de los orígenes de la Casa Real de Aragón. También por designios del monarca, en sus aledaños se construyó la villa de Montearagón que en su primer uso y función alojaba los ejércitos del rey, situaba así Sancho I todo este baluarte cristiano cerca de Huesca, ahora yace en ruinas. Fue declaradoMonumento Nacional en 1931.
Situación actual
Se localiza en el municipio de Quicena, en la provincia de Huesca. Fue declarado Monumento Nacional en 1931.
Actualmente aún se observa su silueta visible desde gran parte de la comarca, distinguiéndose en ella la torre albarrana, latorre del homenaje y parte del recinto amurallado. El antaño sobrio pero majestuoso castillo, continúa siendo un mirador privilegiado de toda la Hoya de Huesca, de la sierra de Guara y del imponente Salto de Roldán, todo esto enmarcado por el telón de fondo de los Pirineos.
Actualmente, la Administración Central y la Asociación de Amigos del Castillo de Montearagón, buscan una utilidad para los restos de la fortaleza, indispensable para que la rehabilitación del monumento que se está llevando a cabo sea efectiva.
Enterramientos reales
En este castillo monacal fueron enterrados varios reyes aragoneses, como el fundador del castillo Sancho Ramírez de Aragón muerto por una saeta a 4 de junio de 1094 durante el sitio de Huesca. En 1095 fue trasladado a San Juan de la Peña.
La Iglesia de San Pedro el Viejo alberga desde hace siglo y medio el sepulcro de Alfonso I de Aragón el Batallador, 1 rey de Aragón y de Navarra, muerto en septiembre de 1134 durante la batalla de Fraga, fue enterrado inicialmente el mismo año en el monasterio de Jesús Nazareno de Montearagón. Los restos del Batallador no fueron conducidos hasta el panteón real del Monasterio de San Juan de la Peña donde reposaban los restos de su hermano Pedro I de Aragón, su padre Sancho Ramírez de Aragón y su abuelo Ramiro I de Aragón, el fundador de la dinastía, hijo natural del rey navarro Sancho III el Mayor. A resultas de las leyes desamortizadoras de los regímenes del siglo XIX y el subsiguiente abandono de Montearagón, los restos del rey fueron trasladados a Huesca en 1843.
El tercer sepulcro real fue del infante Fernando, hijo del rey Alfonso II de Aragón y de Sancha de Castilla que había sido abad de Montearagón y falleció hacia 1250. Junto a este, el de una infanta de pocos años.
Historia
Condado y monasterios de Aragón
El Monasterio de San Pedro de Siresa, situado en Aragón, es el más antiguo y más norteño monasterio del condado de Aragón, pudiendo fecharse su construcción hacia el año 836.
Fue fundado por el conde carolingio Galindo Aznar bajo la regla de San Crodegando. Erigido en los primeros años del siglo IX, se irradiaría desde este monasterio carolingio una cultura cristiana y romance en todo el Aragón primitivo. La celebridad de San Crodegango hizo que su reforma se extendiera rápidamente a otras diócesis, hasta llegar a oídos de Carlomagno y de su hijo Ludovico Pío.
El emperador Carlomagno determinó que todos los clérigos fueran "canónigos" o "regulares" y la “disciplina regular” sería un reflejo de la restauración monástica emprendida por el consejero de Ludovico Pío, San Benito de Aniano.
En el siglo XI, el rey de Aragón y de Navarra Sancho Ramírez de Aragón asentó en el monasterio la Orden de Canónigos Regulares de San Agustín, llegando a tener unos cien monjes.
Sancho I Ramírez de Aragón y Pedro I de Aragón
Según consta en el Concilio de Jaca y otros documentos de la época, Ramiro I de Aragón había obtenido victorias y hecho vasallos y tributarios a algunos reyes musulmanes de Huesca, Zaragoza, Lérida y Tudela. Previamente al proyecto del Castillo Abadía de Montearagón, su hijo, Sancho Ramírez de Aragón había reconstruido los castillos de Marcuello, Loharre y Alquezár en el territorio de Huesca. Desde estos baluartes Sancho I inicio una nueva ofensiva a los musulmanes de laTaifa de Zaragoza para cercar y tomar la ciudad fortificada de Huesca y expandir su reyno. Con el bagaje dinástico, un nuevo emplazamiento fue estratégicamente seleccionado por el rey para preparase en la reconquista de «Oscha» una ciudad que contaba con noventa torres musulmanas llamada «Wasqa».
Construcción y dotaciones del Castillo Abadía Real
En el mes de mayo de 1085 estaba en rey Sancho acampado en este monte según se desprende de un documento del archivo de Roda. Días antes del mes de mayo de 1086 había comenzado a construirse el Castillo de Montearagón y en su interior la iglesia Abadía de Jesús Nazareno e intramuros casas habitación para la primera guarnición de soldados. En el mismo mes y año del inicio de las obras y como primera donación que hicieran a esta iglesia el rey Sancho y su hijo el príncipe D. Pedro le dieron el lugar de Quicena, situado al pie del monte, excepto dos heredades prometidas, una a Sancha de Aragón, su hija y prepósito del Monasterio de San Pedro de Siresa, y a Fortunio Ariol dio la villa de Quicena. Asignó también las décimas y primicias de la nueva villa que se fundase en este monte.
La villa de Montearagón fue fundada por el propio rey para alojar sus tropas y existió como villa del castillo hasta parte del siglo XV, llegando a incluir una judería. La villa fue poblada por los soldados del rey y este les concedió los términos de Miquera, Cellas, Alborge y Piazols, pertenecientes a la ciudad de Huesca, en 1102 fueron restituidos por el rey Pedro I de Aragón ante una Concordia entre el obispo de Huesca y el segundo Abad de Montearagon, Eximino. La construcción simultanea de castillo e iglesia Abadía finalizó a principios de 1089 y este año, trasladó al abad o prepósito y canónigos regulares de san Agustín desde las iglesias de san Salvador y de san Pedro de Loarre. Este año ganó la villa y Castillo de Monzón.
Finalizado, donó y anexó a la abadía todas las capillas reales que había en Aragón y Navarra con sus derechos y pertenencias, lo que supone una idea regia de establecimiento de residencia en Montearagón.Urbano II mediante una bula confirma al abad, a los regulares y las donaciones anteriores y futuras hechas por el rey, se pone a la abadía bajo la jurisdicción directa de roma, excluyéndose la elección de abad que se haría mediante el voto de la congregación y sanción real.
Mejoras por privilegio magno a la Abadía de Montearagón
A los cuatro años de estar finalizadas las obras (1089), dice el rey en 1093, «sub die idibus junii in anno quo bedificatus et factus fuit Montearagon castello» Sancho I y de consuno con su heredero D. Pedro I concedieron a la abadía el «privilegio magno». En él se ratifican las iglesias que entonces había y se anexaron las nuevas que se edificasen en sesenta y un pueblos que se relacionan en el documento, treinta y ocho en Aragón y veintitrés en Navarra, con todas sus décimas, primicias, posesiones, beneficios, capellanías, decanías, derechos y pertenencias.
Además en Aragón las décimas de las labores reales y de cuantas cosas poseyera el rey entre los ríos Gallego y Alcanadre que suponía alrededor de 180 lugares entre iglesias de «villas» y «lugares de una sola casa con monte propio, llamados castillo» y otros lugares «parajes despoblados, llamados pardina».
Concedió que los ganados y bestias del monasterio pudieran pacer en todos los montes del rey. En Navarra le dio la villa y castillo de Arrada, con todos sus términos, décima y primicias. La décima de los derechos reales sobre las salinas de Grenez y Brece y cedió la décima de tributos que recibía de los judíos de Estella y Lizarrarela y demás posesiones en treinta y cinco lugares que nombra en todo el territorio desde Funes a Ponicastro, de Ponicastro al puente de san Martín y de este hasta Arguedasy Tudela, poblaciones que planeaba ganar con la expresión «quas in próximo annuente Deo babebimus». Concedió a los habitantes de Montearagón pudieren hacer leña en todos los sotos igual que los merinos y criados del rey. El privilegio magno esta firmado y signado por los reyes Sancho y Pedro y obispos de Aragón y Pamplona en cuyas diócesis estaban las iglesias anexadas a la abadía.
En dos privilegios de los mismos reyes se citan en el «libro verde» como anexadas a Montearagon las iglesias de Santiago y santa María de Funes, junto a muchas otras del reyno de Navarra.
Mejoras por promesa de conquistar Huesca
El castillo fue la residencia del rey, familia y sus cortes hasta su muerte, Sancho murió en 1094 a causa de una flecha en el asedio de Huesca siendo enterrado en el castillo de Montearagón. Saliendo desde aquí, la ciudad de Huesca sería reconquistada finalmente en 1096 por Pedro I de Aragón en la Batalla de Alcoraz y tras esto hizo más donaciones a la abadía.
En una de las tres copias del «privilegio magno» se habían añadido, ante-conquista, varias promesas adicionales de donaciones futuras como la mezquita mayor de Huesca, «Preterea damus mezquitam majorem de Oscha cum omni bus que nunc possidet, vel in futurum adquisitura est». También estaba en compromiso la capellanía de la Azuda en caso de ganarse la ciudad. El mismo día de la toma de Huesca, acontece un contencioso entre en obispo Pedro de Huesca, que quería la mezquita para catedral, y el primer abad, Simón, que aludía la promesa consuna de los reyes Sancho I y Pedro I. Hubo rápida concordia y a resultas el rey Pedro I la entregó al obispo que la consagro a catedral, por haber sido templo godo transformado en mezquita. Para compensar la promesa incumplida a la abadía que involucraba a la capellanía, el rey cedió en su lugar, la iglesia de San Pedro el Viejo que correspondía al obispo.
Minoras tras conquistar Huesca
Tras la conquista de Huesca, el 2º obispo de la ciudad pretendía, por dotar al obispado, la cesión integra de la décimas entre los ríos Gállego y Alcanadre que pertenecían a Montearagón. En 1102, Pedro I en consejo y concilio resolvió que se partieran los derechos otorgados por Sancho I y suscritos por él mismo, entre Montearagón y Huesca a partes iguales, y de los más de 180 lugares que tenía el abadiato de Montearagón, le quedaron 92.
Las cincuenta y cuatro iglesias de las villas
- Fornillos
- Barluenga
- Castilsabas
- Loporzano
- Loharre
- Bolea
- Ayerbe
- Lopiñen
- La Almunia
- Robres
- Petraselz (Piracés)
- Bespen
- Labata
- Arbaniés
- Siétamo
- Santa Eulalia
- Gibluco (Chibluco)
- Sieso
- Albalat (Albalatillo)
- Salillas (cerca de Sesa)
- Novales
- Argavieso
- Alcalá
- Liesa
- Sipán
- Sarsa
- Castellón
- Loscertales
- Aguas
- Casvas
- Junzano
- Blequa
- Marcén
- Callen
- Alvero de suso (Alvero alto)
- Torres de Almuniente
- Barbués
- Las Casas
- Orrios (Huerrios)
- Alarre
- Loret (Convento de Agustinos descalzos)
- Banastás
- Sabayés
- Lierta
- Quinzano
- Asquedas
- Tabiernas
- Alcubierre
- Sariñena
- Lalueza
- Poliñino
- Montmesa
- Tierz
- Angüés
Las diez iglesias de los castillos con monte propio
- Ponpien de suso
- Nisano
- Becha
- Otura
- Torresecas
- Campiés
- Torriellos
- Artasona
- Arrosel
- Corbinos
Las veintiocho iglesias de los lugares despoblados o pardinas
- Vallarías (pardina que vuelve a poblarse)
- Ariño
- Olivito
- Citrana
- Almalech
- Salillas (cerca de Velillas)
- Tuvo
- Sodeto
- Puy Vicient
- Ponpien de yuso
- Culbiert
- Arasenes
- Labarsa
- Sexto
- Garbadola
- Campiello de Sexto
- Orillena
- Forniellos (monte de Almudevar)
- Avarías
- Baivienz
- Collarata
- Carrofeito
- Villanova
- Curbe
- Almunia de Abderramam
- Almunia de García Fortuniones
- Almunia de Calvasoriz
- Almunia de Abincennon.
Estas iglesias, con todos sus derechos, décimas y primicias, se re-adjudicaron a Montearagón, reservando al obispo de Huesca el derecho de consagrar las iglesias y altares y ordenar los clérigos (derecho episcopal). También se le adjudicaron pleno jure las demás iglesias que había entre los dichos ríos, cuyo número era similar con poca diferencia. la concordia fue confirmada por Pascual II con bula de 10 febrero 1104, luego confirmada por Inocencio II. Esto permaneció así hasta la desmembración.
Compensaciones por las minoras de Huesca
A 4 diciembre 1097 dio al abad Eximino el lugar de Ipiés. En otro privilegio (1097) la Almunia de la Reina, junto a Sariñena, con la torre que había allí y sus términos. En 1099 da al abadiado, la villa de Quicena, que tenía Fortunio Ariol, ahora con todos sus términos (no queda muy claro en el documento si es la iglesia y sus derechos o toda la villa y Fortunio la tuviese en tercería por servicios de guerra del rey Sancho I). En 1099 da la torre de Frumiyena y tres yugadas de tierra en términos de Almudevar, décima y primicias en la almunia de Avarías y una quinta y labranza real llamada Aones. En 1101 unas casas en Bolea y un privilegio para tener un pontón en Funes y pescar en los ríos Arga, Aragón y Ebro.
Privilegios y donaciones al abadiato de los reyes sucesores
- Alfonso I de Aragón, el Batallador
- Confirmó todos los privilegios anteriores de Montearagón y en mayo de 1118 dio las décimas y primicias de la tierra que cultivaren los de Ayerbe hasta los montes de Loharre, Marcuello y Riglos. En 1128 dio al abadiado la villa de Signa con todos sus términos y con mandato de poblarla a brevedad y «que hagan allí una fortaleza y presidio». También el lugar de Turre de Carcere, cerca de Signa, con la misma encomienda anterior (Singra y Torrelacarcel). En 1133, dio la mitad del lugar y castillo de Curbe.
- Urraca I de León, esposa de Alfonso I
- Fue a Aragón antes de 1110, tomo a la abadía y a la villa de Quicena bajo patronazgo, y mandó a los merinos y ministros reales la protegiesen emitiendo un privilegio real de protección en marzo del citado año. En el privilegio firma como reyna de toda España y titula a su marido Alfonso I de Aragón como «Emperador de León y rey de toda España».
- Ramiro II de Aragón, el Monje
- Hermano y sucesor de Alfonso I, dio una viña y el molino llamado Alfedinar, y dice que la muerte de su hermano se lloraba en toda la cristiandad de España,«cujus lacrimabili obitu omnis Hispanie chistianitas lacrimatur». En octubre de 1134 dio el lugar de Tierz con todos sus términos, esto fue confirmado por su yerno Ramón Berenguer IV de Barcelona. Ramiro y su mujer Inés de Poitou hicieron varias donaciones de predios menores a Montearagón.
Alfonso II de Aragón y la donación del castillo y villa de Montearagón
- Alfonso II de Aragón, el Casto
- Era hermano del abad electo de Montearagón Berenguer de Narbona. En 1169 da privilegio de pescar en el río Flumen y de cazar desde Quicena hasta la corona de Santa Cruz y de aquí hasta Arbilars. En marzo 1175, a petición del abad al rey, da privilegio de libertad y franqueza a los habitantes de Montearagón y sus términos y a los que allí poblaren, y para todos los mismos fueros de Huesca. En junio 1177 junto a Sancha de Castilla, su mujer, dan al abad el castillo y villa de Montearagón con todos sus derechos y jurisdicciones. En junio 1182, confirma al abad de Montearagón, que a la sazón era obispo de Lérida, la donación del castillo y villa de Signa y de una torre llamada Invidia con todos sus términos que llegaban hasta Monreal el viejo.
- Pedro II de Aragón, el Católico
- Hijo de Alfonso II, le dio predios menores de la ciudad de Huesca en enero de 1204 y tomo el patronazgo y protección real el mismo año. En 1206 negocio una permuta con el obispo de Huesca para dar a Montearagón la cuarta episcopal de doce lugares donde el abadiato ya tenía jurisdicción y cedió al obispado de Huesca quince iglesias de otros tantos lugares.
- Jaime I de Aragón, el Conquistador
- Confirmó el privilegio de Alfonso II, donde se menciona que «Alfonso II el batallador esta sepultado en Montearagón». En 1238, tras ganar Valencia hizo donación a su tío, el abad Fernando que le acompañó en la conquista, de varias casas y de otras posesiones de aquella ciudad y reyno. Montearagón conservó estas posesiones hasta el siglo XVI, en que hizo varias enajenaciones, la última en 1601.
- En 1264, el obispo de Huesca, Domingo de Sola
- Hace donación al abadiato de la iglesia de santa María de Monflorite.
- Jaime II de Aragón, el Justo
- En 1298 asumió el patronazgo con todos sus bienes y pertenecías. El año 1300 ratificó los privilegios que eximían a los habitantes de Montearagón y de los pueblos de su jurisdicción de pagar cenas reales, subsidios y otras pechas. En agosto 1318 aumentó exenciones y privilegios y en 1325 se ratifica en el patronazgo.
- El Papa Clemente V
- Otorga a sus abades en 1305 el privilegio del uso de la mitra.
- Alfonso IV de Aragón, el Benigno
- En 1328 confirmó el privilegio de su padre Jaime II y añadió la exención de contribuir con cabalgatas y otros subsidios para el exercito.
- Pedro IV, el Ceremonioso
- Confirmó todos los privilegios anteriores en los mismos términos que estaban e inserto los concedidos por Jaime II y por Alfonso IV .
Vicisitudes en siglos XIV y XV
Juan I de Aragón y el litigio del Promotor Fiscal
Durante el reinado de Juan I de Aragón, el Cazador, el denominado «Promotor Fiscal» puso demanda sobre el ámbito de la jurisdicción que desde el tiempo de su fundación y tras las dotaciones acumuladas de reyes tenía Montearagón y en particular sobre 27 lugares, aunque en muchos ya poseía jurisdicción mixta de rentas compartidas con la corona de Aragón.
Los lugares en litigio fueron
- Fornillos
- Quicena
- Loporzano
- Santa Eulalia la Mayor
- Castilsabás
- Villanueva
- Isarre
- Antefruenzo
- La Almunia de Santa Eulalia
- Sipán
- Arbaniés
- Castejón de Arbaniés
- Fanlo
- Aveniella
- Ipiés
- Barluenga
- Chibluco
- Sagarillo
- Samper de Espitolar
- San Julián
- Angüés
- Poleñino
- Tierz
- La Almunia de la Reina
- Marcén
- Biscarrués
- Montmesa
El rey terminó el litigio vendiendo al abadiado, en agosto de 1391, los derechos que él tenía y podía tener en la jurisdicción civil y criminal de estos pueblos, como el derecho a exigir el «maravedí o monetático cada siete años», como se hacia en todo el reino. La venta, en calidad de señorío temporal o tercería, se hizo por mil florinesde oro (moneda de Aragón y Valencia).
Fernando I de Aragón y la revuelta de Jaime II de Urgel
En 1413, durante la Revuelta del conde de Urgel, las tropas mercenarias de Basilio de Génova y Menaut de Favars, al servicio del revolucionario Antón de Luna, atacaban los alrededores de Huesca tomando el castillo, donde se izaron los pendones de Jaime II de Urgel, aunque finalmente fue recuperado por Fernando I de Aragón.
Fernando I de Aragón concedió tres privilegios en 1414. En el primero confirmó todos los de sus predecesores. En el segundo dio patronazgo y protección real. En el tercero confirmó el privilegio de libertad y franqueza de las cargas y tributos reales concedido por Pedro I de Aragón a los pobladores de la Azuza.
Incendio de la iglesia en 1477
La noche del 14 de septiembre de 1477 se declaró un incendio que quemó el altar, el coro, el órgano, libros, ornamentos y parte de las reliquias. Se quemó también el retablo mayor, compuesto de pinturas de santos sobre tablas, salvándose la imagen central de Jesús Nazareno. El nuevo retablo se hizo de alabastro fino acabándose en 1495 y como autor se supone a Damian Forment que poco después hizo el de la catedral de Huesca. La imagen conservada del retablo antiguo se colocó en el claustro hasta 1734 y de aquí se trasladó a una capilla labrada ex-profeso en el primer descanso de la escalera que bajaba a la iglesia subterránea.
Edad moderna
- Juan II de Aragón
- En calidad de rey de Navarra y gobernador de Aragón, en ausencia de su hermano Alfonso V de Aragón a quien sucedería, concedió al abadiado de Montearagón privilegio de protección y salvaguardia y confirmó el anterior de Jaime II y las confirmaciones anteriores de Alfonso IV y Pedro IV. Fernando II de Aragón, el Católico, dio otro privilegio de protección y salvaguarda, en 1510 confirma y transcribe el de su padre Juan II.
- Carlos V y su madre Juana I de Castilla
- Concedieron a Montearagón en Barcelona a 15 julio de 1519, un amplio privilegio y confirmaron todos los antiguos, las inmunidades y las exenciones de los reyes predecesores, con inserción de los de Jaime I, Jaime II y mención de los de Alfonso IV, Pedro IV y Fernando I.
Miguel de Soria y la desmembración del priorato de Sariñena en 1546
La primera desmembración que se hizo a Montearagón fue el priorato de Sariñena que suprimió Paulo III a petición de Miguel de Soria, que tenía su encomienda y la del justicia y jurados de Sariñena. Las rentas valuadas en quinientos ducados de oro se aplicaron a la iglesia de esta villa y la bula se dio en Roma 22 de marzo de 1546. La jurisdicción segregada del priorato que le quedó al abad de esta villa se asignó poco después al obispado de Huesca.
Felipe II y la desmembración general de Pio V en 1571
Los monjes regulares de san Agustín habitaron la abadía durante casi cinco siglos ininterrumpidos hasta el tiempo de su desmembración general en la época de Pío V a instancia de Felipe II (a 482 años de la fundación). En 1572 se segregó de la Diócesis de Huesca la nueva diócesis de Jaca con la creación del obispado de Jaca. El obispado de Roda-Barbastro fue suprimido en 1149 y trasladado a Lérida, para volver a aparecer como obispado de Barbastro en 1573, separado del de Huesca, esto supuso la aplicación de las rentas y derechos del monasterio a estos obispados, que algunos autores califican de «expolio».
En tiempo de Felipe II se añadieron cuatro obispados a los tres que había. En 1571 se crearon los de Jaca y Barbastro separados de la diócesis de Huesca. Con este motivo se desmembraron del abadiato de Montearagón varios lugares, castillos e iglesias con todos sus derechos jurisdicciones y rentas para dotar al obispado de Barbastro y re-dotar al de Huesca. Todo esto se hizo a instancia de Felipe II con bulas de Pio V, el rey solicitó al papa se restableciese el monasterio con abad y canónigos y que se dotase con parte de sus rentas antiguas.
Por estas causas estuvo sin abad durante cerca de trece años, entre 1574-1587, y unos veintiséis sin canónigos estando la abadía encomendada a Felipe II quien entre tanto se re-instauraba el monasterio asignó ecónomo, gobernador y seis capellanes hasta 1598.
Reanudación en 1598 tras la reforma general
Tras la desmembración se re-instauraron las rentas que le quedaron y se aplicaron según la prevención de las bulas apostólicas que mandaban se pusieran canónigosreformados de san Agustín de la congregación Lateranense. El primer abad de la nueva planta fue Marco Antonio Reves en 1587 y los tres primeros canónigos se trasladaron en 1598, desde el supreso monasterio de santa Cristina, continuando la sucesión Abacial hasta 1792. Desde su fundación, la abadía de Montearagón, estuvo siempre bajo la regla de san Agustín.
Rentas y dignidades del abadiato en el siglo XVI
En esta época, las rentas del abadiato se estimaban entre treinta y cuarenta mil ducados de Aragón y la iglesia y monasterio se componía de un abad y cuatro dignidades que eran, «enfermero», «limosnero», «sacristán» y «chantre» y seis priores con los títulos de sus respectivos prioratos anexos a Montearagón, los de Sariñena, Bolea, Gurrea, Funes, Larraga, y Uxue, además de otras dignidades y priores que tenían su residencia en la abadía. También había «prior de claustro», elegido por «Capitulo» que era adjunto e inmediato al abad, y que se encargaba de lo económico y de laobservancia del claustro. Un «prepósito o preboste» que administraba las rentas comunes del monasterio con obligación de dar cuentas al «Capitulo» quien elegía a este por uno o más años. Para la iglesia había varios «racioneros» y «capellanes» y una «capilla de músicos».
La desamortización de 1835
Tras ca. siete siglos, la desamortización de 1835 supuso el fin del monasterio, que fue políticamente expoliado y sufrió un devastador incendio. Algunas de las obras de arte que allí había se salvaron (como el retablo mayor, de Gil Morlanes el Viejo) se depositaron en el Museo de Huesca y en el Museo Diocesano de Huesca.
(...) pero todo esto, desaparecería al ser desamortizado y exclaustrado. Al final, el Castillo de Montearagón, se vendió por una irrisoria cantidad, ... al mejor postor; y éste, se llevó cuantos objetos de valor hubo, para después prender fuego al castillo y regalar sus ruinas a Isabel II. De ese incendio, solo se salvó el magnífico retablo de Gil Morláns el Viejo (1506), que está recogido en el Museo Diocesano de Huesca.
Abades de Montearagón
- 1089–1097: Simón
- 1097–1118: Ximeno o Eximino
- 1119–1169: Fortún o Fortunio
- 1170–1204: Berenguer de Narbona o Berengario, (hijo natural del príncipe Ramón Berenguer).
- 1204–1204: Frontancio
- 1205–1249: Fernando de Aragón, hijo del rey Alfonso II y de la reinaSancha.
- 1252–1258: Sanxo o Sancho de Orradre
- 1258–1284: Joan Garcés de Oris
- 1284–1306: Ximeno o Eximino Pérez de Gurrea
- 1306–1317: Pero López de Luna
- 1317–1320: Johan de Aragón
- 1320–1323: Ramón de Aviñón o Aniñon
- 1323–1327: Bernat de la Avellana
- 1327–1353: Ximeno o Eximino López de Gurrea
- 1353–1359: Pero López o Pedro Lope de Gurrea
- 1359–1391: Ramón de Sellan
- 1391–1395: Mafiano d'Alaman o Macian Alaman
- 1395–1420: Johan Martínez de Murillo
- 1420–1445: Sanxo de Murillo
- 1445–1462: Carlos d'Urries
- 1462–1464: Pedro Santangel
- 1464–1473: Joan d'Aragó
- 1473–1490: Juan de Revolledo
- 1492–1520: Alfonso de Aragón
- 1520–1527: Alonso de So, Castro y Pinós
- 1528–1532: Pedro Jordan de Urriés
- 1532–1534: Juan de Quintana
- 1536–1546: Juan de Urrea
- 1547–1552: Alonso de Aragón
- 1554–1572: Pedro de Luna
- 1573–1574: Pedro Vitales, (trece años sin abad).
- 1587–1598: Marco Antonio Reves, (reanuda tras la reforma).
- 1600–1614: Juan López
- 1615–1630: Martín Carillo
- 1631–1648: Jaime Ximenez de Ayerve
- 1648–1662: Francisco Rodrigo
- 1662–1665: Pantaleon Palacio
- 1666–1678: Felipe Pomar y Cerdan
- 1680–1708: Joseph Panzano
- 1712–1731: Pedro Cayetano Nolibós
- 1732–1746: Francisco Gamboa y Tamayo
- 1747–1764: Francisco Herrero
- 1765–1791: Miguel Asin
- 1792–1???: Joseph Castillón
Arquitectura
La muralla es toda de sillares fuertes y tenía ciento veinte palmos de elevación y entre diez y doce de espesor equipada con diez torres de piedra, que en lo antiguo descollaban cuarenta palmos sobre la muralla y después se rebajaron hasta hacer nivel con ella. Dentro del castillo hay otra torre suelta, que sirvió de campanario. Ciñe todo el edificio otra muralla fuerte y gruesa que servía de antemuro y barbacana que además contenía el monte sirviendo así para conservar la estabilidad del castillo. Entre las dos murallas quedaba un espacio suficiente para andar tres personas de frente. Dentro de la muralla principal hay dos lunas con sus aljibes, claustros y sobre claustros en que estaban la iglesia, el palacio Abacial y las casas de los canónigos, racioneros y sirvientes.
Sancho Ramírez, Rey de Aragón desde 1063, supo aunar magistralmente religión y espada sometiéndose al vasallaje de la Santa Sede y abriendo su incipiente reino a las corrientes europeístas en lo tocante a liturgia (trocó mozárabe por liturgia romana: Según las Crónicas Pinatenses, "Era martes 22 de Marzo de 1071. La hora tercia fue la última mozárabe y la sexta la primera en rito romano. Era segunda semana de Cuaresma, con el Rey y la Corte en el Monasterio de San Juan de la Peña, como solía acostumbrar por estas fechas".). También abrazó e impulso el arte cluniacense (la expansión del arte "francés" -el románico- se extendería a la vez que sus dominios).Reconquistada y consolidada la parte montañosa del Alto Aragón de poca población "infiel", con una frontera planteada por su abuelo Sancho III el Mayor rey de Pamplona defendida por castillos y asomado a las llanuras oscenses desde el singular enclave de Loarre, planea la toma de Huesca importante por si misma y como pieza clave en el acceso hacia la reconquista de Zaragoza.Para ello, ordena edificar una fortaleza desde la que comenzar el asedio. A tal fin, eligió un cerro distante apenas 5 Km. al este de de la ciudad. Allí se erigió el castillo-abadía de Montearagón.Asentado el lugar, inició la construcción de su iglesia en 1093, como era norma en las fortalezas religioso-militares a lo largo y ancho del reino-. Fundó un monasterio bajo la dirección del abad Jimeno, confiándolo a los canónigos de la orden agustiniana que antaño estuviesen en Loarre. Bajo su jurisdicción puso los lugares de Loarre, Siresa y Fanlo.2La edificación de este castillo destinado al asedio y toma de Huesca supuso que el de Loarre quedase en el olvido al poco de haber sido acabado. Los canónigos loarreses de san Agustín fueron trasladados a Montearagón. Esta circunstancia fue fundamental para la conservación de Loarre. Montearagón tomó el relevo y sufrió las consecuencias de ser habitado y por tanto sometido a las modas, reformas, incendios, guerras..A la vez que Sancho Ramírez erigía su fortaleza frente a Huesca, exploraba los puntos débiles de la misma para plantear su conquista. Según relata la historia, reconociendo la muralla oscense para decidir su asalto, recibió un certero flechazo de uno de sus defensores. Murió el 4 de junio de 1094.3Sería su hijo Pedro I quien tomase Huesca el 19 de Noviembre de 1096, saliendo vencedor de la primera batalla épica contra los sarracenos reforzados por las tropas que Alfonso VI el de Castilla envió en apoyo de estos. Los intereses bélicos de los monarcas hacían"curiosos compañeros" en la batalla.Dicho encuentro se desarrolló en los llanos del Alcoraz, en las afueras de Huesca, siendo derrotado un ejército compuesto por 40.000 hombres (si bien es cierto, que con la ayuda de la aparición sobrenatural del Caballero San Jorge).Memoria de esta gesta queda en el cuartel inferior izquierdo del escudo oficial de Aragón: Cuatro cabezas de los jefes sarracenos muertos en esta batalla.(Tengo yo mis pálpitos acerca de la "idoneidad política" actual de esta simbología; cuando el respeto versallesco hacia minorías étnicas prima incluso sobre la historia de nuestro reino.Desprovisto el escudo de la ciudad recientemente de sus lemas, "políticamente inconvenientes", no sé cuánto tardará "San Jorge matamoros" en ser descabalgado y recluido en algún inaccesible estante de biblioteca pública, acompañando al mencionado escudo heráldico.)
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Para llegar hasta el castillo hay que salir de Huesca por la N-240 en dirección hacia Barbastro, tomar el desvío a la izquierda, hacia el pueblo de Quicena desde donde sale una pista asfaltada que bordeando una urbanización conduce al mismo.4He de advertir que lo bello del castillo es su lejana estampa todavía acechando Huesca, las vistas de la hoya de que desde el mismo se contemplan y el sentimiento interior de saber cómo desde allí se fraguó la historia... Porque del castillo románico queda muy poco. Y lo poco que queda ha sido abandonado a su suerte durante largo tiempo.La exclaustración de 1835 y el devastador incendio que sufrió diez años más tarde, lo redujeron a las ruinas que hoy son.El que fuera panteón real -pues allí fue enterrado Alfonso I "El Batallador" (actualmente en San Pedro el Viejo de Huesca, frente a su hermano y sucesor Ramiro II)- es hoy una bonita estampa de postal, "desde la lejanía".5Tiene su perímetro amurallado una forma de hexágono irregular (ver planta) con la iglesia adosada y formando parte mediante su paramento norte de la muralla (Imagen 6). La puerta principal de acceso al recinto defensivo se situaba hacia la mitad del muro sur, en ángulo de 90º siguiendo el estilo del influjo musulmán, en torno a una torre hoy desaparecida.La torre albarrana (Imagen 10) se sitúa frente al lienzo sudeste del hexágono. Hoy se halla unida a la muralla por medio de un paso elevado desde la misma al recinto edificado sobre una bóveda de medio cañón que transmite la sensación de "puerta" del castillo, sin serlo.La torre del homenaje, adosada a la cabecera sur de la iglesia, ha dado en ser "torre-campanario" de la misma.10En el centro del lienzo situado hacia el sudoeste, hallamos otra torre, almenada y decorada en lo alto con el escudo del poderoso abad mitrado de Montearagón. (Imágenes 12 a 14)Las imágenes 5 y 6 muestran el lado nordeste de la fortificación formado por el muro norte de su iglesia, con torreones-contrafuerte adosados a la misma de inspiración musulmana. En el lienzo que subsiste, junto a la base de la iglesia, una puerta de arco de medio punto, permitía el acceso al templo de los habitantes establecidos entorno al castillo.
En el Museo Arqueológico de Huesca se guarda un bello capitel procedente de uno de los claustros que hubo en Montearagón (Ver página).Una prueba más de lo pequeño que se nos ha vuelto el mundo gracias a internet es el hecho de que en la primavera de 2012 he recibido un correo de Marina Formina, residente en Istra, en la cercanía de Moscú advirtiéndome acerca de la probable simbología de la escultura de este capitel de Montearagón. Para ella, haría referencia al hecho del expolio de las campanas de Santiago de Compostela por los moros que aquí aparecen en forma de monos cautivos portando pequeñas campanas sobre un probable símbolo jacobeo.En ocasiones, desde la distancia las cosas pueden verse mejor por investigadores lejanos, como ya ocurriese con la japonesa Hitomi Asano y dos de los capiteles del claustro de San Pedro el Viejo en Huesca de los cuales ella descubrió su trama: La conversión y bautismo de Constantino.Hay que hacer patente que este castillo-abadía, de hondas raíces en nuestra historia, no está sino comenzado a estudiar y a restaurar. Los miembros de la activa "Asociación de Amigos del Castillo de Montearagón" no cejan en luchar por ello y poco a poco se van obteniendo algunos frutos. El templo, que estaba en situación de ruina, se ha rehabilitado, ofreciendo un digno marco tanto para liturgia como para actuaciones musicales.Basta asomarse hacia lo profundo desde las rejillas que hay sobre el desaparecido claustro adyacente al muro sur del templo, o deambular sobre el enrejado metálico adosado al interior del lado sur de la muralla (siempre me da un poco de "cosa" hacerlo), para darse cuenta de que hay un importante resto histórico colmatado en todo el recinto interior del castillo. Su excavación arqueológica, previa a la restauración de los elementos que aparezcan así como la adecuada infraestructura para hacerlos visitables pueden hacer este lugar cercano a Huesca tremendamente atractivo.
1617
Cuando tras una tarde de tormenta, el sol cae una vez más en el horizonte, los tonos rojos evocan el desastre del incendio del castillo abadía de Montearagón en 1935. Desde la lejanía Montearagón aparece con la belleza de quienes lo soñaron como punto de conquista de la "Waska" islámica, "la de las cien torres".
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