Santos del siglo I
Lucio de Cirene fue, según el Libro de los Apóstoles, uno de los fundadores de laIglesia cristiana en Antioquía de Siria. Él es mencionado por su nombre como miembro de la iglesia, después de la muerte del rey Herodes:
Lucio está indicado como uno de los fundadores de una deducción en un pasaje anterior:
Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. [Hechos 11:19,20 NAB].
Hay un Lucio mencionado también en Romanos 16:21, pero no hay manera de saber si esta es la misma persona.
san Lucio de Cirene, que en el libro de los Hechos de los Apóstoles es nombrado entre los profetas y doctores de la Iglesia de Antioquía.
Hechos de los Apóstoles 13,1 dice: «Había en la Iglesia fundada en Antioquía profetas y maestros: Bernabé, Simeón llamado Níger, Lucio el cirenense, Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo». A esto se reduce todo lo que sabemos sobre el personaje. Sin embargo, la ausencia de noticias contrasta con la abundante mención en los martirologios históricos. Aunque sin más datos que los mencionados, pero su nombre está presente en los grandes martirologios: Usuardo, Adón, Notkero, Bellino, Molano, y otros.
La fecha del 6 de mayo proviene de un martirologio más bien tardío, el de Pedro de Natalibus, del siglo XIV, que afirma que el Martyrologium Hieronymianum inscribe a Lucio en esa fecha, y que además indica que fue ordenado por los Apóstoles obispo de Cirene. Naturalmente, con el prestigio del Jeronimiano, la fecha y la caracterización de obispo se impuso inmediatamente, pero al cuestión es que el Jeronimiano no lo menciona. Posiblemente Pedro de Natalibus se confundió con algún otro de los mártirologios más tardíos. No hay ningún testimonio de que haya sido realmente obispo, ni la referencia de Hechos apunta a eso, y el nombre de «cirenense» está claramente usado con relación a su origen (nacido en Cirene), no a su ministerio.
San Marciano de Siracusa, nacido en Antioquía, es considerado como el primer propagador del cristianismo en aquella ciudad italiana, a donde llegó el año 39, enviado por San Pedro, del que era discípulo. Se le tiene por el primer obispo de Siracusa.
Su predicación se vio completada con la de San Pablo. Obró muchas conversiones, por lo que sufrió persecución por parte de la comunidad judía local y el año 68 fue martirizado. Las fuentes que hablan de él son del siglo VII.
Su cuerpo es venerado en la catedral de Gaeta, ciudad de la que es copatrón, pero la más antigua figuración se encuentra en la catacumba de Santa Lucía de Siracusa.
La iglesia católica y la ortodoxa celebran su fiesta el día 30 de octubre (más el 9 de febrero en la ortodoxa). Está atestiguado el culto de este obispo en los libros litúrgicos orientales, de donde pasó su memoria al Martirologio Romano.
Las fuentes más antiguas que hablan de san Marciano provienen de aproximadamente el siglo VII y carecen, por consiguiente, de exactitud histórica, ya que están lejos de la época del santo y se refieren a tradiciones puramente locales. Esto es lo que podemos extraer de ellas:
Marciano, que se convirtió en discípulo de san Pedro Apóstol en Antioquía (por lo tanto en el primer siglo), fue enviado a Sicilia para predicar el Evangelio; se detuvo en Siracusa, donde obró muchas conversiones, acompañadas de milagros, hasta que fue asesinado «por los que en ese momento tenían indignamente el cetro del mando». Es considerado el primer obispo de Siracusa, y las sucesivas narraciones no añaden nada nuevo a este dato, aunque hay algunas contradicción en torno a la fecha de su muerte, ya que algunas la colocan en el siglo III, si no más tarde.
Hay en Siracusa unos restos arqueológicos conocidos como la «cripta de san Marciano», que desde el siglo XVII se había considerado como lugar cierto de la tumba del santo y al mismo tiempo su zona de residencia y de predicación -datándola por tanto hacia el primer siglo-, pero estudios posteriores han mostrado que se trata de un lugar de enterramiento del siglo IV, sobre el que se construyó una iglesia ya en época normanda. La más antigua representación del santo es del siglo VIII o IX -por tanto del período bizantino- y se encuentra en las catacumbas de santa Lucía. Y vaya a saber cómo (seguramente por mar) llegaron a Gaeta (en la región meridional del Lazio, lejos de Siracusa) unas reliquias de san Marciano procedentes de Siracusa y que se encuentran en la catedral. No es el patrono de la ciudad de Siracusa (que es santa Lucía), pero sí es copatrono de Gaeta, junto con san Erasmo, y sus fiestas se celebran allí el 2 de junio.
El nuevo Martirologio Romano omite prudentemente toda referencia a los aspectos legendarios, como la ordenación por san Pedro o el martirio, pero aun conserva la datación en el siglo II.
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