La cueva de El Castillo es un yacimiento arqueológico encuadrado dentro del complejo cuevas del Monte Castillo, y está situada en Puente Viesgo (Cantabria). Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio «Cueva de Altamira y arte rupestrepaleolítico del Norte de España» (en inglés, Cave of Altamira and Paleolithic Cave Art of Northern Spain).1
La cueva fue descubierta en el año 1903 por H. Alcalde del Río, uno de los pioneros en el estudio de las primeras manifestaciones rupestres de Cantabria. La excavación la comenzaron H. Obermaier y P. Werhet de 1910 hasta 1914. Fue financiada por el príncipe Alberto I de Mónaco. Antaño la entrada de la cueva era de menor tamaño que en la actualidad, ya que fue ampliada con las primeras excavaciones arqueológicas del vestíbulo. Las evidencias recogidas en el nivel 18 del yacimiento arqueológico parecen demostrar la convivencia de ambos Homohace unos 30 000 años, milenios antes de las primeras pinturas de la propia cueva y de Altamira.2
A través de la citada entrada se accede a las diferentes salas en las que se ha encontrado una larguísima secuencia, desde el Paleolítico Inferior hasta la Edad del Bronce, con una estratigrafía que abarcaría nada menos que 120 000 años. En ella se han encontrado más de 150 figuras que ya están catalogadas, entre las que destacan los grabados de varias ciervas en omóplatos con acabados rayados a modo de sombreado.
Entre las pinturas representando a la fauna que coexistió con los sucesivos grupos humanos que poblaron la cueva y distintos símbolos de significado desconocido destacan el conjunto de manos en negativo, más de cincuenta. Algunas de estas pinturas podrían ser las más antiguas conocidas, con una antigüedad superior a los 40.000 años.
La Cueva de Las Chimeneas es un yacimiento arqueológicoencuadrado dentro del complejo Cuevas del Monte Castillo, y está situada en Puente Viesgo, Cantabria, España. Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del conjunto Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España (en inglés, Cave of Altamira and Paleolithic Cave Art of Northern Spain).1
Es una cavidad con dos pisos comunicados por la formación de chimeneas cársticas, que son las que dan nombre a la cueva. El interés arqueológico se encuentra en el piso inferior, ya que la parte superior de la cueva es simplemente un laberinto estéril.
En 1953 la descubre el mismo equipo de camineros de la Diputación Regional que descubre la Cueva de Las Monedas, y tres años más tarde Joaquín González Echegaray publica un estudio en el que se habla de la aparición de restos de sílex, inhumaciones de Prehistoria reciente y diferentes grabados en la cueva.
Todo el conjunto se encuadraría dentro del estilo III de Leroi-Gourhan, es decir, de época Solutrense. Sin embargo, las dataciones realizadas en Carbono 14 indican que los restos son Magdalenienses.
La cueva de Chufín está localizada en la localidad de Riclones, Rionansa, en Cantabria (España). Se encuentra ubicada en el lugar de confluencia de los ríos Lamasón y Nansa, en un entorno con un abrupto relieve en el cual existen varias cuevas con arte rupestre. Es una de las cuevas incluidas dentro de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio «Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España» (en inglés, Cave of Altamira and Paleolithic Cave Art of Northern Spain).1
Fueron descubiertas por el fotógrafo Manuel de Cos Borbolla, natural de Rábago (Cantabria).
En Chufín se han encontrado diferentes niveles de ocupación. Situamos el periodo de ocupación durante el periodo Solutrense Superior (hace 18.000 años), aunque si tenemos en cuenta las representaciones rupestres, obtenemos dataciones de entre unos 20.000 y unos 25.000 años. La cueva, de pequeño tamaño, cuenta con unos profundos grabados de sutil sentillez y unas pinturas rojas de ciervas, cabras, caballos y bóvidos (bisontes acéfalos). que aparecen representados muy esquemáticamente.
En ella también encontramos un gran número de símbolos. Un grupo de ellos, denominado de tipo "bastones", acompaña a las pinturas animales del interior. También hay un gran número de dibujos con puntillaje, entre los que destaca uno en torno al agujero de la roca que se ha interpretado como la representación de una vulva.
La cueva de La Covaciella está situada en el concejo asturianode Cabrales, en la zona de Las Estazadas, en España. Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unescodesde julio de 2008, dentro del sitio «Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España» (en inglés, Cave of Altamira and Paleolithic Cave Art of Northern Spain).1
Se trata de una cueva con una galería de cuarenta metros de largo que finaliza en una sala con pinturas rupestres paleolíticasdel periodo magdaleniense con una antigüedad de 14.000 años. Fue descubierta en 1994 cuando tras una voladura por obras en la carretera abrió un agujero en la cueva. El hecho de su cerramiento y su tardío descubrimiento hace que la calidad y conservación de las pinturas sea muy alta considerándose como los bisontes mejor conservados de la cornisa cantábrica.
La cueva se encuentra cerrada al público y está declarada como bien de interés cultural.
Existe una reproducción de ella en el parque de la prehistoria de Teverga.
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