miércoles, 27 de junio de 2018

Patrimonios de la Humanidad por países - Costa Rica


Área de Conservación Guanacaste
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Patrimonio de la Humanidad de la Unesco
Guanacaste National Park.jpg
Volcán del Rincón de la Vieja.
PaísFlag of Costa Rica.svg Costa Rica
TipoNatural
Criteriosix, x
N.° identificación928
RegiónAmérica Latina y el Caribe
Año de inscripción1999 (XXIII sesión)
Año de extensión2004
El Área de Conservación Guanacaste (ACG) es un sitio Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco en el año 1999. Está situado en el noroeste de Costa Rica, y comprende el Parque nacional Santa Rosa, el Parque nacional Guanacaste, el Parque nacional Rincón de la Vieja, el Refugio de Vida Silvestre Iguanita, el Refugio de Vida Silvestre Isla Bolaños, y el Refugio de Vida Silvestre Bahía Junquillal. Se formalizó la unión en el Sistema Nacional de Conservación Áreas (SINAC) en 1994.
El corazón del Área de Conservación Guanacaste (ACG) comprende un solo bloque bio-geográfico ininterrumpido de área silvestre protegida de 163,000 hectáreas, que se extiende desde el área marina en los alrededores del archipiélago Islas Murciélago en el océano Pacífico, pasando por la meseta de Santa Rosa hasta la cima de los volcanes Orosí, Cacao y Rincón de la Vieja de la Cordillera Volcánica de Guanacaste y continuando hasta las tierras bajas del lado caribe del Costa Rica.
El ACG contiene juntos e integrados cuatro de los cinco ecosistemas principales del trópico: marino/costero, bosque secobosque nuboso y bosque lluvioso y representa el único transecto conservado de este tipo en el nuevo mundo.
En este bloque biogeográfico que representa aproximadamente el 2% del país y el 13% de la provincia de Guanacaste se encuentran aproximadamente 335.000 especies de organismos terrestres, lo que equivaldría a un 2.6 % de la biodiversidad mundial. En otras palabras, en el ACG existen más especies terrestres que todas las que existen en el norte de México, Estados Unidos y Canadá juntos.
Este ha sido uno de los argumentos fundamentales por lo que el Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO, declaro en 1999, al ACG Silvestre como Sitio Patrimonio de la Humanidad, por cuanto el ACG ha demostrado ser un sitio significante para el desarrollo de grandes procesos biológicos y ecológicos en ambientes terrestres y marinos, entre ellos : a) la evolución, sucesión y restauración biológica del bosque tropical seco; b) migración de especies a nivel altitudinal y otros procesos biogeográficos y ecológicos interactivos entre y a lo largo del transecto de bosque seco del Pacífico, bosque montano y nuboso y bosque de las tierras bajas del Caribe. (UNESCO, criterios N (ii) (iv), 1999, Maruecos).
En sus orígenes, la creación del ACG llevó implícito la compra de tierras privadas, contiguas al Parque Santa Rosa -(entre la carretera interamericana y los volcanes Orosi y Cacao)- que tenían suficientes remanentes de bosque para permitir la restauración, supervivencia y conservación de las poblaciones de organismos propios del bosque seco, dado que nivel de Mesoamérica este tipo de ecosistema prácticamente ya había sido extinto desde siglos atrás.
Es así como el ACG hoy contiene la única muestra de bosque seco que se encuentra desde México hasta Panamá, con un tamaño los suficientemente grande para permitir su conservación a perpetuidad. La otra área protegida de bosque seco más grande se encuentra en el parque nacional Kakadú, en Australia.
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Las esferas de piedra de Costa Rica son un grupo de más de quinientas petroesferas precolombinas ubicadas principalmente en el sur de Costa Rica, en la llanura aluvial del delta del río Diquís (confluencia del río Sierpe y el río Grande de Térraba), en la península de Osa y en la Isla del Caño. La zona pertenece al distrito de Sierpe, en el cantón de Osa.
Como conjunto, las esferas se consideran únicas en el mundo por su número, tamaño, perfección, formación de esquemas organizados y abstracción ajena a modelos naturales. Su gran valor radica en que se hicieron bajo condiciones tecnológicas y sociales consideradas muy difíciles en la actualidad. No obstante, las sociedades indígenas que las esculpieron lo hicieron casi de forma perfecta, con acabados muy finos en muchos casos, y con tamaños que van desde los pocos centímetros a cerca de 2.6 m de diámetro. Las esferas se produjeron y utilizaron durante un periodo que va del 400-500 d.C hasta la conquista española, en un lapso cercano a los 1000 años.
En la actualidad, las esferas de piedra se consideran como la manifestación artística por excelencia de la escultura precolombina costarricense. En 2014, la Unesco eligió el conjunto de asentamientos cacicales precolombinos con esferas de piedra de Diquís como Patrimonio de la Humanidad.1​ El 16 de julio de 2014, la Asamblea Legislativa de Costa Rica las declaró símbolo nacional del país.

Asentamientos cacicales precolombinos con esferas de piedra de Diquís
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Patrimonio de la Humanidad de la Unesco
Parque de las Esferas de Costa Rica.JPG
Parte de las esferas retornadas a Osa, en el Parque de las Esferas.


Descripción[editar]

Las dimensiones de las esferas oscilan en un rango de los 10 centímetros hasta los 2,57 metros de diámetro y su peso llega a superar las 16 toneladas. La mayoría están hechas en piedras duras como granodioritagabros y algunas pocas en caliza. Los arqueólogos a través de la estratigrafía de su emplazamiento y de otros objetos encontrados en su cercanía, estiman que las piedras fueron ubicadas por los indígenas de la zona entre el 300 a. C. y el 300 d. C., pero el trabajo escultórico aún no ha podido ser datado científicamente.
También se han encontrado junto a objetos del tipo «cerámica polícroma de Buenos Aires» (1500-1000 a. C.) y se ha establecido que la zona estuvo habitada al menos desde el 6000 a. C.. Se han descubierto 34 sitios arqueológicos, desde el delta del Diquís en el sur, la Isla del Caño a 17 kilómetros de la costa, llanuras del Pacífico hasta en PapagayoGolfo de Nicoya (a 300 km al norte del delta del río Diquís).
Hoy, cientos de estas esferas pequeñas se encuentran en colecciones privadas, en los jardines de las casas de muchos costarricenses, en varias empresas y compañías nacionales y en museos dispersos por el mundo.

Historia[editar]

La primera incursión española en la zona data de 1516, cuando Hernán Ponce y Bartolomé Hurtado partieron de la península de Azuero en Panamá hasta las costas del delta. Luego en 1522 Gil González Dávilajunto a su piloto Andrés Niño, navegó desde el golfo de Chiriquí hasta el mismo delta del río Diquís. Con un grupo de exploradores, Gil González marchó por tierra hasta la zona conocida hoy con el nombre de Palmar, no sin antes tomar por asalto la villa del cacique Coto ubicada en las cercanías del río que hoy lleva su nombre. Ninguno informó como llamativo nada más que el abundante oro que usaban los «salvajes» de la zona.
En Costa Rica se han descubierto objetos e influencias artesanales tanto de mayas (de Guatemala), olmecas y aztecas (de México, muy lejos desde el norte) como de chibchas (de Colombia), quechuas e incas(desde Perú, muy lejos en el sur). Por otra parte, existió en Costa Rica un sitio ceremonial en Guayabo, ubicado en Turrialba de Cartago, cuyo asentamiento ha sido explorado un estimado de un 10 %. El Monumento Nacional Guayabo fue declarado Patrimonio Mundial de la Ingeniería en el 2009 según la Sociedad Americana de Ingeniería Civil (American Society of Civil Engineers ASCE).
Cuando el conquistador español Juan Vázquez de Coronado en el año 1563 estuvo en el valle del Diquís, informó al rey Felipe II ―con carta fechada el 2 de julio de ese año― en detalle todo lo que vio y «recolectó», pero no describió nada parecido a esferas de piedra, lo cual hace suponer que ya para esas fechas se encontraban subterráneas debido a la erosión de las montañas, o bien, fueron omitidas en los reportes.

Descubrimiento[editar]

Las esferas de piedra fueron descubiertas en 1939, cuando la compañía bananera estadounidense United Fruit Company empezó a deforestar aquellos territorios para cultivar banano.3​ Desde entonces se consideraron como un misterio y los estadounidenses dinamitaron algunas de ellas, por la creencia de que en su interior podría haber oro.
La primera mención internacional fue un pequeño artículo arqueológico de Doris Stone publicado en 1943 en la revista American Antiquity, atrayendo la atención de Samuel Kirkland Lothrop (del Peabody Museum y la Universidad de Harvard), quien en 1948 estaba en Costa Rica. Contactó en San José con Doris Stone, quien le aportó información y contactos para investigar en zona más conocida donde estaban apareciendo las esferas de piedra. Por fin, Lothrop publicó sus investigaciones en su libro Archaeology of the Diquís Delta. Costa Rica, 1963.
Desde 1970, las autoridades del Gobierno protegen las esferas de piedra precolombinas y sus emplazamientos. Algunas de las dinamitadas se han reensamblado bajo el cuidado del Museo Nacional el cual, con el apoyo de la ley, está recuperando otras que particulares han trasladado a empresas, residencias e instituciones públicas.
Los estudiantes y vecinos de Palmar Norte bloquearon las calles para impedir la salida de algunos camiones que intentaban robarlas, creando conciencia nacional de su protección como responsabilidad ciudadana.[cita requerida]

Situación actual[editar]

El Museo Nacional ―asociado a universidades nacionales e internacionales―, ha realizado varias investigaciones arqueológicas. Actualmente en la Finca 6 de Palmar Sur (Cantón de Osa), se construye el parque Can Basat Roje (‘esferas de piedra’ en dialecto indígena) o Parque de las Bolas de Piedra, propuesto originalmente por el escultor y arquitecto Ibo Bonilla en 1979, para ubicar a las esferas recuperadas, cuyo emplazamiento era un terreno contiguo al actual proyecto, propiedad de Bruce Masís Dibiassi, quien por intermediación del investigador esotérico Ivar Zapp, a través de Coopesur, donaron las tierras para el actual Parque de las Esferas.4​ El exministro de agricultura Bruce Masís recopiló objetos arqueológicos de la zona, que hoy se conocen como Colección Bruce Masís y además fue parte del equipo gubernamental que junto al presidente José Figueres decretaron la creación del Museo Nacional en el antiguo Cuartel Bella Vista, como símbolo de la abolición del ejército.5​ Este parque es parte de un amplio proyecto arqueológico, bajo la guía del Museo Nacional de Costa Rica y el padrinazgo del reconocido escultor Jorge Jiménez Deredia.
Entre los ejemplares de esferas localizadas en el extranjero, destacan las dos que se encuentran en las bodegas de Fairmount Park Association (en Filadelfia) y la otra en la Embajada de Costa Rica (en Washington D. C.), las cuales fueron cedidas el 10 de febrero de 1971 con la autorización del Museo Nacional de Costa Rica, gestionado por el estadounidense Samuel Adams Green, conocido coleccionista y restaurador de arte, que luego se dedicó a estudiar y proteger diferentes sitios sagrados del mundo, a través de la Landmarks Foundation (organización creada en 1977), por lo cual vino a Costa Rica en 1998 y colaboró efectivamente en lograr el retorno en 1999 de las primeras ocho esferas al Cantón de Osa, su lugar de origen.
En el año 2010 los investigadores John Hoopes (de la Universidad de Kansas), Nuria Sanz (del Centro de Patrimonio Mundial de la Humanidad), Helaine Silverman (del Consejo Internacional de Museos) y otras autoridades académicas, visitaron el sitio de las esferas de piedra para evaluar la elegibilidad y protección de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Durante el 2011 las comunidades de la zona organizaron actividades, como el Festival de las Esferas, para promoverlas cultural y turísticamente. En el 2012, la Unión de Municipalidades de Osa acogió la iniciativa de Vicente Cassanya, conocido astrólogo y estudioso de sitios sagrados de la Humanidad, para crear el Proyecto Esferas con el objetivo de consolidar el reconocimiento internacional del valor de las esferas de piedra, incentivar un turismo respetuoso de este patrimonio mundial, para colaborar con el desarrollo sustentable de las comunidades de la región como herederas legítimas y principales encargadas de su protección. En octubre del 2012 el Proyecto Esferas organizó con gran éxito una serie de actividades como el Festival Internacional de Música Osastok, talleres, encuentros, recorridos y un ciclo de conferencias con estudiosos de las esferas y otros sitios megalíticos, entre ellos Ivar Zapp, Alberto Sibaja, Ibo Bonilla, Alfredo González, Vicente Cassanya, Abel Salazar y Miguel Blanco. Las actividades generaron una gran cobertura mediática y controvertidas opiniones de expertos, arqueólogos, antropólogos, políticos, artistas, arquitectos, comunicadores, líderes comunales e indígenas, funcionarios, etc. que involucraron a la sociedad en general y a la comunidad en particular.
Para noviembre del 2012 el país ya había entregado los documentos requeridos por la Unesco para formalizar la denominación buscada. En junio de 2014, la Unesco eligió el conjunto de asentamientos cacicales precolombinos con esferas de piedra de Diquís como Patrimonio de la Humanidad.1​ Consiste un conjunto de cuatro sitios: Finca 6, Batambal, El Silencio y Grijalba-2, que se ubican en el Delta del Diquís, en el cantón de Osa, que constituyen una representación acertada de las sociedades cacicales del Delta del Diquís, siendo un testimonio excepcional de las complejas estructuras políticas, sociales y productivas que caracterizaron a las sociedades organizadas precolombinas.6

Las esferas de la piedra en la cultura costarricense[editar]

Las esferas de piedra están íntimamente ligadas a la memoria colectiva de los costarricenses, quienes hacen reproducciones en piedra, bronce, acero, vidrio y concreto armado, para ubicar a la entrada de casas e instituciones e indican que su fin es más que decorativo, es sentido de identidad, por su simbolismo geométrico y espiritual. Desde sus inicios, los edificios de la Asamblea Legislativa, Corte Suprema de Justicia, Caja del Seguro Social, Universidad de Costa Rica, Museo del Niño y la Embajada de Costa Rica en Washington (EE. UU.) entre otros, instalaron esferas de piedra como primer símbolo fáctico.
El motivo de la esfera ha sido recuperado por artistas costarricenses contemporáneos, principalmente escultores, como Jorge Jiménez DerediaIbo Bonilla, Domingo Ramos y José Sancho, entre otros. Las esferas son consideradas símbolos de identidad nacional y son símbolos patrios de Costa Rica desde 2014.

Las esferas en el arte y arquitectura de Costa Rica[editar]

Al estar la esfera dentro del inconsciente colectivo, muchos artistas la han usado como inspiración en pintura, escultura, literatura, poesía y arquitectura, inclusive está en las ilustraciones de los antiguos billetes de cinco mil colones. Entre otros ejemplos destacan:
2007: La Plaza de la Justicia, ubicada en el Circuito Judicial en San José, fue remodelada por los arquitectos Ibo Bonilla y Hernán Hernández, que en un conjunto escultórico de 200 metros de largo y 47 metros de alto, ubicaron dos esferas de 3,14 metros de alto, alineadas con una pirámide (que ilumina y ventila una sala para 500 personas en el subsuelo) y el paralepípedo de mármol del edificio de la Corte Suprema de Justicia. Colocando en un solo eje los 3 sólidos platónicos en el paisaje urbano.
2009: El escultor Jorge Jiménez Deredia culminó una declarada influencia de las esferas en su obra, con la exposición en el Foro Romano (Italia) de esculturas monumentales basadas en el concepto de las esferas precolombinas, siendo el inicio de una gira internacional denominada Ruta de la Paz. Fue la primera exposición de arte contemporáneo en ese emblemático sitio histórico.
2010: El Museo Nacional construye por la Plaza de la Democracia un nuevo vestíbulo basado en una esfera de cristal de 8 metros de diámetro con una auténtica esfera de piedra en su interior. El 8 de mayo de 2010, el traspaso presidencial de Óscar Arias Sánchez (Premio Nobel de la Paz) a Laura Chinchilla (primera presidente mujer de Costa Rica), tuvo a las esferas precolombinas como tema escenográfico.
2011: El escultor y arquitecto Ibo Bonilla crea en Terra Campus, Tres Ríos, la escultura más alta de Costa Rica: "La espiral del éxito" vinculando las esferas de piedra con el antiquísimo y universal concepto místico de la Flor de la Vida, a partir de lo cual se construyen los seis sólidos platónicos, siendo la esfera su culminación y epítome de la perfección geométrica. El conjunto escultórico lo componen la "semilla", la "realización" y la "plenitud" y sus proporciones están dadas por la "Geometría sagrada" basada en el "Número áureo", vinculándolos a los cristales del agua y a los círculos en los cultivos.
2012: Se inaugura el "Barrio chino de San José / Paseo de los Estudiantes". Su obra arquitectónica más notable es su arco de entrada. Aunque está inspirado en la dinastía Tang, también se le integraron ocho esferas de granito que simbolizan las esferas precolombinas existentes en Costa Rica, como una forma de simbolizar la unión de culturas desde la construcción del Ferrocarril al Atlántico.

Simbolismo[editar]

Se les ha atribuido distintos significados a través del tiempo: símbolos de rango, marcadores territoriales, jardines astronómicos, ayudas de memoria, sin faltar las teorías esotéricas, sobrenaturales y atribución a extraterrestres. La hipótesis más reciente, elaborada mediante reconstrucción etnohistórica, apunta a un significado mítico religioso, asociada con el dios del trueno Tlachque y los dioses del viento y los huracanes (serkes) de la mitología talamanqueña. En la cosmogonía bribri, compartida por cabécares y otras etnias ancestrales de América, las esferas de piedra son «balas de Tara» (Tara o Tlachque es el dios del trueno) que con una inmensa cerbatana las lanzaba a los serkes (dioses de los vientos y los huracanes) para alejarlos de estas tierras.7
Han surgido muchos mitos e hipótesis alrededor de estas esferas, su significado, sus constructores, fines, técnicas constructivas y de transporte, fecha y canteras de las piedras: hechas por descendientes de la Atlántida, geomorfosis natural, pociones secretas para ablandar la piedra, que en el centro tienen una semilla de café, participación de extraterrestres, ejes energéticos complementarios a Nazca y la isla de Pascua, delimitación territorial, hitos conmemorativos, representación del eterno femenino, dispositivos navegacionales, símbolo perfecto de la divinidad, fuentes de energía y bienestar, dispositivos de equilibrio tectónico, puertas dimensionales. Enfoques esotéricos han sido tratados en múltiples libros como los del escritor suizo de best sellers Erich von Däniken, el escritor español de ciencia ficción Juan José Benítez y el antropólogo estonio Ivar Zapp con el libro “Atlantis in America: Navigators of the Ancient World”.
Se popularizaron mundialmente con la película de Indiana Jones "Raiders of the Lost Ark" y por múltiples documentales de la Society Research Reports y las revistas y canales de televisión de National Geographic que han incidido en la multiplicación de producciones mediáticas de todo tipo, imaginación y profundidad académica.
La idea de que fueron jardines astronómicos con fines de calendarizar ciclos agrícolas o que servían para establecer el rango social dentro de la tribu son las explicaciones, por ahora, más aceptadas por la arqueología, pero que cada día son más cuestionadas.8​ Las esferas de piedra se consideran un hito del pasado prehispánico costarricense en general, y de la escultura precolombina en particular. Su síntesis formal, la concepción de la esfera como motivo artístico, denota un grado de madurez plástico único en el continente.


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