viernes, 23 de noviembre de 2018

INVENTOS POR PAÍSES - ESPAÑA


aritmómetro electromecánico es la primera calculadora digital de la historia, creada por Leonardo Torres Quevedo en 1920 y presentada en el Musée National des Techniques de París. Este aritmómetro, completamente automático, utiliza la tecnología de relés usada en los antiguos teléfonos, que ofrecía rapidez de cálculo, posibilidad de introducir circuitos lógicos e incipiente memoria, aunque fallaba en la implementación del programa, que seguía dependiendo de las características físicas de la máquina.




Contexto histórico[editar]

Los sistemas de cálculo llevan usándose desde el siglo XVII, con el ábaco de Napier, la calculadora de Wilhelm Schickard, la Pascalina, y muchos más sistemas hasta que Babbage presentara su máquina diferencial en 1822, que estaba orientada a la resolución de cálculos muy complejos. En el siglo XIX los ingenieros de la época tenían muchos problemas con la resolución de ecuaciones diferenciales y polinomios, por lo tanto muchos trabajaron en máquinas que ayudaran con estos cálculos. En el año 1893, Torres Quevedo presentó un estudio sobre las máquinas algebraicas, sobre cómo deberían de ser a partir de entonces y sus principales usos en el campo de la ingeniería. Después Torres Quevedo se dedicó a implementar sistemas electromecánicos para la resolución de polinomios y demás cálculos complejos.

Funcionamiento[editar]

En una máquina de escribir se anotan los datos de la operación aritmética que se desea realizar. Aquella transmite eléctricamente las indicaciones a la máquina propiamente dicha, que hace el cálculo y se comunica, a su vez, con la máquina de escribir, la cual a continuación de los datos escribe el signo ‘=’ y el resultado de la operación.

Relevancias futuras[editar]

La ‘era electromecánica’ que inició Torres Quevedo con este aritmometro la prosiguió Louis Coufignal en 1938 en un estudio donde describe una computadora binaria electromecánica. Hacia 1940 se inicia lo que en pocos años se convertiría en la era de las computadoras. En resumen, esta calculadora digital de sistemas electromecánicos sitúa a Torres Quevedo como un pionero de la automática actual y en buena parte de la informática que hoy conocemos.


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artificio de Juanelo fue una máquina hidráulica diseñada en el siglo XVI por el ingeniero hispano-milanés Juanelo Turriano para llevar agua del río Tajo a la ciudad de Toledo, salvando un desnivel de más de 100 metros.1​ Fue uno de los grandes inventos del Renacimientoy alcanzó gran popularidad nacional e internacional, siendo mencionado por muchos escritores del Siglo de Oro en sus obras.2​ Hasta aquella obra sólo se había conseguido subir agua a 40 metros con un tornillo de Arquímedes en Augsburgo.


Historia del suministro de agua[editar]

En la Hispania romana el agua del río Tajo llegaba a Toledo con un sistema de acueducto-sifón, que se valía del principio de Pascal y de los vasos comunicantes, haciendo circular el agua por dentro de una cañería en un tramo descendente y luego uno ascendente, pero situando en medio un tramo llano para evitar tanta presión en la tubería. Tras esto, el agua se almacenaba en un sistema de depósitos conocido como Cueva de Hércules. En el siglo XVI, de dicho acueducto tan sólo quedaban ruinas debido al abandono de la ciudad durante la Edad Media. En dicha etapa, los musulmanes habían construido una noria gigante para llevar agua, pero tampoco se disponía de ella en el siglo XVI y el agua era llevada a lomos de burros desde el Tajo, por un desnivel de casi 100 metros. Se habían sucedido intentos de ingeniería para traer el agua de otra forma, pero todos habían fracasado.2

El primer artificio[editar]

Ruinas del artificio de Juanelo, grabado publicado en 1858 en El Museo Universal.
Alrededor de 1530, el ingeniero italiano Turriano se muda a Toledo y recibe el desafío del noble Alfonso de Ávalos para realizar dicha empresa, aunque el proyecto quedó aparcado y los burros continuaron haciendo su trabajo, hasta que en 1565 Felipe II llega a un acuerdo con la ciudad para que se contrate al ingeniero para solventar el problema, con un salario de 8000 ducados del rey y con una renta de 1900 ducados de la ciudad para él y sus sucesores. Turriano terminó el ingenio en 4 años, y subía de manera eficiente agua a la ciudad gracias a un sistema hidráulico complejo donde intervenían palas y ruedas. La primera subida de agua tuvo lugar el 23 de febrero de 1569 y suministraba a la ciudad 14.100 litros de agua al día, que era una vez y media lo pactado. Sin embargo, la ciudad no quiso pagar, debido a que el agua se almacenaba en el alcázar de Toledo y, por tanto, era para uso del rey y no de la ciudad.2

El segundo artificio[editar]

Turriano propuso a la ciudad la construcción de un segundo artificio, y se reservó derechos para su explotación. La obra fue completada en 1581 y, aunque sí cobró, no pudo hacer frente a los costes de mantenimiento de la estructura, y tuvo que acabar cediendo su control a la ciudad.2

Reproducción[editar]

En 1992 el artilugio fue reproducido para la Exposición Universal de 1992 Sevilla, como una de las atracciones en la Isla de la Cartuja. Tras terminar la exposición fue desmantelado.

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