PERÍODOS DE LA ESCLAVITUD .-
Período de 1492 hasta 1580: Licencias individuales
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Tras la evidencia de que las Antillas no iban a aportar el oro que se esperaba, transcurridos los primeros años de posicionamiento en las nuevas tierras, se tomaron alternativas productivas como fue el cultivo de la caña de azucar.
Pero era era evidente para España que se precisaba una afluencia de esclavos negros en las plantaciones de caña antillanas, y al poco se vió que su aprovisonamiento no iba a ser algo fácil de conseguir.
El problema estribaba en tres motivos:
1) Se precisaba un suministro regular de esclavos a la colonia. Estos morían en gran cantidad por enfermedades que les eran nuevas, malos tratos y trabajo desmesurado. Se tenía muy claro que era más económico importarlos de Africa que criarlos en América. Debían venir por tanto de fuera y sin interrupción.
2) El lugar de donde prrcedían, Africa Occidental, estaba vedado al español. De acuerdo a las bulas papales, era legalmente territorio para la exclusiva administración portuguesa, lo mismo que las Antillas lo eran de exclusiva administración castellana. Castilla no podía ni acercarse a las costas africanas y solo los portugueses podían aportar esclavos adecuados a las necesidades españolas. Pero por si fuera poco el monoplio español exigía que el comercio con América se hiciera de la mano de súbditos castellanos, asi que la solución tuvo de ser que los comerciantes castellanos utilizaran intermediarios portugueses para hacerse con los esclavos negros.
3) Llevar a la práctica esta intermediación, complicaba enormemente la logística del transporte. El monopolio español exigía que el comercio se hiciera pasando las mercancías por el puerto de Sevilla o Cádiz con el fin de que no se le escamotearan los impuestos correspondientes a exportación. Y como el tráfico de esclavos era un comercio dirigido al desarrollo colonial, debía cumplir con el citado requisito. Por tanto el trayecto de esta población negra no fue, como cabría suponer, un viaje directo desde la costa africana a las costas americanas, sino que fue mucho más largo.
Adquisición de esclavos para las colonias de la America española
Si los negreros portugueses no podían acceder a las Indias españolas, pero eran los únicos que podían acceder a Africa Occidental, y al comercio con las Antillas solo lo podían hacer los castellanos, los traficantes castellanos debían adquirir los esclavos a los negreros portugueses.
Y como estas transacciones debían hacerse en Sevilla o Cádiz, los embarques portugueses de esclavos debían ir desde las costas africanas hasta Sevilla o Cádiz para que negreros españoles compraran alli a los esclavos, cumplieran con el correspondiente pago de impuestos de exportación, y posteriormente pudieran dirigirse hacia las Antillas.
Además del motivo económico, la supervisión de los esclavos en los puertos españoles citados, tenía valor añadido en el sentido de que servía para comprobar que los negros no eran esclavos del Norte de Africa, sino de Africa Occidental. Este aspecto se consideraba de mucha importancia, y se explicaba en el punto de que entendían que los negros que provenían del Norte de Africa, y por tanto presumiblemente islamizados, podían corromper a los indígenas americanos, que por ese tiempo y con trabajo estaban siendo convertidos en cristianas por ardua labor misionera. ¡¡No fuera a pasar que los negros dificultaran la conversión al cristianismo en un terreno donde hasta la fecha no habían puesto pie los musulmanes !!. Semejante situación habría complicado bastante lo que de cruzada tenía la conquista del nuevo continente.
Este largo viaje terminaba con la vida de gran número de negros. Y como, comercialmente, esclavo que moría embarcado era pérdida para el traficante transportista, cualquier retraso en el puerto sevillano o gaditano generaba tensión y quejas por parte de los negreros, especialmente cuando se trataba por esperar a que estuvieran listos los convoyes regulares de cargamentos para América. La corona española como respuesta para aliviar un poco el asunto, consideró a bien permitir que las embarcaciones negreras, una vez supervisadas, se hicieran a la mar rápidamente, sin haber de esperar a los convoyes regulares de naves en los que estaba inicialmente previsto que navegaran para mayor protección frente a la piratería.
Las Licencias Individuales para Suministro de esclavos
Solucionado de este modo el tema de la consecución de mano esclava a través de la imprescindible intermediación portuguesa, el problema que se mantenía, y que fue siempre el principal para España en el tráfico de esclavos, era el de la afluencia regular y creciente de esta mano de obra para mantener las plantaciones azucareras.
Para ver de poner solución, en 1528, bajo gobierno de Carlos I, se hizo un experimento para paliar este problema, consistente en conceder el derecho de suministro de esclavos a un comerciante banquero alemán, Ehinger, el cual se había comprometido a introducir cuatro mil esclavos en un plazo de cuatro años. Este sistema permitía de algún modo un flujo previsible de esclavos y la posibilidad de establecer planes de producción a un plazo razonable. Este intermediario se surtía de lo que aportaban subcontratados portugueses. La cosa, parece ser que no iba del todo mal, pero los portugueses subcontratados habían montado pequeñas factorias en las Antillas con el fin de controlar mejor el flujo negrero, y evidentemente esta presencia portuguesa no gustó nada a la corona castellana, celosa en todo momento de que en su territorio pudiera asentarse algún otro pais. El contrato no fue prorrogado y los factores portugueses fueron expulsados de las Antillas.
Por ese motivo durante un tiempo se suspendió este sistema de suministro bajo contrato a largo plazo, pero los portugueses, necesariamente continuaron siendo los suministradores de mano de obra esclava porque los españoles no estaban autorizados acceder legalmente a las costas del Africa Occidental, del mismo modo que tampoco la tenían los comerciantes portugueses en relación a las Indias españolas.
Muchos esclavos entraban en las Antillas de contrabando, lo que era muy bienvenido por los colonos españoles, pero el desarrollo del cultivo de caña de azucar en Brasil, hizo que los portugueses tomaran mayor atención por el suminstro a Brasil que las Indias españolas.
Hasta 1580, España se continuó nutriendo de esclavos por medio de licencias individuales. Esto generaba un aporte de población esclava muy irregular y siempre deficitario en las Antillas. El suminstro de esclavos no alcanzaba ni de lejos las necesidades españolas.
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