viernes, 21 de marzo de 2014

LENGUA EN LA EDAD ANTÍGUA - OBRAS ESCRITORES




ESOPO .-

        El sol del verano ardía sobre el campo. La cigarra cantaba a toda voz en las largas horas de la siesta, tranquilamente sentada en una rama. 
   Comía cuando se le antojaba y no tenía preocupaciones. 
   Entretanto, allá abajo, las hormigas trabajaban llevando la carga de alimentos al hormiguero. 
   Terminó el verano, quedaron desnudos los árboles y el viento comenzó a soplar con fuerza. La cigarra sintió frío y hambre. No tenía nada para comer y se helaba. Entonces fue a pedir auxilio a sus vecinas, las hormiga. Llamó a la 
puerta del abrigado hormiguero y una hormiga acudió. La cigarra le pidió comida. 
   _ ¿Por qué no guardaste en el verano cuando abundaba? ¿Qué hiciste?  _ le preguntó la hormiga. 
   _ Cantaba _respondió la cigarra. 
   _¿Mientras yo trabajaba? ¡Pues ahora baila!_ dijo la hormiga dándole con la puerta en las narices.
                           Moraleja
   Debemos ser prevenidos y pensar en el futuro, para no vernos luego en dificultades

        La zorra y el león anciano.
   Un anciano león, incapaz ya de obtener por su propia fuerza la comida, decidió hacerlo usando la astucia. Para ello se dirigió a una cueva y se tendió en el suelo, gimiendo y fingiendo que estaba enfermo. De este modo, cuando los otros animales pasaban para visitarle, los atrapaba inmediatamente para comérselos.
   Ya habían llegado y perecido bastantes animales, cuando la zorra, adivinando cuál era su ardid, se presentó también, y deteniéndose a prudente distancia de la caverna, preguntó al león cómo  estaba de salud.
   _ Mal  _contestó el león, invitándola a entrar.
   Pero la zorra le dijo:
   _ Entraría si no viera que todas las huellas entran, pero no hay ninguna que  salga.
                                                     Moraleja:
Siempre advierte a tiempo los indicios del peligro, y así evitarás que te dañe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario